Veremundo está cansado de las intromisiones de su tía Maruja en su laboratorio. Una noche, Maruja entra al laboratorio de Veremundo y accidentalmente vuelve a convertir su yarará-cuzú en una oruga con un líquido derramado. Al día siguiente, Veremundo descubre lo ocurrido y correctamente supone que fue culpa de Maruja. Finalmente, Veremundo despierta a su tía y la echa de su casa después de tantos problemas causados por sus experimentos.