La variante Delta del COVID-19 es más transmisible que las variantes anteriores y puede causar más hospitalizaciones. Sus síntomas incluyen dolor de cabeza, garganta, secreciones nasales y fiebre. Las vacunas actuales son efectivas contra la variante Delta, pero se necesita más investigación. Para prevenir la propagación rápida de esta variante, se deben extremar las medidas como el uso de mascarillas, lavado de manos y distanciamiento físico.