Un día, el padre de Mia comienza a comportarse de forma extraña, riéndose y hablando solo. Es llevado al hospital en una ambulancia. Más tarde, Mia y su familia visitan a su padre en el hospital y aprenden que sufre de psicosis. Aunque Mia tiene miedo de cómo será su padre cuando regrese a casa, los médicos dicen que los medicamentos lo ayudarán a sentirse mejor nuevamente.