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I

una historia

de méxico '
I

'I
Una historia de México es el nosultado del esfuerzo por presentar el pasado
jira entender el piesente de nuestro país.

i'r

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jj

Convencida de que tiempo y geografía han conformado no sólo uno sino
varios Méxicos unidos por sucesos espontáncx)s o forzad< Jf)sefina Zoraida Vázquez
)s,
muestra en este hbro el pasado mexicano en su totalidad y lo reinterpreta. El texto
inicia con el estudio de nuestras raíces mesoamericanas, pasa por el análisis de la
formación de una nueva cultura a partir de la llegada de los españoles, y continúa
con la etapa de definición nacional y consolidaaón del Estado para concluir con el
diagllóstícog Q retos del siglo XX.

] jp,g4-.
'

óc.

.j;

' a l 'S ca l

osefina Zoraida Vázquez es doctora en Historia por la Universidad Centra!
de Madrid y por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha realizado
tudios de especialización en la Universidad de Harvard y actualmente se
como
empeña profesora investigadora en ElColgó de México.

jP

Ieconoctmiento a sus investigaciones históricas ha recibido varias
; jdístinciones, destacando por su importancia el "Premio Interamericano Andrés
'Sello", otorgado en 1991 por la Organización de Estados Amerícan
t)s (OEA).

0

' Jósefina 2áraida Vázquez ha publicado varios libros, entre ellos Historia de
.. la historiografia, Nacionalismo y educación en México, Historia de la nlucacíón en
México y La t.nseñanza de la historia. También tis coautora de textos como Un
' tecorrido ~ la historia de México que realizó en colaboración con el historiador

H

ttj

•e

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PdjetWldo QGorm. o.
rán parte de so trebejo profesional lo ha dedicado al campo d la
"enseñanza de la historia en México. En este contexto ha escrito artículos, participado

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en diferentes foros y dictado una serie de conterencias.

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Secretaria de .
Educación Publica

:t o t-ee.;a .p-a ~.e

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Comisión Nacional de los
Libros de Texto Gratuctos

a ct u a l i z a c i ó n

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m aest ro

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una is oria '
e méxico
o sefin a Z o r a id

áz ue

c nn la c o l a b o r a c i ó n d e

P ablo Escalant e
P ilar G o n z a l b o
Milada Bazant

E ngracia L o y o
V alent i n a T o r r e s

SBP
C

bihli o t a

r a n

N ':
P RESENTACIO N

La Secretaria de Educación Pública ha comenzado la publicación de la Biblioteca para la
actualización del maestro, con el propósito de apoyar al personal docente y directivo de los
tres niveles de la educación básica en el desempeño de su valiosa labor.
Los títulos que forman parte de esta Biblioteca han sido seleccionados pensando en las más
frecuentes necesidades de información y orientación, planteadas por el trabajo de todos los días
a maestros y directivosescolares.Algunos títulos están relacionados de manera directa con
la actividad práctica; otros responden a intereses culturales expresados por los educadores, y

tienen que ver con la mejoría de la calidad de la educación que reciben niños y jóvenes en las
escuelas mexicanas.
Los libros de esta Biblioteca se entregan gratuitamente a los maestros y directivos que lo soliciten,

y serán de su propiedad personal.
La Biblioteca se agrega a otros materiales y actividades de actualización y apoyo didáctico puestos
a disposición del personal docente de educación básica. La Secretaría de Educación Pública confia
en que esta acción sea realmente útil y espera las sugerencias de los maestros para mejorarla.

Secretaría de Educación Pública
Esta edición de '

'sro.

e 2Zé~ cc 'ue o eoa.ada, suoe v sad»
v..

..

v

E

INDICE

DISENiO

I L USTRAC I O
N

A MANERA DE INTRODUCCION

Ra on v ar '-

NUESTRAS RAICES MESOAMERICANAS

DISENO DE PORTADA
Pocio Mireles Gavito

Cap.

I. EL H O M BRE Y SU MUNDO

ILUSTRACIÓN DE PORTADA
"Alegoría de la República". ar te plumana, I829
Museo Nacional ce Ant ropología e Histo iReprocucc ón autc zaca po-e' Ir s,tuo Nac o~al ce Ar t opoiog ia e H sto"la
Conselo Nacionai pa a la Cultu'a y ias A tes
D.R. © llust-ación ce poctada."Alegor-ia de la Repúbl;ca' INAH CNCA MEX

cOTOGRA '-" Dr POR AD~
ia,iei H " o esa

Cap.

III. E L PRECLASICO

35

Cap.

IV. E L CLASICO, MOMENTO DE ESPLENDOR

49

Cap.

V. CR I SIS, RENOVACION Y GRUPOS PERIFERICOS

67

Cap.

5-CR: ARA D: sD r / C O N o 8 IC
Ar ger una 28 Co' íer '.
C I2c02n Ma " D'

23

Cap.

9 9a ]os ' a Z ' a c a • az z
9 94 Ecto ia Parra SA ce C u
Renacin- er to 180. Col San Juan Tl nuaca

C

Il. E L POBLAMIENTO Y EL INICIO DE LA CIVILIZACION

Vl. L O S MEXICAS:
UNA CULTURA DEL POSCLASICO

DE COMO SE FORJO UNA NUEVA CULTURA
Cap.

Vl l . L A FORMACION DEL PUEBLO CONQUISTADOR

79

103
108

"

Cap.

V l l l . EL NUEVO MUNDO, LOS DESAFIOS Y LAS RESPUESTAS

127

Cap.

IX. L A CONQUISTA MILITAR

147

Cap.

X. E S TABLECIMIENTO DEL REGIMEN COLONIAL

163

ISBN 968-29-8754-7

Impreso en México
Material atuito para maestros. Prohibida su venta
gr

Cap.

XI. E L SIGLO DE LA CONSOLIDACION

191
DEFINICION NAC IO NAL Y CONSOLIDACION DEL ESTADO
Cap.

XII . P ROSPERIDAD, REFORMA Y DESCONTENTO

207

209

Cap.

X I I I . D E LA SEPARACION QUE SE CONVIRTIO EN REVOLUCION

233

Cap.

XI V . EL GRAN PROBLEMA DE FUNDAR UN ESTADO

249

Cap.
Cap.

XV. R EFORMA A TODA COSTA
X V I . EL PORFIRIATO: LA MODERNIZACION POR LA DICTADURA

283
311

ANTE LOS RESTOS DE LA HERENCIA DEL PASADO
Y LOS DEL SIGLO XX

333

Cap. X V II . LA REVOLUCION MEXICANA

335

Cap. XVIII. LA RECONSTRUCCION REVOLUCIONARIA 1920-1940

367

Cap.

407

XI X . EN POS DE UN FUTURO ELUSIVO

CRONOLOGIA DE MEXICO

453
A MANERA DE INTRODUCCION

La historia de xkxico es una historia dramática, contrastante, que parece guardar armonía «on
la naturaleza de su suelo ~olcánico. Bajo la intluencia de la política, los historiadores se han
empeñado en relatarla en blanco y negro, sin matices, muy a la manera romántica. Asi, los de
un signo aceptan unas etapas y rechazan otras; mient.ras tanto, los del otro, hacen lo
contrario. Por tortuna parece que la historiografía actual ha empezado a tratar de aprehender
el pasado en su totalidací i por priinera ~ez, desde la publicación de, lt éxico a trai es de los
siglos. se reinterpreta en torma sustancial.
Para todo historiador la idea dc escribir una síntesis de la histona de su propio pais resulta
ti ntadora. sito que por ello dele ríe ser tainbién comprometedora. h,'o sólo nunca podencos
)ll< icel' toclo el pro< eso con iguaí protundidad sino que tanipoco podencos í iistoriar todos lt>.
,') Ís idos susceptibles de coníugarse en el relato. sox oriunda de la ciudad de xtéxico,
poblac ión tan rec:hazada en épocas de crisis No obstante mi convicción de que la mayoria cle
los acontecimientos importantes se originó tuera de ella, el presente texto puede dar lugar a
acusaciones de centralisnio . La iieía ciudad de México parece haber tenido desde su
iundai lóll x OC aclóil de " Iandeza. lo que ha deterininado su triste sino. Desde luego, síenlpl e

lia clesempeñado un papel toral en la iida del pais. Capital del 'imperio' más poderoso
sonietido por los espaiñoles en estas tierras. sp conservó como centro de la Xueia España.
incluso a pesar de los prohíenlas de funcionaniiento que va en aquella época presentaba. La
conquista del territorio que constituiria n r ás tarde la nación se emprendió d
e sde el centro. con
tlaxcaltecas x otonaíes, que lleiaban ya una cultura mestiza. Asi, la capital creció y se
constituyó en la sede de los gobiernos que irradiaban su poder hacia afuera. Pero los
gobernantes provenían del exterior. Recordemos que los iirreyes y autoridades de la x,ue ia
España vialaban desde la península; en la época nacional, la casi totalidad de los presidentes
ha nacido en diversos estados de la República. Asimismo, los movimientos decisivos de la
historia de la nación se generaron fuera de la ciudad de México, aunque se consolidaran sólo
al ocuparla sus participantes. Partidos, planes y revoluciones convergieron hacia e( centro para
lograr sus propósitos y, a partir de la Revolución de 1910, se convirtió en el albergue de una
migración rural que la ha hecho desbordarse. Sus formas de vida actuales han superado ya
cualquier proceso normal de convivencia social, sin que en el seno de la urbe se generara
rechazo por la multiplicación de los problemas que los de fuera le provocaban. De manera
que la macrocefalia metropolitana forma parte de la historia de la nación y debe ser asimilada
y entendida para tratar de solucionarla. No cabe duda: la ciudad capital genera necesidades
presupuestales y gasta lo que le asignan, no para el bienestar de los oriundos, sino para
proporcionar servicios a los que llegan de todos los confines de nuestro territorio, pensando
que ella encierra la respuesta a sus sueños. Asimismo, la ciudad de México ha sido capaz de
fusionar expresiones ideales, proyectos y tareas en un todo que en cierta forma representa a
la nación.
Hoy sabemos que tiempo y geografía han constituido no uno sino varios Méxicos; estos
"paises" se han enlazado a través de contactos, ya sea pacíficos y espontáneos, o violentos y
forzados. Sin embargo, los resultados históricos reflejan una voluntad de destino común que
no debe debilitarse a causa de una miopía que pueden aprovechar intereses bastardos.
Este libro es una visión del pasado que aspira a la objetividad pero que se sabe subjetiva.
En todo caso, es el resultado de un esfuerzo por comprender el pasado de tal manera que
explique un presente complejo e inquietante.
Varias personas hicieron posible este libro. Javier Wimer, al confiármelo, inspiró el valor
de llevarlo a cabo. Pablo Escalante y Pilar Conzalbo compartieron conmigo sus
interpretaciones y fueron colaboradores fundamentales en la redacción de los capítulos
dedicados a las épocas prehispánica y colonial. Milada Bazant, Engracia Loyo y Valentina
Torres reunieron la información para cubrir los periodos que van del Porfiriato a nuestros días.
Alberto Dallal l» dio agilidad al texto. la principal aportación de la autora fue la temeridad de
buscar una interpretación del pasado mexicano como un todo, con la certeza de que el futuro
que como pueblo hemos venido persiguiendo, si bien elusivo todavía, se halla excitante
delante de nosotros.*
Josefina Zoraida Vázquez.

'La redacción del libro se terminó en diciembre de 1986. El libro
corrió con mala suerte y no pudo publicarse hasta ahora. Aceptado en 1991, se llevó el relato hasta las elecciones de 1988.

NUESTRAS RAICES
MESOAMERICANAS
NUESTRAS RAICES
MESOAMERICANAS
Capítulo I

EL HOMBRE Y SU MUNDO
Geografía e historia
Suelo rug>oso, ri«o en minerales y pobre en ag
>ua;
vegetación lujuriosa en las llanuras bajas pero escasa en
buena parte de su extensión; dos larguísimos litorales en
ambos océanos que hacen del país obligado punto de
unión entre oriente y occidente. Estos son legados
naturales que han influido, aunque no determinado, el
destino de México. Los relieves de su orografía
dominan el territorio nacional y si puóiéramos
sobrevolarlo entero nos óominaría la sensación óe que
una mano gigantesca ha arrugado su superficie; así
las montañas son su característica sobresaliente y la
enorme variedaó de sus alturas una consecuencia
inevitable.
México es geográficamente una continuidad de
América del Norte. El continente, ancho en su parte
septentnonal, se angosta en dirección de nuestro
territorio. Esta circunstancia influyó para que los
antiguos inmigrantes, provenientes óel norte,
convergieran en el centro del país y de allí partieran
hacia el sur. El equilibrio vino más tarde: mantuvieron
un intercambio más o menos fluido en una y otra

direcciones.
México tiene una forma peculiar, notable en
cualquier mapa: posee óos grandes penínsulas en los
extremos, larguísimos litorales en el Océano Pacífico y
el Mar óe Cortés pero menores en el E>olfo de Méxic.o
y el Mar Caribe. No obstante, el clima malsano de las
costas hizo que el grueso óe sus pobladores se voleara
tierra adentro. Hasta hoy no se ha aprovechado con
plenitud la circunstancia afortunaóa de poseer vastos y
extensos litorales.
Oos largos sistemas montañosos atraviesan el país
de norte a sur y se óiluyen l n Uanuras altas, situaóas
transversalmente. Hacia la parte en que el territorio se
angosta aparece un ele volcánico de imponentes
alturas (Cttlaltépetl, Maltn<hl, Iztai.cíhuatl, Popocatépetl,
Nevado de íolu< a, Volcán óe Colima), territorio en el
que alguna vez existieron ríos y lag
>os, hoy en buena
parte desaparecidos. A pesar de la amenaza de
constantes terremotos y temblores, esta región resultó
sl r la más atractiva para los pnmitivos poblaóores óe
México.
Su naturaleza montañosa ha producido una
compleja Estructura de altiplanos en el centro y de

Cruda>iiuarez
Cer
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OROGRAFÍA

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ro

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x He

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Nuevo tarado

GOLFO

3.050

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MÉXICO
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Veracruz
C'

Escala : 1 cm. = 213. 6 km.
Acapulco
v>ri Z

Tapachuu
Mapa clímatológico.
Mapa pluviométnco.

llanuras en la costa. La comunicación, por tanto, se
hace difícil y surge una gran variedad de climas de
acuerdo al relieve, la latitud, la cercanía o lejanía del
mar y la circulación atmosférica general. sus dos
penínsulas parecen mundo aparte. Una, la de Baja
California, montañosa y desértica, ha permanecido poco
habitada hasta años muy recientes. La de Yucatán, por
constituir básicamente una llanura, podría haber sido la
parte más acogedora del territorio pero su origen calizo
determinó la notat>le delgadez y la gran porosidad en
sus suelos.
La influencia de los vientos hace qut la distribución
de las lluvias resulte caprichosa. En algunas regiones de
las costas sur, este y sureste, las lluvias son intensas

' Chitíuah

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9C

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23C

EI paisaje mexicano
de Msxico•
Ciudad da Mttico
18'C tempeiatura en julio

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22

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14'C ta mperatuia eo eoe

Todas la tempeiatuias mencionadau
eoo mediasmensuales.

Clima subtropical con verano seco.Verano
seco y cálido e ínvierno lluvioso y frío. El mes
más frío con más de 0'C. y menos da 18'C,,
" • m es más cáli con más de 10'C.
I
do

~

seco de latitud baja Cálído y muy seco.
SQClima setnlseco de latitud bala. Cálido y muy saco.
Clima
Todos los inesas con más de 0'C.

LS

Clima tropical con estaciones lluviosa y saca.
Ll uv i a de moderada a intensa, con estacionas
lluwosa V
saca. Elmes más fri con más da 18'C.
o
Clima tropical lluvío so. Lluvís todo el año. El mes
más filo con más de 18'C.
Clima de montana. Muchos tipos da clima que
varián con ls elevación.
Precípitactóo en mílllmatios

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Ciudad Jusret

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El viajero americano está condenado a que los europeos le
pregunten si hay en América muchos áiboles. Les
sorprenderíamos hablándoles de una Castilla amencana más
alta que la de ellos, más armoniosa, menos agria seguramente
(por mucho que en vez de colinas la quiebren enormes
montañas), donde el aire brilla como espelo y se goza de un
otoño perenne. La llanura castellana sugiere pensamientos
ascéticos: el valle de México, más bien pensamientos fáciles y
sobrios. Lo que una gana en lo trágico, la otra en plástica
rotundídad.
Nuestra naturaleza tiene dos aspectos opuestos. Líno, la
cantada selva virgen de América, apenas merece describirse.
Tema obligado de admiración en el Viejo Mundo, ella inspira
los entusiasmos verbales de Chateaubríand. Horno genítoi
donde las energías parecen gastarse con abandonada
generosidad, donde nuestro ánímo naufraga en emanacíones
embríagadoras,es exaltaoón de la vida a la vez que imagen
de la anarqtea vital...
...Io de Anáhuac, es cosa meíor y más tónica. Al menos,
para los que gusten de tener a toda hora alerta la voluntad y
el pensamiento claro. La visión más propia de nuestra
naturaleza está en las regiones de la mesa central: allí la
vegetación arisca y heráldica, el paisale organizado, la
atmósfera de extremada nitidez, en que los colores mismos se
ahogan — compensándolo la armonía general del dibujo; el
éter luminoso en que se adelantan las cosas con un resalte
individual; y, en fín, para de una vez decirlo en las palabras
del modesto y sensible fray Manuel de Navarrete:
una luz resplandeciente
que hace brillar la cara de los c.lelos.

Alfonso Reyes, Visión de Anáhtrac

y frecuentes las visitas de terribles huracanes. En cambio,
en el extremo noroeste y en la parte central de la
región norte, las precipitaciones pluviales son escasas.
Las lluvias de verano constituyen un atractivo en la
región central; aquí se ha concentrado la mayor parte
de la población, pues, aunque inciertas y cambiantes,
durante siglos han resultado suficientes para irrigar los
cultivos de maíz.
Los diversos accidentes geográficos, las barreras
montañosas y la naturaleza del gran altiplano central
(cortado por grandes barrancas y zonas desérticas y
semidesérticas favorecieron el aislamiento de los
),
primeros pobladores del país. Sin embargo, la
procedencia común, una frecuente convergencia
i
mig ratoria en la región central y el intercambio
constante, hizo que los pobladores constituyeran una
sola cultura con caracteristicas básicas comunes, aunque
con expresiones variadas que hasta la fecha la
enriquecen.

Nuestro territorio ha sido histórico
El territorio nacional no ha tenido siempre la misma
extensión y por tanto habría que subrayar su
historicidad, sus variaciones a lo largo de los siglos. Los

pueblos indígenas ocuparon áreas variables, que al ser
reducidas por la conquista a un gobierno común dieron
origen a la Nueva España. Esta se extendió más allá de
nuestras actuales fronteras. Con la consumación de la
Independencia, Centroamérica se anexó al Imperio
Mexicano (1818-1823), momento en que éste alcanzó su
mayor extensión. La guerra con los Estados Unidos
produjo una enorme pérdida de territorios en 1848 y la
venta forzada de La Mesilla en 1853 redujo al país a su
tamaño y forma actuales.
No hay pues que equiparar territorios con nación. Lo
esencial de la nación es la cultura y ésta se generó en
una parte del actual territorio y de ahí se extendió
hacia regiones vecinas, hasta cubrir todo el territorio
con su poblamiento. Al iniciarse su vida independiente,
México apenas alcanzaba 6 millones de habitantes y los
territorios del norte estaban prácticamente
deshabitados; por eso se abrieron a la inmigración. La
afluencia de colonos fue preponderantemente
norteamericana, de forma que, por motivos de
vecindad, con la entrada a nuestro territorio en realidad
Mapa de vegetacii>n.
Regiones fisingráficas.

Tierra ag n col
a
(de cultivo y de pasto)

l lo
Ciudad luórer

Bosque

Na

Pastizat

OA

O

4

Vsnr.. <n

n

Arcas ándas y cubiertas
de hielo

Mata moros

uMontou

o ruán

c)

Desierto

Nuevo Laiado

q- J~v

GOF.FO DE

if(reas de nego

csc)

.Tr)F:XI CO

La
Maratión

•Guad
.

'Sjln' Lr
(js

Pastoreo de ganado

Tampico

n-

~

i nii

gógmm

gscala : pulgada (2.5 mm.)
1
= 337 millas (543 kilómetros)

Alapu c

Tapachuia

S

)

oi iAlluluill

Nalnaum

sr
llMnllal

12

Unidos, también ha ocurrióo una gran penetración
cultural norteam<'ncana en M<'xico.

Etapas de la historia mexicana

C'ud de
, Varacrut
,

gran intercambio e<onómico entre México y los Estaóos

(áreas que no son
agricolas)

4
lavan ~ugtátat' •
•

extendieron las fronteras de su país pues no llegaron a
integrarse al proceso natural de absorción < ultural qu<
venía < fe< tuándose en el núcleo central de nuestra
nación. México tardó un siglo en duplicar el número de
sus habitantes pero a partir óe 1940, en que éramos
unos 20 millones de m<xicanos, la población creció
a«eleradarnente y < n sólo cuarenta años, a pesar de
una gran emigración los Estados Unidos, s<' ha
a
cuadriplicado. Estos emigrantes han llevaóo su cultura a
buena part< ó< los territorios perdidos, pero a causa d<
las peculiarióades ó< la cultura de nuestro tiempo, de
la acción óe los medios de comunicación masiva y óel

Muchos historiadores consideran a la conquista
española el punto de partida de la historia mexicana. El
argumento que utilizan es convincente pues ese suceso
dramático unió racial y culturalmente a los grupos que
otorgarían ser al mexicano actual. No obstante, los
i
españoles vinieron en grupos pequeños y si bien
impusieron con gran efectividad su cultura y su religión,
no dejaron de aprovechar algunos elementos culturales
indígenas, entre ellos el náhuatl como lengua franca. El
pasado y la presencia indígenas, además, sirvieron a los
criollos para sentar las bases de sus diferencias ante los
peninsulares. Esta actitud explica por qué las
expresiones del nacionalismo mexicano fueron
indigenistas desde sus inicios. El fenómeno indigenista
sobrevino desde su símbolo temprano, la Virgen de
Cuadalupe, hasta la selección del nombre que adquiriría
la nación al erigirse el nuevo Estado. El hecho no
resulta extraño si recordamos que al entrar en la vida
independiente, el 70gá de la población era indígena y,
asimismo, que el mestizaje intenso que conformó al
México actual se llevó a cabo durante el siglo XIX.
Todo eso justifica que aceptemos la división
tradicional de la historia en:
• Historia antigua
' Historia colonial
• México independiente

-1521)
(1521-182'I) y
(1821)

Grandes áreas culturales
El descubrimiento de la agricultura, sin duda favorecido
por la existencia de condiciories ádecuadas en el medio
geográfico, constituye un corte fundamental en la
histona de los pueb1os. Así, una línea imaginaria,
imprecisa y variable a lo largo de los siglos, separa el
área del territorio mexicano donde Jas condiciones
climáticas indujeron el predominio de formas de vida
sencillas, área propia sólo para la agricultura y-a la que
se le ha denominado Aridamérj+ Al sur de esa
frontera, en cambio, aparecieron cu1turas más
óesarrolladas y complejas porque el territorio cuenta
con gran variedad de suelos y climas y con suficientes
lluvias, no sólo propicias para la agricultura, sino para
proóucir ex< eóentes. A esta área se le conoce como
Mesoamérica.
La frontera de Aridamérica surge al sur de
Tamaulipas, baja después hacia el centro, a la altura de
Querétaro y Cuanajuato, y se vuelve a elevar a lo largo
de las fronteras de Jalisco, Nayarit y Sinaloa. Los
pueblos que habitaron Aridamérica eran nómaóas y
vivían d< la caza o la pesca y la recolección de frutos o

(

(n los extensos btorales hay amplias playas y costas abruptas, <omo
en las proximidades de Cabo San Lucas. Bala California.

13
Una impresionante talla geologica dio ongen
a la Barranca del Cobre.

El Pico de Onzaba y el Cofre de Perote, volcanes que se elevan
sobre la meseta.

Bosques y lagunas transparentes a 2 000 metros de altura.
Lagunas de Cempoala.

i

Glaoares del Popocatépetl, lugar de nieves perpetuas.

n L'

v

, jí
'I

.<,íF.'

-zaíces. Su vida y organización eran sencillas. Estable< ían
pequeños campamentos qu< podían levantar en unos
óías, puesto que su ajuar se reducía a las pieles con
que se cubrian, algunos cestos y redes para transportar
y guardar alimentos (o cargar a sus cnaturas y sus
)
instrumentos de trabajo: arco, flecha y un palo
arrojadizo con el que cazaban liebres, Ni su
organización en bandas ni sus creencias míticas y
prácticas mágicas se transformaron en instituciones
complejas. su vida era tan precaria que sobrevenían
enfrentamientos para consolidar zonas exclusivas de
caza e incluso para arrebatarse la comida. 1ambién
guerrearon con sus vecinos y atacaron las zonas
frontenzas de Mesoamérica.
Dentro de Aridamérica, en pequeñas islas conocidas
como Oasisamérica, dueñas de condiciones climáticas
favorables, surgieron algunos grupos óe vióa sedentaria
y agrícola semejantes a los del sur. No obstante, por
contar sólo con espacios y recursos limitados, su
población y sus núcleos urbanos fueron asimismo
menores.
Las conóiciones climáticas de Mesoamérica
propiciaron una gran población que dio lugar a multitud

Paisaje y vegetación
La mazorca de Ceros y el plátano paradisíaco, las pulpas
frutales llenas de una miel desconocida; pero, sobre todo, las
plantas típx.as: la biznaga mexicana -imagen del timido
puerco espín —, el maguey (del cual se nos dice que sorbe sus
jugos a la roca), el maguey que se abre a flor de tierra,
lanzando a los aires su plumero; los "órganos" paralelos,
unidos como las canas de la flauta y útiles para serialar la
linde; los discos del nopal — semejanza del candelabro —,
conlugados en una superposición necesana, grata a los ojos:
todo ello nos aparece como una flora emblemática, y todo
como concebido para blasonar un escudo. En los agudos
contornos de la estampa. fruto y hola, tallo y raíz, son caras
abstractas, sin color que turbe su nitidez.
Esas plantas protegidas de púas nos anunoan que aquella
naturaleza no es, como la del sur o las costas, abundante en
lugos y vahos nutritivos. La tierra de Anáhuac apenas reviste
feracidad a la vecindad de los lagos. Pero, a través de los
siglos, el hombre conseguirá desecar sus aguas, trabajando
como castor; y los colonos devastarán los bosques que
rodean la morada humana, devolviendo al valle su carácter
propio y terrible: — en la tierra salitrosa y hostil, destacadas
profundamente, erizan sus garfios las garras vegetales,
defendiéndose de la seca.

Aífonso Reyes, Visión de Anáhuac
i

/7

de culturas, diferentes entre sí, pero con una serie de
rasgos comunes entre los que se cuentan:

''z

• Cultivo de maíz, frijol, calabaza, chile, chía y
tomate.

• Uso de azada de madera y bastón plantador.
• Cocción de maíz con cal o ceniza antes de la
molienda.
• Uso del maguey para elaborar pulque.
• Edificación de complejos urbanos y formas
piramidales escalonadas.
• Escritura jeroglífica y elaboración de códices.
• Grupos especializados en religión y en comercio.
• luego de pelota.
• Calendario ceremonial de 260 óías y solar d< 366
días.

ss

sr
J

14

Casi desnudo de su manto de nieve, el Iztaccihuatl muestra agudas
crestas y profundas simas.

La aparición óe grupos especializados, el fenómeno
de la urbanización y la militarización de los señoríos
produjeron un desenvolvimiento social de gran

complejidad.
Entre la montaña y la tierra caliente el paisale de las Huasteras.
Paisate representativo d< I noroeste de Hidalgo

Fantasmales carnpirs de orios, testimonio de la vida en el desierto

lvtSrntañas boscosas alternan con campos de cultivo en el altiplano.

<'rrios que alcanzan la altura de 8 metros.

Las culturas mesoamericanas se han clasifi<.ado en
ii
c<n< o reg ones
sv

• (.osta del ('olfn (<tlmecas, totonacas y huaste<.os).
• Altiplano central (t< otihuacanos, nahuas y

otomíes).
• Occidente de México ftarascos y pueblos de
Colima, Nayarit y Sinaloa).
• oa xa<a (zapotecsas y mixtecos)
• Zona maya.
V

ru

l h,asi

., )+s

t

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Es necesario advertir que la relación entre las
distintas áreas culturales fue constante y natural. En su
mom< nto, los toltecas se extendieron ha<ia Andaménca
mediante verdaderos puntos de avanzada comer< ial v
militar. En general, los mesoamericanos penetrarori en
Aridamérica en busca de obsidiana, cinabrio, turquesa,
peyote y otras materias primas; establecieron así un
intenso contacto social. l'or otro lado, hay que advertir
que la frontera no fue fija: algunas veces s< extendió
hacia el norte o se corrió hacia el sur. Ciertos cambios
ecológicos influyeron para que algunos grupos volvieran
a ser cazadores-recole<.tores, aunque otros
permanecieron cultivando la tierra mediante una
organización más sencilla, por ejemplo, los habitantes
de la Sierra Madre Occidental. La presencia de ciertos
rasgos culturales como el culto a la serpiente
emplumada y el luego de pelota, o bien la huella d<
artículos artesanales permiten rastrear las rutas de la
migración y el comercio <n Mesoarnérica pero
asimismo r< conocer los pueblos que se establecieron
en el área. Es conveniente insistir en que el intercambio
comercial y cultural entre las distintas poblaciones fue
constante.

Horizontes culturales
mesoamericanos

t»

Al igual que las áreas culturales delimitan
geográficamente a las culturas, los horizontes
culturales las delimitan en el tiempo. Cada horizonte
tuvo formas de vida semejante que señalan el grado
de evolución que pos< ían sus pueblos y que podemos
reconocer, entre otras cosas, por los tipos de cerámica,
de construc<iones arquite< tónicas y otros indicadores
que, sabemos, corresponden a ciertas formas de
17
lardin insólito de sargazos en profundidades hasta de SO metros,
junto a las costas de Bala California.

EI volcán de ruxtla, en actividad en el siglo XVIII.
(saie de Veracruz.
Yu<.a y ca<.táceas en zonas cáhdas subdesérucas. Pa

Abundante vegetaoón en el Valle de 1amazula,
al sur de la Sierra Madre Occidental.

El heno, pastle o barba blanca, de los bosques templados, interesó
a nuestros antepasados. Memona de José Antonio Alzate, 1777.

En gran parte del norte dom ina el paisaie desértico y subdesértico.

organización económico-social. los límites cronológicos
que se adludi«an a los honzontes son fec.ha~
convencionales, flexibles, y deben considerarse como
aproximaciones. Los fenómenos humanos son variables
y por tanto resultan difíciles de delimitar, de suerte que

. í(Osa

toda generalización constituye un esfuerzo para
ha«erlos comprensibl< s.
Los pnnopales horizontes culturales son:

Preclásico (2000 a.C a 200 d.C.), que comprende el
lapso que va desde el descubrimiento de la agricultura
y el establecimiento de las primera: aldeas hasta el
desarrollo de los centros ceremoniales y de gobierno
(como los de los olmecas y los habitantes de Cuicuilco).
Clásico (200 a 800), durante el cual florecieron las
ciudades y civilizaciones teocráticas (zapotecas,
Teotihuacan, mayas).
Posclásico (800-1521): las sociedades teocráticas se
convirtieron en guerreras, surgieron los verdaderos
Estados y aparecieron las fuentes históricas (toltecas y
chichimecas, mixtecas, tarascas, mexicas
).

Fuentes y naturaleza de la historia
c7

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Reconstruir el pasado es tarea harto difícil. Si se trata
de épocas muy antiguas, una parte del problema
radicará en el hecho de que los datos y las evidencias
r< sultan Escasos, mientras qu< si se trata de épocas
recientes las complicaciones provendrán de su
abundan<.ia. Así, mientras los estudiosos de las
antigüedades prehispánicas discuten sotire el significado
di' unas cuantas ruinas, huesos, restos de obletos de
barro o metal, pinturas y baíorrefteves para inferir
tantos rasgos culturales c.omo sea posible, el historiador
de la época «ontemporánea cuenta «on libros, revistas,
pc riódicos, <.artelc s, documentos, edificios, testimonios,
películas y una serie infinita d< obletos que se
convierten en tuncionales fuentes de apoyo. El
histonador de la antigüedad hizo uso de los
conocimientos arqueológicos, etnográficos y etnológi«os
(
para redondear sus hipótesis y log rar reconstruir la vida
y los acontecimientos. El historiador de tiempos
recientes tiene que c legir qué fu< ntes puede utilizar y,
de acuerdo con el tema, se auxilia de conocimientos
filosóficos, económicos, sociológicos, demográficos, etc.

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En la mixteca poblano-oaxaquena el antiguo lecho manno
da vida a una flora variada.

I a gran «í< hinilla, abundante en ciertas espe< i< s de nopal, fue
durante algún tiempo importante fuente de nquera. Mernona de
losé Antonio de Alrate, 1777.

Exuberantes selvas se exuenden en la zona tropical, próximas a las comentes de agua.

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Con todo ello elaborará su interpretación.
Pero hay un problema común a los dos: el
esforzarse por lograr un mayor acercamiento a la
verdad, ya que al reconstruir el pasado, tanto el
temperamento y la educación, como las ideas y las
creencias suelen influir en los resultados y las
conclusiones. Esta es una lección importante que nos
da la historia: la reconstrucción de lo sucedido y el
juicio de valor sobre los hechos son difíciles de.centrar
y requieren de toda nuestra ponderación.
No siempre se reconoce la importancia de la
historia aunque desde la antigüedad Cicerón definiera
esta disciplina como "maestra de la vida". Gracias a las
20

lecciones de la historia podemos comprender como
individuos, como nación y como especie, quiénes
somos y de dónde venimos. Como los acontecimientos
históricos nunca se repiten de la misma manera, la
historia no puede predecir el futuro pero sí
sensibilizarnos, hacernos conscientes del cúmulo de
elementos-que ínftvyen +n ún hecho humano. Gracias a
la historia entendemos mejor el mundo que nos rodea
y sorteamos inteligentemente los p
roblemasue
q
plantea. Todos debemos conocer la historia de nuestro
país pues así descubriremos nuestra identidad y
contribuiremos para alcanzar un futuro mejor.

21
Capítulo II

•

EL POBLAMIENTO
Y EL INICIO DE LA CIVILIZACION

•

El origen del hombre americano
En sus extremos septentrionales, América y Asia
parecen acercarse, pues el estrecho de Behring que los
separa apenas tiene BO kilómetros de largo. Aún más:
hace miles y miles de años, durante la última glaciación
que afectó a la Tierra, el agua se recogió a causa de la
congelación, y la masa de tierra, que aún hoy se halla a

a aírsiae

poca profundidad, aflo ó, quedando a la vista una
amplia llanura a la que se ha denominado Betingia. Las
actuales islas Diomede no eran sino montes de aquella
región. El resto del continente tenía climas diferentes a
los actuales. El hielo bajaba hasta las tierras templadas y
las que hoy son áridas constituían fértiles valles y
llanuras en los que habitaban enormes mamíferos, más
tarde desaparecidos.
Los habitantes del noreste de Siberia, cazadores y
recolectores de la tundra, circulaban de un lado a otro
en busca de alimentos. No es pues sorprendente que

xl~

hace unos treinta mil años atravesaran Beringia y
penetraran, sin advertirlo, en la península de Alaska. Allí
seguramente permanecieron largo tiempo, hasta que el
mejoramiento del clima les permitió pasar hacia el sur
del continente.
Aunque se han establecido varias hipótesis sobre el
origen del hombre americano, ésta parece ser la más
aceptable. Las características mongólicas de los actuales
habitantes de ambos litorales del Pacífico parecen
expresar un origen común, aunque la evolución
posterior fuera diferente para cada grupo humano. El
hecho de que algunas lenguas americanas contengan
elementos australoides y polinesio-melanesios,
favorecieron otras teorías pero hoy se acepta que tales
influencias fueron posteriores.
En medio de tundras, taigas y bosques, los hombres
fueron adaptando pequeños cambios a sus formas de
vida y ampliando su escaso bagaje cultural; conocían el

indispensable fuego y contaban con pieles, cuerdas,

Océano Ártico

Estrecho de Behring
Profundidades marítimas

0.55 m

EQ 55-185 m
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Más de 185 m

Asia

América

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Mar de Behring
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Islas Aleutíanas

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23
Rutas de tránsito de los pnmeros pobladores.
Glaciar Atabasca

Máxima extensión de la glaciación Wisconsin.

Poblamiento del continente

Océano Ártico
Estrecho de Behring

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Asia

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Océano Pacifico
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redes y cestas.rudimentarias„apenas iniciaban el sistema
de dar forma a sus instrumen'.os de piedra mediante
golpes que asestaban entre unos y otros; seguramente
aún carecían de arcos y flechas y empezaban a usar
dardos. Su organización social reflejaba aquella misma
simplicidad y seguramente diversas familias se reunirían
para defenderse o para organizar cacerías, aunque sus
instrumentos revelan que su actividad principal seguía
siendo la recolección. Su virla entera se orientaba a la
búsqueda de alimentos y esta situación los'obligaba al
nomadismo. Tendrían que esconder su comida, cuando
abundaba, para consumirla en momentos de necesidad.
Los restos encontrados nos explican el proceso
paulatino de su migracrón hacia el sur. Mientras los
restos hallados en el norte del continente datan de
hace 30 000 años, los de México son de hace unos
22000; los de Venezuela de 18000; de 16000 los de
Perú; 13 000 los de Chile y 12 700 los hallados en
Patagonia. Esta lenta migración (es permitiría adaptarse
a los variados y sucesivos medios geográficos del
continente.

Primeros habitantes de México
En México han quedado pocos restos de aquellos
lejanos ancestros. En Tlapacoya, al sureste de la ciudad
de México, se encontraron huesos de varias especies
animales entre restos de hogares y sencillos artefactos
de piedra; quedaron fechados en unos 22 000 años a.C.
En la Presa de Valsequillo, en Puebla, se localizaron
otros restos, junto a huesos de un elefante prehistónco,
que se remotan a 10000 a.C. En Tepexpan, cerca de
Texcoco, se hallaron, junto a huesos de mamut, los
restos óseos humanos más antiguos de Mesoamérica
(8 000 a.C.) y su reconstrucción nos indica una gran
semejanza con los indígenas que se enfrentaron a
Hernán Cortés y sus huestes. En las reproducciones e
interpretaciones pictóricas, a causa de los hallazgos,
estos hombres han quedado como cazadores de
mamut. Sin embargo, hay que advertir que este tipo de
cacerías fueron casos excepcionales, pues sus
instrumentos sólo permitían rematar a un animal
cuando estaba semiatrapado.
25
Yacimientos de la etapa litica.

Arte rupestre en el actual estado de Durango.

Petroglifos prehistóricos de Nayarit.

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Los restos de estos antiguos habitantes resultan
escasos y dispersos. Como en otras partes de la Tierra,
en México, predominan los instrumentos de piedra que,
de acuerdo con su evolución, han servido para
periodificar esa larga etapa de 20000 años de la que
sabemos muy poco y en torno a la cual asumimos que
las actividades fundamentales fueron la cacería y la
recolección. A base de artefactos, restos de
alimentación y localización de otro tipo de rastros, se
han hecho conjeturas sobre la vida de grupos y
comunidades. Esta etapa, denominada lítica, se ha
dividido también en los siguientes horizontes:

A rqueolí ti co
Los rastos~ispersos que Jtos quedan de este horizonte
están en: Laguna de Chapala, Baja California; Cueva del
Diablo, Tamaulipas; Tlapacoya, Estado de México;
Valsequillo, Puebla; Cueva de Chimalacatlán, Morelos y
Teopisca, Chiapas. Se trata, en general, de grandes
vestigios tallados piedra contra piedra, algunas veces

trabajados de los dos lados y con bordes puntiagudos.
Se han encontrado asimismo lascas y navajas, pero no
puntas de proyectil, tal vez por haberlas usado de
madera o hueso, como las que existían en el momento
de la conquista.
Los estudiosos piensan que en este horizonte los
hombres eran básicamente recolectores, aunque
practicaban limitadamente la cacería. El núcleo familiar

• Horizonte Arrtoeolitico (
- 14 000 a.C.).
• Horizonte Cenolitico
(14 000 - 7 000 a.C.).
• Horizonte Protoneolitico ( 7 000 - 4 500 a.C.).

•

Límites del érea cultural mesoamericana, principales zonas culturales.

•

1. Altiplano central
2. Mixteca
3. Valle de Oaxaca y Tehuantepec
4. Costa del Golfo-Huasteca
5. Costa del Golfo-Veracruz
6. Maya sur

•

•
•

7. Maya norte
8. Costa del Pacífico
9. Occidente de México: Guerrero
10. Occidente de México: Michoacén
11. Occidente de México: Colima,
Nayarit, Jalisco

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AMÉRICA

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Mesoaménca y Andamérica.

26

27
Raspadur y navala de obsidiana de llapacoya,p

Hachas del periodo Arqueolítico.

Restos de un mamut encontrado en Santa Isabel Iztapa

era pequeño y constituía la unidad organizativa del
grupo social, aunque se conjetura que en ocasiones se
formaban bandas, sobre todo cuando la necesidad, la
población escasa y el nomadismo se agudizaban.
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28

De este horizonte hay mayores rastros. Se han
encontrado restos a lo largo del territorio que cubre los
estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila y
Nuevo León y el cual llega hasta Oaxaca y Chiapas. El
fenómeno indica un probable aumento de población.
En esta etapa aparecen puntas de proyectil de
piedra. Todavía se trata de talla de piedra contra
piedra, aunque parece que las terminadas se logran
golpeando los utensilios contra objetos más blandos
— como madera o hueso —, lo cual les permitió obtener
bordes filosos y mayor variedad de formas. Las navalas
fahricadas fueron tan abundantes que se usaron hasta la
época de la
conquista en que, de acuerdo con algún
cronista, fueron utilizadas por los españoles para
rasurarse cuando no tenían de acero. El hueso y la
concha se trabajaron con objetivos ornamentales y
desde luego se fabricaron redes, canastas, bolsas,
cordeles y otros objetos de fibra vegetal. Los hombres
se habían vuelto cazadores; es posible que la familia se
hubiera hecho más extensa y que las bandas
empezaran a organizarse.
Para 9 000 a.C. la temperatura había aumentado y
los grandes mamíferos habían desaparecido casi en
todo el continente, de suerte que los hombres podían
cazar sin competir con los grandes animales. Tal vez
por ello se ha encontrado mayor número de rastros
de puntas de proyectil. También en ese momento
aparecen los primeros instrumentos de molienda. Al
principio se trata sólo de grandes piedras planas
aplicadas a otras alargadas; el mecanismo era utilizado
para moler Poco a poco los instrumentos adquirieron
forma de base de pulido, adhiriéndose unas manos
artificiales.
Aparecen también canastos de gran calidad que
probablemente fueran usados para hervir harinas de
granos triturados. El ingenioso sistema consistía en
echar piedras candentes en el líquido, una tras otra,
hasta que cocinaban la harina. Esta simple práctica
siginificó un gran adelanto en la dieta y la posibilidad

Cráneo de Tepexpan.

de su enriquecimiento certero. En algunos lugares de
las costas se han encontrado enormes basureros de
conchas y huesos de animales.

Pro toneolí ti co
Este horizonte constituye una transición entre las etapas
de recolección y de cultivo. Desde el Cenolítico habían
empezado a consumirse diversos productos vegetales
como el amaranto y el aguacate y, al final de la etapa,
los productos básicos de la dieta indígena: calabaza,
chile, frijol, pencas de maguey y teosinte o maíz
silvestre. Durante el Protoneolítico se inició la
domesticación de algunas plantas. El descubrimiento de
que al dejar caer una semilla podía surgir una nueva
planta produjo la revolución neolítica, que consistió
nada menos que en aprender a producir los alimentos.
El consumo del teosinte o maíz silvestre dominó el
Protoneolítico hasta la aparición del maíz cultivado, al
tiempo que también se sembraban frijol, calabaza y
chile. Esta domesticación de las plantas mejoró su
29
La importancia del maíz

olvidan hijos, esposa y cualquier otro placer como si la milpa
fuese su propósito final y fuente de su felicidad."

"Todo cuanto hacen y hablan está tan concentrado en el maíz
que ellos lo consideran casi como un dios. Eí encanto y
embeleso con que miran sus milpas es tal, que por ello

Thomas Gage, Nuevo reconocimiento de las
Indias Occidentales, 1648.

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Caza de liebres con palo arrojadizo

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El Valle de Tehuacán
y el inicio de la vida sedentaria

I
J

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4 '

Y a la noche llegamos a muchas casas que estabanasentadas
a la nbera de un hermoso rio y los señores dellas salieron a
medio camino a rescebímos con sus hijos a cuestas y nos
dieron muchas taleguillas de margajita y de alcohol molido.
con esto se untan ellos la cara; y dieron muchas cuentas y
muchas mantas... Aquí me trajeron un hombre e me dijeron
que había mucho tiempo que le habían herido con una flecha
por el espalda derecha, y tenía la punta de la flecha sobre el
corazón;
decía que l daba mucha pena e que por aquell
e
a
causa siempre estaba enfermo. Yo le toqué y sentí la punta

de la flecha y ví que la tenía atravesada por.la ternilla, y con
un cuchillo que tenía le abri el pecho hasta aquel lugar y vi
que tenía la punta atravesada y estaba muy mala de sacar,
torné a cortar más y metí la punta del cuchillo y con gran
trabajo en fin la saque.. : que en aquel lugar de donde aquél
había venido había muchas plantas de aquello enterradas, y
que aquello era cosa que ellos tenían en mucho, y había
casas de asiento... Por aquellos valles donde i1aamos cada
uno dellos llevaba un garrote tan fargo como tres palmos y
todos iban en ala y en saltando alguna liebre (que por allí
había hartas) cercábanla luego y caían tantos garrotes sobre
ella que era cosa de maravilla, y desta manera la hacían andar
de unos para otros, que a mí ver era la más hermosa caza
que se podía pensar...

A. N. Cabeza de Vaca, Naufragios y comentarios

Secuencia del maíz.

30

calidad, sobre todo la del teosinte. No sabemos si la
transformación del teosinte en maíz fue resultado del
simple cultivo o el efecto de una verdadera selección,
al sembrar sólo las semillas más grandes.
El cultivo de plantas exigió ajustes en la vida de los
pueblos pues la población requería de un asentamiento
fijo, por lo menos durante algunos meses cada año. Al
principio fue un traslado que coincidía con el cambio
de estación, pero los miembros de cada comunidad
quedaban obligados a moverse dentro de un territorio
limitado, lo que empezó a otorgarles el sentido de
propiedad territorial. Estos movimientos seminomádicos
favorecieron ej intercambio de productos y el
establecimiento de aldeas permanentes.
Los artefactos de piedra producidos durante este
horizonte disminuyeron de tamaño, aparecen con un
pulido estético y funcional y los objetos de molienda
adquieren las formas operativas de los metates y
molcajetes.

Las condiciones climáticas han preservado basureros y
restos que nos han permitido seguir una secuencia
continua dentro del largo proceso de desenvolvimiento
de las civilizaciones agrícolas mesoamericanas. El caso
de Tehuacán es sólo un ejemplo porque la agricultura
parece haberse generado en varios puntos al mismo
tiempo aunque las diversas plantas fueran domesticadas
por primera vez en algún sitio.
La fase más antigua (10000 a 6 500 a.C.) es típica
de grupo recolector-cazador, con la utilización de
cuchillos y puntas de proyectil talladas. En la segunda
etapa (6 500 - 4 900 a.C. se advierte un cambio: grupos
)
pequeños cazan durante la estación seca y grandes
grupos viven de la recolección de plantas en la estación
húmeda. Es probable que al final de esta época se
hubiera descubierto el secreto de las nuevas plantas. Es
periodo de innovaciones: instrumentos de molienda,
muestras de tejido y de trabajo en madera y hasta
enterramientos elaborados, en que los cráneos han sido
aplastados o quemados, separado el cerebro, y
colocados de manera insólita, con alguna finalidad
desconocida para nosotros.

Pochote o algodonero silvestre.

31
Los indios de Baja California
Está aquel ancón en treinta y dos grados de altura, y aun algo
mas: es allí la mar Bermeja, crece y mengua muy por
concierto; hay por aquella costa muchos volcanejos y están
los cerros pelados: es tierra pobre, haílóse arrastro de cuernos
grandes, pesados y muy retuertos: andan muchas ballenas por
este mar, pescan en él con anzuelos de espinas de arboles y

de huesos de tortugas que hay muchas buenas y grandes:
andan los hombres desnudos y trasquilados, como los otomis
de Nueva Esparta: traen á los pechos unas conchas relucIentes
como de nácar; los vasos de tener agua son buches de lobos
marinos, aunque también los tienen de barro, muy bueno.

Francisco López de Cámara, Segunda parte de
la Crónica Ceneral de las Indias

La tercera fase (4 900 3 500 a C ) fue muy
semejante a la anterior, pero las bandas parecen haber
crecido y permanecen en un mismo sitio por periodos
más largos. Su vida sigue siendo recolectora y cazadora;
al mismo tiempo adquieren más y más plantas
domesticadas, al principio chile, aguacate, guaje;
después, amaranto, frijol, calabaza, zapotes. Estos
alimentos apenas representan el 1096 de su dieta, según
nos enteramos por el análisis de sus heces.
En la cuarta fase (3 500 - 2 300 a.C.) el modo de
vida se ha transformado. Existen campamentos en las
cuevas que sirven para cazar en la época de seca pero
hay ya asentamientos en las terrazas del río, en
grandes casas semisubterráneas; parte de sus ocupantes
las habitan todo el año. Para entonces se cultivaban

calabaza, fnjol y maíz y el 7096 de la dieta provenía
de plantas y animales silvestres. La última etapa
(2 300 - 1 500 a.C.) corresponde ya al pleno
establecimiento de aldeas, con la aparición de la
más antigua cerámica de Mesoamérica. Estas primeras
piezas imitaban los cajetes y ollas de piedra y cestas
tejidas del periodo anterior. Es posible que su aparición
también ocurriera al mismo tiempo en varios sitios,
aunque cabría la posibilidad de que el fenómeno
surgiera en un sitio y se difundiera por otros. El aspecto
más importarite del periodo se refiere al hecho de que
los hombres vivían ya permanentemente en un lugar y
la base de su alimentación era agrícola. Los
fundamentos de una nueva vida estaban presentes.

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v

Restos de cerámica del preclásico.

33

32
Capítulo III

EL PRECLASICO
I. EL TIEMPO DE LAS ALDEAS

Tecnología

El cambio ecológico que tuvo lugar antes del año
2000 a.C. favoreció la lenta consolidación de las
mutaciones en Ias formas de vida de los diversos
grupos asentados en el territorio de Mesoaméríca.
Seguramente por la escasa población, los grupos
aparecen dispersos pero en todos se realiza un cambio
económico fundamental: el paso de la recolección y la
caza a la producción agrícola; esta última aparejaría
nuevos patrones de vida.
Durante el periodo que va de 2000 a 800 a.C. se
genera una nueva sociedad; hacia 1 300 a.C. los
procesos han madurado y puede hablarse de una
segunda fase aldeana.

Una vez desentrañado el misterio de la germinación en
los trabajos agrícolas, los grupos humanos buscaron
procedimientos para facilitar la siembra y descubrieron
el uso del bastón plantador, vara de punta aguda
endurecida al fuego, así como el recurso de aprovechar
las temporadas de lluvias o las vegas de los ríos y
lagos, sitios donde la tierra permanecía húmeda.
Algunos discurrieron pronto la primera técnica de riego
artificial: abrii pozos y, mediante vasijas, regar cada
planta. Así ocurrió en el Valle de Etla, en Oaxaca;
tambien surgió el proceso de la tala de árboles, el cual
permitió ampliar la extensión de los terrenos de cultivo;
de este proceso tenemos conocimiento gracias a la

• Comunidades aldeanas
• Centros ceremoniales

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• Et tbono
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• Ot brlchtl tan

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35
"Cara de niño", de Cualupita, Moielos.

Ruinas de Dainzú, centro ceremonial desde 800 a.C.

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existencia del gran número de hachas de piedra
halladas en algunas zonas de la costa del Golfo y la
cuenca de México. Más tarde surgió la idea de construir
terrazas en las laderas de los montes con sus
respectivos canales de riego. Es posible que durante
esta segunda etapa empezaran a fabricarse chinampas a
orillas de los lagos de Chalco y Xochimilco. Estas
técnicas aumentaron tanto la extensión de la tierra
cultivable como la producción, fenómenos que
permitirían la acumulación de excedentes.
La producción sistemática de alimentos requirió de
nuevas formas de elaboración y almacenamiento. El uso
de metates y molcajetes se generalizó y la cestería
diversificó sus formas y tipos de tejido. Hasta ese
momento las únicas ollas elaboradas habían sido de
piedra y en algunos sitios, según indicamos, para hervir
el agua se habían usado cestos de nudo muy apretado.
En esta etapa se generalizó el conocimiento de la
técnica de la cerámica: las vasijas se modelaron en
arcilla, a semejanza de las de piedra, y se sometieron a
cocimiento. Gracias a su resistencia, su técnica, su
utilidad y la abundancia de arcilla, su uso se extendió y
diversificó; se elaboraron ollas, cajetes, platos, grandes
tecomates para almacenar granos y figurillas decoradas
a base de la técnica de pastillaje; los adornos o las
facciones de la cara surgieron a base de tiras o bolitas
sobrepuestas.
Es posible que desde el preclásico inferior, las
muleres empezaran a tejer; los hombres parecen haber
andado desnudos, embadurnados de pintura en cuerpo
y cara. Usaban ya una serie de adornos mediante
perforaciones, orejeras, narigueras; traían collares,
brazaletes y tocados complicados, según podemos
apreciar en las figurillas de barro, las cuales demuestran
su desarrollo artístico y los inicios de un proceso de
diferenciación social.

Asentamientos
El sedentarismo y la seguridad en la adquisición del
alimento reduleron la mortalidad y alargaron la vida. Al
mismo tiempo, el aumento de la producción permitió
un incremento de la población. Este fenómeno se hace
más notorio para la segunda fase de la etapa aldeana.
En San José Mogote, en el Valle de Oaxaca, hacia 1300
a.C. existían de quince a treinta casas que para 850-500

a.C, se habían convertido en varios centenares.
Las casas estaban construidas con ramas y barro, o
sea, eran de bajareque. En el Valle de Oaxaca medían
de seis a siete metros de largo por cuatro o cinco de
ancho y se calcula que albergaban de dos a cuatro
personas. Las casas se fueron haciendo más sólidas con
el paso del tiempo y algunas deben haber crecido a
medida que se estratificó la sociedad. El centro de la
aldea se reservó para efectuar los rituales comunitarios,
según lo indican los descubrimientos de plataformas de
tierra apisonada limitadas mediante escalones.
Vasija antropomorfa de Las Bocas, Puebla.

"El acróbata". Tlatilco.

Organización social
Inicio de la estratificación
Tenemos pocos datos acerca de su organización social.
Hombres y mujeres realizaban tareas variadas pero al
principio las labores de caza, pesca, agricultura y
artesanías deben haberse efectuado indistintamente. El
aumento de la tierra cultivable y el crecimiento
demográfico exigió que se implantara la división del
trabajo. La misma abundancia y la calidad de la
producción alfarera nos indican la existencia de
artesanos especializados.

El liderazgo debe haberlo ejercido el grupo de los
jefes de familia, pero para la segunda fase las figuritas
encontradas nos indican la aparición de un grupo
privilegiado. Los portadores de orejeras, narigueras,
collares, pulseras y pantorrilleras seguramente son
representaciones de aquellos que ejercían el poder, que
organizaban y dirigían el trabajo y que administraban
los excedentes. Este grupo social se encargaría de los
rituales religiosos y habitaría en casas más sólidas,
situadas en la zona central de la aldea.
Como se han hallado objetos y figurillas hechas con
materiales procedentes de regiones lejanas, se deduce
tambien la existencia de un intercambio entre los
diversos grupos mesoamericanos; sin embargo, resulta
difícil saber si existía un grupo encargado de las tareas
de trueque.

Acoso de un mamut.

Las prácticas mágico-religiosas
Algunas plataformas de tierra apisonada probablemente
fueron bases de templos y parecen confirmar la
hipótesis de que existía ya todo un ritual religioso y un
grupo con atribuciones sacerdotales.
Las figurillas que representan mujeres desnudas en
las que se acentúan sus caracteres sexuales secundarios
indican un ritual agrícola de fertilidad que se localiza
en casi todas las culturas del mundo.
Por otra parte, las tumbas simples encontradas bajo
las casas o en los campos parecen indicar el inicio de
un culto a la muerte y de este culto podría deducirse la
integración de la muerte al ciclo vital: los hombres se
entierran al igual que las semillas.

II. LOS CENTROS CEREMONIALES

Tlatilco
Hasta ahora se han hallado en Tlatilco alrededor de cuatro
mil figuras cerámicas. Miniaturas plásócas del tamaño de una
mano... Por lo general se trata de figuras de mujeres
desnudas. Son relativamente raras las imágenes de
hombres... Prevalecen dos tipos de desnudos femeninos: la
mujer decaderas anchas, de car abundantes y maazas, de
nes

pechos vigorosamente desarrollados, en la que con toda
probabilidad podemos ver la imagen de la mujer casada; y la
muchacha joven, de figura esbelta, de caderas muy poco
prominentes y senos pequeños; los arqueólogos le pusieron el
nombre de preny Iaáy

Paul Westheím, Ideas fundamentales del arte
prehispá ni co
Pigurif las del preclásico,

El proceso de crecimiento aldeano que tuvo lugar en
varias partes de Mesoamérica habría de culminar, entre
800 y 200 a.C., con el establecimiento de la gran
corriente del preclásico superior: la cultura olmeca.
Surgida en las tierras cálidas y húmedas de la costa del
Golfo de México, esta cultura estuvo favorecida por la
abundancia del agua; su poder y su vigorosa influencia
se extenderían por toda el área y más allá de sus
fronteras hasta el centro de los Estados Unidos, en el
norte, y hasta el Perú, en el sur. Otras complejas
l.ocaázaciones del preclásico.
Centro ceremonial de Cuicuilco.

Pirámide de Cuicuilco.

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culturas surgidas en Oaxaca, Yucatán, Chiapas y
Cuatemala compartieron sus rasgos, aunque con sellos
distintivos de desarrollo local que las hicieron diferentes
entre sí. A los centros olmecas de La Venta, Tres
7apotes, fl Trapiche, San Lorenzo, Los Tuxtlas y La Tigra,
correspondieron centros como Monte Albán en
Oaxaca, Kaminaljuyú y Uaxactún en Guatemala, Maní,
Itampak-Dzibilnocac y Dzibilchaltún en Yucatán y
Chiapa de Corzo en Chiapas. Cuicuilco, en la orilla sur
del Lago de Texcoco, también constituyó un centro
ceremonial respetable; fue víctima de la erupción del
volcán Xitle, fenómeno que obligaría a sus
sobrevivientes a trasladarse a la orilla oriental, donde
más tarde colaborarían en la construcción de la
imponente Teotihuacan.

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fn Monte Albán, donde el cultivo era de temporal, el
riego por medio de vasijas derivó lentamente en la
construcción de canales y en el sistema de barbecho de
las laderas. fn todo caso, estos mejoramientos
tecnológicos desarrollaron una agricultura avanzada que
proporcionó suficientes excedentes y permitió que
muchos hombres al abancfonar la producción de
alimentos se especializaran en otras tareas.

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La agricultura
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Poco sabemos sobre los olmecas; no conocemos qué
nombre se daban ni qué lengua usaban para expresarse
y comunicarse. Sin embargo, podemos imaginar, al
observar sus esculturas, que eran bajos de estatura,
fuertes, mofletudos, con ojos oblicuos, labios abultados
y nariz corta, aunque también hay algunas muestras de
hombres altos con nariz fina. La región en que se
desarrollaron era privilegiada pues el mar les ofrecía sus
peces y mariscos y las selvas aledañas una caza variada:
venados, monos, jabalíes, iguanas, faisanes, etc. Y si
esto fuera poco, sus ríos se desbordaban y fertilizaban
sus riberas con limo, por lo que las siembras daban
excelentes cosechas. No obstante, la población
creciente hacía necesario robarle espacio a la selva y
los olmecas discurrieron la técnica de la roza y quema:
désmontaban un terreno, quemaban el corte de
vegetación y sobre su ceniza, sembraban. Casi siempre
obtenían dos cosechas al año pero el sistema hacía
necesario que descansara la tierra después de varios
ciclos ya que se había agotado y había que ganarle un
pedazo más a la selva. Seguramente este sistema obligó
a algunos grupos a subdividirse; así no se alejarían
demasiado de sus tierras cultivables.
Los mayas de las zonas pantanosas de Belice
resolvieron el problema de exceso de agua
construyendo ciertos camellones de tierra que
simultáneamente evitaban que se dañaran las plantas y
aseguraban la humedad necesaria en tiempo de secas.

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Máscara funeraria. Hacia el año 1000 a.C.

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Figura de Chupicuaro.

41
"El bateador", cerámica de Cohma.

íl preclásrco en ocodente. Ceramica de Chupicuaru.

Urbanización y arquitectura
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Las esculturas monumentales
y las leyendas de gigantes
Y nadie se maraville ni tenga por fábula lo que decimos de
estos gigantes; porque hoy día se hallan huesos de hombres
de increible grandeza y la muela, que en mi poder tuve, se
sac6 de una quijada que ya como tierra se iba desmoronando
y haciendo ceniza; cuya cabeza, afirman muchos que la vieron
(de los cuales son fray Hier6nimo de Zárate que era
predicador y ministro de los indios del principal convento de

47

Tlaxcalla y Diego Muñoz Camargo, gobernador de los mismos
indios, en esta dicha provincia), que era tan grande como una
muy gran tinaja de las que sirven de vino en Casólla; la cual,
aunque trabajaron mucho por sacarla entera, no pudieron
porque se deshacía y quebraba toda. Esto vieron también
algunos otros religiosos de San Francisco, mi padre y se
descubri6 cuatro leguas de la dicha ciudad de Tlaxcalla, en un
pueblo que se llama Atlancatepec, que puede ser prueba esto
de la verdad que afirmamos.

Juan de Torquemnad, Monarquía Indiana

Los agricultores del preclásico superior continuaron
viviendo en chozas pero construyeron grandes centros
para realizar sus ceremonias religiosas y sus actividades
comerciales. Una cuidadosa planeación dio lugar a la
aplicación de una línea imaginaria, fundada en
observaciones astronómicas que servía de eje áe
construcción. Para los olmecas el trazo iba de norte a
sur, a los lados de esta línea, de manera bastante
simétrica, disponían sus monumentos. Las
construcciones se elevaban a partir de grandes patios,
en donde erigían pirámides o basamentos sólidos para
colocar sus templos u oratorios.
En La Venta, los edificios ceremoniales forman un
rectángulo; la pirámide principal se halla al centro y hay
montículos y monumentos hacia el norte y el sur.
Como los olmecas no tenían piedra, su arquitectura fue
modesta. Sus pirámides eran de barro, lo cual no
impidió que llegaran a tener hasta 128 metros de
diametro y 31.4 metros de altura. Colocaron grandes
columnas monolíticas de basalto, trasladadas desde la
Sierra de los Tuxtlas, alrededor del patio ceremonial; es
el mismo sistema aplicado en la construcción de la
monumental tumba A, que recuerda una choza erigida
con troncos de árbol.
Las plataformas eran macizas, a excepción de las
que servían como tumbas. Cuando menos una de las
pirámides fue escalonada. No usaron estuco para cubrir
muros y piso ni encalaron sus construcciones pero en
cambio destacan sus altares, estelas y esculturas. Aunque
carecieron de piedra, los olmecas fueron excelentes
escultores: lo demuestran las trece gigantescas cabezas
de San Lorenzo, esculpidas en piedra, y los nueve
altares monolíticos encontrados en la zona. Estos
últimos están elaborados en forma rectangular y se
hallan casi cubiertos de esculturas. En las estelas se
observan personajes distinguidos, rodeados de curiosas
figuras pequeñas, escenas guerreras o fechas. Una de
las estelas de Tres Zapotes contiene la fecha registrada
más antigua del continente. Las figuras muestran una
gran destreza técnica y una notable sensibilidad
estética, en especial las de jade y piedras finas. Destaca
un motivo en que se combinan rasgos humanos y
felinos, semejante al jaguar, que se repite una y otra
vez. Hay que subrayar que las esculturas, en especial
las de gran tamaño, pertenecen a la época del apogeo

olmeca.
En Monte Albán, la irrigación de las laderas permitió
a la élite zapoteca trasladarse a un monte que lograron
rebajar y aplanar. Las construcciones zapotecas ya están
hechas de piedra y el material permitió a la arquitectura
un mayor desarrollo. El centro ceremonial cuenta
también con una gran plaza y plataformas piramidales.
Una de ellas muestra enormes piedras irregulares,
colocadas en hilera, con bajorrelieves que representan
hombres desnudos y mutilados, a los que alguna vez se
dio el nombre de danzantes, y que parecen representar
cautivos, es decir a los pueblos vencidos a través de
sus numerosas conquistas.
A una etapa posterior pertenece una construcción
pentagonal con lápidas de piedra tallada, con
representaciones de cabezas en posición invertida,
símbolo mesoamericano de victoria militar, con glifos
de nombres de lugares y fechas, monumento que sin
duda recuerda sus hazañas militares.

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Grupo de figuras de jade de La Venta.

43
Centro arqueológico de la Venta
Cabeza monumental San torenzo.
de
Zona metropolitana olmeca.

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Montícu
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Cerro Encanto txcs

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Grupo de Stirling

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Pirámide Destruida
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Plaza de Stirling

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• El Tejar
Remojadas

Cerro de las Mesas+
Cerro de la Piedra
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Sociedad y organización

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g Mesón
Re molino
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J Laguna de Cstemaco
• La Cebada ~
Piedra Labrada

• Laguna de los Cerros
• Remolino
• Cruz dal Milagro
Medias Aguas•

• Estero Rsbon

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San Lorenzo Tenochtítlan 4

• i Potrero Nuevo

44

• La Venta

La existencia misma de un centro ceremonial nos indica
que en su construcción el grupo de aldeas que lo
rodeaba habían reunido riquezas excedentes y fuerza
de trabajo. Los restos arqueológicos nos permiten
corroborar la existencia de artesanos especializados:
alfareros, lapidarios, pintores, escultores, trabajadores
de la pluma y del tejido y verdaderos arquitectos que
diseñaban las construcciones.
Pero las necesidades de aquella sociedad
estratificada habían hecho necesario que algunos
individuos administraran la producción, impulsaran el
comercio y dirigieran las grandes obras monumentales.
Los individuos que dirigían los servicios religiosos
conjugaban asimismo el poder político pues poseian los
conocimientos esenciales: el calendario, el momento
preciso de la siembra, etcétera.

Los enterramientos permiten detectar las diferencias
sociales que existían en aquella sociedad pues los
entierros se acompañaban con ricas ofrendas,
determinadas por el status social. Los enterramientos de
Monte Albán contienen ofrendas de cerámica. tanto
vasijas como figurillas. Los hombres representados
llevan manto, maxtlatl, brazaletes y diversos tocados en
la cabeza. Se usaban ya pinturas faciales y corporales,
máscaras y hasta barbas falsas.
La enorme difusión del estilo olmeca indica una
extendida actividad comercial y probablemente guerras
de conquista. Gracias a los ríos de su área geográfica,
los olmecas desplazaron sus productos con facilidad.
Las enormes piedras que utilizaron para sus esculturas y
edificios probablemente eran deslizadas sobre balsas
por medio de las corrientes. Gracias a la arqueología
sabemos que además de exportar sus objetos
manufacturados importaban materias primas, las cuales
transformaban: jade, serpentina, cinabrio, etc., pero
también semillas y productos para uso doméstico y
cotidiano.
Más allá de su área, la cultura olmeca se fusionó
con otras y produjo culturas más desarrolladas. A veces
se trataría tan sólo de un puesto defendido por
soldados, útil para comerciar; en otras ocuparía áreas
enteras. Para algunos histonadores las actividades del
comercio se acompañaban de conquistas violentas, lo
que significaría la existencia de verdaderos ejércitos
que, además de sustentar el comercio, exigirían tributo.
Pero no sabemos cómo se gobernaban, si las ciudades
constituían estados independientes o se organizaban
por alianzas. Ligas y confederaciones son tipos de
organización peculiares de Mesoamérica y los olmecas
tal vez fueron sus iniciadores. Tampoco sabemos nada
de su decadencia.
Los olmecas desarrollaron una relación comercial
muy estrecha con el Valle de Oaxaca, la cual fortaleció
a las elites zapotecas y facilitó el desarrollo de Monte
Albán. Por los objetos encontrados sabemos también
que el comercio zapoteca fue activo, pues se han
detectado ostras perlíferas procedentes de las costas
del Pacífico, mejillones perlíferos del Golfo y moluscos
de las costas de Chiapas o Guatemala. Los
constructores de Monte Albán tuvieron también su
época de expansión como lo prueban las
representaciones descritas, los danzantes y las figuras
invertidas.
45
Pedestal para recipiente en forma de columna vertebral.
Monte Albán.

ftefieve de un sacerdote rodeado por una serpiente. La Venta.
Niño o enano de iade. Cerro de Las Mesas.

Monte Albán.

veces se les agregan rasgos de otros animales, ya sean
plumas o lenguas de serpiente. El laguar fue tal vez el

nahual de los olmecas. La creencia en el nahual es
mágica, ya que se piensa que la vida de los hombres
está unida a la suerte de algún animal protector, que es
su nahual. Para los olmecas, el jaguar fue seguramente
el símbolo de los misterios y peligros de la selva, de la
vida y de la muerte.
Monte Albán significó un avance en la arquite<tura
porque se aplicó la piedra en la construcción de los
edificios, pero el sitio muestra asimismo un calendario y
una escritura más desarrollados. El calendario puede
considerarse antecedente del que llegará a conocerse
como calendario maya.
l.os habitantes de Monte Albán también parecen
haber creado una religión más compleja. Las urnas
muestran diversos dioses, como el de la lluvia, que
habrán de caractenzar a las religiones mesoamericanas
En Monte Albán la magia tribal parece convertirse en
religión estatal.

Oanzante.
Monte Aibán.

Máscara del dios Murciélago. Monte Albán.

C onocimientos y r e l igió n
Los monumentos olmecas son impresionantes. Podt mos
darnos cuenta hoy de que el pueblo olmeca creó los
principios de un urbanismo ceremonial, inició el
desarrollo del calendario, con los conocimientos
astronómicos que lo fundamentan, y estableció la
escritura figurativa. El más trascendental dt sus legados
es el concepto de cero, símbolo que permitió la Cuenta
Larga.
No se sabe si las figuras que esculpieron los
olmecas son personificaciones pétreas de dioses, pero
no hay dudas acerca de su culto al jaguar pues hasta
los altares son jaguares. Estas circunstancias nos hacen
pensar que también los hombres-jag vares o niños>
jaguares, son divinidades, representaciones a las que a

T

e.

46

47
Capitulo IV

EL CLASICO,
MOMENTO DE ESPLENDOR
Entre 200 y 900 de nuestra era se desenvuelven las
culturas que corresponden al horizonte clásico; es el
momento de esplendor de la cultura mesoamericana. El
desarrollo notable de la región tuvo lugar en varios
centros pero fueron los principales, Teotihuacan, al
occidente del Istmo de Tehuantepec y las ciudades
mayas, al oriente. El Tajín al norte de Veracruz y
Xochicalco, en el actual estado de Morelos, alcanzaron
también un desarrollo considerable.
En este periodo la cultura rebasa la existencia
simplemente urbana pues hay ciudades que llegan a
constituir verdaderas metrópolis. A una de ellas los
nahoas le dan el nombre de Tollan. Este centro aplica
ampliamente el arte de la planificación; si antes sólo se
concebía urbanísticamente el centro ceremonial, en
Tollan se incluye la zona de habitación popular.
Durante el periodo, la metrópoli no es ya sólo un
centro ritual-religioso y de comercio sino que se
transforma en núcleo de producción manufacturera en
serie y con los artículos se efectúan transacciones. El
ejemplo por excelencia de este avance lo representa
Teotihuacan.

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Teotihuacan: de aldea a metrópoli
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El Valle de México poseía entonces una red de grandes
lagos y numerosos ríos y arroyos que bajaban de las
montañas. No era el erial triste, seco y polvoso que
vemos actualmente. Lleno de árboles, vegetación y
fauna de diversas especies, ofrecía muchos atractivos
para los asentamientos humanos. No obstante, el llano
<.'~nde los teotihuacanos se asentaron los obligó a
dis ñar un sistema de riego para intensificar sus labores
agrícolas a medida que creció su población.
El desarrollo de Teotihuacan fue lento. No
conocemos su origen, pero se supone la intervención
de nahoas, otomianos y totonacos. Hacia 400 a.C. la
población constituía apenas un asentamiento de unas
cuantas aldeas a las que se sumarían, hacía 200 a.C.,
los sobrevivientes de Cuicuilco, una vez que el centro
ceremonial sucumbió ante las lavas del volcán Xitle.
Estos nuevos pobladores contribuyeron con sus técnicas
y concepciones arquitectónicas para engrandecer la
ciudad. Así, a principios de nuestra era, Teotihuacan se
había convertido en un centro ceremonial extendido en
unos 17 kilómetros y habitado por unas 20 000

Origen de la ci udad de Teotihuacan
En seguida se pusieron en movimiento, todos se pusieron en
movimiento: los niñitos, los viejos, las mulercitas, las ancianas.
Muy lentamente muy despacio se fueron, alli vinieron a
reunirse en Teotihuacan. Allí se dieron las órdenes, allí se
estableció el señorio. Los que se hicieron señores fueron los
sabios, los conocedores de las cosas ocultas, los poseedores
de la tradioón. Luego se establecieron allí los pnncipados...
Y toda la gente hizo alli adoratorios [pirámidesL al Sol y a
la Luna, después hicieron muchos adoratorios menores. Allí
hacian su culto y allí se establecian los sumos sacerdotes de
toda la gente. Así se decía Teouhuacan, porque cuando
morían los senores, allí los enterraban. Luego encima de ellos
construían pirámides, que aún ahora están. Lína pirámide es
como un pequeño cerro, sólo que hecho a mano. Por allí hay
agujeros, de donde sacaron las piedras, con que hicieron las
pirámides, y así las hicieron muy grandes, la del Sol y la de la
Luna. Son como cerros y no es increible que se diga que
fueron hechas a mano, porque todavía entonces en mut.hos
lugares habia gigantes...
Y lo llamaron Teotihuacan, porque era el lugar donde se
enterraban los señores. Pues según decían: "Cuando morimos,
no en verdad morimos, porque seguimos viviendo,
despertamns. Esto nos hace felices."
Así se dingían al muerto, cuando moría. Si era hombre, le
hablaban, lo invocaban como a ser divino, con el nombre de
faisán, si era mujer con el nombre de lechuza, les decían:

Despierta, ya el aelo se enrojece,
ya se presentó la aurora,
ya cantan los faisanes color de llama,
las golondrinas color de fuego
ya vuelan las manposas.
Por esto decian los viejos, quien ha muerto, se ha vuelto
un dios. Decían: "se hizo allí dios, quiere decir que murió".

tnformantes de Sahagún, Códice Matritense de la
Real Academia de la Historia

personas. Sus grandes pirámides del Sol y de la Luna se
hallaban en construcción y esta situación comprueba el
dinamismo y espíritu emprendedor del pueblo.
Su crecimiento estable era ya un hecho y hacia 400,
Teotihuacan había alcanzado su máxima extensión de
22.5 kilómetros. Sus pretensiones imperiales lo habían
hecho incursionar comercialmente en Veracruz, Oaxaca

y hasta Guatemala. Su influencia t ra determinante en
los valles de México y Puebla, de manera que su
amplia zona de acción se extendia hasta Tulancingo en
49
Detalle de!a zona central de leoúhuacan
segun el mapa de ítené Ivíiífon.

Pirámides del Sol y de la Luna.

Hidalgo; es probable que llegara a Tehuacán. Además
la gente de Teotihuacan se había establecido en
Cholula, donde se creó un segundo polo de desarrollo
teotihuacano, el cual habría de sobrevivir a la súbita
desaparición de la sede.
Teotihuacan se convirtió en un centro religioso tan
grande que con un esfuerzo mínimo pudo imponerse
políticamente a las aldeas del valle de lviéxico. El
fenómeno hizo surgir una élite numerosa que requería
de la posesión de muchos bienes, situación que a su
vez generó un comercio muy activo que por otra parte
contó con la productividad de los alfareros que
propiciaban el intercambio de materias primas.
Teotihuacan devino así en una gran sede comercial
y en un centro de peregnnación en donde convergían
numerosas rutas. Entre 400 y 650 Teotihuacan
alcanzaría su apogeo cultural y político y una enorme
población que algunos cuentan hasta en 200 000
habitantes. La extensión se mantuvo igual, pues al
urbanizarse totalmente, las viejas chozas familiares se
convirtieron en construcpones que albergaban varias
familias, es decir, mayor población menos espacio.
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Origen del nuevo Sol en Teotihuacan
Se dice que cuando aún era de noche, cuando aún no había
lur„cuando aún noamanecía,di
cen que se!untaron, se
llamaron unos a otros !os dioses, allá en Teotihuacan.
Dijeron, se dijeron entre sí:
— ¡Venid, oh dioses! íQuién tomará sobre si quién llevará a
cuestas, quién alumbrará, quién hará amanecer?
Y en seguida alli habló aquél, alli presentó su rostro
Tecucrztécatí. Dijo:
— ¡Oh dioses, en verdad yo seréí
Otra vez dijeron los dioses:
-iQuién otro másl
En seguida unos y otros se miran entre si, unos a otros se
hacen ver, se dicen:
— lCómo será) iCómo habremos de hacer!oí
Nadie se atrevía, ningún otro presentó su rostro. Todos,
grandes señores, manifestaban su temor, retrocedían. Nadie se
hizo allí visible.
Nanahuatzin, uno de esos señores, alli estaba junto a ellos,
permanecia escuchando cuanto se decía Entonces los dioses
se dirigieron a él y le dijeron
— ¡Tú,tú serás, oh Nanahuatzin!
Éí entonces seapresuró a recoger la palabra, la tomó de
buena gana. Drjoi

La gran influenpa que adquirió Teotihuacan parece
haberse logrado gracias a su consolidación como centro
religioso y comercial. Por su i mportanci ceremonial
a
llegó a controlar ta producción de toda la cuenca de
México. Un tnbuto ritual le era entregado por los lazos
que se le atribuian a sus sacerdotes con la divinidad.
Con esa solida base, la metrópoli monumental se
transformó en un centro de cultura, religión,
producción y comercio; los demás pueblos le brindaron
respeto.
Todo este poderío se eciipsó intempestivamente.
fntre 650 y 700 Teotiliuacan sufrió una gran emigración
de la que se desconocen las causas. fResultó
insuficiente la producción de alimentos? ¹Fue incapaz
fa organización social y política teotihuacana
para importar el complemento necesariol ¹Sobrevino un
cambio ecológico por la excesiva tala de árboles que
disminuyó drásticamente la producción del vallel
íDejaron de tributar las aldeas penféricas que alimentaban
a toda aquella población, descontentas con la tiranía de
la clase sacerdotall Sólo se sabe que se produjo una
emigración masiva hacia Cholula, la Mixtequilla y los

— bien, oh dioses, me habéis hecho un bien.
Está
En seguida empezaron, ya hacen penitencia. Cuatro dias
ayunaron los dos, Nanahuatzin y Tecuciztécatl. Entonces fue
cuando también se encendió el fuego. Ya arde éste allá en el
fogón. Nombraron al fogón roca dwina.
Y todo aquello con que aquel Tecuciztécail hacía
penitencia era precioso. sus ramas de abeto eran plumas de
quetzal, sus bolas de grama eran de oro, sus espinas de!ade.
Asi las espinas ensangrentadas, sus sangramientos eran coral,
y su mcienso, muy buen copal.
Para Nanahuatzin, sus ramas de abeto todas eran
solamente cañas verdes, cañas nuevas en manojos de tres,
todas atadas en conjunto eran nueve. Y sus bolas de grama
sólo eran genuinas barbas de ocote; y sus esp
inas, también
eran sólo verdaderas espinas de maguey. Y lo que con ellas
se sangraba era realmente su sangre. Su copal era por oerto
aquello que se raía de sus llagas.
A cada uno de éstos se les hizo su monte, donde
quedaron haciendo penáencia cuatro noches. Se di e ahora
c
que estos montes son las pirámides: la pirámide del Sol y la
pirámide de la Luna

Informantes de Sahagun,Códice hlatritense del
llea/ Palacio

P

51
Planta y alzado de la pirámide del Sol

patrón de asentamiento en la cuenca de México durante la época
d< hegemonia teouhuacana.

El penodo del pleno clásico Mapa según llrnénez Moreno, de la
difusi<>n del estilo teotihua<.ano.

Palacio de Quetzal-papálotl, Teotihua<an.

Tuxtlas, que acarreó su c'ultura y la haría renacer muy
J

TEOTIHUACAN

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JCASERIO

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• PUEBLO PEOUENO
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OPUEOLO CIRANDE

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•

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• CENTRO LOCAL

•

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J

J

C] CENTRO REGIONAI

• J

TEXCOCO

LAGO DE
TEXCOCO

J

lejos de la ciudad sagrada.
Sólo unos cuantos habitantes permanecieron en la
ciudad en ruinas y aunque algunos pueblos se
refugiaron allí temporalmente, el único rastro que
quedó de su cultura se depositó en los toltecas. Estos,
acaso por los lazos que les habían unido con los
teotihuacanos, conservaron muchos de sus rasgos
culturales y harían gala de haberse convertido en sus
descendientes. La vieja fama de la ciudad sagrada
creció en la leyenda. Se atribuyó la construcción de la
ciudad a unos gigantes y se le consideró lugar del
nacimiento del Sol en su quinta edad.

Tecnología, desarrollo y
urbanización
•

•

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Teotihuacan surgió en un medio ambiente que
proporcionaba a sus habitantes neos y variados
recursos. Las elevaciones cercanas son de origen
volcánico y ofrecieron abundante obsidiana que los
teotihuacanos utilizaron en la fabricación de navajas y
puntas de flecha; el tezontle y las maderas las aplicaron
para sus construcciones y como pulidores. El Lago de
Texcoco les proporcionó fauna, pesca, sal y grandes
depósitos de arcilla para la producción de cerámica; no
muy lelos de la ciudad obtuvieron cal y colorantes de
origen mineral, que utilizaron para la decoración de sus
construcciones y alfareria.
Gracias a su capacidad para organizar la fuerza tfe
trabajo, los teotihuacanos realizaron innovaciones
tecnológicas; con ellas utilizaron eficazmente los
recursos que el medio les ofrecía. Su primer recurso fue
el agua. Gracias a su desarrollo técnico, desviaron
tramos enteros del río San juan, uno de los tres que
tenían cerca,y lo condujeron en líneas rectas para que
cruzara debajo de la Calzada de los Muertos salvando
Ios obstáculos de la edificación de las casas. Por el
mural conocido como el Tlalocan, encontrado en uno
de los barnos de Teotihuacan, infenmos que
construyeron redes de canales para la irrigación de sus
parcelas. Esa irrigación no sólo les permitió aumentar la
producción de maíz, frijol, chile y calabaza — productos
que alimentaban básicamente a su población siempre
creciente — sino también cultivar el algodón que
aplicaban para sus empresas manufactureras.

Los extensos depósitos de arcilla del lago les
permitieron convertir la fabricación de cerámica en una
manufactura importante. Para agilizar y mejorar su
producción hicieron girar el objeto moldeado sobre un
trozo de tepalcate; produjeron sus figuritas en serie, a
partir de moldes. Reforzaban la cocción en hornos
cavados en pozos: allí colocaban las piezas sobre tiestos
cocidos, rotos y cubiertos de leña y les prendían fuego
Pero nada expresa mejor el adelanto que significó la
cultura teotihuacana como la construcción de su gran
ciudad. La planificación no fue para los teotihuacanos
sólo el centro ceremonial; la extendieron a toda la
superficie urbana. Se mantuvo el eje tradicional nortesur que se conoce como Calzada de los Muertos y se
trazó y construyó una amplia avenida oeste-este; en el
cruce construyeron el templo de Quetzalcóatl, el
mc rcado y los edificios para los funcionarios
gub< rnamentales. El centro ceremonial se continuaba a
lo largo de la Calzada de los Muertos hasta alcanzar la
Pirámide de la Luna, antecedida de una gran plaza a
cuyos lados estaban las habitaciones de los sacerdotes.
Los dos eles dividían la ciudad en zonas que tal vez
recordaban las divisiones tribales. Cada zona estaba
formada por barnos. En éstos, las zonas de habitación
se organizaban por lugar de origen y predominio
ocupacional: así, había barrios de albañiles, alfareros,
lapidarios, estucadores, pintores, etc. Curiosamente,
había sectores donde vivían exclusivamente oaxaqueños
o mayas.
Los basamentos estaban construidos a base de
taludes y tableros que se repiten hasta alcanzar la altura
deseada. La construcción era de piedra, pero recubierta
con cal, lo que permitió pintar sus elementos de color
o cubrirlos con murales.
La más grande transformación afectó a las casashabitación, que en Teotihuacan constituían grandes
construcciones de piedra y vigas, encaladas y decoradas
con almenas. Las dedicadas a personajes distinguidos
eran amplias. El resto consistía en vastos conjuntos,
divididos en grupos apartamentales, en donde vivían
diferentes familias relacionadas por lazos de sangre y
que contaban con un templo común situado
estratégicamente en el mismo complelo.
La ciudad ofrecía servicios urbanos, como sistemas
de drenaje y abastecimientos de agua, instancias que
muchas ciudades europeas no ofrecieron sino siglos
más tarde.
53
Dibutos explx.auvos del sistema talud. tablero, según Cendrop.
Sacerdotes en un mural del barno de lepantitla

Murales del hamo teotihuacano de Tetitla.

Vaso de estilo teotihua<.ano, en<.onirado en Kaminaltuyú, Cuatemala.

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La iuerza de la organizaci<>n t<otihua<ana — y óe otras
culturas clásicas — d< nvaba d< la religión y su grand<'za
se produjo gracias al poder político eler<.ido por los
sacerdotes. Teotihua<an pare<.e haber constituido un
Estado teocrático, óe manera que los saceróotes no
sólo mon<spolizaban los cono<.imientos y < umplian las
tun<.iones religiosas, también controlaban la política, la
administración, la producción y el comercio. lfay pocas
representaciones de guerreros y en las pinturas éstos se
encuentran colocados entre los sacerdotes, por lo que

se infiere que formaban parte del mismo grupo.
1e<stihuacan controlaba el tributo de las aldeas de
ia cuenca de México. Además tenía trato comercial

con ciuóades cercanas y lejanas como Cholula, Monte
Ab' y Kaminalluyu. Frente a esta última, a pesar de su
Ibán
le
elanía, parece haber tenido < i< rta autoridad militar y
política.
La dirección efectiva de un selecto grupo de
sacerdotes hizo funcionar el poder de tal manera que
Teotihuacan alcanzó grandeza y desarrollo. Este
pequeño grupo constituía la <.úspide de la so<.iedad

teotihuacana. Un grupo de sacerdotes de menor
jerarquía cumplía las tareas secundarias y estaba servido
por administradores y funcionarios públicos. En la escala
del poder se hallaban después los diversos artesanos y,
al final, los campesinos.
El comercio destacó en la vida teotihuacana;
tambien requería de una extensa fuerza de trabajo.
Además de las actividades comerciales propiamente
dichas se instaló todo un aparato para el trafico a gran
escala y la conducción de los cargamentos de bienes
intercambiados. Hay que recordar que las manufacturas
teotihuacanas conquistaron un amplio mercado y su
cerámica anaranjada ha sido encontrada er sitios tan
distantes come Colima y Honduras.
El control saceróotal del comercio parece haber
implantado el sistema "peregrino-adoratorio-templomercado". En el mural del Templo de la Agricultura,

hoy por desgracia desaparecido, puede apreciarse
cómo las actividades comerciales y de adoración se
celebraban a un tiempo, en la misma plaza. La ciudad
de Teotihuacan estaba diseñada y construida para
aplicar tal sistema.
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+fvturales del hamo teotihuacano de Tetitla.

Religión y cultura

$~PEt llaloc.an. Dibujo reconstructivo de un fragmento de mural teotihuacano.
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Las ciencias, tanto abstractas como aplicadas,
alcanzaron gran desarrollo en Teotihuacan. Bástenos
reconocer la gama enorme de conocimientos exactos
que requirió la construcción de la ciudad y el manejo
de un sistema tan complejo de producción y
distribución de artículos.
Los teotihuacanos tuvieron muchos dioses. Tláloc,
dios de la lluvia, parece haber sido el principal.
Representaba una síntesis de fuerzas naturales: aguas,
nubes, rayo, vegetación y fauna. Quetzalcóatl, señor del
viento y de la aurora, era muy importante. También
eran adorados Huehuetéotl, dios del fuego; Xipe, dios
de la vegetación; Xólotl, dios del ocaso; Chalchiuhtlicue,
diosa del agua. En el panteón teotihuacano no
aparecen dioses de la guerra.
Gracias a las representaciones que llenan sus
murales tenemos cierta idea de la naturaleza de sus
ritos ceremoniales. Un mural de Tetitla muestra a un
sacerdote vestido de jaguar; en otro de Tepantitla se
descubre una procesión de sacerdotes ataviados con
largas plumas en la cabeza y portando una bolsa. Los
tocados, adornos y vestidos muestran el lugar
importante que estos personajes ocupaban en la
sociedad. También parecen mostrarse unas sacerdotisas:
visten quechquemitl y llevan pintadas las uñas de azul.

centro fueran abandonadas casi en su totalidad hacia el
siglo IX. Muchos historiadores piensan que sus
habitantes emigraron hacia las tierras altas de Chiapas y
Guatemala y las tierras bajas de Yucatán, donde
contribuirían al renacimiento del posclásico.

Las ciudades y la arquitectura
La mayoría de las ciudades mayas del clásico surgió en
un medio selvático, adverso a la urbanización, porque
limitaba sus posibilidades de planificación integral, tan
característica de Teotihuacan. No observaron un eje
sino que orientaron sus edificios para ejercitar la
observación astronómica, ciencia en la que fueron
maestros. También se diferenciaban del Tollan
teotihuacano porque no eran verdaderas ciudades sino

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Los mayas

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Zona de viviendas en Teotihuacan.

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Ptramtde de Quetzalcoatl.

No podemos describir aquí todas las culturas del clásico
pero el extenso e impresionante desarrollo de los
mayas hace imperativa su mención. Esta cultura se
extendió por una amplia región que reúne climas y
medios diversos, desde las altas tierras de Cuatemala,
frias y con hermosos lagos, pasando por las húmedas y
cálidas del norte de Honduras, norte de Cuatemala,
Belice, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, hasta las
llanuras secas del norte de la península de Yucatán. La
agncultura parece haberse originado en los altos
guatemaltecos, y las aldeas se remontan a unos dos
siglos antes de nuestra era. El foco de desarrollo se
desplazó más tarde hacia el centro y después hacia el
norte. El auge maya se localiza aproximadamente entre
>50 y 900 de nuestra era. Un fenómeno semejante al
de Teotihuacan hizo que las ciudades del área del

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Sitios más importantes del clásico, según Coe.

57
RePresentación esctuemática de la bóveda maya, a través de <ortes
transversales.

Regiones ecológicas y c.ulturales del área maya.

Variaba el área de cada ciudad. Algunas, como
i
Tikal, llegaron a dominar amplias extensiones; otras
•

fueron pequeñas, como Bonampak. También variaban
artísticamente. Tikal destaca por la esbeltez de sus
templos, sus empinadas escaleras y las cresterías que
rematan sus techos. A Copán la distinguen tanto la
escultura — hay treinta y dos estelas y dos gigantescas
cabezas humanas, según parece representación de
Itzamná — como los dos mil jeroglíficos de la escalera
de la acrópolis. Bonampak legó a la posteridad otra
dimensión artística maya, la pintura, que mucho nos
revela de sus costumbres, en tanto que el sello
distintivo de Palenque son los tableros con bajorrelieves
en estuco, empotrados a los muros interiores, que
sustituyen a las estelas. El arte escultónco de Palenque
es tal vez el más realista y refinado de la cultura maya.

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Agricultura y tecnología
Los mayas utilizaron el sistema de quema y roza.
llallazgos recientes sugieren la existencia de redes de
canales de irrigación y es posible que las orillas de ríos
y lagos les hayan permitido cultivos intensivos. Además
del tradicional maíz mesoamericano, sembraron

a

centros ceremoniales y comerciales que sólo
albergaban a sacerdotes, gobernantes y guerreros. No
obstante sobrevino un proceso de urbanización durante
el clásico tardío en algunas ciudades de la península de
yucatán como Mayapán. Aquí existió una distribución
habitacional concéntrica que albergaba a todos los
grupos que constituían la población.
Por su parte, los mayas lograron una innovación
arquitectónica importante con el uso de la bóveda falsa.
Este elemento constructivo permitió sustituir los techos
de palma o vigas por los de mampostería, resistentes,
duraderos y, desde luego, dueños de un aspecto
atractivo que les daría un toque especial a sus
ciudades. Sus templos, observatorios, juegos de pelota
y demás edificios estaban distribuidos sobre amplias
plazas y patios, construidos de piedra y ornamentados
en estuco. Sus balorrelieves se encuentran entre las
muestras más bellas del arte americano, al igual que las
estelas que adornaban sus edificios.
58

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Pirámide de Tikal.

59
Juego de pelota de Copán.
Estela monumental de Ouinguá.

Pintura de Bonampak. Reconstrucciitn a llnea.

0intel de Yaxchilán.

sacos y suelas de sandalias, así como hojas de diversas
plantas para manufacturar bolsas y canastos. Utilizaron
los troncos de los árboles para fabricar casas,
instrumentos y papel; aprovecharon las resinas del
copal, el caucho y el chicle y las propiedades
colorantes del añil y del palo de Campeche.

Organización y comercio
Por fuentes históricas como la delación de las cosas de
yucatán del obispo tanda, sabemos que la sociedad
maya, en tiempos de la conquista, estaba claramente
dividida en grupos sociales. Su descripción de una
ciudad maya nos indica una distribución concéntrica
alrededor del centro ceremonial; primero aparecen las
casas de los sacerdotes y señores y después se sitúan
concéntricamente comerciantes, artesanos y
agricultores. En la iconografía destaca la distinción entre
los personajes ricamente vestidos y los humildes; estos
últimos en actitud de sumisión.
El grupo superior abastecía de gobernantes y

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sacerdotes. Un segundo grupo, en proceso de

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tubérculos como la yuca, el camote, la malanga y la
jícama: cultivos como frijol, calabaza, chile, chayote,
tomate, cacao, algodón, henequén y tabaco fueron
complementarios. Además recogían el fruto del árbol
ramón para suplir al maíz en tiempos de escasez. Por
supuesto, la zona de Yucatán fue la única productora
del henequén. En pequeña escala, también en las tierras
bajas, se cultivaron los tubérculos.
Sus instrumentos eran de piedra pulida y la alfarería
y los textiles alcanzaron gran desarrollo. Además de
tejer el algodón, aprovecharon el henequén para hacer

Tala de un árbol en la selva de Chiapas.

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Una historia de méxico 1 ocr

  • 1. I una historia de méxico ' I 'I Una historia de México es el nosultado del esfuerzo por presentar el pasado jira entender el piesente de nuestro país. i'r .P jj Convencida de que tiempo y geografía han conformado no sólo uno sino varios Méxicos unidos por sucesos espontáncx)s o forzad< Jf)sefina Zoraida Vázquez )s, muestra en este hbro el pasado mexicano en su totalidad y lo reinterpreta. El texto inicia con el estudio de nuestras raíces mesoamericanas, pasa por el análisis de la formación de una nueva cultura a partir de la llegada de los españoles, y continúa con la etapa de definición nacional y consolidaaón del Estado para concluir con el diagllóstícog Q retos del siglo XX. ] jp,g4-. ' óc. .j; ' a l 'S ca l osefina Zoraida Vázquez es doctora en Historia por la Universidad Centra! de Madrid y por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha realizado tudios de especialización en la Universidad de Harvard y actualmente se como empeña profesora investigadora en ElColgó de México. jP Ieconoctmiento a sus investigaciones históricas ha recibido varias ; jdístinciones, destacando por su importancia el "Premio Interamericano Andrés 'Sello", otorgado en 1991 por la Organización de Estados Amerícan t)s (OEA). 0 ' Jósefina 2áraida Vázquez ha publicado varios libros, entre ellos Historia de .. la historiografia, Nacionalismo y educación en México, Historia de la nlucacíón en México y La t.nseñanza de la historia. También tis coautora de textos como Un ' tecorrido ~ la historia de México que realizó en colaboración con el historiador H ttj •e •a PdjetWldo QGorm. o. rán parte de so trebejo profesional lo ha dedicado al campo d la "enseñanza de la historia en México. En este contexto ha escrito artículos, participado •a en diferentes foros y dictado una serie de conterencias. • SBP.. Secretaria de . Educación Publica :t o t-ee.;a .p-a ~.e à IIV Iái)I'1()RIAI PATRIA Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuctos a ct u a l i z a c i ó n de l m aest ro •
  • 2. una is oria ' e méxico o sefin a Z o r a id áz ue c nn la c o l a b o r a c i ó n d e P ablo Escalant e P ilar G o n z a l b o Milada Bazant E ngracia L o y o V alent i n a T o r r e s SBP C bihli o t a r a n N ':
  • 3. P RESENTACIO N La Secretaria de Educación Pública ha comenzado la publicación de la Biblioteca para la actualización del maestro, con el propósito de apoyar al personal docente y directivo de los tres niveles de la educación básica en el desempeño de su valiosa labor. Los títulos que forman parte de esta Biblioteca han sido seleccionados pensando en las más frecuentes necesidades de información y orientación, planteadas por el trabajo de todos los días a maestros y directivosescolares.Algunos títulos están relacionados de manera directa con la actividad práctica; otros responden a intereses culturales expresados por los educadores, y tienen que ver con la mejoría de la calidad de la educación que reciben niños y jóvenes en las escuelas mexicanas. Los libros de esta Biblioteca se entregan gratuitamente a los maestros y directivos que lo soliciten, y serán de su propiedad personal. La Biblioteca se agrega a otros materiales y actividades de actualización y apoyo didáctico puestos a disposición del personal docente de educación básica. La Secretaría de Educación Pública confia en que esta acción sea realmente útil y espera las sugerencias de los maestros para mejorarla. Secretaría de Educación Pública
  • 4. Esta edición de ' 'sro. e 2Zé~ cc 'ue o eoa.ada, suoe v sad» v.. .. v E INDICE DISENiO I L USTRAC I O N A MANERA DE INTRODUCCION Ra on v ar '- NUESTRAS RAICES MESOAMERICANAS DISENO DE PORTADA Pocio Mireles Gavito Cap. I. EL H O M BRE Y SU MUNDO ILUSTRACIÓN DE PORTADA "Alegoría de la República". ar te plumana, I829 Museo Nacional ce Ant ropología e Histo iReprocucc ón autc zaca po-e' Ir s,tuo Nac o~al ce Ar t opoiog ia e H sto"la Conselo Nacionai pa a la Cultu'a y ias A tes D.R. © llust-ación ce poctada."Alegor-ia de la Repúbl;ca' INAH CNCA MEX cOTOGRA '-" Dr POR AD~ ia,iei H " o esa Cap. III. E L PRECLASICO 35 Cap. IV. E L CLASICO, MOMENTO DE ESPLENDOR 49 Cap. V. CR I SIS, RENOVACION Y GRUPOS PERIFERICOS 67 Cap. 5-CR: ARA D: sD r / C O N o 8 IC Ar ger una 28 Co' íer '. C I2c02n Ma " D' 23 Cap. 9 9a ]os ' a Z ' a c a • az z 9 94 Ecto ia Parra SA ce C u Renacin- er to 180. Col San Juan Tl nuaca C Il. E L POBLAMIENTO Y EL INICIO DE LA CIVILIZACION Vl. L O S MEXICAS: UNA CULTURA DEL POSCLASICO DE COMO SE FORJO UNA NUEVA CULTURA Cap. Vl l . L A FORMACION DEL PUEBLO CONQUISTADOR 79 103 108 " Cap. V l l l . EL NUEVO MUNDO, LOS DESAFIOS Y LAS RESPUESTAS 127 Cap. IX. L A CONQUISTA MILITAR 147 Cap. X. E S TABLECIMIENTO DEL REGIMEN COLONIAL 163 ISBN 968-29-8754-7 Impreso en México Material atuito para maestros. Prohibida su venta gr Cap. XI. E L SIGLO DE LA CONSOLIDACION 191
  • 5. DEFINICION NAC IO NAL Y CONSOLIDACION DEL ESTADO Cap. XII . P ROSPERIDAD, REFORMA Y DESCONTENTO 207 209 Cap. X I I I . D E LA SEPARACION QUE SE CONVIRTIO EN REVOLUCION 233 Cap. XI V . EL GRAN PROBLEMA DE FUNDAR UN ESTADO 249 Cap. Cap. XV. R EFORMA A TODA COSTA X V I . EL PORFIRIATO: LA MODERNIZACION POR LA DICTADURA 283 311 ANTE LOS RESTOS DE LA HERENCIA DEL PASADO Y LOS DEL SIGLO XX 333 Cap. X V II . LA REVOLUCION MEXICANA 335 Cap. XVIII. LA RECONSTRUCCION REVOLUCIONARIA 1920-1940 367 Cap. 407 XI X . EN POS DE UN FUTURO ELUSIVO CRONOLOGIA DE MEXICO 453
  • 6. A MANERA DE INTRODUCCION La historia de xkxico es una historia dramática, contrastante, que parece guardar armonía «on la naturaleza de su suelo ~olcánico. Bajo la intluencia de la política, los historiadores se han empeñado en relatarla en blanco y negro, sin matices, muy a la manera romántica. Asi, los de un signo aceptan unas etapas y rechazan otras; mient.ras tanto, los del otro, hacen lo contrario. Por tortuna parece que la historiografía actual ha empezado a tratar de aprehender el pasado en su totalidací i por priinera ~ez, desde la publicación de, lt éxico a trai es de los siglos. se reinterpreta en torma sustancial. Para todo historiador la idea dc escribir una síntesis de la histona de su propio pais resulta ti ntadora. sito que por ello dele ríe ser tainbién comprometedora. h,'o sólo nunca podencos )ll< icel' toclo el pro< eso con iguaí protundidad sino que tanipoco podencos í iistoriar todos lt>. ,') Ís idos susceptibles de coníugarse en el relato. sox oriunda de la ciudad de xtéxico, poblac ión tan rec:hazada en épocas de crisis No obstante mi convicción de que la mayoria cle los acontecimientos importantes se originó tuera de ella, el presente texto puede dar lugar a acusaciones de centralisnio . La iieía ciudad de México parece haber tenido desde su iundai lóll x OC aclóil de " Iandeza. lo que ha deterininado su triste sino. Desde luego, síenlpl e lia clesempeñado un papel toral en la iida del pais. Capital del 'imperio' más poderoso sonietido por los espaiñoles en estas tierras. sp conservó como centro de la Xueia España. incluso a pesar de los prohíenlas de funcionaniiento que va en aquella época presentaba. La conquista del territorio que constituiria n r ás tarde la nación se emprendió d e sde el centro. con tlaxcaltecas x otonaíes, que lleiaban ya una cultura mestiza. Asi, la capital creció y se constituyó en la sede de los gobiernos que irradiaban su poder hacia afuera. Pero los gobernantes provenían del exterior. Recordemos que los iirreyes y autoridades de la x,ue ia España vialaban desde la península; en la época nacional, la casi totalidad de los presidentes ha nacido en diversos estados de la República. Asimismo, los movimientos decisivos de la historia de la nación se generaron fuera de la ciudad de México, aunque se consolidaran sólo
  • 7. al ocuparla sus participantes. Partidos, planes y revoluciones convergieron hacia e( centro para lograr sus propósitos y, a partir de la Revolución de 1910, se convirtió en el albergue de una migración rural que la ha hecho desbordarse. Sus formas de vida actuales han superado ya cualquier proceso normal de convivencia social, sin que en el seno de la urbe se generara rechazo por la multiplicación de los problemas que los de fuera le provocaban. De manera que la macrocefalia metropolitana forma parte de la historia de la nación y debe ser asimilada y entendida para tratar de solucionarla. No cabe duda: la ciudad capital genera necesidades presupuestales y gasta lo que le asignan, no para el bienestar de los oriundos, sino para proporcionar servicios a los que llegan de todos los confines de nuestro territorio, pensando que ella encierra la respuesta a sus sueños. Asimismo, la ciudad de México ha sido capaz de fusionar expresiones ideales, proyectos y tareas en un todo que en cierta forma representa a la nación. Hoy sabemos que tiempo y geografía han constituido no uno sino varios Méxicos; estos "paises" se han enlazado a través de contactos, ya sea pacíficos y espontáneos, o violentos y forzados. Sin embargo, los resultados históricos reflejan una voluntad de destino común que no debe debilitarse a causa de una miopía que pueden aprovechar intereses bastardos. Este libro es una visión del pasado que aspira a la objetividad pero que se sabe subjetiva. En todo caso, es el resultado de un esfuerzo por comprender el pasado de tal manera que explique un presente complejo e inquietante. Varias personas hicieron posible este libro. Javier Wimer, al confiármelo, inspiró el valor de llevarlo a cabo. Pablo Escalante y Pilar Conzalbo compartieron conmigo sus interpretaciones y fueron colaboradores fundamentales en la redacción de los capítulos dedicados a las épocas prehispánica y colonial. Milada Bazant, Engracia Loyo y Valentina Torres reunieron la información para cubrir los periodos que van del Porfiriato a nuestros días. Alberto Dallal l» dio agilidad al texto. la principal aportación de la autora fue la temeridad de buscar una interpretación del pasado mexicano como un todo, con la certeza de que el futuro que como pueblo hemos venido persiguiendo, si bien elusivo todavía, se halla excitante delante de nosotros.* Josefina Zoraida Vázquez. 'La redacción del libro se terminó en diciembre de 1986. El libro corrió con mala suerte y no pudo publicarse hasta ahora. Aceptado en 1991, se llevó el relato hasta las elecciones de 1988. NUESTRAS RAICES MESOAMERICANAS
  • 9. Capítulo I EL HOMBRE Y SU MUNDO Geografía e historia Suelo rug>oso, ri«o en minerales y pobre en ag >ua; vegetación lujuriosa en las llanuras bajas pero escasa en buena parte de su extensión; dos larguísimos litorales en ambos océanos que hacen del país obligado punto de unión entre oriente y occidente. Estos son legados naturales que han influido, aunque no determinado, el destino de México. Los relieves de su orografía dominan el territorio nacional y si puóiéramos sobrevolarlo entero nos óominaría la sensación óe que una mano gigantesca ha arrugado su superficie; así las montañas son su característica sobresaliente y la enorme variedaó de sus alturas una consecuencia inevitable. México es geográficamente una continuidad de América del Norte. El continente, ancho en su parte septentnonal, se angosta en dirección de nuestro territorio. Esta circunstancia influyó para que los antiguos inmigrantes, provenientes óel norte, convergieran en el centro del país y de allí partieran hacia el sur. El equilibrio vino más tarde: mantuvieron un intercambio más o menos fluido en una y otra direcciones. México tiene una forma peculiar, notable en cualquier mapa: posee óos grandes penínsulas en los extremos, larguísimos litorales en el Océano Pacífico y el Mar óe Cortés pero menores en el E>olfo de Méxic.o y el Mar Caribe. No obstante, el clima malsano de las costas hizo que el grueso óe sus pobladores se voleara tierra adentro. Hasta hoy no se ha aprovechado con plenitud la circunstancia afortunaóa de poseer vastos y extensos litorales. Oos largos sistemas montañosos atraviesan el país de norte a sur y se óiluyen l n Uanuras altas, situaóas transversalmente. Hacia la parte en que el territorio se angosta aparece un ele volcánico de imponentes alturas (Cttlaltépetl, Maltn<hl, Iztai.cíhuatl, Popocatépetl, Nevado de íolu< a, Volcán óe Colima), territorio en el que alguna vez existieron ríos y lag >os, hoy en buena parte desaparecidos. A pesar de la amenaza de constantes terremotos y temblores, esta región resultó sl r la más atractiva para los pnmitivos poblaóores óe México. Su naturaleza montañosa ha producido una compleja Estructura de altiplanos en el centro y de Cruda>iiuarez Cer Er>c OROGRAFÍA o ro 3 x He o . Altura IVletros o c Nuevo tarado GOLFO 3.050 DE 1.525 Matamoros a cz O O «S To t o~ o 'a . o 610 MÉXICO c>u> c>mella Mazatlau Sau+s PotdM • Cua cavo coo r>f>s s al or amprco Golfo de Coma>ect>e erMa M o ri el 305 1 150 Maud u Veracruz C' Escala : 1 cm. = 213. 6 km. Acapulco v>ri Z Tapachuu
  • 10. Mapa clímatológico. Mapa pluviométnco. llanuras en la costa. La comunicación, por tanto, se hace difícil y surge una gran variedad de climas de acuerdo al relieve, la latitud, la cercanía o lejanía del mar y la circulación atmosférica general. sus dos penínsulas parecen mundo aparte. Una, la de Baja California, montañosa y desértica, ha permanecido poco habitada hasta años muy recientes. La de Yucatán, por constituir básicamente una llanura, podría haber sido la parte más acogedora del territorio pero su origen calizo determinó la notat>le delgadez y la gran porosidad en sus suelos. La influencia de los vientos hace qut la distribución de las lluvias resulte caprichosa. En algunas regiones de las costas sur, este y sureste, las lluvias son intensas ' Chitíuah 260 4 9C uzx • Moutllifer 2SC tac Mt a a tta iiu 8C 23C EI paisaje mexicano de Msxico• Ciudad da Mttico 18'C tempeiatura en julio lsC Ve ui 22 io 14'C ta mperatuia eo eoe Todas la tempeiatuias mencionadau eoo mediasmensuales. Clima subtropical con verano seco.Verano seco y cálido e ínvierno lluvioso y frío. El mes más frío con más de 0'C. y menos da 18'C,, " • m es más cáli con más de 10'C. I do ~ seco de latitud baja Cálído y muy seco. SQClima setnlseco de latitud bala. Cálido y muy saco. Clima Todos los inesas con más de 0'C. LS Clima tropical con estaciones lluviosa y saca. Ll uv i a de moderada a intensa, con estacionas lluwosa V saca. Elmes más fri con más da 18'C. o Clima tropical lluvío so. Lluvís todo el año. El mes más filo con más de 18'C. Clima de montana. Muchos tipos da clima que varián con ls elevación. Precípitactóo en mílllmatios i i va Ciudad Jusret Wi de l lo w a Manos de 10 ~ I ; • Mo 4 0 0-0 e lío Más da 80 Méiid Qp, CIÚ 10 ~ Q La PM 2th40 Q GTotta6a ey tO 2 0 ~ El viajero americano está condenado a que los europeos le pregunten si hay en América muchos áiboles. Les sorprenderíamos hablándoles de una Castilla amencana más alta que la de ellos, más armoniosa, menos agria seguramente (por mucho que en vez de colinas la quiebren enormes montañas), donde el aire brilla como espelo y se goza de un otoño perenne. La llanura castellana sugiere pensamientos ascéticos: el valle de México, más bien pensamientos fáciles y sobrios. Lo que una gana en lo trágico, la otra en plástica rotundídad. Nuestra naturaleza tiene dos aspectos opuestos. Líno, la cantada selva virgen de América, apenas merece describirse. Tema obligado de admiración en el Viejo Mundo, ella inspira los entusiasmos verbales de Chateaubríand. Horno genítoi donde las energías parecen gastarse con abandonada generosidad, donde nuestro ánímo naufraga en emanacíones embríagadoras,es exaltaoón de la vida a la vez que imagen de la anarqtea vital... ...Io de Anáhuac, es cosa meíor y más tónica. Al menos, para los que gusten de tener a toda hora alerta la voluntad y el pensamiento claro. La visión más propia de nuestra naturaleza está en las regiones de la mesa central: allí la vegetación arisca y heráldica, el paisale organizado, la atmósfera de extremada nitidez, en que los colores mismos se ahogan — compensándolo la armonía general del dibujo; el éter luminoso en que se adelantan las cosas con un resalte individual; y, en fín, para de una vez decirlo en las palabras del modesto y sensible fray Manuel de Navarrete: una luz resplandeciente que hace brillar la cara de los c.lelos. Alfonso Reyes, Visión de Anáhtrac y frecuentes las visitas de terribles huracanes. En cambio, en el extremo noroeste y en la parte central de la región norte, las precipitaciones pluviales son escasas. Las lluvias de verano constituyen un atractivo en la región central; aquí se ha concentrado la mayor parte de la población, pues, aunque inciertas y cambiantes, durante siglos han resultado suficientes para irrigar los cultivos de maíz. Los diversos accidentes geográficos, las barreras montañosas y la naturaleza del gran altiplano central (cortado por grandes barrancas y zonas desérticas y semidesérticas favorecieron el aislamiento de los ), primeros pobladores del país. Sin embargo, la procedencia común, una frecuente convergencia i mig ratoria en la región central y el intercambio constante, hizo que los pobladores constituyeran una sola cultura con caracteristicas básicas comunes, aunque con expresiones variadas que hasta la fecha la enriquecen. Nuestro territorio ha sido histórico El territorio nacional no ha tenido siempre la misma extensión y por tanto habría que subrayar su historicidad, sus variaciones a lo largo de los siglos. Los pueblos indígenas ocuparon áreas variables, que al ser reducidas por la conquista a un gobierno común dieron origen a la Nueva España. Esta se extendió más allá de nuestras actuales fronteras. Con la consumación de la Independencia, Centroamérica se anexó al Imperio Mexicano (1818-1823), momento en que éste alcanzó su mayor extensión. La guerra con los Estados Unidos produjo una enorme pérdida de territorios en 1848 y la venta forzada de La Mesilla en 1853 redujo al país a su tamaño y forma actuales. No hay pues que equiparar territorios con nación. Lo esencial de la nación es la cultura y ésta se generó en una parte del actual territorio y de ahí se extendió hacia regiones vecinas, hasta cubrir todo el territorio con su poblamiento. Al iniciarse su vida independiente, México apenas alcanzaba 6 millones de habitantes y los territorios del norte estaban prácticamente deshabitados; por eso se abrieron a la inmigración. La afluencia de colonos fue preponderantemente norteamericana, de forma que, por motivos de vecindad, con la entrada a nuestro territorio en realidad
  • 11. Mapa de vegetacii>n. Regiones fisingráficas. Tierra ag n col a (de cultivo y de pasto) l lo Ciudad luórer Bosque Na Pastizat OA O 4 Vsnr.. <n n Arcas ándas y cubiertas de hielo Mata moros uMontou o ruán c) Desierto Nuevo Laiado q- J~v GOF.FO DE if(reas de nego csc) .Tr)F:XI CO La Maratión •Guad . 'Sjln' Lr (js Pastoreo de ganado Tampico n- ~ i nii gógmm gscala : pulgada (2.5 mm.) 1 = 337 millas (543 kilómetros) Alapu c Tapachuia S ) oi iAlluluill Nalnaum sr llMnllal 12 Unidos, también ha ocurrióo una gran penetración cultural norteam<'ncana en M<'xico. Etapas de la historia mexicana C'ud de , Varacrut , gran intercambio e<onómico entre México y los Estaóos (áreas que no son agricolas) 4 lavan ~ugtátat' • • extendieron las fronteras de su país pues no llegaron a integrarse al proceso natural de absorción < ultural qu< venía < fe< tuándose en el núcleo central de nuestra nación. México tardó un siglo en duplicar el número de sus habitantes pero a partir óe 1940, en que éramos unos 20 millones de m<xicanos, la población creció a«eleradarnente y < n sólo cuarenta años, a pesar de una gran emigración los Estados Unidos, s<' ha a cuadriplicado. Estos emigrantes han llevaóo su cultura a buena part< ó< los territorios perdidos, pero a causa d< las peculiarióades ó< la cultura de nuestro tiempo, de la acción óe los medios de comunicación masiva y óel Muchos historiadores consideran a la conquista española el punto de partida de la historia mexicana. El argumento que utilizan es convincente pues ese suceso dramático unió racial y culturalmente a los grupos que otorgarían ser al mexicano actual. No obstante, los i españoles vinieron en grupos pequeños y si bien impusieron con gran efectividad su cultura y su religión, no dejaron de aprovechar algunos elementos culturales indígenas, entre ellos el náhuatl como lengua franca. El pasado y la presencia indígenas, además, sirvieron a los criollos para sentar las bases de sus diferencias ante los peninsulares. Esta actitud explica por qué las expresiones del nacionalismo mexicano fueron indigenistas desde sus inicios. El fenómeno indigenista sobrevino desde su símbolo temprano, la Virgen de Cuadalupe, hasta la selección del nombre que adquiriría la nación al erigirse el nuevo Estado. El hecho no resulta extraño si recordamos que al entrar en la vida independiente, el 70gá de la población era indígena y, asimismo, que el mestizaje intenso que conformó al México actual se llevó a cabo durante el siglo XIX. Todo eso justifica que aceptemos la división tradicional de la historia en: • Historia antigua ' Historia colonial • México independiente -1521) (1521-182'I) y (1821) Grandes áreas culturales El descubrimiento de la agricultura, sin duda favorecido por la existencia de condiciories ádecuadas en el medio geográfico, constituye un corte fundamental en la histona de los pueb1os. Así, una línea imaginaria, imprecisa y variable a lo largo de los siglos, separa el área del territorio mexicano donde Jas condiciones climáticas indujeron el predominio de formas de vida sencillas, área propia sólo para la agricultura y-a la que se le ha denominado Aridamérj+ Al sur de esa frontera, en cambio, aparecieron cu1turas más óesarrolladas y complejas porque el territorio cuenta con gran variedad de suelos y climas y con suficientes lluvias, no sólo propicias para la agricultura, sino para proóucir ex< eóentes. A esta área se le conoce como Mesoamérica. La frontera de Aridamérica surge al sur de Tamaulipas, baja después hacia el centro, a la altura de Querétaro y Cuanajuato, y se vuelve a elevar a lo largo de las fronteras de Jalisco, Nayarit y Sinaloa. Los pueblos que habitaron Aridamérica eran nómaóas y vivían d< la caza o la pesca y la recolección de frutos o ( (n los extensos btorales hay amplias playas y costas abruptas, <omo en las proximidades de Cabo San Lucas. Bala California. 13
  • 12. Una impresionante talla geologica dio ongen a la Barranca del Cobre. El Pico de Onzaba y el Cofre de Perote, volcanes que se elevan sobre la meseta. Bosques y lagunas transparentes a 2 000 metros de altura. Lagunas de Cempoala. i Glaoares del Popocatépetl, lugar de nieves perpetuas. n L' v , jí 'I .<,íF.' -zaíces. Su vida y organización eran sencillas. Estable< ían pequeños campamentos qu< podían levantar en unos óías, puesto que su ajuar se reducía a las pieles con que se cubrian, algunos cestos y redes para transportar y guardar alimentos (o cargar a sus cnaturas y sus ) instrumentos de trabajo: arco, flecha y un palo arrojadizo con el que cazaban liebres, Ni su organización en bandas ni sus creencias míticas y prácticas mágicas se transformaron en instituciones complejas. su vida era tan precaria que sobrevenían enfrentamientos para consolidar zonas exclusivas de caza e incluso para arrebatarse la comida. 1ambién guerrearon con sus vecinos y atacaron las zonas frontenzas de Mesoamérica. Dentro de Aridamérica, en pequeñas islas conocidas como Oasisamérica, dueñas de condiciones climáticas favorables, surgieron algunos grupos óe vióa sedentaria y agrícola semejantes a los del sur. No obstante, por contar sólo con espacios y recursos limitados, su población y sus núcleos urbanos fueron asimismo menores. Las conóiciones climáticas de Mesoamérica propiciaron una gran población que dio lugar a multitud Paisaje y vegetación La mazorca de Ceros y el plátano paradisíaco, las pulpas frutales llenas de una miel desconocida; pero, sobre todo, las plantas típx.as: la biznaga mexicana -imagen del timido puerco espín —, el maguey (del cual se nos dice que sorbe sus jugos a la roca), el maguey que se abre a flor de tierra, lanzando a los aires su plumero; los "órganos" paralelos, unidos como las canas de la flauta y útiles para serialar la linde; los discos del nopal — semejanza del candelabro —, conlugados en una superposición necesana, grata a los ojos: todo ello nos aparece como una flora emblemática, y todo como concebido para blasonar un escudo. En los agudos contornos de la estampa. fruto y hola, tallo y raíz, son caras abstractas, sin color que turbe su nitidez. Esas plantas protegidas de púas nos anunoan que aquella naturaleza no es, como la del sur o las costas, abundante en lugos y vahos nutritivos. La tierra de Anáhuac apenas reviste feracidad a la vecindad de los lagos. Pero, a través de los siglos, el hombre conseguirá desecar sus aguas, trabajando como castor; y los colonos devastarán los bosques que rodean la morada humana, devolviendo al valle su carácter propio y terrible: — en la tierra salitrosa y hostil, destacadas profundamente, erizan sus garfios las garras vegetales, defendiéndose de la seca. Aífonso Reyes, Visión de Anáhuac i /7 de culturas, diferentes entre sí, pero con una serie de rasgos comunes entre los que se cuentan: ''z • Cultivo de maíz, frijol, calabaza, chile, chía y tomate. • Uso de azada de madera y bastón plantador. • Cocción de maíz con cal o ceniza antes de la molienda. • Uso del maguey para elaborar pulque. • Edificación de complejos urbanos y formas piramidales escalonadas. • Escritura jeroglífica y elaboración de códices. • Grupos especializados en religión y en comercio. • luego de pelota. • Calendario ceremonial de 260 óías y solar d< 366 días. ss sr J 14 Casi desnudo de su manto de nieve, el Iztaccihuatl muestra agudas crestas y profundas simas. La aparición óe grupos especializados, el fenómeno de la urbanización y la militarización de los señoríos produjeron un desenvolvimiento social de gran complejidad.
  • 13. Entre la montaña y la tierra caliente el paisale de las Huasteras. Paisate representativo d< I noroeste de Hidalgo Fantasmales carnpirs de orios, testimonio de la vida en el desierto lvtSrntañas boscosas alternan con campos de cultivo en el altiplano. <'rrios que alcanzan la altura de 8 metros. Las culturas mesoamericanas se han clasifi<.ado en ii c<n< o reg ones sv • (.osta del ('olfn (<tlmecas, totonacas y huaste<.os). • Altiplano central (t< otihuacanos, nahuas y otomíes). • Occidente de México ftarascos y pueblos de Colima, Nayarit y Sinaloa). • oa xa<a (zapotecsas y mixtecos) • Zona maya. V ru l h,asi ., )+s t 'L Es necesario advertir que la relación entre las distintas áreas culturales fue constante y natural. En su mom< nto, los toltecas se extendieron ha<ia Andaménca mediante verdaderos puntos de avanzada comer< ial v militar. En general, los mesoamericanos penetrarori en Aridamérica en busca de obsidiana, cinabrio, turquesa, peyote y otras materias primas; establecieron así un intenso contacto social. l'or otro lado, hay que advertir que la frontera no fue fija: algunas veces s< extendió hacia el norte o se corrió hacia el sur. Ciertos cambios ecológicos influyeron para que algunos grupos volvieran a ser cazadores-recole<.tores, aunque otros permanecieron cultivando la tierra mediante una organización más sencilla, por ejemplo, los habitantes de la Sierra Madre Occidental. La presencia de ciertos rasgos culturales como el culto a la serpiente emplumada y el luego de pelota, o bien la huella d< artículos artesanales permiten rastrear las rutas de la migración y el comercio <n Mesoarnérica pero asimismo r< conocer los pueblos que se establecieron en el área. Es conveniente insistir en que el intercambio comercial y cultural entre las distintas poblaciones fue constante. Horizontes culturales mesoamericanos t» Al igual que las áreas culturales delimitan geográficamente a las culturas, los horizontes culturales las delimitan en el tiempo. Cada horizonte tuvo formas de vida semejante que señalan el grado de evolución que pos< ían sus pueblos y que podemos reconocer, entre otras cosas, por los tipos de cerámica, de construc<iones arquite< tónicas y otros indicadores que, sabemos, corresponden a ciertas formas de 17
  • 14. lardin insólito de sargazos en profundidades hasta de SO metros, junto a las costas de Bala California. EI volcán de ruxtla, en actividad en el siglo XVIII. (saie de Veracruz. Yu<.a y ca<.táceas en zonas cáhdas subdesérucas. Pa Abundante vegetaoón en el Valle de 1amazula, al sur de la Sierra Madre Occidental. El heno, pastle o barba blanca, de los bosques templados, interesó a nuestros antepasados. Memona de José Antonio Alzate, 1777. En gran parte del norte dom ina el paisaie desértico y subdesértico. organización económico-social. los límites cronológicos que se adludi«an a los honzontes son fec.ha~ convencionales, flexibles, y deben considerarse como aproximaciones. Los fenómenos humanos son variables y por tanto resultan difíciles de delimitar, de suerte que . í(Osa toda generalización constituye un esfuerzo para ha«erlos comprensibl< s. Los pnnopales horizontes culturales son: Preclásico (2000 a.C a 200 d.C.), que comprende el lapso que va desde el descubrimiento de la agricultura y el establecimiento de las primera: aldeas hasta el desarrollo de los centros ceremoniales y de gobierno (como los de los olmecas y los habitantes de Cuicuilco). Clásico (200 a 800), durante el cual florecieron las ciudades y civilizaciones teocráticas (zapotecas, Teotihuacan, mayas). Posclásico (800-1521): las sociedades teocráticas se convirtieron en guerreras, surgieron los verdaderos Estados y aparecieron las fuentes históricas (toltecas y chichimecas, mixtecas, tarascas, mexicas ). Fuentes y naturaleza de la historia c7 s : ~1..' <iá( . u «..¹« ' r<á : ' 'e Reconstruir el pasado es tarea harto difícil. Si se trata de épocas muy antiguas, una parte del problema radicará en el hecho de que los datos y las evidencias r< sultan Escasos, mientras qu< si se trata de épocas recientes las complicaciones provendrán de su abundan<.ia. Así, mientras los estudiosos de las antigüedades prehispánicas discuten sotire el significado di' unas cuantas ruinas, huesos, restos de obletos de barro o metal, pinturas y baíorrefteves para inferir tantos rasgos culturales c.omo sea posible, el historiador de la época «ontemporánea cuenta «on libros, revistas, pc riódicos, <.artelc s, documentos, edificios, testimonios, películas y una serie infinita d< obletos que se convierten en tuncionales fuentes de apoyo. El histonador de la antigüedad hizo uso de los conocimientos arqueológicos, etnográficos y etnológi«os ( para redondear sus hipótesis y log rar reconstruir la vida y los acontecimientos. El historiador de tiempos recientes tiene que c legir qué fu< ntes puede utilizar y, de acuerdo con el tema, se auxilia de conocimientos filosóficos, económicos, sociológicos, demográficos, etc. Ia í 'l f) ( l i Il I (1l' i tgui Iiliir. Il Illiilli « s s l a (( 19
  • 15. En la mixteca poblano-oaxaquena el antiguo lecho manno da vida a una flora variada. I a gran «í< hinilla, abundante en ciertas espe< i< s de nopal, fue durante algún tiempo importante fuente de nquera. Mernona de losé Antonio de Alrate, 1777. Exuberantes selvas se exuenden en la zona tropical, próximas a las comentes de agua. "go " v v flooo u o í ; fu Ol, O Oor o . 't DV'ií u,tou D oy W. a <í QD O<íuv Ií ' Q W czf. 9, r F- <í 4 u . f '+ . Con todo ello elaborará su interpretación. Pero hay un problema común a los dos: el esforzarse por lograr un mayor acercamiento a la verdad, ya que al reconstruir el pasado, tanto el temperamento y la educación, como las ideas y las creencias suelen influir en los resultados y las conclusiones. Esta es una lección importante que nos da la historia: la reconstrucción de lo sucedido y el juicio de valor sobre los hechos son difíciles de.centrar y requieren de toda nuestra ponderación. No siempre se reconoce la importancia de la historia aunque desde la antigüedad Cicerón definiera esta disciplina como "maestra de la vida". Gracias a las 20 lecciones de la historia podemos comprender como individuos, como nación y como especie, quiénes somos y de dónde venimos. Como los acontecimientos históricos nunca se repiten de la misma manera, la historia no puede predecir el futuro pero sí sensibilizarnos, hacernos conscientes del cúmulo de elementos-que ínftvyen +n ún hecho humano. Gracias a la historia entendemos mejor el mundo que nos rodea y sorteamos inteligentemente los p roblemasue q plantea. Todos debemos conocer la historia de nuestro país pues así descubriremos nuestra identidad y contribuiremos para alcanzar un futuro mejor. 21
  • 16. Capítulo II • EL POBLAMIENTO Y EL INICIO DE LA CIVILIZACION • El origen del hombre americano En sus extremos septentrionales, América y Asia parecen acercarse, pues el estrecho de Behring que los separa apenas tiene BO kilómetros de largo. Aún más: hace miles y miles de años, durante la última glaciación que afectó a la Tierra, el agua se recogió a causa de la congelación, y la masa de tierra, que aún hoy se halla a a aírsiae poca profundidad, aflo ó, quedando a la vista una amplia llanura a la que se ha denominado Betingia. Las actuales islas Diomede no eran sino montes de aquella región. El resto del continente tenía climas diferentes a los actuales. El hielo bajaba hasta las tierras templadas y las que hoy son áridas constituían fértiles valles y llanuras en los que habitaban enormes mamíferos, más tarde desaparecidos. Los habitantes del noreste de Siberia, cazadores y recolectores de la tundra, circulaban de un lado a otro en busca de alimentos. No es pues sorprendente que xl~ hace unos treinta mil años atravesaran Beringia y penetraran, sin advertirlo, en la península de Alaska. Allí seguramente permanecieron largo tiempo, hasta que el mejoramiento del clima les permitió pasar hacia el sur del continente. Aunque se han establecido varias hipótesis sobre el origen del hombre americano, ésta parece ser la más aceptable. Las características mongólicas de los actuales habitantes de ambos litorales del Pacífico parecen expresar un origen común, aunque la evolución posterior fuera diferente para cada grupo humano. El hecho de que algunas lenguas americanas contengan elementos australoides y polinesio-melanesios, favorecieron otras teorías pero hoy se acepta que tales influencias fueron posteriores. En medio de tundras, taigas y bosques, los hombres fueron adaptando pequeños cambios a sus formas de vida y ampliando su escaso bagaje cultural; conocían el indispensable fuego y contaban con pieles, cuerdas, Océano Ártico Estrecho de Behring Profundidades marítimas 0.55 m EQ 55-185 m •tL Más de 185 m Asia América t ~p, "i Ps „; + r r rr rr i Mar de Behring - - . , " , „ ' „ ' , . ' : „ : : : - ' , , : ' , , .:~'P O + e Islas Aleutíanas :P- 23
  • 17. Rutas de tránsito de los pnmeros pobladores. Glaciar Atabasca Máxima extensión de la glaciación Wisconsin. Poblamiento del continente Océano Ártico Estrecho de Behring • ~» Asia 4 DD sl ~l» Océano Pacifico América e s. «f t ':«s<, 5rd r r t gé:."'a i aM '. '4- ' ~i. ~Q s elle«»»l» r I alo a , ee»»re es»» e« « » » » «» lee»l 24 x « o e rerw» » ee«« » « « » w e 1 e» ~ , e e » » » » « e s ll » l is«file » i . sale» » » ~ l « l «r«» l eas l lrease»»» e ~ »» »» » i « e s redes y cestas.rudimentarias„apenas iniciaban el sistema de dar forma a sus instrumen'.os de piedra mediante golpes que asestaban entre unos y otros; seguramente aún carecían de arcos y flechas y empezaban a usar dardos. Su organización social reflejaba aquella misma simplicidad y seguramente diversas familias se reunirían para defenderse o para organizar cacerías, aunque sus instrumentos revelan que su actividad principal seguía siendo la recolección. Su virla entera se orientaba a la búsqueda de alimentos y esta situación los'obligaba al nomadismo. Tendrían que esconder su comida, cuando abundaba, para consumirla en momentos de necesidad. Los restos encontrados nos explican el proceso paulatino de su migracrón hacia el sur. Mientras los restos hallados en el norte del continente datan de hace 30 000 años, los de México son de hace unos 22000; los de Venezuela de 18000; de 16000 los de Perú; 13 000 los de Chile y 12 700 los hallados en Patagonia. Esta lenta migración (es permitiría adaptarse a los variados y sucesivos medios geográficos del continente. Primeros habitantes de México En México han quedado pocos restos de aquellos lejanos ancestros. En Tlapacoya, al sureste de la ciudad de México, se encontraron huesos de varias especies animales entre restos de hogares y sencillos artefactos de piedra; quedaron fechados en unos 22 000 años a.C. En la Presa de Valsequillo, en Puebla, se localizaron otros restos, junto a huesos de un elefante prehistónco, que se remotan a 10000 a.C. En Tepexpan, cerca de Texcoco, se hallaron, junto a huesos de mamut, los restos óseos humanos más antiguos de Mesoamérica (8 000 a.C.) y su reconstrucción nos indica una gran semejanza con los indígenas que se enfrentaron a Hernán Cortés y sus huestes. En las reproducciones e interpretaciones pictóricas, a causa de los hallazgos, estos hombres han quedado como cazadores de mamut. Sin embargo, hay que advertir que este tipo de cacerías fueron casos excepcionales, pues sus instrumentos sólo permitían rematar a un animal cuando estaba semiatrapado. 25
  • 18. Yacimientos de la etapa litica. Arte rupestre en el actual estado de Durango. Petroglifos prehistóricos de Nayarit. ...og nAI + • ':x Los restos de estos antiguos habitantes resultan escasos y dispersos. Como en otras partes de la Tierra, en México, predominan los instrumentos de piedra que, de acuerdo con su evolución, han servido para periodificar esa larga etapa de 20000 años de la que sabemos muy poco y en torno a la cual asumimos que las actividades fundamentales fueron la cacería y la recolección. A base de artefactos, restos de alimentación y localización de otro tipo de rastros, se han hecho conjeturas sobre la vida de grupos y comunidades. Esta etapa, denominada lítica, se ha dividido también en los siguientes horizontes: A rqueolí ti co Los rastos~ispersos que Jtos quedan de este horizonte están en: Laguna de Chapala, Baja California; Cueva del Diablo, Tamaulipas; Tlapacoya, Estado de México; Valsequillo, Puebla; Cueva de Chimalacatlán, Morelos y Teopisca, Chiapas. Se trata, en general, de grandes vestigios tallados piedra contra piedra, algunas veces trabajados de los dos lados y con bordes puntiagudos. Se han encontrado asimismo lascas y navajas, pero no puntas de proyectil, tal vez por haberlas usado de madera o hueso, como las que existían en el momento de la conquista. Los estudiosos piensan que en este horizonte los hombres eran básicamente recolectores, aunque practicaban limitadamente la cacería. El núcleo familiar • Horizonte Arrtoeolitico ( - 14 000 a.C.). • Horizonte Cenolitico (14 000 - 7 000 a.C.). • Horizonte Protoneolitico ( 7 000 - 4 500 a.C.). • Límites del érea cultural mesoamericana, principales zonas culturales. • 1. Altiplano central 2. Mixteca 3. Valle de Oaxaca y Tehuantepec 4. Costa del Golfo-Huasteca 5. Costa del Golfo-Veracruz 6. Maya sur • • • 7. Maya norte 8. Costa del Pacífico 9. Occidente de México: Guerrero 10. Occidente de México: Michoacén 11. Occidente de México: Colima, Nayarit, Jalisco ÁR I DA AMÉRICA o adto ooMIAAo iz 10 1 s o,' /M AV Mesoaménca y Andamérica. 26 27
  • 19. Raspadur y navala de obsidiana de llapacoya,p Hachas del periodo Arqueolítico. Restos de un mamut encontrado en Santa Isabel Iztapa era pequeño y constituía la unidad organizativa del grupo social, aunque se conjetura que en ocasiones se formaban bandas, sobre todo cuando la necesidad, la población escasa y el nomadismo se agudizaban. riáis S ( Ceno lí ti co V xC x I Wl i W! ..~i. : %" s/' M •! +O h 28 De este horizonte hay mayores rastros. Se han encontrado restos a lo largo del territorio que cubre los estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León y el cual llega hasta Oaxaca y Chiapas. El fenómeno indica un probable aumento de población. En esta etapa aparecen puntas de proyectil de piedra. Todavía se trata de talla de piedra contra piedra, aunque parece que las terminadas se logran golpeando los utensilios contra objetos más blandos — como madera o hueso —, lo cual les permitió obtener bordes filosos y mayor variedad de formas. Las navalas fahricadas fueron tan abundantes que se usaron hasta la época de la conquista en que, de acuerdo con algún cronista, fueron utilizadas por los españoles para rasurarse cuando no tenían de acero. El hueso y la concha se trabajaron con objetivos ornamentales y desde luego se fabricaron redes, canastas, bolsas, cordeles y otros objetos de fibra vegetal. Los hombres se habían vuelto cazadores; es posible que la familia se hubiera hecho más extensa y que las bandas empezaran a organizarse. Para 9 000 a.C. la temperatura había aumentado y los grandes mamíferos habían desaparecido casi en todo el continente, de suerte que los hombres podían cazar sin competir con los grandes animales. Tal vez por ello se ha encontrado mayor número de rastros de puntas de proyectil. También en ese momento aparecen los primeros instrumentos de molienda. Al principio se trata sólo de grandes piedras planas aplicadas a otras alargadas; el mecanismo era utilizado para moler Poco a poco los instrumentos adquirieron forma de base de pulido, adhiriéndose unas manos artificiales. Aparecen también canastos de gran calidad que probablemente fueran usados para hervir harinas de granos triturados. El ingenioso sistema consistía en echar piedras candentes en el líquido, una tras otra, hasta que cocinaban la harina. Esta simple práctica siginificó un gran adelanto en la dieta y la posibilidad Cráneo de Tepexpan. de su enriquecimiento certero. En algunos lugares de las costas se han encontrado enormes basureros de conchas y huesos de animales. Pro toneolí ti co Este horizonte constituye una transición entre las etapas de recolección y de cultivo. Desde el Cenolítico habían empezado a consumirse diversos productos vegetales como el amaranto y el aguacate y, al final de la etapa, los productos básicos de la dieta indígena: calabaza, chile, frijol, pencas de maguey y teosinte o maíz silvestre. Durante el Protoneolítico se inició la domesticación de algunas plantas. El descubrimiento de que al dejar caer una semilla podía surgir una nueva planta produjo la revolución neolítica, que consistió nada menos que en aprender a producir los alimentos. El consumo del teosinte o maíz silvestre dominó el Protoneolítico hasta la aparición del maíz cultivado, al tiempo que también se sembraban frijol, calabaza y chile. Esta domesticación de las plantas mejoró su 29
  • 20. La importancia del maíz olvidan hijos, esposa y cualquier otro placer como si la milpa fuese su propósito final y fuente de su felicidad." "Todo cuanto hacen y hablan está tan concentrado en el maíz que ellos lo consideran casi como un dios. Eí encanto y embeleso con que miran sus milpas es tal, que por ello Thomas Gage, Nuevo reconocimiento de las Indias Occidentales, 1648. 'r' Caza de liebres con palo arrojadizo J El Valle de Tehuacán y el inicio de la vida sedentaria I J g r 4 ' Y a la noche llegamos a muchas casas que estabanasentadas a la nbera de un hermoso rio y los señores dellas salieron a medio camino a rescebímos con sus hijos a cuestas y nos dieron muchas taleguillas de margajita y de alcohol molido. con esto se untan ellos la cara; y dieron muchas cuentas y muchas mantas... Aquí me trajeron un hombre e me dijeron que había mucho tiempo que le habían herido con una flecha por el espalda derecha, y tenía la punta de la flecha sobre el corazón; decía que l daba mucha pena e que por aquell e a causa siempre estaba enfermo. Yo le toqué y sentí la punta de la flecha y ví que la tenía atravesada por.la ternilla, y con un cuchillo que tenía le abri el pecho hasta aquel lugar y vi que tenía la punta atravesada y estaba muy mala de sacar, torné a cortar más y metí la punta del cuchillo y con gran trabajo en fin la saque.. : que en aquel lugar de donde aquél había venido había muchas plantas de aquello enterradas, y que aquello era cosa que ellos tenían en mucho, y había casas de asiento... Por aquellos valles donde i1aamos cada uno dellos llevaba un garrote tan fargo como tres palmos y todos iban en ala y en saltando alguna liebre (que por allí había hartas) cercábanla luego y caían tantos garrotes sobre ella que era cosa de maravilla, y desta manera la hacían andar de unos para otros, que a mí ver era la más hermosa caza que se podía pensar... A. N. Cabeza de Vaca, Naufragios y comentarios Secuencia del maíz. 30 calidad, sobre todo la del teosinte. No sabemos si la transformación del teosinte en maíz fue resultado del simple cultivo o el efecto de una verdadera selección, al sembrar sólo las semillas más grandes. El cultivo de plantas exigió ajustes en la vida de los pueblos pues la población requería de un asentamiento fijo, por lo menos durante algunos meses cada año. Al principio fue un traslado que coincidía con el cambio de estación, pero los miembros de cada comunidad quedaban obligados a moverse dentro de un territorio limitado, lo que empezó a otorgarles el sentido de propiedad territorial. Estos movimientos seminomádicos favorecieron ej intercambio de productos y el establecimiento de aldeas permanentes. Los artefactos de piedra producidos durante este horizonte disminuyeron de tamaño, aparecen con un pulido estético y funcional y los objetos de molienda adquieren las formas operativas de los metates y molcajetes. Las condiciones climáticas han preservado basureros y restos que nos han permitido seguir una secuencia continua dentro del largo proceso de desenvolvimiento de las civilizaciones agrícolas mesoamericanas. El caso de Tehuacán es sólo un ejemplo porque la agricultura parece haberse generado en varios puntos al mismo tiempo aunque las diversas plantas fueran domesticadas por primera vez en algún sitio. La fase más antigua (10000 a 6 500 a.C.) es típica de grupo recolector-cazador, con la utilización de cuchillos y puntas de proyectil talladas. En la segunda etapa (6 500 - 4 900 a.C. se advierte un cambio: grupos ) pequeños cazan durante la estación seca y grandes grupos viven de la recolección de plantas en la estación húmeda. Es probable que al final de esta época se hubiera descubierto el secreto de las nuevas plantas. Es periodo de innovaciones: instrumentos de molienda, muestras de tejido y de trabajo en madera y hasta enterramientos elaborados, en que los cráneos han sido aplastados o quemados, separado el cerebro, y colocados de manera insólita, con alguna finalidad desconocida para nosotros. Pochote o algodonero silvestre. 31
  • 21. Los indios de Baja California Está aquel ancón en treinta y dos grados de altura, y aun algo mas: es allí la mar Bermeja, crece y mengua muy por concierto; hay por aquella costa muchos volcanejos y están los cerros pelados: es tierra pobre, haílóse arrastro de cuernos grandes, pesados y muy retuertos: andan muchas ballenas por este mar, pescan en él con anzuelos de espinas de arboles y de huesos de tortugas que hay muchas buenas y grandes: andan los hombres desnudos y trasquilados, como los otomis de Nueva Esparta: traen á los pechos unas conchas relucIentes como de nácar; los vasos de tener agua son buches de lobos marinos, aunque también los tienen de barro, muy bueno. Francisco López de Cámara, Segunda parte de la Crónica Ceneral de las Indias La tercera fase (4 900 3 500 a C ) fue muy semejante a la anterior, pero las bandas parecen haber crecido y permanecen en un mismo sitio por periodos más largos. Su vida sigue siendo recolectora y cazadora; al mismo tiempo adquieren más y más plantas domesticadas, al principio chile, aguacate, guaje; después, amaranto, frijol, calabaza, zapotes. Estos alimentos apenas representan el 1096 de su dieta, según nos enteramos por el análisis de sus heces. En la cuarta fase (3 500 - 2 300 a.C.) el modo de vida se ha transformado. Existen campamentos en las cuevas que sirven para cazar en la época de seca pero hay ya asentamientos en las terrazas del río, en grandes casas semisubterráneas; parte de sus ocupantes las habitan todo el año. Para entonces se cultivaban calabaza, fnjol y maíz y el 7096 de la dieta provenía de plantas y animales silvestres. La última etapa (2 300 - 1 500 a.C.) corresponde ya al pleno establecimiento de aldeas, con la aparición de la más antigua cerámica de Mesoamérica. Estas primeras piezas imitaban los cajetes y ollas de piedra y cestas tejidas del periodo anterior. Es posible que su aparición también ocurriera al mismo tiempo en varios sitios, aunque cabría la posibilidad de que el fenómeno surgiera en un sitio y se difundiera por otros. El aspecto más importarite del periodo se refiere al hecho de que los hombres vivían ya permanentemente en un lugar y la base de su alimentación era agrícola. Los fundamentos de una nueva vida estaban presentes. / 'i +s v Restos de cerámica del preclásico. 33 32
  • 22. Capítulo III EL PRECLASICO I. EL TIEMPO DE LAS ALDEAS Tecnología El cambio ecológico que tuvo lugar antes del año 2000 a.C. favoreció la lenta consolidación de las mutaciones en Ias formas de vida de los diversos grupos asentados en el territorio de Mesoaméríca. Seguramente por la escasa población, los grupos aparecen dispersos pero en todos se realiza un cambio económico fundamental: el paso de la recolección y la caza a la producción agrícola; esta última aparejaría nuevos patrones de vida. Durante el periodo que va de 2000 a 800 a.C. se genera una nueva sociedad; hacia 1 300 a.C. los procesos han madurado y puede hablarse de una segunda fase aldeana. Una vez desentrañado el misterio de la germinación en los trabajos agrícolas, los grupos humanos buscaron procedimientos para facilitar la siembra y descubrieron el uso del bastón plantador, vara de punta aguda endurecida al fuego, así como el recurso de aprovechar las temporadas de lluvias o las vegas de los ríos y lagos, sitios donde la tierra permanecía húmeda. Algunos discurrieron pronto la primera técnica de riego artificial: abrii pozos y, mediante vasijas, regar cada planta. Así ocurrió en el Valle de Etla, en Oaxaca; tambien surgió el proceso de la tala de árboles, el cual permitió ampliar la extensión de los terrenos de cultivo; de este proceso tenemos conocimiento gracias a la • Comunidades aldeanas • Centros ceremoniales 'c • Et tbono Ptrnuco • Ot brlchtl tan Oxkintok • Sl Oocllo • rttt lco Tcot honct t • • • Lr vomt Monte Ncsro • • Mo n te Atbin • kI I • • Ct 35
  • 23. "Cara de niño", de Cualupita, Moielos. Ruinas de Dainzú, centro ceremonial desde 800 a.C. v w' existencia del gran número de hachas de piedra halladas en algunas zonas de la costa del Golfo y la cuenca de México. Más tarde surgió la idea de construir terrazas en las laderas de los montes con sus respectivos canales de riego. Es posible que durante esta segunda etapa empezaran a fabricarse chinampas a orillas de los lagos de Chalco y Xochimilco. Estas técnicas aumentaron tanto la extensión de la tierra cultivable como la producción, fenómenos que permitirían la acumulación de excedentes. La producción sistemática de alimentos requirió de nuevas formas de elaboración y almacenamiento. El uso de metates y molcajetes se generalizó y la cestería diversificó sus formas y tipos de tejido. Hasta ese momento las únicas ollas elaboradas habían sido de piedra y en algunos sitios, según indicamos, para hervir el agua se habían usado cestos de nudo muy apretado. En esta etapa se generalizó el conocimiento de la técnica de la cerámica: las vasijas se modelaron en arcilla, a semejanza de las de piedra, y se sometieron a cocimiento. Gracias a su resistencia, su técnica, su utilidad y la abundancia de arcilla, su uso se extendió y diversificó; se elaboraron ollas, cajetes, platos, grandes tecomates para almacenar granos y figurillas decoradas a base de la técnica de pastillaje; los adornos o las facciones de la cara surgieron a base de tiras o bolitas sobrepuestas. Es posible que desde el preclásico inferior, las muleres empezaran a tejer; los hombres parecen haber andado desnudos, embadurnados de pintura en cuerpo y cara. Usaban ya una serie de adornos mediante perforaciones, orejeras, narigueras; traían collares, brazaletes y tocados complicados, según podemos apreciar en las figurillas de barro, las cuales demuestran su desarrollo artístico y los inicios de un proceso de diferenciación social. Asentamientos El sedentarismo y la seguridad en la adquisición del alimento reduleron la mortalidad y alargaron la vida. Al mismo tiempo, el aumento de la producción permitió un incremento de la población. Este fenómeno se hace más notorio para la segunda fase de la etapa aldeana. En San José Mogote, en el Valle de Oaxaca, hacia 1300 a.C. existían de quince a treinta casas que para 850-500 a.C, se habían convertido en varios centenares. Las casas estaban construidas con ramas y barro, o sea, eran de bajareque. En el Valle de Oaxaca medían de seis a siete metros de largo por cuatro o cinco de ancho y se calcula que albergaban de dos a cuatro personas. Las casas se fueron haciendo más sólidas con el paso del tiempo y algunas deben haber crecido a medida que se estratificó la sociedad. El centro de la aldea se reservó para efectuar los rituales comunitarios, según lo indican los descubrimientos de plataformas de tierra apisonada limitadas mediante escalones.
  • 24. Vasija antropomorfa de Las Bocas, Puebla. "El acróbata". Tlatilco. Organización social Inicio de la estratificación Tenemos pocos datos acerca de su organización social. Hombres y mujeres realizaban tareas variadas pero al principio las labores de caza, pesca, agricultura y artesanías deben haberse efectuado indistintamente. El aumento de la tierra cultivable y el crecimiento demográfico exigió que se implantara la división del trabajo. La misma abundancia y la calidad de la producción alfarera nos indican la existencia de artesanos especializados. El liderazgo debe haberlo ejercido el grupo de los jefes de familia, pero para la segunda fase las figuritas encontradas nos indican la aparición de un grupo privilegiado. Los portadores de orejeras, narigueras, collares, pulseras y pantorrilleras seguramente son representaciones de aquellos que ejercían el poder, que organizaban y dirigían el trabajo y que administraban los excedentes. Este grupo social se encargaría de los rituales religiosos y habitaría en casas más sólidas, situadas en la zona central de la aldea. Como se han hallado objetos y figurillas hechas con materiales procedentes de regiones lejanas, se deduce tambien la existencia de un intercambio entre los diversos grupos mesoamericanos; sin embargo, resulta difícil saber si existía un grupo encargado de las tareas de trueque. Acoso de un mamut. Las prácticas mágico-religiosas Algunas plataformas de tierra apisonada probablemente fueron bases de templos y parecen confirmar la hipótesis de que existía ya todo un ritual religioso y un grupo con atribuciones sacerdotales. Las figurillas que representan mujeres desnudas en las que se acentúan sus caracteres sexuales secundarios indican un ritual agrícola de fertilidad que se localiza en casi todas las culturas del mundo. Por otra parte, las tumbas simples encontradas bajo las casas o en los campos parecen indicar el inicio de un culto a la muerte y de este culto podría deducirse la integración de la muerte al ciclo vital: los hombres se entierran al igual que las semillas. II. LOS CENTROS CEREMONIALES Tlatilco Hasta ahora se han hallado en Tlatilco alrededor de cuatro mil figuras cerámicas. Miniaturas plásócas del tamaño de una mano... Por lo general se trata de figuras de mujeres desnudas. Son relativamente raras las imágenes de hombres... Prevalecen dos tipos de desnudos femeninos: la mujer decaderas anchas, de car abundantes y maazas, de nes pechos vigorosamente desarrollados, en la que con toda probabilidad podemos ver la imagen de la mujer casada; y la muchacha joven, de figura esbelta, de caderas muy poco prominentes y senos pequeños; los arqueólogos le pusieron el nombre de preny Iaáy Paul Westheím, Ideas fundamentales del arte prehispá ni co Pigurif las del preclásico, El proceso de crecimiento aldeano que tuvo lugar en varias partes de Mesoamérica habría de culminar, entre 800 y 200 a.C., con el establecimiento de la gran corriente del preclásico superior: la cultura olmeca. Surgida en las tierras cálidas y húmedas de la costa del Golfo de México, esta cultura estuvo favorecida por la abundancia del agua; su poder y su vigorosa influencia se extenderían por toda el área y más allá de sus fronteras hasta el centro de los Estados Unidos, en el norte, y hasta el Perú, en el sur. Otras complejas
  • 25. l.ocaázaciones del preclásico. Centro ceremonial de Cuicuilco. Pirámide de Cuicuilco. G o f f o d e culturas surgidas en Oaxaca, Yucatán, Chiapas y Cuatemala compartieron sus rasgos, aunque con sellos distintivos de desarrollo local que las hicieron diferentes entre sí. A los centros olmecas de La Venta, Tres 7apotes, fl Trapiche, San Lorenzo, Los Tuxtlas y La Tigra, correspondieron centros como Monte Albán en Oaxaca, Kaminaljuyú y Uaxactún en Guatemala, Maní, Itampak-Dzibilnocac y Dzibilchaltún en Yucatán y Chiapa de Corzo en Chiapas. Cuicuilco, en la orilla sur del Lago de Texcoco, también constituyó un centro ceremonial respetable; fue víctima de la erupción del volcán Xitle, fenómeno que obligaría a sus sobrevivientes a trasladarse a la orilla oriental, donde más tarde colaborarían en la construcción de la imponente Teotihuacan. M tf x i c o OEI • pa a hhu tt Q M Ootal Ictaltúh 'P P OQ*hmot O • Chhot* Mhm tu» Oai Rio /Curtir Otuptcumoa O O shhlh Rota tu O O o tal»che fn Monte Albán, donde el cultivo era de temporal, el riego por medio de vasijas derivó lentamente en la construcción de canales y en el sistema de barbecho de las laderas. fn todo caso, estos mejoramientos tecnológicos desarrollaron una agricultura avanzada que proporcionó suficientes excedentes y permitió que muchos hombres al abancfonar la producción de alimentos se especializaran en otras tareas. ac La agricultura Co.»oa Qta Vam Q R ha hm»: ~ ~ naal o • Ella a » » ah~ I IO aa ha t o r QCt mtha c mto ~ c ,'-" cr o~ g '- :.dp~ * I Piara a t» M~» • 4$ 0 l Ptohtat»» l u o lu 200 • C Zaooth km. 'Y rl Y 4»- X r as & r w vi tt "0S. -L m. - . . h»mu» W, • l' -r. l' m sr t n 'ta . ' . a. '% I Poco sabemos sobre los olmecas; no conocemos qué nombre se daban ni qué lengua usaban para expresarse y comunicarse. Sin embargo, podemos imaginar, al observar sus esculturas, que eran bajos de estatura, fuertes, mofletudos, con ojos oblicuos, labios abultados y nariz corta, aunque también hay algunas muestras de hombres altos con nariz fina. La región en que se desarrollaron era privilegiada pues el mar les ofrecía sus peces y mariscos y las selvas aledañas una caza variada: venados, monos, jabalíes, iguanas, faisanes, etc. Y si esto fuera poco, sus ríos se desbordaban y fertilizaban sus riberas con limo, por lo que las siembras daban excelentes cosechas. No obstante, la población creciente hacía necesario robarle espacio a la selva y los olmecas discurrieron la técnica de la roza y quema: désmontaban un terreno, quemaban el corte de vegetación y sobre su ceniza, sembraban. Casi siempre obtenían dos cosechas al año pero el sistema hacía necesario que descansara la tierra después de varios ciclos ya que se había agotado y había que ganarle un pedazo más a la selva. Seguramente este sistema obligó a algunos grupos a subdividirse; así no se alejarían demasiado de sus tierras cultivables. Los mayas de las zonas pantanosas de Belice resolvieron el problema de exceso de agua construyendo ciertos camellones de tierra que simultáneamente evitaban que se dañaran las plantas y aseguraban la humedad necesaria en tiempo de secas. i s Máscara funeraria. Hacia el año 1000 a.C. S R'h fi 0 )f Figura de Chupicuaro. 41
  • 26. "El bateador", cerámica de Cohma. íl preclásrco en ocodente. Ceramica de Chupicuaru. Urbanización y arquitectura p: -,'$~i • v.í r 4e' tg ar "'a Las esculturas monumentales y las leyendas de gigantes Y nadie se maraville ni tenga por fábula lo que decimos de estos gigantes; porque hoy día se hallan huesos de hombres de increible grandeza y la muela, que en mi poder tuve, se sac6 de una quijada que ya como tierra se iba desmoronando y haciendo ceniza; cuya cabeza, afirman muchos que la vieron (de los cuales son fray Hier6nimo de Zárate que era predicador y ministro de los indios del principal convento de 47 Tlaxcalla y Diego Muñoz Camargo, gobernador de los mismos indios, en esta dicha provincia), que era tan grande como una muy gran tinaja de las que sirven de vino en Casólla; la cual, aunque trabajaron mucho por sacarla entera, no pudieron porque se deshacía y quebraba toda. Esto vieron también algunos otros religiosos de San Francisco, mi padre y se descubri6 cuatro leguas de la dicha ciudad de Tlaxcalla, en un pueblo que se llama Atlancatepec, que puede ser prueba esto de la verdad que afirmamos. Juan de Torquemnad, Monarquía Indiana Los agricultores del preclásico superior continuaron viviendo en chozas pero construyeron grandes centros para realizar sus ceremonias religiosas y sus actividades comerciales. Una cuidadosa planeación dio lugar a la aplicación de una línea imaginaria, fundada en observaciones astronómicas que servía de eje áe construcción. Para los olmecas el trazo iba de norte a sur, a los lados de esta línea, de manera bastante simétrica, disponían sus monumentos. Las construcciones se elevaban a partir de grandes patios, en donde erigían pirámides o basamentos sólidos para colocar sus templos u oratorios. En La Venta, los edificios ceremoniales forman un rectángulo; la pirámide principal se halla al centro y hay montículos y monumentos hacia el norte y el sur. Como los olmecas no tenían piedra, su arquitectura fue modesta. Sus pirámides eran de barro, lo cual no impidió que llegaran a tener hasta 128 metros de diametro y 31.4 metros de altura. Colocaron grandes columnas monolíticas de basalto, trasladadas desde la Sierra de los Tuxtlas, alrededor del patio ceremonial; es el mismo sistema aplicado en la construcción de la monumental tumba A, que recuerda una choza erigida con troncos de árbol. Las plataformas eran macizas, a excepción de las que servían como tumbas. Cuando menos una de las pirámides fue escalonada. No usaron estuco para cubrir muros y piso ni encalaron sus construcciones pero en cambio destacan sus altares, estelas y esculturas. Aunque carecieron de piedra, los olmecas fueron excelentes escultores: lo demuestran las trece gigantescas cabezas de San Lorenzo, esculpidas en piedra, y los nueve altares monolíticos encontrados en la zona. Estos últimos están elaborados en forma rectangular y se hallan casi cubiertos de esculturas. En las estelas se observan personajes distinguidos, rodeados de curiosas figuras pequeñas, escenas guerreras o fechas. Una de las estelas de Tres Zapotes contiene la fecha registrada más antigua del continente. Las figuras muestran una gran destreza técnica y una notable sensibilidad estética, en especial las de jade y piedras finas. Destaca un motivo en que se combinan rasgos humanos y felinos, semejante al jaguar, que se repite una y otra vez. Hay que subrayar que las esculturas, en especial las de gran tamaño, pertenecen a la época del apogeo olmeca. En Monte Albán, la irrigación de las laderas permitió a la élite zapoteca trasladarse a un monte que lograron rebajar y aplanar. Las construcciones zapotecas ya están hechas de piedra y el material permitió a la arquitectura un mayor desarrollo. El centro ceremonial cuenta también con una gran plaza y plataformas piramidales. Una de ellas muestra enormes piedras irregulares, colocadas en hilera, con bajorrelieves que representan hombres desnudos y mutilados, a los que alguna vez se dio el nombre de danzantes, y que parecen representar cautivos, es decir a los pueblos vencidos a través de sus numerosas conquistas. A una etapa posterior pertenece una construcción pentagonal con lápidas de piedra tallada, con representaciones de cabezas en posición invertida, símbolo mesoamericano de victoria militar, con glifos de nombres de lugares y fechas, monumento que sin duda recuerda sus hazañas militares. v Grupo de figuras de jade de La Venta. 43
  • 27. Centro arqueológico de la Venta Cabeza monumental San torenzo. de Zona metropolitana olmeca. p Complejo A Montícu l o Cerro Encanto txcs Q f I C omplejo C Complejo B Grupo de Stirling "j Pirámide Destruida Montículo Acrópolis de Stirling I Mont (culo J Plaza de Stirling lis ~ / I I ' - : .t t+ • El Tejar Remojadas Cerro de las Mesas+ Cerro de la Piedra Nopiloa • g Sociedad y organización GQLFQ DE cAMpEcííE • g Mesón Re molino • Tr es Zapotes J Laguna de Cstemaco • La Cebada ~ Piedra Labrada • Laguna de los Cerros • Remolino • Cruz dal Milagro Medias Aguas• • Estero Rsbon > S: San Lorenzo Tenochtítlan 4 • i Potrero Nuevo 44 • La Venta La existencia misma de un centro ceremonial nos indica que en su construcción el grupo de aldeas que lo rodeaba habían reunido riquezas excedentes y fuerza de trabajo. Los restos arqueológicos nos permiten corroborar la existencia de artesanos especializados: alfareros, lapidarios, pintores, escultores, trabajadores de la pluma y del tejido y verdaderos arquitectos que diseñaban las construcciones. Pero las necesidades de aquella sociedad estratificada habían hecho necesario que algunos individuos administraran la producción, impulsaran el comercio y dirigieran las grandes obras monumentales. Los individuos que dirigían los servicios religiosos conjugaban asimismo el poder político pues poseian los conocimientos esenciales: el calendario, el momento preciso de la siembra, etcétera. Los enterramientos permiten detectar las diferencias sociales que existían en aquella sociedad pues los entierros se acompañaban con ricas ofrendas, determinadas por el status social. Los enterramientos de Monte Albán contienen ofrendas de cerámica. tanto vasijas como figurillas. Los hombres representados llevan manto, maxtlatl, brazaletes y diversos tocados en la cabeza. Se usaban ya pinturas faciales y corporales, máscaras y hasta barbas falsas. La enorme difusión del estilo olmeca indica una extendida actividad comercial y probablemente guerras de conquista. Gracias a los ríos de su área geográfica, los olmecas desplazaron sus productos con facilidad. Las enormes piedras que utilizaron para sus esculturas y edificios probablemente eran deslizadas sobre balsas por medio de las corrientes. Gracias a la arqueología sabemos que además de exportar sus objetos manufacturados importaban materias primas, las cuales transformaban: jade, serpentina, cinabrio, etc., pero también semillas y productos para uso doméstico y cotidiano. Más allá de su área, la cultura olmeca se fusionó con otras y produjo culturas más desarrolladas. A veces se trataría tan sólo de un puesto defendido por soldados, útil para comerciar; en otras ocuparía áreas enteras. Para algunos histonadores las actividades del comercio se acompañaban de conquistas violentas, lo que significaría la existencia de verdaderos ejércitos que, además de sustentar el comercio, exigirían tributo. Pero no sabemos cómo se gobernaban, si las ciudades constituían estados independientes o se organizaban por alianzas. Ligas y confederaciones son tipos de organización peculiares de Mesoamérica y los olmecas tal vez fueron sus iniciadores. Tampoco sabemos nada de su decadencia. Los olmecas desarrollaron una relación comercial muy estrecha con el Valle de Oaxaca, la cual fortaleció a las elites zapotecas y facilitó el desarrollo de Monte Albán. Por los objetos encontrados sabemos también que el comercio zapoteca fue activo, pues se han detectado ostras perlíferas procedentes de las costas del Pacífico, mejillones perlíferos del Golfo y moluscos de las costas de Chiapas o Guatemala. Los constructores de Monte Albán tuvieron también su época de expansión como lo prueban las representaciones descritas, los danzantes y las figuras invertidas. 45
  • 28. Pedestal para recipiente en forma de columna vertebral. Monte Albán. ftefieve de un sacerdote rodeado por una serpiente. La Venta. Niño o enano de iade. Cerro de Las Mesas. Monte Albán. veces se les agregan rasgos de otros animales, ya sean plumas o lenguas de serpiente. El laguar fue tal vez el nahual de los olmecas. La creencia en el nahual es mágica, ya que se piensa que la vida de los hombres está unida a la suerte de algún animal protector, que es su nahual. Para los olmecas, el jaguar fue seguramente el símbolo de los misterios y peligros de la selva, de la vida y de la muerte. Monte Albán significó un avance en la arquite<tura porque se aplicó la piedra en la construcción de los edificios, pero el sitio muestra asimismo un calendario y una escritura más desarrollados. El calendario puede considerarse antecedente del que llegará a conocerse como calendario maya. l.os habitantes de Monte Albán también parecen haber creado una religión más compleja. Las urnas muestran diversos dioses, como el de la lluvia, que habrán de caractenzar a las religiones mesoamericanas En Monte Albán la magia tribal parece convertirse en religión estatal. Oanzante. Monte Aibán. Máscara del dios Murciélago. Monte Albán. C onocimientos y r e l igió n Los monumentos olmecas son impresionantes. Podt mos darnos cuenta hoy de que el pueblo olmeca creó los principios de un urbanismo ceremonial, inició el desarrollo del calendario, con los conocimientos astronómicos que lo fundamentan, y estableció la escritura figurativa. El más trascendental dt sus legados es el concepto de cero, símbolo que permitió la Cuenta Larga. No se sabe si las figuras que esculpieron los olmecas son personificaciones pétreas de dioses, pero no hay dudas acerca de su culto al jaguar pues hasta los altares son jaguares. Estas circunstancias nos hacen pensar que también los hombres-jag vares o niños> jaguares, son divinidades, representaciones a las que a T e. 46 47
  • 29. Capitulo IV EL CLASICO, MOMENTO DE ESPLENDOR Entre 200 y 900 de nuestra era se desenvuelven las culturas que corresponden al horizonte clásico; es el momento de esplendor de la cultura mesoamericana. El desarrollo notable de la región tuvo lugar en varios centros pero fueron los principales, Teotihuacan, al occidente del Istmo de Tehuantepec y las ciudades mayas, al oriente. El Tajín al norte de Veracruz y Xochicalco, en el actual estado de Morelos, alcanzaron también un desarrollo considerable. En este periodo la cultura rebasa la existencia simplemente urbana pues hay ciudades que llegan a constituir verdaderas metrópolis. A una de ellas los nahoas le dan el nombre de Tollan. Este centro aplica ampliamente el arte de la planificación; si antes sólo se concebía urbanísticamente el centro ceremonial, en Tollan se incluye la zona de habitación popular. Durante el periodo, la metrópoli no es ya sólo un centro ritual-religioso y de comercio sino que se transforma en núcleo de producción manufacturera en serie y con los artículos se efectúan transacciones. El ejemplo por excelencia de este avance lo representa Teotihuacan. zr ~ gfpL g:i JN 'ir I Ir, 3 « r ., i $ ~Égéststj-e " l:~: 4 a.'íLu',%%L Mtttítí'tK YizL4i!zM'%«.".iÁLQíg " r'. ei tí«-P~.& 8 ttrr«ííta-~ ' it t c Teotihuacan: de aldea a metrópoli '.:: «:,~P" . . El Valle de México poseía entonces una red de grandes lagos y numerosos ríos y arroyos que bajaban de las montañas. No era el erial triste, seco y polvoso que vemos actualmente. Lleno de árboles, vegetación y fauna de diversas especies, ofrecía muchos atractivos para los asentamientos humanos. No obstante, el llano <.'~nde los teotihuacanos se asentaron los obligó a dis ñar un sistema de riego para intensificar sus labores agrícolas a medida que creció su población. El desarrollo de Teotihuacan fue lento. No conocemos su origen, pero se supone la intervención de nahoas, otomianos y totonacos. Hacia 400 a.C. la población constituía apenas un asentamiento de unas cuantas aldeas a las que se sumarían, hacía 200 a.C., los sobrevivientes de Cuicuilco, una vez que el centro ceremonial sucumbió ante las lavas del volcán Xitle. Estos nuevos pobladores contribuyeron con sus técnicas y concepciones arquitectónicas para engrandecer la ciudad. Así, a principios de nuestra era, Teotihuacan se había convertido en un centro ceremonial extendido en unos 17 kilómetros y habitado por unas 20 000 Origen de la ci udad de Teotihuacan En seguida se pusieron en movimiento, todos se pusieron en movimiento: los niñitos, los viejos, las mulercitas, las ancianas. Muy lentamente muy despacio se fueron, alli vinieron a reunirse en Teotihuacan. Allí se dieron las órdenes, allí se estableció el señorio. Los que se hicieron señores fueron los sabios, los conocedores de las cosas ocultas, los poseedores de la tradioón. Luego se establecieron allí los pnncipados... Y toda la gente hizo alli adoratorios [pirámidesL al Sol y a la Luna, después hicieron muchos adoratorios menores. Allí hacian su culto y allí se establecian los sumos sacerdotes de toda la gente. Así se decía Teouhuacan, porque cuando morían los senores, allí los enterraban. Luego encima de ellos construían pirámides, que aún ahora están. Lína pirámide es como un pequeño cerro, sólo que hecho a mano. Por allí hay agujeros, de donde sacaron las piedras, con que hicieron las pirámides, y así las hicieron muy grandes, la del Sol y la de la Luna. Son como cerros y no es increible que se diga que fueron hechas a mano, porque todavía entonces en mut.hos lugares habia gigantes... Y lo llamaron Teotihuacan, porque era el lugar donde se enterraban los señores. Pues según decían: "Cuando morimos, no en verdad morimos, porque seguimos viviendo, despertamns. Esto nos hace felices." Así se dingían al muerto, cuando moría. Si era hombre, le hablaban, lo invocaban como a ser divino, con el nombre de faisán, si era mujer con el nombre de lechuza, les decían: Despierta, ya el aelo se enrojece, ya se presentó la aurora, ya cantan los faisanes color de llama, las golondrinas color de fuego ya vuelan las manposas. Por esto decian los viejos, quien ha muerto, se ha vuelto un dios. Decían: "se hizo allí dios, quiere decir que murió". tnformantes de Sahagún, Códice Matritense de la Real Academia de la Historia personas. Sus grandes pirámides del Sol y de la Luna se hallaban en construcción y esta situación comprueba el dinamismo y espíritu emprendedor del pueblo. Su crecimiento estable era ya un hecho y hacia 400, Teotihuacan había alcanzado su máxima extensión de 22.5 kilómetros. Sus pretensiones imperiales lo habían hecho incursionar comercialmente en Veracruz, Oaxaca y hasta Guatemala. Su influencia t ra determinante en los valles de México y Puebla, de manera que su amplia zona de acción se extendia hasta Tulancingo en 49
  • 30. Detalle de!a zona central de leoúhuacan segun el mapa de ítené Ivíiífon. Pirámides del Sol y de la Luna. Hidalgo; es probable que llegara a Tehuacán. Además la gente de Teotihuacan se había establecido en Cholula, donde se creó un segundo polo de desarrollo teotihuacano, el cual habría de sobrevivir a la súbita desaparición de la sede. Teotihuacan se convirtió en un centro religioso tan grande que con un esfuerzo mínimo pudo imponerse políticamente a las aldeas del valle de lviéxico. El fenómeno hizo surgir una élite numerosa que requería de la posesión de muchos bienes, situación que a su vez generó un comercio muy activo que por otra parte contó con la productividad de los alfareros que propiciaban el intercambio de materias primas. Teotihuacan devino así en una gran sede comercial y en un centro de peregnnación en donde convergían numerosas rutas. Entre 400 y 650 Teotihuacan alcanzaría su apogeo cultural y político y una enorme población que algunos cuentan hasta en 200 000 habitantes. La extensión se mantuvo igual, pues al urbanizarse totalmente, las viejas chozas familiares se convirtieron en construcpones que albergaban varias familias, es decir, mayor población menos espacio. en p0 L 1 L ~j o íttí O ) o Il Origen del nuevo Sol en Teotihuacan Se dice que cuando aún era de noche, cuando aún no había lur„cuando aún noamanecía,di cen que se!untaron, se llamaron unos a otros !os dioses, allá en Teotihuacan. Dijeron, se dijeron entre sí: — ¡Venid, oh dioses! íQuién tomará sobre si quién llevará a cuestas, quién alumbrará, quién hará amanecer? Y en seguida alli habló aquél, alli presentó su rostro Tecucrztécatí. Dijo: — ¡Oh dioses, en verdad yo seréí Otra vez dijeron los dioses: -iQuién otro másl En seguida unos y otros se miran entre si, unos a otros se hacen ver, se dicen: — lCómo será) iCómo habremos de hacer!oí Nadie se atrevía, ningún otro presentó su rostro. Todos, grandes señores, manifestaban su temor, retrocedían. Nadie se hizo allí visible. Nanahuatzin, uno de esos señores, alli estaba junto a ellos, permanecia escuchando cuanto se decía Entonces los dioses se dirigieron a él y le dijeron — ¡Tú,tú serás, oh Nanahuatzin! Éí entonces seapresuró a recoger la palabra, la tomó de buena gana. Drjoi La gran influenpa que adquirió Teotihuacan parece haberse logrado gracias a su consolidación como centro religioso y comercial. Por su i mportanci ceremonial a llegó a controlar ta producción de toda la cuenca de México. Un tnbuto ritual le era entregado por los lazos que se le atribuian a sus sacerdotes con la divinidad. Con esa solida base, la metrópoli monumental se transformó en un centro de cultura, religión, producción y comercio; los demás pueblos le brindaron respeto. Todo este poderío se eciipsó intempestivamente. fntre 650 y 700 Teotiliuacan sufrió una gran emigración de la que se desconocen las causas. fResultó insuficiente la producción de alimentos? ¹Fue incapaz fa organización social y política teotihuacana para importar el complemento necesariol ¹Sobrevino un cambio ecológico por la excesiva tala de árboles que disminuyó drásticamente la producción del vallel íDejaron de tributar las aldeas penféricas que alimentaban a toda aquella población, descontentas con la tiranía de la clase sacerdotall Sólo se sabe que se produjo una emigración masiva hacia Cholula, la Mixtequilla y los — bien, oh dioses, me habéis hecho un bien. Está En seguida empezaron, ya hacen penitencia. Cuatro dias ayunaron los dos, Nanahuatzin y Tecuciztécatl. Entonces fue cuando también se encendió el fuego. Ya arde éste allá en el fogón. Nombraron al fogón roca dwina. Y todo aquello con que aquel Tecuciztécail hacía penitencia era precioso. sus ramas de abeto eran plumas de quetzal, sus bolas de grama eran de oro, sus espinas de!ade. Asi las espinas ensangrentadas, sus sangramientos eran coral, y su mcienso, muy buen copal. Para Nanahuatzin, sus ramas de abeto todas eran solamente cañas verdes, cañas nuevas en manojos de tres, todas atadas en conjunto eran nueve. Y sus bolas de grama sólo eran genuinas barbas de ocote; y sus esp inas, también eran sólo verdaderas espinas de maguey. Y lo que con ellas se sangraba era realmente su sangre. Su copal era por oerto aquello que se raía de sus llagas. A cada uno de éstos se les hizo su monte, donde quedaron haciendo penáencia cuatro noches. Se di e ahora c que estos montes son las pirámides: la pirámide del Sol y la pirámide de la Luna Informantes de Sahagun,Códice hlatritense del llea/ Palacio P 51
  • 31. Planta y alzado de la pirámide del Sol patrón de asentamiento en la cuenca de México durante la época d< hegemonia teouhuacana. El penodo del pleno clásico Mapa según llrnénez Moreno, de la difusi<>n del estilo teotihua<.ano. Palacio de Quetzal-papálotl, Teotihua<an. Tuxtlas, que acarreó su c'ultura y la haría renacer muy J TEOTIHUACAN o JCASERIO o • PUEBLO PEOUENO J J OPUEOLO CIRANDE J • O • CENTRO LOCAL • J J J C] CENTRO REGIONAI • J TEXCOCO LAGO DE TEXCOCO J lejos de la ciudad sagrada. Sólo unos cuantos habitantes permanecieron en la ciudad en ruinas y aunque algunos pueblos se refugiaron allí temporalmente, el único rastro que quedó de su cultura se depositó en los toltecas. Estos, acaso por los lazos que les habían unido con los teotihuacanos, conservaron muchos de sus rasgos culturales y harían gala de haberse convertido en sus descendientes. La vieja fama de la ciudad sagrada creció en la leyenda. Se atribuyó la construcción de la ciudad a unos gigantes y se le consideró lugar del nacimiento del Sol en su quinta edad. Tecnología, desarrollo y urbanización • • J J J • • J J J LAGO D XOCHIMILCO • ea XO C IM H NIL i tL preloto DILGoo/ <00 pttt<octaslco 200/~ C3 <<Tx Jll H - » xo<l (n( D x ( Q l . l I Dr<< u J<l • • lu M l 1 <0 W K L J < • no<J a <nJ<i<s<wn<<xi< sf» ' LAGO DF CHALCO • P Teotihuacan surgió en un medio ambiente que proporcionaba a sus habitantes neos y variados recursos. Las elevaciones cercanas son de origen volcánico y ofrecieron abundante obsidiana que los teotihuacanos utilizaron en la fabricación de navajas y puntas de flecha; el tezontle y las maderas las aplicaron para sus construcciones y como pulidores. El Lago de Texcoco les proporcionó fauna, pesca, sal y grandes depósitos de arcilla para la producción de cerámica; no muy lelos de la ciudad obtuvieron cal y colorantes de origen mineral, que utilizaron para la decoración de sus construcciones y alfareria. Gracias a su capacidad para organizar la fuerza tfe trabajo, los teotihuacanos realizaron innovaciones tecnológicas; con ellas utilizaron eficazmente los recursos que el medio les ofrecía. Su primer recurso fue el agua. Gracias a su desarrollo técnico, desviaron tramos enteros del río San juan, uno de los tres que tenían cerca,y lo condujeron en líneas rectas para que cruzara debajo de la Calzada de los Muertos salvando Ios obstáculos de la edificación de las casas. Por el mural conocido como el Tlalocan, encontrado en uno de los barnos de Teotihuacan, infenmos que construyeron redes de canales para la irrigación de sus parcelas. Esa irrigación no sólo les permitió aumentar la producción de maíz, frijol, chile y calabaza — productos que alimentaban básicamente a su población siempre creciente — sino también cultivar el algodón que aplicaban para sus empresas manufactureras. Los extensos depósitos de arcilla del lago les permitieron convertir la fabricación de cerámica en una manufactura importante. Para agilizar y mejorar su producción hicieron girar el objeto moldeado sobre un trozo de tepalcate; produjeron sus figuritas en serie, a partir de moldes. Reforzaban la cocción en hornos cavados en pozos: allí colocaban las piezas sobre tiestos cocidos, rotos y cubiertos de leña y les prendían fuego Pero nada expresa mejor el adelanto que significó la cultura teotihuacana como la construcción de su gran ciudad. La planificación no fue para los teotihuacanos sólo el centro ceremonial; la extendieron a toda la superficie urbana. Se mantuvo el eje tradicional nortesur que se conoce como Calzada de los Muertos y se trazó y construyó una amplia avenida oeste-este; en el cruce construyeron el templo de Quetzalcóatl, el mc rcado y los edificios para los funcionarios gub< rnamentales. El centro ceremonial se continuaba a lo largo de la Calzada de los Muertos hasta alcanzar la Pirámide de la Luna, antecedida de una gran plaza a cuyos lados estaban las habitaciones de los sacerdotes. Los dos eles dividían la ciudad en zonas que tal vez recordaban las divisiones tribales. Cada zona estaba formada por barnos. En éstos, las zonas de habitación se organizaban por lugar de origen y predominio ocupacional: así, había barrios de albañiles, alfareros, lapidarios, estucadores, pintores, etc. Curiosamente, había sectores donde vivían exclusivamente oaxaqueños o mayas. Los basamentos estaban construidos a base de taludes y tableros que se repiten hasta alcanzar la altura deseada. La construcción era de piedra, pero recubierta con cal, lo que permitió pintar sus elementos de color o cubrirlos con murales. La más grande transformación afectó a las casashabitación, que en Teotihuacan constituían grandes construcciones de piedra y vigas, encaladas y decoradas con almenas. Las dedicadas a personajes distinguidos eran amplias. El resto consistía en vastos conjuntos, divididos en grupos apartamentales, en donde vivían diferentes familias relacionadas por lazos de sangre y que contaban con un templo común situado estratégicamente en el mismo complelo. La ciudad ofrecía servicios urbanos, como sistemas de drenaje y abastecimientos de agua, instancias que muchas ciudades europeas no ofrecieron sino siglos más tarde. 53
  • 32. Dibutos explx.auvos del sistema talud. tablero, según Cendrop. Sacerdotes en un mural del barno de lepantitla Murales del hamo teotihuacano de Tetitla. Vaso de estilo teotihua<.ano, en<.onirado en Kaminaltuyú, Cuatemala. C sc C ''0 ;L xx O . Cs Ir i-: l'r'7 g' , .i ) O • oe ( i • e •e • • • ee iO Q • p Qo S O po 6. O o® O I La iuerza de la organizaci<>n t<otihua<ana — y óe otras culturas clásicas — d< nvaba d< la religión y su grand<'za se produjo gracias al poder político eler<.ido por los sacerdotes. Teotihua<an pare<.e haber constituido un Estado teocrático, óe manera que los saceróotes no sólo mon<spolizaban los cono<.imientos y < umplian las tun<.iones religiosas, también controlaban la política, la administración, la producción y el comercio. lfay pocas representaciones de guerreros y en las pinturas éstos se encuentran colocados entre los sacerdotes, por lo que se infiere que formaban parte del mismo grupo. 1e<stihuacan controlaba el tributo de las aldeas de ia cuenca de México. Además tenía trato comercial con ciuóades cercanas y lejanas como Cholula, Monte Ab' y Kaminalluyu. Frente a esta última, a pesar de su Ibán le elanía, parece haber tenido < i< rta autoridad militar y política. La dirección efectiva de un selecto grupo de sacerdotes hizo funcionar el poder de tal manera que Teotihuacan alcanzó grandeza y desarrollo. Este pequeño grupo constituía la <.úspide de la so<.iedad teotihuacana. Un grupo de sacerdotes de menor jerarquía cumplía las tareas secundarias y estaba servido por administradores y funcionarios públicos. En la escala del poder se hallaban después los diversos artesanos y, al final, los campesinos. El comercio destacó en la vida teotihuacana; tambien requería de una extensa fuerza de trabajo. Además de las actividades comerciales propiamente dichas se instaló todo un aparato para el trafico a gran escala y la conducción de los cargamentos de bienes intercambiados. Hay que recordar que las manufacturas teotihuacanas conquistaron un amplio mercado y su cerámica anaranjada ha sido encontrada er sitios tan distantes come Colima y Honduras. El control saceróotal del comercio parece haber implantado el sistema "peregrino-adoratorio-templomercado". En el mural del Templo de la Agricultura, hoy por desgracia desaparecido, puede apreciarse cómo las actividades comerciales y de adoración se celebraban a un tiempo, en la misma plaza. La ciudad de Teotihuacan estaba diseñada y construida para aplicar tal sistema. 55
  • 33. /' gt cí t i jr z vp =' a- t• c. +fvturales del hamo teotihuacano de Tetitla. Religión y cultura $~PEt llaloc.an. Dibujo reconstructivo de un fragmento de mural teotihuacano. ~ v y Las ciencias, tanto abstractas como aplicadas, alcanzaron gran desarrollo en Teotihuacan. Bástenos reconocer la gama enorme de conocimientos exactos que requirió la construcción de la ciudad y el manejo de un sistema tan complejo de producción y distribución de artículos. Los teotihuacanos tuvieron muchos dioses. Tláloc, dios de la lluvia, parece haber sido el principal. Representaba una síntesis de fuerzas naturales: aguas, nubes, rayo, vegetación y fauna. Quetzalcóatl, señor del viento y de la aurora, era muy importante. También eran adorados Huehuetéotl, dios del fuego; Xipe, dios de la vegetación; Xólotl, dios del ocaso; Chalchiuhtlicue, diosa del agua. En el panteón teotihuacano no aparecen dioses de la guerra. Gracias a las representaciones que llenan sus murales tenemos cierta idea de la naturaleza de sus ritos ceremoniales. Un mural de Tetitla muestra a un sacerdote vestido de jaguar; en otro de Tepantitla se descubre una procesión de sacerdotes ataviados con largas plumas en la cabeza y portando una bolsa. Los tocados, adornos y vestidos muestran el lugar importante que estos personajes ocupaban en la sociedad. También parecen mostrarse unas sacerdotisas: visten quechquemitl y llevan pintadas las uñas de azul. centro fueran abandonadas casi en su totalidad hacia el siglo IX. Muchos historiadores piensan que sus habitantes emigraron hacia las tierras altas de Chiapas y Guatemala y las tierras bajas de Yucatán, donde contribuirían al renacimiento del posclásico. Las ciudades y la arquitectura La mayoría de las ciudades mayas del clásico surgió en un medio selvático, adverso a la urbanización, porque limitaba sus posibilidades de planificación integral, tan característica de Teotihuacan. No observaron un eje sino que orientaron sus edificios para ejercitar la observación astronómica, ciencia en la que fueron maestros. También se diferenciaban del Tollan teotihuacano porque no eran verdaderas ciudades sino riijiic~ ssrtv-c/assic cc«sv • or/v a~ a ~. " ri cc avjccv&ms Amns of ~ ú út vn k al~ ~a g vrrt '-~':!."~~'.c Los mayas fr; á Q~'Ig - iv. Zona de viviendas en Teotihuacan. 56 - ' . " .Pl 'avlB' ' Ptramtde de Quetzalcoatl. No podemos describir aquí todas las culturas del clásico pero el extenso e impresionante desarrollo de los mayas hace imperativa su mención. Esta cultura se extendió por una amplia región que reúne climas y medios diversos, desde las altas tierras de Cuatemala, frias y con hermosos lagos, pasando por las húmedas y cálidas del norte de Honduras, norte de Cuatemala, Belice, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, hasta las llanuras secas del norte de la península de Yucatán. La agncultura parece haberse originado en los altos guatemaltecos, y las aldeas se remontan a unos dos siglos antes de nuestra era. El foco de desarrollo se desplazó más tarde hacia el centro y después hacia el norte. El auge maya se localiza aproximadamente entre >50 y 900 de nuestra era. Un fenómeno semejante al de Teotihuacan hizo que las ciudades del área del / c~ ~t ' ~ '• árai:: : .'iii:ij o i +~ ~ WlleL CO7nuiicwlAst azrís ,J~ Sitios más importantes del clásico, según Coe. 57
  • 34. RePresentación esctuemática de la bóveda maya, a través de <ortes transversales. Regiones ecológicas y c.ulturales del área maya. Variaba el área de cada ciudad. Algunas, como i Tikal, llegaron a dominar amplias extensiones; otras • fueron pequeñas, como Bonampak. También variaban artísticamente. Tikal destaca por la esbeltez de sus templos, sus empinadas escaleras y las cresterías que rematan sus techos. A Copán la distinguen tanto la escultura — hay treinta y dos estelas y dos gigantescas cabezas humanas, según parece representación de Itzamná — como los dos mil jeroglíficos de la escalera de la acrópolis. Bonampak legó a la posteridad otra dimensión artística maya, la pintura, que mucho nos revela de sus costumbres, en tanto que el sello distintivo de Palenque son los tableros con bajorrelieves en estuco, empotrados a los muros interiores, que sustituyen a las estelas. El arte escultónco de Palenque es tal vez el más realista y refinado de la cultura maya. :[, a :: )~ l iv y 4 •c lv ( Agricultura y tecnología Los mayas utilizaron el sistema de quema y roza. llallazgos recientes sugieren la existencia de redes de canales de irrigación y es posible que las orillas de ríos y lagos les hayan permitido cultivos intensivos. Además del tradicional maíz mesoamericano, sembraron a centros ceremoniales y comerciales que sólo albergaban a sacerdotes, gobernantes y guerreros. No obstante sobrevino un proceso de urbanización durante el clásico tardío en algunas ciudades de la península de yucatán como Mayapán. Aquí existió una distribución habitacional concéntrica que albergaba a todos los grupos que constituían la población. Por su parte, los mayas lograron una innovación arquitectónica importante con el uso de la bóveda falsa. Este elemento constructivo permitió sustituir los techos de palma o vigas por los de mampostería, resistentes, duraderos y, desde luego, dueños de un aspecto atractivo que les daría un toque especial a sus ciudades. Sus templos, observatorios, juegos de pelota y demás edificios estaban distribuidos sobre amplias plazas y patios, construidos de piedra y ornamentados en estuco. Sus balorrelieves se encuentran entre las muestras más bellas del arte americano, al igual que las estelas que adornaban sus edificios. 58 L Pirámide de Tikal. 59
  • 35. Juego de pelota de Copán. Estela monumental de Ouinguá. Pintura de Bonampak. Reconstrucciitn a llnea. 0intel de Yaxchilán. sacos y suelas de sandalias, así como hojas de diversas plantas para manufacturar bolsas y canastos. Utilizaron los troncos de los árboles para fabricar casas, instrumentos y papel; aprovecharon las resinas del copal, el caucho y el chicle y las propiedades colorantes del añil y del palo de Campeche. Organización y comercio Por fuentes históricas como la delación de las cosas de yucatán del obispo tanda, sabemos que la sociedad maya, en tiempos de la conquista, estaba claramente dividida en grupos sociales. Su descripción de una ciudad maya nos indica una distribución concéntrica alrededor del centro ceremonial; primero aparecen las casas de los sacerdotes y señores y después se sitúan concéntricamente comerciantes, artesanos y agricultores. En la iconografía destaca la distinción entre los personajes ricamente vestidos y los humildes; estos últimos en actitud de sumisión. El grupo superior abastecía de gobernantes y @~l I !4 v Os' 4 l a sacerdotes. Un segundo grupo, en proceso de lñ ií tsr-.'. (j 6 j " v. • h s'i,' • p: E' J60 7 tubérculos como la yuca, el camote, la malanga y la jícama: cultivos como frijol, calabaza, chile, chayote, tomate, cacao, algodón, henequén y tabaco fueron complementarios. Además recogían el fruto del árbol ramón para suplir al maíz en tiempos de escasez. Por supuesto, la zona de Yucatán fue la única productora del henequén. En pequeña escala, también en las tierras bajas, se cultivaron los tubérculos. Sus instrumentos eran de piedra pulida y la alfarería y los textiles alcanzaron gran desarrollo. Además de tejer el algodón, aprovecharon el henequén para hacer Tala de un árbol en la selva de Chiapas. 61