El documento resume tres versículos bíblicos sobre la comunicación efectiva. Explica que las palabras deben decirse de manera apropiada para evitar enojar a los demás (Proverbios 15:1). También enfatiza la importancia de escuchar antes de hablar (Santiago 1:19). Finalmente, señala que para comunicarse efectivamente, uno debe observar, escuchar y comprender a la otra persona, como Dios hizo por su pueblo en Éxodo 3:7.