El proceso de unificación alemana se llevó a cabo entre mediados del siglo XIX y 1871 bajo el liderazgo del rey de Prusia Guillermo I y su canciller Otto von Bismarck. Prusia primero derrotó a Dinamarca y Austria, y luego declaró la guerra a Francia, derrotándola y obligándola a ceder Alsacia y Lorena a través del Tratado de Frankfurt, completando así la unificación de Alemania bajo el nuevo Imperio alemán.