La procesión del Señor de los Milagros recorre las calles de Lima cada octubre desde 1687, trayendo bendiciones de unión y esperanza. En el siglo XVII, un mulato pintó la imagen de Cristo crucificado en un muro tras un devastador terremoto, y la imagen milagrosamente sobrevivió intacta. Desde entonces, la imagen atrajo a muchos devotos y se convirtió en el símbolo de fe y protección de Lima.