El documento describe violaciones al Derecho Internacional Humanitario cometidas contra campesinos en Berlín, Santander, Colombia. Las protestas pacíficas de los campesinos fueron reprimidas por la policía y el ejército, quienes militarizaron la zona y usaron una escuela como centro de operaciones. Estos hechos violan el protocolo de Ginebra que prohíbe el uso militar de lugares de culto y escuelas. El documento pide a la ONU vigilar la situación de derechos humanos en la región.