1. Valorar más que el precio
Javier Kindelan
El papel del valorador inmobiliario ha dado un giro durante los años de crisis. Lo que antes
se limitaba a ser una herramienta de estimación de precios que reflejaba fielmente lo que
sucedía en el mercado inmobiliario, se ha convertido en un análisis mucho más
exhaustivo.
Ahora los inversores reclaman más información por parte de los valoradores, quienes
deben combinar el estudio del mercado con la evaluación de hipótesis y su proyección en
el tiempo. Además de la cifra final los inversores, quieren conocer todos los datos que la
respaldan y los factores que tiene en cuenta. Esto ha acercado la labor del valorador a
aquella del consultor, con un papel cada vez más vinculado con las especializaciones y
sociedades. Los valoradores se han convertido en interlocutores fundamentales en la toma
de decisiones inmobiliarias y sus análisis son considerados cada vez más en la
elaboración de planes de negocio.
Todo apunta a que el papel del valorador continuará evolucionando a la par que el
mercado, que, por el momento, reclama conocer de manera precisa sus conclusiones. Nos
encontramos ante una profesionalización de un análisis transformado en completa
diagnosis de los inmuebles, de sus capacidades y flaquezas, que da respuesta a un
mercado en constante cambio.
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