Este documento advierte a los cristianos sobre los peligros de creer en los horóscopos y la adivinación, ya que la Biblia condena estas prácticas como contrarias a la fe en Dios. En su lugar, insta a los cristianos a buscar la voluntad de Dios en su Palabra y a caminar por la fe en Él, en lugar de dejarse gobernar por las estrellas u otros medios demoníacos.