Este documento narra la historia de Emma, una niña que fue diagnosticada con cáncer a los 18 meses. A pesar de someterse a tratamientos y quimioterapias, el cáncer avanzó y su padre falleció repentinamente. Esto provocó una recaída en Emma. Años más tarde, Emma se convirtió en una defensora de los derechos de los niños con cáncer y logró viajar a París, uno de sus sueños.

1. UNA LUCHA POR VIVIR
Sentado en una silla de clínica, con las manos en su cabeza, desesperado,
escucha un pequeño llanto de bebe, sus lágrimas rodean la gran sonrisa que
se dibuja en su cara
¡Mi bebé! ¡Dios mío, es mi bebé!
Lleno de euforia corre por el pasillo como si de eso dependiera su vida, pero
no se está lejos de esa idea, era su primer hijo, su vida entera como lo
musitaba cada vez que podía. En su afán de llegar a la habitación, de
repente siente una fuerza que lo obliga a parar, y ahí estaba, ella se veía
radiante, con los ojos posados en su pequeña, sí, era una hermosa señorita.
Acercándose acaricia el rostro de ella, pero siente la necesidad de tomar a
su bebé en brazos
-Mi pequeña, eres la luz de los ojos de papá
Como si aquella niña entendiera todo lo que papá decía, apretó su dedo y
brotó un breve llanto.
Mirando a su esposa dice:
-Gracias, gracias por darme una familia, te amo.
-¿Cómo la llamaremos? Responde ella.

2. -Emma, igual que mi abuela
-Mi pequeña Emma, suspiró la madre.
El tiempo transcurría muy rápido, la felicidad era constante, la pequeña ya
tenía año y medio, sus padres habían cambiado su estilo de vida por ella,
estaban acostumbrados a ser sólo los dos; la familia de cada uno había sido
víctima de la violencia en su país de origen, por esa razón llegan a uno
desconocido con la esperanza como otras millones de personas de renacer y
darse y darle la oportunidad a sus hijos de construir un nuevo futuro.
Emma significaba para él y ella ese mismo volver a nacer.
Jugando con sus obsequios, de repente llama a mamá
-Mami, me duele; lloriqueando
Sofía no sabe qué hacer, llama inmediatamente a Juan Carlos para llevarla a
un hospital. En mitad del llanto, la desesperación y el dolor, llegan a esta,
Emma se había desmayado.

3. Una vez más estaban rodeados de paredes blancas y tristes, pero ahora con
un motivo totalmente contradictorio. Pasaron horas y no se tenía información
de la pequeña; de un momento a otro aparece un médico
-¿Familiares de Emma Roys?
-Somos nosotros; la madre secando las lágrimas con su blusa
- En verdad quiero que me escuchen y no se alteren
-¿Qué pasa?; desvaneciéndose la madre
- Su hija… suspiró por un momento el médico de turno. Después de varios
análisis descubrimos que su hija tiene un tumor, de a pocos se la ha estado
consumiendo un cáncer
-¡No! Eso no es cierto, mi hija no, se equivoca; el padre desplomándose en el
suelo
-Lo siento mucho, si desean pueden pasar a verla
Emma estaba despertando, sus padres estaban demasiado conmocionados,
no podían asumir que eso le sucediera a su pequeña niñita, esa que los
despertaba por las mañanas, que reía a carcajadas cuando papá le hacía
cosquillas, la que disfrutaba ensuciarse con los purés que cocinaba mamá.
Asustada, no sabía en dónde estaba, musita:

4. -Mami, papi; extendiendo sus brazos para abrazarlos, sus ojos estaban
cristalizados por el llanto
-Mi bebé, no tienes por qué temer, no hay nada malo en ti; dice con voz
tranquilizadora.
El doctor les informó que era necesario someter a Emma a muchos más
análisis, medicamentos, quimioterapias.
Los días pasaban, los dolores eran más frecuentes, Emma tenía retrasos
para realizar acciones como caminar. Una vez le dijo a su mamá:
-Mami, para qué todo esto?
-Para que estés mejor mi bebé; dijo cariñosamente.
Emma había empezado a ir a un centro clínico para su tratamiento; la
enfermedad no mataba sus ganas de sonreír, y gracias a eso hizo muchos
amigos de su misma condición. Cada vez era más difícil para ella, le hacían
muchos puntitos en su cuerpo, esto lo decía refiriéndose a los medicamentos
que le inyectaban.
Emma había podido sobrevivir dos años más, aunque todos sus amiguitos se
los había llevado DIOS a un mejor lugar, eso le decían sus papás. Cada uno

5. se entregaba más a su pequeña, aunque había momentos en los que sentían
que las fuerzas los abandonaban, pensaban que DIOS los había castigado.
Un dia la madre sentada a lado de la cama de Emma mientras esta dormía,
lloraba; la pequeña abrió los ojos como luces que se encienden en medio de
la oscuridad, toma el rostro de la madre y dice:
-Papito DIOS no nos ha castigado, así que no llores mami.
A nuestra pequeña princesa le encantaba dibujar, le decía a papá que quería
pintar cuando fuese grande, deseaba pintar a cada amiguito que tenía en el
cielo.
Cierta ocasión los padres fueron llamados urgentemente a la clínica, Emma
había tenido una de sus peores recaídas, los médicos no sabían qué había
pasado si el proceso iba muy bien. La pequeña estuvo a punto de morir, el
cáncer casi se la lleva, a sus padres les dijeron que si no se hubiese
internado de inmediato, la niña ya no estaría con ellos.
Habían pasado tres meses de lo ocurrido, Emma ya estaba en casa. Sus
padres estaban en la cocina cuando escuchan una voz dulce que dice:
-Papi, mami, estoy caminando.

6. Sus papás se lanzaron al suelo, la abrazaron, no podían creerlo, después de
tanto ella pudo
-Mi bebé es una valiente; el padre con lágrimas en los ojos.
Sofía y Juan Carlos no sabían nada de medicina, pero sique su pequeño
rayo de sol, era fuerte y que daría la lucha hasta el último momento.
Tristemente habían visto como todos esos niños que compartían con Emma
se fueron, pero su niña era especial, a pesar de ser tan pequeña, sabía lo
que le pasaba y sólo decía que quería seguir viviendo. Fueron demasiadas
las noches de dolor, pero aún sobrevivía la felicidad.
Sus padres estaban más unidos que nunca, al empezar la enfermedad de
Emma estaban pasando por un momento de crisis matrimonial, pero en toda
esta situación decidieron no dejar sola a su hija.
Era su cumpleaños número cinco y Emma se había ganado el cariño de
todos en la región en donde vivía, a nivel nacional era icono de valentía y
lucha. Ella no lo entendía, sólo intentaba ser feliz con todo lo que estaba
pasando. Dibujaba, pintaba para olvidarse de todo el dolor que le causaban

7. los procedimientos médicos, un día se pintó a ella misma con un cabello
largo y sin los puntitos rojos que tenía, y le dijo a papá:
-Así querían que me viese, pero papito, DIOS me hizo muy bonita ya la
verdad me gusta ser como soy, quiero vivir papá para mostrarte siempre mis
dibujos.
Juan Carlos no pudo contener las lágrimas. Jamás había pensado cómo un
hijo podía llegar y remover tu vida.
Un día normal, como siempre, Emma había estado mejor luego de su última
crisis, su mamá hacía el desayuno, pero papá no se levantaba, era extraño,
porque era día de trabajo, Sofía envía a Emma a despertarlo
-Papá, mamá te está haciendo un rico desayuno
No despertaba, estaba muy frio. Un grito se escuchó por toda la manzana.
Sofía tiró los platos, encontró a Emma en un rincón llorando. En mitad de la
angustia mira los signos vitales de su esposo, pero lo peor había pasado,
estaba muerto. Toma a su hija, las dos estaban en shock, repentinamente su
pequeña empieza a convulsionar, ¿Qué pasaba? Sofía no lo sabía, saca su
teléfono, titubeando marca a emergencias. ¡Por favor una ambulancia, mi
esposo está muerto y mi hija convulsiona!

8. Papá había muerto por un infarto y Emma había recaído, mamá se estaba
volviendo loca, sólo lloraba de desesperación.
Nueve días pasaron, el sepelio de Juan Carlos había sido hace seis días,
Emma no se recuperaba, su madre no se le había despegado un solo
segundo. La conmoción de ver así a su padre la conllevó a una gran
confusión e hizo un retroceso en su proceso.
Ocho años de dura recuperación, cada quien tuvo que asistir a sesiones
psicológicas. Emma era un señorita, aún débil y con recuerdo de lo que fue
testigo, se enfocó en su pasión, pintar, aunque fue algo más que enfocarse,
se encerró, su sonrisa desapareció, la niña de papi convirtió su mundo de
colores y esperanzas de vivir a blanco y negro. Cada día despertaba con el
pensamiento de querer morir, odiaba lo que sentía y tenía.
Su madre intentaba de todas las maneras lograr que su hija se recuperara,
sabía que si seguía así, esto influiría en el tiempo de vida de Emma. Cada
noche rogaba a DIOS, extrañaba a su esposo, pero siempre llegaba a la
conclusión de que todo valdría la pena, daría toda su vida por ver mejor a su
pequeña señorita.

9. Ema en una de sus asistencias a terapias vio a niña de ojos hermosos, sin
cabello, por la quimioterapia pensó, en eso recordó sus primeros años; de un
momento a otro corrió al baño, se miró al espejo:
-Yo no quiero ser esto, le prometí a papá que pintaría para ser feliz.
Los cambios comenzaron, la relación con su madre había mejorado, empezó
a dar charlas sobre la importancia de valorar la vida, y más cuando se está
en su situación, todas sus ideas crecieron, ahora se habían desarrollado no
sólo conversatorios, sino campañas y marchas. Emma había removido el
sentido de solidaridad y humanismo, desde pequeña fue icono de valentía,
pero ahora era totalmente distinto, era una guerrera, que a pesar de la
enfermedad y el suceso con su padre, seguía de pie, luchando por millones
de niños.
Muchas personas se inspiraron, los niños con enfermedades terminales
vieron en ella un ejemplo para seguir, desde el más pequeño hasta el mayor.
Gracias a todo esto, Emma y Sofía recibieron ayuda hospitalaria mucho más
especializada.
Al ver la recuperación Sofía decide complacer un deseo que tenía Emma
desde hace mucho tiempo, deseaba viajar a Francia y apreciar los cuadros

10. de su pintor favorito. No paraba de saltar de la felicidad, empacó sus más
bellos dibujos, incluso el que hizo cuando pequeña para su papá.
-Pasajeros con destino a París por favor abordar; se escuchaba en la sala de
espera.
Emma se sentó al lado de la ventana, estaba muy nerviosa, nunca antes
había hecho algo así. Su madre la tomaba de la mano
-No te preocupes, llegáremos en menos de lo que crees.
Estando en el cielo, la pequeña se sumergía en su imaginación, pensaba en
cómo algo tan grande podía sostenerse arriba, sus pensamientos a medida
que transcurría el vuelo se iban desvaneciendo y se iba quedando dormida.
Pasearon por París, se deslumbraban con los paisajes, las personas, los
sitios. Pero ya no podía esperar más, Emma anhelaba ver tan preciosos
sentimientos reflejados en una pintura. Estando frente a uno de ellos, su
corazón no paraba de latir rápidamente.

11. Cierta mañana mamá tomaba el desayuno en el balcón, Emma aún no
despertaba
-Mi bebé, despierta.
Un momento inesperado, Sofía la notaba extraña, comenzaron los ataques,
la palidez; la tomó en sus brazos y la lleva a una clínica. Esta vez era
extraño, los ataques no eran igual a los ocurridos hace tiempo.
Una vez más a mamá la calcomia la confusión. La hacen pasar a la
habitación.
Sentada, tomando la mano de Emma susurra:
-Eres fuerte, lucha, nos esperan en casa.
Pasan menos de tres minutos, despierta y con las pocas fuerzas que aún
tiene murmura:
-Mamá, ya es hora, saludaré a papá por ti, vive por nosotros.
Faltó pronunciar la última palabra para cumplirse lo dicho.
La pequeña Emma de catorce años, muere a las 8:30 am un 15 de abril
de 2014 en París después de años en una lucha contra el cáncer.

12. AUTOR: CAMILA GUERRA
GRADO: 11°A