La computación ubicua implica la integración de dispositivos alrededor del usuario para que pueda interactuar de forma natural con ellos durante sus actividades diarias de manera transparente. Estos dispositivos operan simultáneamente para ayudar al usuario sin que tenga que usarlos directamente. Un ejemplo es un sistema que controla la temperatura y luz de un hogar de forma continua e imperceptible en función de la hora del día. Otro ejemplo es un refrigerador inteligente que planifica comidas saludables y alerta sobre alimentos en mal estado.