Movimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
Historia Moderna II UNED
1. APUNTES CLASES HISTORIA MODERNA DE ESPAÑA II
INTRODUCCIÓN
Para el examen entran siete temas.
La idea es pensar en la asignatura como un argumento, un hilo conductor de 150 años
de la historia de España, de líneas fuerza que nos permitan conocer la evolución de la
historia de España. Desde el acceso al trono de Carlos II (hijo de Felipe IV, accede al
trono en 1675, cuando cesa la regencia de su madre) hasta las vísperas de 1808. La
idea es tener una base duradera de qué ha pasado en 150 años de historia de España.
A mediados del XVIII, Montesquieu cree que España y Portugal son países que
necesitan tutela. Esa es la lectura que se hace en Europa de la monarquía española tras
Utrecht.
Ese es nuestro punto de fuga general de toda la asignatura, cómo la monarquía
española entendió ese mensaje. Una es la lectura que se hace de la historia de España
como una historia maldita, de un imperio maligno, de fanatismo religioso…
incapacitada para la modernidad.
Pretendemos releer cuál fue el devenir de la monarquía en ese tiempo. Ese tiempo se
ha leído como una disputa por homologarse con el ámbito europeo. Vamos a revisar
ese concepto de decadencia y revisar cómo ese proceso de homologación se hizo con
respecto a España.
Nos vamos a centrar más en comprender episodios. Vamos a tener un argumento por
tema.
No vamos a preguntar nada que no esté incluido en el temario, nada que no se pueda
sacar de ahí. Lo que pasa es que el temario es sintético y breve, y requiere de darle
más sustancia.
A los profesores les interesa más preguntar aspectos, por resumirlo, generales.
Tenemos que entender los argumentos.
Por ejemplo, un tema transversal en todo el siglo XVIII es cómo progresivamente se va
cambiando de un modelo de política en consejos a un modelo ejecutivo. Pues el perfil
de la prueba presencial es así. Hay que responder con sobriedad.
El examen se evalúa sobre 9 puntos, el último punto es para PEC.
Si nos preguntan por nueva planta, la nueva planta va de aspectos políticos, jurídicos,
geopolíticos, culturales.
TEMA I: CARLOS II, CRISIS E IDENTIDAD
2. Durante mucho tiempo, la historiografía retrató el reinado de Carlos II como un
momento de decadencia. Su reinado quedó enclavado entre dos periodos muy
esplendorosos, como son el reinado de Felipe II y esa memoria imperial y luego está el
reinado de Carlos III, que siempre se ha presentado como el momento de
homologación de España con Europa.
En medio de esos dos grandes polos, el reinado de Carlos II se retrataba como un
periodo de parálisis económica, cultural… en esa parálisis España pierde el pulso. Ahí
se dice que España es un cadáver, sobre todo después de que llegara la otra
monarquía en 1700.
¿Qué pasa? De un tiempo a esta parte se ha realizado una revisión. Es un tiempo de
crisis, es innegable, pero ante esa situación de crisis la monarquía hispana hizo alguna
estrategia muy precisa. En ese sentido se ha sugerido la palabra resiliencia.
La segunda mitad del XVII no es un descenso a los infiernos. Es un momento de crisis,
será una crisis de identidad, de acuerdo. Pero es una crisis en la que no hubo una
entrega absoluta. Esa es la primera gran clave del tema.
En esa pregunta retórica de “¿En qué se parece España a sí misma? En nada” está
parte de la clave del tema.
España no se dejó llevar por la crisis, fue rebelde a esa pérdida de la planta.
Ante la falta de descendencia de Carlos II, los Países Bajos, Inglaterra, empiezan a
pensar en repartirse la monarquía hispana sin tener en cuenta al rey católico.
Hay dos motivos de condicionaban la posición de la monarquía.
La monarquía española había pasado a un lugar subsidiario tras la Guerra de los
Treinta años y la Paz de los Pirineos de 1659. De estar en el centro de la escena, desde
mediados de siglo vas teniendo una posición de marginalidad. España estaba exhausta.
Y por otro hay otro elemento que es estructural: las secuelas de la crisis de 1640. De
esa crisis, cuando se produce la muerte de Felipe IV está la contienda de Portugal
abierta, y es la pérdida de confianza con la lógica del valimiento, de ese desenganche
de una figura importante de la que conocemos mucho al Duque de Lerma y el Conde-
Duque de Olivares. Hay tres puntos importantes a tener en cuenta:
1. La junta de regencia de Carlos II (mientras este fue menor de edad) siempre fue
muy inestable
2. La situación exterior se va a ver agravada: la guerra con Luis XIV
3. Pero, sobre todo, hay una muy importante. Desde el momento mismo de
acceso al trono de Carlos II se van erosionando los lazos de solidaridad
3. dinástica en la Casa de Austria, entre lo que conocemos como la rama
austríaca y la rama madrileña.
A partir de este momento se produce una situación nueva, agravada por dos hechos:
1. Se toma un acuerdo de reparto 1698, sin tener en cuenta al rey católico por el
que se dice que, si Carlos II muere sin descendencia, la monarquía hispana se va
a repartir entre varias casas.
2. La firma de la paz con Portugal, el tratado de Lisboa, en 1668. Pone fin al
discurso de la causa común de la Casa de Austria. Eso da pie a dos facciones:
una rama vienesa, de corte más imperial, y otra de corte, más española.
La resolución del conflicto con Portugal se percibió como una verdadera crisis para la
monarquía hispana. Originó un discurso antiimperial y se vio la regencia como un
régimen tiránico.
Ahí surge la figura de Juan José de Austria, figura deformada y poco valorada. Fue en
buena medida el tutor del desdichado Carlos II, fue su hermano bastardo. Había
viajado por Europa y estaba convencido de que España necesitaba un salto de
homologación. Le encantaban las ideas francesas pero sabía que políticamente los
franceses eran el enemigo (digamos esto con matices). La irrupción de esta figura en la
década de los 70 es muy importante. Hacían economía, no teorizaban economía, como
dice María Elvira Roca Barea, y su desempeño no está lo suficientemente bien
reconocido.
Sobre ese trasfondo de crisis de identidad, Juan José de Austria plantea como dogma
de su programa es restituir a España su reputación perdida. Hablamos de un tono
nacionista, no nacionalista, porque para él la nación tenía que tener una reputación.
Juan José de Austria basa su discurso en la idea de que España puede renacer de sus
cenizas, como un fénix.
El segundo tema que nos interesa, dentro de esa lógica de la reputación, fue en esos
momentos de la década de los 70 fue cuando se hizo notar la necesidad de dar a
conocer buena parte de los avances que se habían hecho en el campo del saber en la
revolución científica, en lo que nos hemos referido como los novatores.
Este es un colectivo que trata de hacer un cambio en los métodos culturales, una
escuela de pensamiento que dice: ey, en Europa se están haciendo cosas y en España
no podemos quedarnos al margen. Los celos religiosos fueron sus enemigos. (Este
párrafo no es leyenda negra).
Juan de Cabriada es un novator que reclama la necesidad de revisar los recelos de la
monarquía hispana hacia los avances europeos. Lo que dice es que la monarquía
española no puede permanecer cerrada a los impulsos de la escena europea.
4. Pero es que en Europa se empieza a labrar un lugar común [y que entronca de lleno
con la leyenda negra, a mi juicio], y es que España no está preparada para asumir esos
cambios. Es una retórica europea que tomará su máxima expresión con Montesquieu
en el siglo XVIII. Se retrata a España como un país cerrado en sí mismo, religiosamente
muy fanático, con poco apego al trabajo, con todos los tópicos de la leyenda negra.
Nos interesa saber que hay un discurso hispano en torno a los novatores con una
mirada hacia el ámbito científico y lo que se hace en Europa y otro discurso muy
incapacitante para la monarquía. El despliegue de esos novatores NO era la aceptación
de ese discurso antiespañol. Reconocer que España estaba en una relativa
postergación no quiere decir que los novatores quisieran tirar por tierra todas las
aportaciones españolas, como el barroco y la escolástica.
Se ha planteado el tema de los novatores como si fueran cruzados contra el barroco.
Pero la realidad es que encarnaban una necesidad de renovación cultural. Querían
mantener ciertos registros culturales propios pero enriquecidos con aportaciones
filosóficas, médicas, históricas… pero es que reconocían una procedencia hispana.
[CON PINZAS]La publicación de la biblioteca hispana de Nicolás Santoni publica todas
las aportaciones hispanas a todas las zonas del saber. Eso deja a las claras que la
porosidad hacia lo europeo no estaba reñido con la cultura propia.
En el plano hacendístico también se produce esto mismo. Se habla del arbitrismo
mercantilista. Lo que se hace referencia es una serie de reformas que se concretarían
básicamente en la década de los 80 y 90 bajo Medinaceli y Conde de Oropesa (se lo
pule el Motín de los Gatos), después de Juan José de Austria, pero ya estaban
planteadas.
La pérdida de presencia y menores exigencias de la política exterior permitió afrontar
con más solvencia los cambios internos.
[ESTO ES MUY IMPORTANTE]Esa dinámica reformista que se atribuye a la nueva
dinastía borbónica ya venía precedida por esa herencia. Puede ser un estado
embrionario, si se quiere, incipiente, pero ya se va generando una lógica en ese
sentido en los últimos años de reinado de Carlos II.
Hay tres hitos fundamentales dentro de este arbitrismo mercantilista:
1. La creación de la junta de comercio en 1679, cuyo objetivo era poner en
práctica un repertorio amplio y que modifica un poco el panorama consejo-
ejecutivo de poder real.
2. La reforma monetaria de 1680.
3. Las rentas provinciales con el cambio de sistema de recaudación. Cada
población pagaba un conjunto.
5. [REFLEXIÓN IMPORTANTE DEL IÑURRATEGUI]En 1683 se crearon las superintendencias
para las 21 provincias fiscales de Castilla. No nos importan tanto las fechas exactas. Lo
importante es saber que en el periodo terminal de Juan José de Austria se empiezan a
dar pasos en la dirección de cambiar las cosas, ¡hay un programa de actuación! No
solo se detectan los problemas, sino que hay iniciativas de regeneración.
Conviene tener presente que el programa de reforma fiscal generó reticencias. Se
introdujo un cambio de sistema. Poco a poco se fue pasando del consejo al ejecutivo,
algo que analizaremos en próximos temas. Esa forma va a ganar terreno en el siglo
XVIII y termina siendo un elemento de verdadera disputa.
La junta de comercio permite ver varias cosas: cuando entra en funcionamiento, los
consejos siguen operando y los consejos remiten todo esto al monarca. A partir de
este momento, el monarca lo pasa a la junta de comercio y lo que se enviaba al rey era
el dictamen. Es decir, la junta dominaba, no el consejo. Esto empieza a cimentar una
forma diferente de hacer las cosas. Se mete una lógica administrativa en la
monarquía.
Hay una cuestión de fondo. La junta NO tomaba en consideración las fronteras
internas. La junta operaba como si fuera un espacio único, aunque los reinos fueran
diferentes. Reconocía a España.
Genera tensiones, como la revuelta de los Barretines, relativo al mantenimiento del
ejército en el territorio catalán. Por momentos, esa revuelta perfiló la posibilidad de un
nuevo 1640. Pero en general los grupos dirigentes mantuvieron cierta distancia de
plantear que esa revuelta fuese un nuevo 1640.
Esa revuelta tenía como telón de fondo la Guerra con Francia, latente desde 1684
aunque no se declara hasta 1690. Luis XIV ya es un déspota que se ve como un
obsesionado con una monarquía universal.
El matrimonio de Carlos II con Mariana de Neoburgo en 1689 genera una vez más un
nuevo malestar, emerge también un actor como las Cortes de Castilla.
Carlos II designa en su testamento 1696 a José Fernando de Baviera (murió a los siete
años en extrañas circunstancias) frente a Luis XIV y Leopoldo. En 1696 Carlos II opta
por una vía bávara. Se reafirma en ella en 1698, lo que pasa es que muere en 1699 y en
1700 Carlos II nombra como heredero al duque de Anjou.
En los momentos terminales, en 1698 y en 1700 se establecen dos nuevos repartos
que era repartirse entre el emperador Leopoldo y Luis XIV.
Ante esos repartos terminamos.
6. Carlos II dice: la única forma de preservar esto es nombrar como sucesor a un
Borbón, algo que ocurre en octubre de 1700 en vísperas de su muerte (el 1 de
noviembre de 1700), cuando nombra heredero a un nieto de Luis XIV, con quien
España llevaba en guerra ni se sabe.
Creo que conviene tener en cuenta: Carlos II designa como sucesor a Felipe V (después
de consultarlo con el papa Inocencio XII) a cambio de que renuncie definitivamente a
la corona de Francia, porque el temor era juntar y disolver la monarquía en España en
una única figura.
ASPECTOS CLAVES: Tratado de Lisboa, los novatores, los testamentos y repartos de
Carlos II.
[EN EL MINUTO 42 EXPLICA CÓMO AFRONTAR ESTA PREGUNTA EN EL EXAMEN]Para el
equipo docente lo básico es lo comentado en esa clase. Una pregunta puede ser:
Carlos II, crisis e identidad. Tenemos que ser capaces de colocar esta estructura
argumental que hemos comentado. No coloquemos ni excesivos nombres ni excesivas
fechas.
En 1696 y 1700 hay tres testamentos y dos tratados de reparto.
Por ejemplo, otra pregunta puede ser: en qué sentido se puede afirmar que el
ministerio de Juan José de Austria es un nudo fundamental. Aquí contemos el
momento de acceso al poder (en crisis de identidad), un planteamiento de
restablecimiento de la reputación, la movilización de la población, complicidad con los
novatores, y luego decir que estar en la cocina de lo que va a ser el arbitrismo
mercantilista.
Otra posibilidad: describa la disolución entre el vínculo dinástico de las dos ramas
austrias. Podemos decir: la crisis del entorno de 1668 un reparto secreto con Luis XIV y
un tratado de Lisboa que responde más a intereses imperiales que a hispanos. El
matrimonio con Mariana de Neoburgo por parte de Carlos II, porque frente a ese
elemento y luego el sucesorio: a la hora de nombrar sucesor, no hay nada peor para
una casa que nombrar a un sucesor de otra casa.
Tenemos que tener claro cuáles son los elementos de Carlos II que dejan huella en la
monarquía hispana: los novatores, el arbitrismo económico, incluso la forma de la
junta de comercio… y por supuesto el testamento de Carlos II que origina una guerra.
Nos interesa porque pone en evidencia que 1700 es una fecha muy importante para la
monarquía de España pero no debe magnificarse como un antes y un después.
Hay elementos cuya omisión ha llevado a pensar que las reformas obedecían a una
nueva dinastía. Nos conviene no perder de vista que muchas ya se venían dando
desde la segunda mitad del siglo XVII.
7. PREGUNTAS
Hay dos hitos importantes de pérdidas sustanciales antes de 1700: la rebelión de los
Países Bajos y Portugal.
El Tratado de Utrecht es verdaderamente el tratado que modifica totalmente el mapa
de Europa.
España era un monarca que agregaba a todos los demás. Es un concepto interesante y
complicado, no existía una España única con una única forma de proceder para todos.
TEMA II: NUEVA PLANTA DE LA MONARQUÍA
Vamos a hablar de los Decretos de Nueva Planta que emanan de la Guerra de
Sucesión (1703-1714).
Aquí vamos a ver el despliegue de una forma de Gobierno más administrativo, más
ejecutivo, es un cambio importante.
La nueva dinastía de Borbón es aceptada por las Cortes de Aragón y Cataluña. Las
comunidades de derecho propio muestran lealtad al soberano. Su entronización fue en
1701.
La Guerra de Sucesión empieza en 1703 después de que la Casa de Austria proclama al
archiduque Carlos como heredero de España. A partir de que la Casa de Austria
procede al nombramiento del archiduque como monarca hispano se da un
enfrentamiento: entre Felipe de Anjou, Borbón, que era el heredero de Carlos II, y el
archiduque Carlos de la Casa de Austria.
En ese momento las Cortes de Aragón revisan su lealtad a Felipe V y se la dan a
archiduque Carlos. Felipe V ve esto como un atentado brutal y empieza desde 1707,
tras la batalla de Almansa y en cuanto militarme se lo permite, Felipe V adquiere esos
reinos y deroga los fueros y libertades de los mismos. Dichos de nueva planta porque
liquidan la planta territorial: primero, Aragón y Valencia (1707), y luego Cataluña
(1715) y Mallorca (1716).
Estos decretos liquidan los fueros de esos territorios.
Esos decretos de Nueva Planta son castigos por lo que se denomina como una traición.
Felipe V dice: tenía la lealtad y ahora además me asiste el derecho de conquista. Y de
ahí da por abolidos los fueros y costumbre de Aragón y Valencia, y les impone el fuero
de Castilla.
8. Este es el primer decreto de Nueva Planta, 29 de junio de 1707. Aquí hay un nudo de la
historia de España que está bastante presente. Comparece en el imaginario político, es
un episodio trascendental en la historia de España.
Suponía una intervención del monarca sobre derechos territoriales. La monarquía
hispana carecía de un derecho territorial común, había una constelación de territorios
con sus propias normas. El monarca representaba agregádamente al conjunto de
todos esos territorios que tenían sus propias normas.
Es lo que trató de hacer el conde-duque de Olivares le animó a Felipe IV a dejar de ser
rey de las Españas y a ser el rey de España, de todos los territorios por igual.
Lo que pasa es que la liquidación de esos fueros es liquidar identidades nacionales más
allá de lo político.
Esto es muy radical, estos decretos por rebeldes. Esto es radical porque suprime
fueros, pero también cortes particulares y se extinguen los consejos y los virreyes (que
en buena medida se cambien por comandantes generales). Hay una lógica a que esos
reinos pierdan su identidad como tales, y ya no son reinos, son provincias.
Siendo una quiebra radical no dejan de darse unos matices. Pese a que la quiebra es
radical, se conservaron unos privilegios referidos a la nobleza, la iglesia y algunas
corporaciones. Y a su vez, la secuencia de decretos apunta a un tono de progresiva
moderación. Tras el decreto de 1707, en 1711 se produce la restauración del derecho
privado en Aragón. Esa restitución marcará la pauta para el decreto de nueva planta
de Cataluña y Mallorca.
Hay que tener en cuenta una realidad: para cuando se redactan los decretos de nueva
planta para Cataluña y Mallorca, también la monarquía de Felipe V está más
consolidada.
Inspirada en el modelo castellano, la Nueva Planta inspiraba una forma de Gobierno
novedosa: se implantaban las audiencias al modo castellano, una junta de tribunal de
erario, y se imponía el comandante general, que aparte de los asuntos militares se
ocupaba de buena parte de asuntos políticos y económicos. Esto es importante: la
configuración militar que adquieren esos territorios.
Con esta nueva autoridad se diluía el recuerdo del virrey, porque este nuevo
gobernador militar era más bien delegado provincial que un alter ego del monarca
como virrey, con la diferencia que esto tiene.
Hay dos hechos notables: el comandante solo obedece al rey, y esto es de manera
perpetua. Esto al final dará lugar a un enfrentamiento entre militares y togados.
9. La aplicación del modelo castellano también en el modelo municipal suponía una
ruptura con la vieja planta de esos territorios donde la elección de esos cargos se
realizaba por el método de la insaculación. Se interpreta una intervención por parte
del monarca como demasiado pronunciada en el ámbito municipal, donde se elimina
cualquier vestigio democrático y se pasa a una dominación de la realeza (Domínguez
Ortiz).
Hay otro efecto que es la reorganización de la hacienda, se les aplica el derecho de
conquista.
Por tanto, con esto tenemos el contexto de los decretos de Nueva Planta, que derogan
derechos territoriales y que imponen una nueva forma de organización, entrañan una
serie de intervenciones basadas en la militarización de los mismos mediante el
comandante general, la reforma municipal con nuevo modelo de corregimiento, y con
la hacienda y la instalación de la superintendencia de rentas.
Ese sería el conjunto de novedades por haber cometido un delito de lesa majestad.
Ahora y en este punto, Castilla se toma como ejemplo pero tampoco queda al margen
de las nuevas formas de operar de la nueva dinastía.
[MUY IMPORTANTE]¿Dónde se manifiesta esa intervención y cómo se concreta? A eso
se dedica el segundo tramo del tema II. Esa erosión se va produciendo en el sistema
tradicional de gobierno por consejos: algunos se suprimen, como Aragón, Flandes,
Italia (que por Utrecht ya dejan de ser territorios de la monarquía). Hay una nueva
planta sobre los que permanecen, se les relega el consejo de Estado, de Castilla y de
guerra, y Felipe V potencia una vía más ejecutiva.
Existe desde tiempos del conde-duque una oficina de ejecución, pero ahora se
multiplican las secretarías de Estado, de guerra… en una tendencia que va creciendo y
se va consolidando en todo el siglo XVIII.
Esto generó una reacción en los territorios ‘atacados’, claro. Los que habían sido fieles
a Felipe V no están de acuerdo con la intervención de la monarquía. En el testamento
de Carlos II, en la cláusula 33, pedía que mantuviera el Gobierno a través de los
consejos.
En 1715, cuando empieza la Nueva Planta de Cataluña, se paraliza la reforma de la
planta de Castilla. Por así decirlo, esa forma de Gobierno de Felipe V se ve que ha
venido para quedarse. La vía iniciada de marginalización de los consejos era una vía en
la que no se iba a retroceder.
Hay que tener en cuenta que la implementación de una nueva forma de Gobierno de
corte patrimonialista, en tendencia con Europa, que era intervenir en la hacienda de
los súbditos sin prácticamente miramientos.
10. En el fondo, el argumento de este temario es que hay una disputa entre el Gobierno
judicial de los consejos al ejecutivo de secretarías e intendencias. Y la balanza se va
inclinando hacia esta segunda.
En el momento en el que muere Felipe V y se entroniza a Fernando VI en 1746, Don
Zenón de Somodevilla, riojano marqués de la Ensenada, ya es un representante firme
de este nuevo modelo de monarquía administrativa.
Prácticamente todas las reformas que propone Ensenada quedan al margen de los
derechos propios de los territorios. Se invoca a una mayor operatividad y eficacia para
decir, los consejos tienen que ir perdiendo peso.
A finales del reinado de Fernando VI y al momento de acceder al trono Carlos III esta
forma de Gobierno ejecutiva ya no tiene vuelta atrás. En el tema III vamos a ver qué
consecuencias tiene esto y lo veremos con el motín de Esquilache.
Quiero concluir con dos cuestiones de tipo historiográfico.
Por un lado, no es conveniente el pensar, y no parece oportuno pensar en la política
de Nueva Planta afectó solo a los territorios forales. Hubo una serie de decretos de
Nueva Planta que abolen el patrimonio en un modelo sin precedentes ni parangón en
Europa, pero hubo una intervención de nueva planta, no de decretos, para el conjunto
de la monarquía.
Y en segundo lugar, esa forma no supone una modernización ni la defensa de lo
antiguo era reaccionario. Este es el conjunto de contenidos del tema.
[QUÉ PUEDE CAER DE ESTO EN EL EXAMEN]Al igual que el otro día, esto tendría varias
posibilidades de entrar en el examen.
Los dos argumentos son lo que más nos interesa.
Nos interesa: contexto, significado y alcance de los decretos de nueva planta. Nos
referimos, exclusivamente, a las disposiciones jurídico-políticas entre 1707 y 1717 en el
que hablamos de Felipe V, de los castigos a los territorios, y lectura de esa situación
como lesa majestad. Qué se liquida también tenemos que contar, que la derogación de
derechos va ligada a desaparición de Cortes, de derechos, del virrey…
Si en lugar de los decretos de nueva planta preguntamos sobre una política de nueva
planta, tenemos que conjugar las dos líneas. Por un lado, hablar de los decretos, pero
también de lo que ocurrió en Castilla, donde no había derecho de conquista ni delito
de lesa majestad. Tenemos que hablar de que se produce una transferencia de la
forma de Gobierno en base a consejos judiciales a una ejecutiva, administrativa, donde
el monarca tiene más peso, en tendencia con lo que ocurre en Europa y que señala un
cambio de forma de hacer las cosas que no tendría vuelta atrás.
11. Luego hay muchos detalles, pero esto es lo esencial.
Cuando Felipe V recibe la puñalada de Aragón, él entiende que tampoco tiene que
respetar sus fueros. Si a él le han chuleado, él va a chulear.
TEMA III: CARLOS III, CONFLICTO, RECOMPOSICIÓN Y CRISIS
CONSTITUCIONAL
Hay que tener en cuenta que existe una gran crisis que es el Motín de Esquilache de
1766. Este es el primer tramo del argumento que nos interesa.
Y luego veremos cómo se establece un intento de equilibrio entre la forma
administrativa y judicial con Pedro Rodríguez de Campomanes. Esto es como una
tercera vía que sin embargo no tuvo mucho recorrido.
La llegada de Carlos III en 1759 creó expectativas por dos cuestiones. Se entronizaba a
alguien ya con cierta experiencia como Rey, el de Nápoles, entre 1734 y 1759. Ya
llegaba con experiencia de Gobierno. Y luego también la ausencia de vinculaciones de
su figura con todo el ámbito cortesano de Madrid.
Había mezcla de curiosidad e inquietud por saber también qué ministros iban a
acompañarle.
Es una figura de la que no se sabe con qué círculos de poder se va a juntar.
En el momento en el que parte de Nápoles, tenía que arreglar una cuestión sucesoria
porque su primogénito tenía algún problema mental y no se podía hacer cargo. Su hijo
Carlos luego será Carlos IV.
Hay un momento que parece que va a respetar la constitución monárquica con la
convocatoria de Cortes y la designación de heredero (Carlos IV).
En 1760 convoca Cortes. Ahí se produce una cuestión importante: los diputados de las
capitales de los antiguos territorios de Aragón le hacen llegar un texto en el que le
plantean la necesidad de recuperar algunos principios de la monarquía desde los
decretos de nueva planta.
No era algo excepcional elevar un escrito al rey. Pretendían revisar los términos de
nueva planta territorial de los territorios de la corona de Aragón.
[IMPORTANTE]Lo que pasa es que en 1760 la representación renunciaba a cualquier
reivindicación de derechos históricos y lo hacía desde la racionalidad. Revisar las
reglas del juego de 1707 pero apelando a una lógica no tanto historicista, sino racional.
Esto es de suma importancia porque demuestra que estamos en un momento en el
que hay cosas que pueden ser modificadas. Esta en concreto no, pero existe un poco
esa sensación.
12. Al tiempo de celebración de las Cortes, Carlos III parece que se quiere deshacer de esa
dinámica juntista y de la deriva que había conocido la monarquía de Felipe V contraria
a los consejos.
Ese es un punto de inicio con mucha expectativa. Lo que pasa es que al día siguiente,
literalmente, se encaminan hacia otra dirección. Esquilache es un hombre fuerte de su
Gobierno y recupera una posición muy importante el marqués de Ensenada (gran
valedor de la monarquía administrativa vs la jurisdiccional ya desde Fernando VI). El
mensaje es claro: voy a profundizar en esa vía.
Y además se producen unos pasos que indican que no se va a producir un cambio de
rumbo. Se crea una contaduría general de propios servicios que operativamente
quedó vinculada a la superintendencia de Hacienda.
El ámbito municipal devino en escenario en el que se iba a librar la disputa entre las
dos formas de Gobierno. Más aún cuando en 1762 accede Pedro Rodríguez de
Campomanes, que es un fiscal que coge la bandera de muchos elementos municipales
que querían que siguiera ese orden togado del modelo de consejo judicial. Lo que pasa
es que se produce una tensión porque el marqués de Esquilache reacciona para que no
se interfiera en esa forma de Gobernar.
Esa disputa de las dos formas de Gobierno está en plena ebullición, en una lucha
entre Esquilache y Campomanes.
Eso genera un clima político complejo en el que empieza a dibujarse la sombra del
despotismo.
Esquilache concibe una idea controvertida como es liberalizar el comercio de los
granos. Esa medida venía tanteándose desde momentos anteriores y que estuvo muy
influida por Francia, donde se había establecido la completa circulación de los granos.
Esto quebraba con el tradicional concepto de policía. La policía no era solo orden
público, sino de comercio y abastecimiento.
Ese decreto de liberalización provocó un debate. Hubo quien dijo que ese decreto
estaba prohibido apelando al derecho canónico incluso.
[FECHA IMPORTANTE]En 1765 la pragmática liberalización de comercio de grano es
muy importante. Se hizo, además, en un bando en el que se prohibía el uso de capas
largas y sombreros en Madrid.
Esto se consideraba ir contra el genio de la nación, fue como un insulto. En la
primavera de 1766 llegan los motines. Llegamos a un momento de crisis general de la
monarquía. Primero en Madrid, pero luego en toda la geografía monárquica.
13. Los documentos del motín de Madrid aluden al despotismo. Están los granos, la
liberalización, lo de las capas… todo eso parece apuntar a que empezamos a estar
delante de un déspota. Todo eso alimenta el motín, que obliga a Carlos III a abandonar
Madrid rumbo a Aranjuez, donde hay un momento en el que él piensa que no va a
volver.
El motín, dicen, no aspira a la creación, sino a la restauración de libertades. Lo que se
plantea es que el malo es Esquilache, no el rey. Que precisamente los amotinados
deben amotinarse porque es necesario que el monarca conozca qué sucede por culpa
de Esquilache.
Hay un conjunto de inquietudes de reivindicaciones populares de la tasa, los cereales y
la vestimenta.
Es un motín popular pero también de capas altas, que consideran que la forma de
gobierno de Esquilache es despótica y hay que ponerle fin.
En abril de 1766 todo parecían motines en España y no era exagerado. Pero fuera de
Madrid no existe tanta fijación por Esquilache. Lo que aparecen son los esquilaches,
figuras que caciqueaban la vida provincial y local.
[IMPORTANTE]Todo obedecía a una ruptura con la forma de gestión tradicional de lo
municipal por parte de la monarquía.
Los amotinados consiguieron gran parte de sus reivindicaciones con relativa facilidad.
Sirvió para comprobar los peligrosos efectos de modificar la policía del grano.
En términos generales, el caso de Madrid es evidente que Esquilache está en el foco
absoluto en todos los temas. El conjunto de la monarquía se ve inundada de motines,
con la lógica de los esquilaches (los caciques).
Ya en mayo de 1766 tienen otro informe del embajador danés Larrey que dice que
aquello era una “crisis fatal que pasaría a los anales de España y los anales de Europa”.
Nos da una dimensión clara de la dimensión de Esquilache. Muchas veces se ha
reducido a un mero motín de abastos, pero tiene un gran significado constitucional.
Los sucesos de los motines causaron mucha impresión a Carlos III hasta el punto de
que llega a considerar que nunca volvería a Madrid.
Para recomponer el orden, Carlos III coloca al Conde de Aranda como capitán general
de Castilla La Nueva (venía de Valencia). Era una persona muy considerada por parte
de quienes apoyaban unos métodos más tradicionales, era muy distinto a Esquilache.
Carlos III licenció a Esquilache, que nunca se lo perdonó. Él decía que Madrid le debía
una estatua, y se lo pagaron con la deshonra. Él decía que había pavimentado Madrid,
14. que no se lo merecía. Carlos III luego colocó a Grimaldi, tenía a Sabatini, también,
todos ministros italianos e ilustrados.
La autoridad presentó medidas contra el movimiento. El 23 de junio de 1766 hay una
real provisión establece que solo el Ayuntamiento era la voz del pueblo. Los
amotinados no eran el pueblo, eran la plebe, y todas las reclamaciones debían hacerse
por las instituciones. Esto reforzaba la constitución corporativa del reino.
[MUY IMPORTANTE]Pero no se podía denostar el componente popular de los motines.
Pese a inhabilitarlo, se intentó incorporar al pueblo amotinado a las estructuras
políticas y fue con la creación del diputado del común y del procurador síndico.
Se intentaba buscar un cauce por el que la plebe podía ser incorporada, pero no se
pensaba en una lectura de participación directa o algo así como un hombre un voto
sobre las cuestiones del Gobierno.
Y luego hay otras medidas. La separación entre intendencias y corregimientos y la
expulsión de la Compañía de Jesús (sobre la que volveremos en temas venideros) que
se produce en 1767.
El motín reforzó el criterio como el de Campomanes, que abogaba por ir con menos
precipitación contra la constitución tradicional. Él pensaba que no se podía actuar así
y menos por vías solo administrativas.
Campomanes proponía una serie de reformas que con frecuencia debían armarse con
métodos ejecutivos, pero sobre las cuales debía velarse por el papel del consejo.
Campomanes es una especie de vía media: los motines demuestran que la monarquía
debe ser reformada, pero esa reforma se tiene que supervisar con los consejos, ahora
bien, con tonos más ejecutivos, más allá de las clásicas. Esta vía tiene un recorrido
limitado porque la prioridad monárquica era el mantenimiento de la estructura
imperial que sobrevivió a Utrecht.
Claro, esto implica detraer recursos que hubiesen podido dedicarse a otras cosas. A
finales de los 70 y principios de los 80 y la guerra contra Inglaterra marca un poco la
necesidad de abandonar el Gobierno por consejo e ir a una forma más ejecutiva.
Eso pasa después con Pedro López de Lerena y sobre todo con Floridablanca.
Pero después ya hay voces que dicen: esto no es una disputa entre consejos y
administración, es una revisión profunda de la constitución monárquica. Lo que la
monarquía ya no aguanta son remedios, se dice. Se necesita una nueva constitución.
Ahí se empieza a reflexionar sobre lo que vamos a ver en el tema siguiente y que en
realidad iremos hasta 1812.
15. [PREGUNTAS PARA EL EXAMEN]¿Cómo podemos ordenar esto? Una pregunta de
examen puede ser: dimensión constitucional de la crisis de 1766. Tendríamos que
hacer un pequeño resumen: cambio de reinado, sensibilidad constitucional con cortes,
profundización de la vía ejecutiva, la crisis de 1766 por la liberalización del grano, la
crisis lleva a una recapitulación sobre las dos formas de gobierno que quiere salir en un
modelo mixto, que la plebe tenga cierta presencia mediante el síndico y el diputado
del común y que eso colapsa cuando se ve que el problema no es el modelo consejo-
ejecutivo, sino una nueva constitución.
Por ejemplo, este tema puede preguntar: a lo largo del siglo XVIII se produce una
disputa entre gobernanza judicial en consejos y de signo más administrativo.
Indiquen momentos cruciales en esa disputa. Diríamos: la nueva planta, el 1766 y la
década de los 80 cuando esa disputa queda antigua porque hay que ir a una nueva
constitución.
TEMA IV: DE LA MONARQUÍA CATÓLICA A LA NACIÓN CATÓLICA
Su cronología abarca más o menos de 1780 hasta 1808, coincide con el reinado de
Carlos IV y de Godoy.
Es a partir de estos momentos cuando se empieza a cuestionar el monopolio del
soberano en la gestión de la política. Ahora es cuando se empieza a plantear un
constitucionalismo antes de la constitución, la necesidad de encontrar formas de
participación de la ciudadanía en la política.
Desde mediados de 1780 se empieza a plantear la necesidad de la participación
política. Vamos a explicar a qué nos referimos con lo de monopolio del soberano y qué
entonces cuando decimos que la participación quiebra esto.
Tenemos que tener de fondo que la monarquía hispana en la edad moderna está
anclada en una visión escolástica: Vitoria, Soto, Cano, en una jerarquía de leyes, había
una ley eterna y en último lugar había una ley civil.
En este esquema el monarca traducía la ley natural de Dios en ley civil, y no había
espacio para ningún otro sujeto que fuera el monarca. No existía la política como
debate público.
Existe un debate entre representación política puramente estamental a una
participación ciudadana.
Se fue percibiendo en la monarquía la necesidad de la participación política. Se ve en
los textos de economía política.
[MUY INTERESANTE LA CARTA DE FORONDA]Es un texto de Valentín de Foronda en
forma de carta dirigida a Carlos IV. En esas cartas se habla de aduanas, de comercio,
16. de industria. Pero también se le dan consejos al príncipe: que no estorbe la circulación
de bienes y personas, que no permita privilegios, que se deshaga de colonias
improductivas…
Había un principio de fondo en la carta de Foronda: la identificación de la libertad, la
seguridad, propiedad, igualdad como manantiales de lo que se conocía como la
felicidad del Estado.
Foronda no crea este lenguaje, pero el texto es uno de los más representativos y esto
estaba en ebullición. El príncipe perfecto que imaginaba Foronda en esas cartas era un
soberano que podía hacer todo lo que quisiese mientras no violara los “sagrados
derechos” de libertad, seguridad, propiedad e igualdad. Es decir, esto establecía unos
límites a la capacidad de actuación del monarca.
Ya en los 80 existía una corriente que empezaba a cuestionar que el príncipe y su
gobierno fueran en exclusiva quienes participaran en la política, que era la corriente
mayoritaria.
Las sociedades económicas de amigos del país son la muestra de que hay otras formas
de participación política entre el monarca y la sociedad y engendran la necesidad de
que surjan a su vez otras plataformas de participación política para los ciudadanos.
Por eso tenemos a Jovellanos, que es uno de estos teóricos.
Hay teóricos que dicen: todas las medidas modernas no tendrán efectos si no se
controla la acción del soberano. Todos estos derechos tienen que hacerse a revisión
del poder del príncipe, hay que abrir a la participación política. Esto es cultura
constitucionalista, empieza aquí.
[MUY IMPORTANTE]La continuidad de este pensamiento se vio afectada por la onda
expansiva de la Revolución Francesa. Los ecos de la Revolución fue un repliegue en la
política española protagonizado por el Conde de Floridablanca. Este repliegue no logró
sofocar las ideas sobre la reforma de la Constitución.
[MUY INTERESANTE]Desde 1790 se entendió que la vía de la reforma era óptima para
evitar la Revolución como sucedió en Francia. Esto es muy interesante porque quebrar
ese monopolio del príncipe era una forma de evitar la Revolución. Hay un teórico que
se llama Victorián de Villava que escribió Los apuntamientos para una reforma de
España sin los riesgos “de los hierros y el fuego de la Revolución”.
[MUY IMPORTANTE]Buena parte de las élites españolas asumieron que una buena
reforma podía ser el mejor antídoto de la Revolución. No era algo solo político, lo que
prevenía es de un fanatismo en la actitud revolucionaria. Se trataba también de
preservar la impronta católica de la monarquía.
17. Esa transición se da en un contexto muy particular. Por un lado, la revolución
constitucional de los colonos norteamericanos frente al despotismo de Londres, pero
sobre todo el arranque de la revolución francesa. El primer posicionamiento hispano
fue un repliegue, una estrategia de aislamiento, de no querer saber lo que estaba
ocurriendo. Pero la propia revolución francesa ya no te permitía permanecer de lado,
sobre todo tras la ejecución del rey en enero de 1793.
La monarquía pasó de estar condicionada en términos fiscales y políticos por el
imperio francés, pero la monarquía fue poniendo a servicio del emergente imperio
francés gran parte de sus territorios. El tratado de subsidios dejaba a merced de
Francia buena parte de los beneficios españoles.
Habíamos dejado 1766 como un punto de inflexión de ralentización de lo ejecutivo y
se trata de encontrar una vía media, y ahora ya estamos en un panorama de que no
hay ni vía media ni profundizar en lo ejecutivo, sino reformar la constitución y por
primera vez introducir la participación política de la ciudadanía, nunca de forma
universal (ahí vemos las exclusiones de Cádiz, no es ni por asomo un pensamiento
democrático como podemos entenderlo hoy, es una constitución totalmente
católica…). Otra cosa es que lo que se haga en esa Constitución termine afectando a
todo el país.
[PREGUNTAS DE EXAMEN]A qué nos referimos cuando hablamos de que empieza a
sentirse una necesidad de representación política a finales del XVIII. O comparar las
problemáticas al principio del reinado de Carlos III y al principio del de Carlos IV.
PREGUNTAS
Nos interesa la estructura del argumento, cómo por ejemplo las sociedades
económicas de amigos del país pueden colaborar con el establishment político sin ser
parte del mismo.
La invasión francesa activa un lenguaje patriótico contra un invasor. Existía un debate
interno pero la nación se une.
Se entendió que evitar la revolución no era reforzar al monarca, sino reforzar otro
modo de hacer las cosas. Entre 1808 y 1812 la nación se siente agredida y entonces
emerge el lenguaje de nación, ahí se produce una revolución a nivel de nación, no a
nivel de ciudadano.
El poder marítimo de Inglaterra es lo que mueve a España y Francia a pactar, porque
se entiende que es la única forma de contenerlos. De ahí el tratado de San Ildefonso
(1796) de España y Francia contra Inglaterra.
AHORA EMPIEZA UN BLOQUE MÁS TEMÁTICO
18. TEMA V: LA POLÍTICA EXTERIOR DE FELIPE V, FERNANDO VI Y CARLOS III
Nos ocupan las relaciones internacionales. Las relaciones exteriores entonces son
mediante la guerra y la diplomacia.
Hay objetivos dinásticos y objetivos económicos.
Hay una determinada idea de equilibrio entre potencias que forma parte de todos los
conflictos del siglo XVIII. Es una escuela inglesa, el de balance of power, equilibrios de
poder, por la que Inglaterra trata de imponer al resto de países una visión del mundo:
ninguna monarquía puede hacerse tan fuerte como para ser hegemónica. Esta es una
escuela diplomática que viene desde la Paz de Westfalia. Esto conduce a la limitación
de unos conflictos armados muy difíciles de mantener. Lo que vamos a ver es tratar de
consolidar mediante la paz las victorias que se han conseguido por las armas.
El equilibrio de potencias tiene que ver con el primer gran conflicto europeo del siglo,
que es la Guerra de Sucesión española.
En 1701 y 1702 el rey Luis XIV dice que los derechos de su nieto en España están
intactos.
Utrecht es el reconocimiento de Felipe V en España, separación de las ramas de
Borbón, y concesión tremenda de territorios a Inglaterra, entre ellos Gibraltar y
Menorca.
La política exterior de Felipe V desafía el equilibrio de potencias y lo conocemos como
irredentismo, sobre todo para tratar de recuperar los territorios italianos (campañas
sobre Cerdeña y Sicilia y recuperación de Nápoles) y la asignación de los ducados de
Parma, Piacencia y Toscana.
Isabel de Farnesio fue muchas veces la verdadera gobernante, su misión era colocar
bien a sus hijos.
Una de las máximas de España en el siglo XVIII es mantener a toda costa el binomio
península-indias, los territorios de ultramar.
Se habla del navío de permiso inglés que permitía el tráfico una vez al año de un barco
de 500 toneladas y también de que la flota española estaba bajo mínimos, hasta el
punto de que la alianza con Francia permitió el tráfico ya que escoltaban los barcos
españoles. Francia, claro, trató de rapiñar todo lo que pudo.
La desaparición de Luis XIV que representa la fe en los tratados son dos elementos
muy importantes.
Alberoni, enviado del duque de Parma a Madrid, termina casi como ministro de Felipe
V. Hombre inteligente pero muy jeta.
19. En 1717 y 1718 se hizo evidente que la monarquía en España se había fortalecido
militarmente y que podía amenazar Utrecht. La monarquía ya no estaba en decadencia
militar, que era lo que se decía en tiempos de Carlos II.
Frente a esa capacidad militar española hay que entender la destrucción de la flota
española en la batalla de Cabo Passaro en agosto de 1718 a manos de los británicos.
Para apaciguar, les prometen Parma y Toscana para seducir a los reyes para
abandonar sus aventuras militares en el Mediterráneo.
El problema es que el reconocimiento de los derechos que uno cree que ya tiene,
como Isabel de Farnesio sobre Parma y Toscana, este ofrecimiento no es un
argumento para negociar. En lugar de tranquilizar la situación, ocurrió lo contrario. El
conflicto se fue desarrollando con variados episodios en los que Alberoni intentó
conseguir refuerzos para atacar a Inglaterra y Francia. Además, Felipe V siguió
reclamando su regencia en Francia y alentó una revuelta en la Bretaña francesa.
Jorge I y el duque de Orleans aprovecharon el comportamiento fuera de Utrecht para
revisar el reparto de los territorios europeos, para favorecer a Carlos VI emperador se
intercambiaba Cerdeña por Sicilia.
José Patiño contaba en 1726 con una buena hoja de servicios en la política, sobre todo
en la marina, y optó por una reconstrucción de la monarquía con los medios
necesarios.
Domínguez Ortiz define a Patiño como un hombre que no quería patrimonio, que tenía
un gran sentido del deber, que consiguió su estatus social por méritos propios y que
supo servir. En ese pack se mete a Campillo y al Marques de la Ensenada.
El tratado de Sevilla de 1729 y en 1731 con la instalación de Don Carlos en Toscana.
Una expedición exitosa a Orán se suma a los éxitos de Patiño en 1732.
Los objetivos de esta etapa fueron denominados realistas. La acción de Inglaterra en
América se ve como una amenaza, pero para combatirlos se entiende que se necesita
también a Francia. No era factible actuar en solitario.
La alineación de España con Francia no solo se ve como alineación dinástica, no se
alían (solo) por ser familia, sino que se alían por estrategia porque entre los dos
tenían que luchar contra Inglaterra.
¿Cómo conjugamos intereses españoles y franceses más allá del hecho de que son
familia?
Un buen ejemplo de esto es el conflicto sucesorio polaco o la guerra de sucesión de
Austria.
20. TEMA VI: IGLESIA Y ESTADO
Hay una corriente que dice que no puede ser que la Iglesia tuviera tanto patrimonio
espiritualizado, con el que no se hacía nada. El catastro de Ensenada certifica que la
Iglesia tiene muchísimo patrimonio y percibía diezmos, limosnas, rentas…
Se dedicaban a la labor social y había mucha diferencia entre ellos: los jesuitas tenían
un imperio, y luego tiene órdenes mendicantes que apenas tenían recursos.
El estamento eclesiástico estaba abierto a todos los estamentos, porque era apetecible
y era relativamente sencillo acceder.
Hay intentos para reducir la plantilla de religiosos.
Había una relación problemática con la Santa Sede.
En 1709, ante el avance de Austria en Italia, el papa reconoce al archiduque Carlos
como rey de España. Esto hace que Felipe V rompa con Roma. Este periodo va hasta
1717 cuando se da un primer concordato que es un primer acuerdo de vuelta a la
situación anterior.
En 1736 hay una crisis con motivo del acceso de Carlos III al reino de Nápoles.
En 1753, en periodo de Fernando VI, encontramos un punto de partida para las
reformas que va a acometer la Iglesia durante el reinado de Carlos III. Ese patronato
permite controlar la designación de los obispos.
Va a haber también conflictos jurisdiccionales, como el destierro.
Hay también intentos para reformar la inquisición. Se quema a 111 personas durante
su reinado, pero la mayoría son reos de judaísmo.
Durante el reinado de Fernando VI aumenta la tolerancia a raíz del peso que van
ganando los jesuitas que consiguen el cargo de inquisidor general y el de confesor
real con el padre Rábago.
En 1768 decreta la supremacía de la censura real sobre la papal y en 1770 lleva
a jurisdicción civil los delitos de blasfemia o sodomía. Lo que pasa es que siguen
teniendo muchísimo poder en la Inquisición. Es un poder fáctico durante todo el siglo.
En 1768 Jorge Juan es censurado por la Inquisición por textos relativos a Copérnico y a
su expediciones junto con Antonio de Ulloa al Perú (ver más adelante). Y Moratín dice
que es imposible hacer una historia de España por miedo a la Inquisición.
Vamos a hablar del regalismo: los reyes quieren extender su poder a todos los campos
de la sociedad. Si logran una mayor contribución de la Iglesia a los gastos generales y
dar menos dinero a la Santa Sede. Cuentan con el clero secular y los obispos pero en el
caso de los impuestos los tenían en contra.
21. En el caso español, el regalismo borbónico del XVIII el poder civil tiende al control de
las iglesias nacionales y hay individuos muy señalados por la ilustración así que
hay avances livianos en el proceso de desacralización de la sociedad.
En general existía un consenso entre intelectuales y gobernantes de imponer un freno
al poder eclesiástico, se acentúan las tendencias regalistas desde ya con los novatores
en Carlos II.
Hay influencias foráneas, sobre todo francesas, pero se establece un nexo con el
pasado español, como Fray Luis de Granada, y también al episcopalismo visigótico
recuperando los concilios del reino visigótico de Toledo.
La guerra de sucesión fue una oportunidad para la monarquía para establecer unos
nuevos concordatos.
Con Carlos III, con el control de designaciones, se propician nuevos pasos hacia
adelante. Se trataron de llevar unos objetivos: aligerar peso de la Iglesia y de su
jerarquía; frenar la intervención romana en España; y limitar la erección de seminarios,
perjuicios a la hacienda… Campomanes, Floridablanca, Conde de Aranda…
LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Era un Estado dentro del Estado. Por la riqueza de la orden y por el control de la
enseñanza: controlaban el 80% de los colegios. Ensenada es un gran amigo de la orden,
pero controlan el confesionario regio, la Inquisición…
Ese aumento del poder había hecho aparecer un sector contrario a los jesuitas dentro
de la monarquía, así como celos en otras órdenes religiosas ofendidas por el
indisimulado desprecio de los jesuitas hacia los demás. Ahí está la pieza del padre Isla
donde hace una denuncia satírica de un fraile de otra orden.
También está en esto la corona. Los absolutistas veían con mucha desconfianza el
cuarto voto de obediencia a Roma de los jesuitas, sus teorías sobre el tiranicidio…
La caída de los jesuitas coincide también con la caída de Ensenada, que era valedor.
Hay otro momento que es la llegada de Carlos III, que venía con la mentalidad de la
época que veía a los jesuitas como amenaza al poder. Manuel de la Roda es secretario
de Gracia y Justicia, encargado de las relaciones con la Iglesia, notable antijesuista. Y se
van colocando a personas de perfil contrario a la compañía. Ya se les había expulsado
en Portugal y Francia, este es un antecedente. Y el desenlace es el motín de
Esquilache, se les responsabiliza de instigarlo.
Lo que pasa en el siglo XVIII es que empieza a disociarse esa soberano-iglesia. Es decir,
se empiezan a diferenciar espacios de gestión. Esto es algo que ocurre en toda Europa,
no solo en España, esto no es ninguna singularidad hispana.
Lo que sí introduce España es que aunque en el siglo XVIII ese pensamiento regalista
está influenciado por el gallicanismo francés, el elemento diferenciador es la
22. recuperación del pasado visigodo, de la existencia de una iglesia nacional propia cuya
máxima representación está en los concilios toledanos.
La cuestión distintiva del XVIII hispano es la forma en la que se pretende volver a esa
herencia visigoda. Se crea una comisión para fijar esto bien y ver cómo se puede anclar
con el discurso.
Se perdió a una gente con una capacidad intelectual notable. Por otra, la posición de
los jesuitas era anti ilustrada, por lo que la expulsión probablemente permitió acelerar
ese proceso de ilustración.
La doctrina del tiranicidio es cosa jesuita, habían adquirido mucho poder y esto
inquieta a los reyes, que los ven como potenciales rivales.
La compañía no es solo expulsada: es suprimida. Han tenido muchísimo peso en el
siglo XVIII. La compañía termina siendo suprimida, y la supresión obedece al
entendimiento de que su doctrina no es solo nuclear. Influye mucho que adquiere
tolerantismo, flexibilidad, y en ese momento se le vuelve en contra.
De la Península fueron expulsados 2.700 y en total algo más de 5.000.
Está en disputa que efectivamente tuvieran algo que ver en el Motín de Esquilache. No
hay una prueba de cargo. Alguna participación tuvieron, pero tanto que lo organizaran
o fueran los autores intelectuales es mucho decir.
Los tutores de los príncipes fueron a partir de ahí agustinos.
TEMA VII: CULTURA
Es un tiempo de cultura aperturista. Hay figuras como Feijoo, Mayans, Olavide y
otros…
Siglo de las luces hubo muchas, tantas como países. No fue un único sistema, fue un
movimiento cultural de carácter heterogéneo, fue un conjunto de actitudes
compartidas por una minoría de personas.
La revolución científica, desde Galileo a Newton está basada en la experimentación
científica; la historia crítica que se basa en documentos fehacientes; se habla del
origen de la sociedad en el contrato social; crisis religiosa, tanto del deísmo como del
jansenismo, que va hacia una religiosidad interior. Esto son bases de la ilustración.
Hay rasgos individuales: la aplicación de la crítica, la defensa de la persona humana, la
oposición a la tortura. Esto viene a confluir en la idea del derecho de la persona a
organizarse según sus criterios, a superar esa minoría de edad al margen de la religión.
23. En España durante la primera mitad del siglo se emplea el término luces, luego de
ilustrar, que es una expresión ambigua con muchos significados. En el ámbito católico,
ilustrar es crear a partir de Dios y de la fe.
En Carlos III dar luces equivale a instruir conocimientos.
Todo va a girar en torno a cómo compaginar el poder absoluto del monarca con las
nuevas luces.
No voy a entrar en el movimiento novator de hombres de letras que portaban una
nueva visión a finales del XVII y ese impulso permite introducir luego las luces. Se
introdujo también un cambio mental para las matemáticas, el nuevo espíritu.
La sociedad española ya presentaba en los inicios de XVIII signos de afrancesamiento
antes de que Felipe V llegara al trono. Se ha dicho de forma simplista que fueron los
borbones los que introdujeron estas ideas, pero los novatores ya las habían
introducido y estaban en círculos intelectuales.
La ilustración trae una forma distinta de hacer política. Portocarrero y Guzmán era pro
monárquico y era la monarquía la que tenía que promover la prosperidad y la
educación de la juventud.
Esta opción cultural es una ruptura con el periodo anterior, alberga esa expectativa, a
través de un proceso general.
Portocarrero y Guzmán quiere el reforzamiento del poder real frente a nobleza y clero,
y dar más protagonismo a otras clases sociales. El programa cultural de Portocarrero
quiere corregir errores y vicios de la época anterior.
Con estos planteamientos se elabora una propuesta legitimista apoyada en el atraso
cultural que se encuentra España en relación con otras propuestas europeas. Según
este partido, no obedece tanto al carácter español sino a la influencia externa. Los
austrias habían dado privilegios a nobleza y habían puesto bajo sospecha los oficios.
Hasta los reyes católicos era un país próspero, pero la llegada de Carlos V empieza a
cultivar la poca laboriosidad.
En estos planteamientos borbónicos se adelantan reformas sociales y políticas. Se
habla de que con los austrias había mucha iglesia, que había mucha Inquisición, que la
inmovilización de bienes en manos muertas era mala.
Con los borbones, o en los primeros borbones, se crean la Real Academia de la Lengua
y de la Historia, el Gabinete de máquinas, el jardín botánico, la academia de
matemáticas, el observatorio de Cádiz…
El cambio de paradigma es cultivar sapiencias por uno mismo y no seguir doctrinas.
24. El padre Feijoo irrumpe como heredero directo de los novatores. Feijoo publica el
teatro crítico universal y se convierte en un adalid de lucha contra los errores pasados
y superar esos temas trillados de la erudición humanística. Quiere reformar estudios y
desarraigar supersticiones.
Este benedictino presenta lazos con curas franceses.
El pensamiento del padre Feijoo parte de la duda sistemática que es un presupuesto
ilustrado. Propone Feijoo que esta duda se aplique en las escuelas, así debe hacerse en
todas las disciplinas salvo en la teología, donde la autoridad ha de anteceder a la
experiencia.
Se habla del escepticismo y el empirismo.
En 1733 la academia de Sevilla habla de Newton como una autoridad en las ciencias
físicas. A partir de 1735 Jorge Juan y Antonio de Ulloa se trasladan al Perú para hacer
una expedición para medir el meridiano terrestre. Publicaron en 1748 su obra y aquí
narraban experimentos y demostraban la exactitud de las teorías newtonianas. La
Inquisición obligó la introducción de una frase que era que esta teoría estaba
justamente condenada por la Iglesia Católica.
Mayans busca el valor estético,
Pablo de Olavide quiere reformas en la universidad, laicidad, menos control de Iglesia.
España sí que fue pionera en estudios como las Ciencias Naturales, gracias a las
expediciones borbónicas y a tener las Indias. De hecho, descubrieron el platino y el
tungsteno.
España tenía mucho retraso en física y matemáticas y los gobernantes se dan cuenta
que son dos saberes imprescindibles para mantener a las potencias en el primer plano
mundial, porque son disciplinas pensadas para la guerra. ¿Cómo vas a tener buena
artillería como los ingleses si no sabes calcular trayectorias? De ahí que hubiera pocos
españoles con estos conocimientos.
Jorge Juan, por ejemplo, sí los tenía, en matemáticas sublimes por su contacto con el
extranjero, y se empezó a dar matemáticas en la Colegio Oficial de Guardamarinas de
San Fernando. En las universidades como la Complutense se enseñaba la teoría de
Gouguin, que negaba el vacío. España llevaba medio siglo de retraso en esto.
1808 es el final de la Ilustración española y el verdadero punto de inflexión en la
España moderna.