4. Análisis formal espacial
Situados en el límite noroeste del barrio
de Salamanca, y ya fuera de la trama
ortogonal, los edificios cierran el vértice
de la confluencia de las calles Pinar y
López de Hoyos con el madrileño
paseo de la Castellana
Por razones urbanísticas se desdobló
en dos intervenciones independientes
aunque simultáneas. Mientras el
edificio de López de Hoyos es de
nueva planta, el de la calle Pinar se
proyectó utilizando la estructura
ciñéndose al volumen del edificio
preexistente. Circunstancia que llevó a
proyectar un conjunto sin “solución de
continuidad” en el que se identifican
ambas actuaciones
5. Las fachadas están
concebidas como límite del
volumen, entendiéndose el
edificio como objeto
permeable, cuyas texturas se
hacen extensivas al conjunto
y no sólo a sus fachadas. La
piedra, hormigón, acero y el
vidrio definen los volúmenes,
que a su vez se autodefinen
por el buscado contraste de
luces y sombras.
6. Otro aspecto destacable del
proyecto es el tratamiento de
la quinta fachada”, que parte
de la idea de que las azoteas
de los edificios no deben
tratarse como cierres del
contenedor proyectado, sino
como una traslación del suelo
preexistente. De este modo la
quinta fachada es susceptible
de uso, cuya contemplación se
integra en el paisaje urbano.
7. Estructuralmente el edificio de
nueva planta, dadas la reducida
dimensión del solar y la necesidad
de crear el mayor número de
plazas de aparcamiento
posibles, se diseñó con un gran
prisma rígido de hormigón
armado, coronado por una losa de
gran canto, que hace la transición
estructural, y sobre la que nacen
los soportes de los diez niveles
sobre rasante dedicados a
viviendas.