Todo imán posee dos polos, llamados polo norte y polo sur, donde se observa la máxima intensidad del campo magnético. Los polos iguales se repelen y los polos opuestos se atraen. Aunque la brújula se orienta según los polos de un imán, sin él se orientará según los polos magnético y geográfico de la Tierra, debido a que el núcleo de hierro en movimiento genera un campo magnético que ha cambiado de polaridad a lo largo del tiempo.