Este documento presenta definiciones y reflexiones sobre 10 valores fundamentales: la honestidad, la puntualidad, la responsabilidad, la sinceridad, la lealtad, la bondad, la gratitud, la voluntad, la sensibilidad y la vocación de servicio. Describe cada valor, su importancia y cómo se manifiesta en la vida diaria de las personas.
3. LA HONESTIDAD
Es aquella cualidad humana por la que la persona se
determina a elegir actuar siempre con base en la verdad
y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le
corresponde, incluida ella misma).
Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que
presenta el mundo y sus diversos fenómenos y
elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La
honestidad expresa respeto por uno mismo y por los
demás, que, como nosotros, "son como son" y no existe
razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra
confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en
contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad
de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo
una y que no depende de personas o consensos sino
de lo que el mundo real nos presenta como innegable e
imprescindible de reconocer.
4. LA PUNTUALIDAD
El valor que se construye por el esfuerzo de estar a
tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a
tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del
trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la
oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a
nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues
al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de
realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro
trabajo, ser merecedores de confianza.
La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se
deduce con facilidad la escasa o nula organización de
nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades,
y por supuesto de una agenda, pero, ¿qué hay detrás
de todo esto?
5. LA RESPONSABILIDAD
La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es fácil de detectar
en la vida diaria, especialmente en su faceta negativa: la
vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo,
en el carpintero que no llegó a pintar las puertas en el día que
se había comprometido, en el joven que tiene bajas
calificaciones, en el arquitecto que no ha cumplido con el plan
de construcción para un nuevo proyecto, y en casos más
graves en un funcionario público que no ha hecho lo que
prometió o que utiliza los recursos públicos para sus propios
intereses.
Sin embargo plantearse qué es la responsabilidad no es algo
tan sencillo. Un elemento indispensable dentro de la
responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad es
una obligación, ya sea moral o incluso legal de cumplir con lo
que se ha comprometido.
La responsabilidad tiene un efecto directo en otro concepto
fundamental: la confianza.
6. LA SINCERIDAD
A veces, atravesamos malas experiencias... ¿Alguna
vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?,
¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira?.
El sentirnos defraudados provoca incomodidad, esta
experiencia nos lleva a procurar que nunca nos suceda
lo mismo, y a veces, nos impide volver a confiar en las
personas, aún sin ser las causantes de nuestra
desilusión.
Sin embargo, como los demás valores, la sinceridad, no
es algo que debemos esperar de los demás, es un valor
que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos
de confianza....
La sinceridad es un valor que caracteriza a las personas
por su actitud congruente, que mantienen en todo
momento, basada en la veracidad de sus palabras y
acciones.
7. LA LEALTAD
Quizás nadie entienda mejor el valor de la lealtad que aquella
persona que ha sido traicionada en algún momento... Está
claro que todas las personas esperamos la lealtad de los
demás, y que a nadie le gusta ser traicionado, o saber que un
amigo habló mal de nosotros. En otro sentido, nos parece
terrible cuando, después de trabajar en un empresa muchos
años, nos despiden sin pensar en todos los años que le
invertimos. Detectar la lealtad (o deslealtad) en los demás es
fácil, pero ¿Cómo estoy viviendo yo la lealtad? ¿Realmente
sé qué es? ¿Qué esperan los demás de mí?
La lealtad implica un corresponder, una obligación que se
tiene al haber obtenido algo provechoso. Resulta un
compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos.
Por eso, el concepto de lealtad se entronca con temas como
la Patria, el trabajo, la familia o la amistad. Cuando alguien
nos ha dado algo bueno, le debemos mucho más que
agradecimiento.
8. LA BONDAD
Ser bondadosos perfecciona el espíritu de una persona,
porque sabe dar y darse sin miedos a verse defraudado,
dando apoyo y entusiasmo a todos los que lo rodean. Muchas
veces el concepto de bondad se confunde con el de
debilidad, a nadie le gusta ser "el buenito" de la oficina, de
quien todo el mundo se aprovecha. Sin embargo, Bondad es
exactamente lo contrario, es la fortaleza que tiene quien sabe
controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques, para
convertirlos en mansedumbre.
Supone una inclinación a hacer el bien, con una comprensión
profunda de la personas y sus necesidades, siempre paciente
y con animo equilibrado. Este valor desarrolla en cada
persona la disposición para agradar y complacer, en su justa
medida, a todas las personas en todo momento. Ahora
podemos preguntarnos ¿En qué momentos nos alejamos de
una actitud bondadosa? Esto se aprecia en
9. LA GRATITUD
Muchas veces se estima que de todos los sentimientos
humanos, el más efímero es la gratitud. Quizás haya algo de
cierto en esta aseveración. Ya que el saber agradecer es un
valor en el que pocas veces se piensa. Tradicionalmente
nuestras abuelas nos lo decían "de gente bien nacida es ser
agradecida".
Para algunas personas dar las gracias por aquellos servicios
cotidianos es muy fácil: el desayuno, la ropa limpia, la oficina
aseada... Sin embargo, no siempre es así.
La gratitud implica algo más que pronunciar unas palabras de
manera automática, sino que responde a aquella actitud que
nace del corazón, en aprecio a lo que alguien más ha hecho
por nosotros.
Ahora bien, la gratitud no "devolver el favor": si alguien me
sirve una taza de café no significa que después debo servir a
la misma persona una taza y quedar iguales... El
agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la
generosidad ajena.
10. VOLUNTAD
Los seres humanos poseen una capacidad que los mueve a
realizar cosas de manera intencionada, por encima de las
dificultades o contratiempos de las mismas.
Todas nuestras acciones se orientan por aquellas situaciones
o cosas que aparecen como buenas ante nosotros, desde las
actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en
nuestro trabajo, sacar adelante a la familia y ser cada vez
más productivos y eficientes.
En relación a esta cuestión, podemos decir que nuestra
voluntad opera principalmente en dos sentidos:
- De manera espontánea cuando nos sentimos motivados y
convencidos a realizar algo, como salir a pasear con alguien,
empezar con un pasatiempo, organizar una reunión, asistir al
entrenamiento...
11. SENSIBILIDAD
El valor de la sensibilidad reside en la capacidad que
tenemos los seres humanos para percibir y comprender
el estado de ánimo, el modo de ser y de actuar de las
personas, así como la naturaleza de las circunstancias
y los ambientes, para actuar correctamente en beneficio
de los demás. Además, debemos distinguir sensibilidad
de sensiblería, esta última siempre es sinónimo de
superficialidad, cursilería o debilidad.
Sin embargo, en diferentes momentos de nuestra vida
cotidiana hemos buscado afecto, comprensión y
cuidados, y a veces no encontramos a esa persona que
responda a nuestras necesidades e intereses. ¿Qué
podríamos hacer si viviéramos aislados? La sensibilidad
nos permite descubrir en los demás a ese “otro yo” que
piensa, siente y requiere de nuestra ayuda.
12. VOCACIÓN DE SERVICIO
Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea, es
decir adoptar una actitud permanente de colaboración hacia
los demás. Una persona servicial supone que traslada esta
actitud a todos los ámbitos de su vida: en su trabajo, con su
familia, ayudando a otras personas en la calle, cosas que
aparecen como insignificantes, pero que van haciendo la vida
más ligera y reconfortante. Es posible que recordemos la
experiencia de algún desconocido que apareció justo cuando
necesitábamos ayuda, que luego después de ayudarnos, se
perdió y no supimos nada más.
Las personas que son serviciales están continuamente
atentas, observando y buscando la oportunidad para ayudar a
alguien. Siempre aparecen de repente con una sonrisa y las
manos por delante dispuestos a ayudar, en todo caso, recibir
un favor hace nacer en nuestro interior un profundo
agradecimiento.