Presentación empleada en Workshop Remix Analógico Talent Woman 2019 (#twoman2019), impartido por María Sánchez, cibermarikiya, el 28/11/2019 en FYCMA Málaga. Basado en experiencias docentes anteriores en #periodismoUMA y en Zemos98.org.
1. Por María Sánchez (@cibermarikiya|
www.cibermarikiya.com)
28|11|2019 12.30 h
FYCMA Málaga
2.
3. REMEZCLA Y CULTURA DIGITAL
“Hoy el nuevo hacedor de collages explora, transita o vagabundea por esa inmensa
memoria de las redes. De forma que todos los elementos de la cultura y sus
acontecimientos, se nos ofrecen como un muestrario para elegir y recombinar
generando nuevas conexiones (…) Los ciudadanos hoy se transforman en usuarios de
la cultura, al tener la capacidad para modificarla y recrearla fácilmente gracias a su
fácil acceso a la tecnología. Surge así un ejército de potenciales creadores que
pueden participar en su construcción más allá del simple consumo. La noción de
originalidad y creación se desdibuja en este nuevo panorama cultural, en el que se
destaca la figura del programador, cuya tarea consiste en seleccionar objetos
culturales insertándolos en un nuevo contexto. (...). Ya no se trata de comenzar de
cero sino de encontrar el medio de inserción en las innumerables corrientes de
producción” (Nicolas Bourriaud. Postproducción. 2004)
Fuente: Texto publicado como colaboración en las V JORNADAS Internacionales Innovaciones Artísticas y Nuevos
Medios: Conservación, Redes y Tecnociencia de la Universidad de Barcelona. Vía:
http://ineditviable.blogspot.com/2013/08/apuntes-sobre-redes-y-remezcla-creativa.html
4. PARADIGMAS
● Remezcla como juego social y forma de apropiación de individuos en
contexto de cultura digital.
● Convergencia narrativa y mediática (Jenkins): consumimos de muchas
fuentes y remezclamos continuamente de forma natural, en nuestra
cotidianeidad.
● Remezcla como valor: cada usuario quiere contar sus propias historias a
partir del propio imaginario de lo que consume, compartir experiencias…
vs. relato a veces simplista (o sesgado) de medios.
● ...
Fuente: Gil, F. (2011). La remezcla como educación expandida. Charla Tedx. En https://www.youtube.com/watch?v=K8msyNpPQRM
5. Experiencias DIY (do it yourself) en arte y cultura que vienen del Dadaísmo
Herramientas y recursos analógicos (papel, ironía, humor…)...
https://blog.transit.es/cut-paste-draw/ https://blog.transit.es/enbigdraw/
Nada nuevo… EXPERIENCIAS DIY
6. Nada nuevo… COLLAGES ANALÓGICOS
Mujeres artistas y colectivos que se expresan con collage y emplean las redes
sociales para compartir resultados
8. Remix político como herramienta de sátira política: ¡la esencia del contexto!
Ver más en: http://www.blogdehumor.com/carteles-de-peliculas-protagonizados-por-politicos/
CULTURA DEL MEME Y REMEZCLA DIGITAL
9. En prensa: El jueves, Mongolia… En televisión, los intermedios de El Intermedio
...
Algunas recopilaciones de vídeos “manipulados” vía Youtube:http://www.youtube.com/watch?v=VK35kKXxsT8
PRÁCTICA HABITUAL EN ALGUNOS MEDIOS
10. REMEZCLA COMO EDUCACIÓN EXPANDIDA:
#tipo… #periodismouma
Fuentes de imágenes: https://www.flickr.com/photos/cibermarikiya/ y https://twitter.com/search?q=tipo1819&src=typd
11. Una herramienta, en fin, para narrar de forma alternativa la
actualidad, hacer crítica o sátira social o
visibilizar determinadas posturas…
...Pero también para entender los principios de la cultura
digital, y fomentar la creatividad y otras
competencias básicas desde lo analógico
12. Nuestras armas...
Periódicos, revistas...
Tijeras, pegamento…
y una buena dosis de
creatividad y de trabajo
en equipo.
¡EMPEZAMOS!
Remezclaremos y nos apropiaremos de la idea
de Zemos 98, adaptándola a nuestro caso.
Fuente: http://publicaciones.zemos98.org/spip.php?article1416
Y http://publicaciones.zemos98.org/libro-digital-de-micro-remezcla
13. No hay reglas pero sí un objetivo
¡Vamos a poner en valor la figura de la mujer en STEAM y, en general, el talento
femenino!
Vosotrxs elegís el recurso y el tono: denuncia, humor… ¡También podéis pensar
en positivo y dibujar un futurible!
1. Tiempo para la práctica: 30’ de trabajo y 15’ de puesta en común.
2. Actividad grupal y colaborativa.
3. Zonas de trabajo divididas en “rincones”.
4. Cada grupo, responsable de la edición de un rincón…(15 minutos) pero todos
pueden aportar a otros rincones (durante los últimos 15 minutos grupos se
irán rotando, puedes agregar nuevos montajes a un rincón).
INSTRUCCIONES DE PARTIDA
14. El rincón del papel couché
Pista: bocadillos con
declaraciones, ideas… sobre
personajes del corazón,
políticxs…
El rincón de las
imágenes remezcladas
Pista: fotomontajes
artesanos.
El rincón del epigrama
Pista: a partir de las letras de
“Talent Woman”, construid una
frase sobre la figura femenina
que tenga un sentido...;)
15. El rincón de la poesía mediática
Pista: seleccionad varios titulares y combinadlos para construir un poema colectivo sobre talento
femenino. Si queréis podéis separar las palabras e incluso, darle forma de caligrama…
El rincón de la anti-publicidad
Pista: combina eslógans con otros elementos
El rincón de las tipas duras
Pista: remix sobre tipografías
llamativas para componer mensajes
que han marcado/ marcarán vuestra
vida como profesional. Podéis incluso
darle forma de portada o póster
tipográficos.
El rincón de las fake news o
“#facts” periodísticos en redes
Pista: Twitteando en analógico sobre
medios a base de recortes. Incluid
usuario (y foto), menciones, hashtags…
16. El rincón de las noticias imposibles
Pista: Textos, con imágenes y otros elementos, sobre la no actualidad en materia de género
El rincón de las estrellas de cine
Pista: imagina el mundo dentro de 10 años y anuncia una película en la que las mujeres sean
protagonistas.
El rincón de las nuevas referentes
Pista: imagina que puedes cambiar el pasado o el presente... ¡todo sirve, fotomontajes y otras técnicas!
17. CONCLUSIONES
“La remezcla es un paradigma cultural y un palimpsesto infinito.
Es el trabajo de un DJ y copiar & pegar. Es compartir ideas y el
acto de donar. Es aprender y desaprender. Es enlazar y
desenlazar. Es un bucle sináptico y estratos. Es una narración
inacabada y relatos colaborativos. Es la sociedad red y
ceros+unos. Es repensar y reeducar. Es re-escribir la historia y
volver a representar”
Fuente: Libro de código fuente, la remezcla, p.49: http://www.zemos98.org/IMG/pdf_codigo_fuente-la_remezcla.pdf
18. CONCLUSIONES
Reflexionando sobre remezcla y metodología:
– Siempre creamos y consumimos después de otros: todas las obras creativas parten de
una anterior, son derivadas. Nuestra versión.
– Juego para fomentar la lectoescritura y re-lectura de medios de comunicación, intentando
poner en valor el pensamiento lateral y creativo. ¡Y la cultura de la colaboración!
¿Y el resultado? Vamos a fijarnos primero en los contenidos…, ¿qué os ha inspirado este
nuevo discurso? (experiencias, sentimientos, formas, colores…). Pero también en la forma:
¿qué tipografías y qué otros elementos habéis combinado?, ¿recordáis de qué medios las
extrajisteis y cuál era su ubicación original?
Haced una fotografía de los remix que más os hayan llamado la atención y de los vuestros,
y compartirlos online, con hashtag #TWremixanalogico y mención a TW y un comentario...
19. raciasucha
Workshop de María Sánchez González (@cibermarikiya |
www.cibermarikiya.com), inspirado en Zemos 98 y en prácticas de #periodismoUMA
Notas del editor
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).
Como docente de Periodismo en la Universidad, trabajo con jóvenes (sí, nativos digitales), una asignatura sobre diseño e infografía digital y no se lo creerán, pero las prácticas que más valoran son las que les propongo sobre bocetado de publicaciones, remezcla analógica y creación de collage… Las incorporo porque creo que es, además, fundamental, fomentar la creatividad, la experiencia de trabajar en grupo, con personas, y de hacer algo muy humano que las máquinas, los programas de diseño, nunca podrán hacer por nosotros: pensar, planificar, antes de producir.
Este tipo de metodologías analógicas pueden ser muy útiles para enseñar sobre algo muy necesario hoy, las llamadas competencias digitales, como conocimientos, habilidades y destrezas que van más allá de lo tecnológico e instrumental, y que son imprescindibles para cualquier profesional. Me explico: a nadie se le ocurriría llegar a una biblioteca y arrancar una página de un libro para luego pegarlo a otro propio y decir “eso lo he escrito yo”. Pero en el mundo de la cultura digital, donde son comunes las prácticas de remezcla, hibridación y bricolaje, a veces (¡también futuros periodistas y los docentes, puedo dar fe!) hacen uso inapropiado de recursos digitales de terceros y no respetan los derechos de autor, en ocasiones por mero desconocimiento: no saber citar es plagiar.
¡Vamos a aprovechar lo analógico, lo humano y lo artesanal, las experiencias vividas en primera persona, para enseñar a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, a hacer uso de las nuevas tecnologías y de los contenidos en red! Ya sabéis lo que dicen de que al final recordamos no los hechos ni los momentos en sí (los contenidos, llevándolo a la enseñanza) sino las emociones que nos produjeron (la experiencia, el proceso).