Piedad Córdoba, expresa su sorpresa y rechazo a las acusaciones falsas del diputado Robert Alcalá sobre supuestos actos de corrupción en los que ella estaba involucrada. Córdoba niega conocer a las personas mencionadas y tener algún vínculo familiar con ellos. Ella denuncia que el objetivo del diputado era atentar contra su participación como negociadora del conflicto y dividir a Colombia y Venezuela. Córdoba exige al diputado responder por difundir estas mentiras que le hicieron perder tiempo que podría hab
Proyecto por la Regionalización y la Función Municipal
Carta de Piedad Córdoba
1. Bogotá, jueves 5 de Mayo de 2016.
Señor Diputado Robert Alcalá
Con copia: Asamblea de la Republica Bolivariana de Venezuela.
Presidida por Henry Ramos Allup.
Señor Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro.
Leído aquel artículo extraído de la prensa amarillista, en el que nutrido
por sus palabras, algún periodista incendiario da fe de una serie de actos
de corrupción arancelaria, debo manifestar mi sorpresa al saber que de la
noche a la mañana resulté tía de un desconocido, quien supuesta, y
además muy convenientemente, resulta ser miembro de una bandola
dedicada no solo al trafico de influencias, sino a la negociación ilícita y
falsa de Cadivis.
Si no viniera de parte suya, diputado Alcalá, habría bastado con haberle
extendido el poder al doctor Amir Nassar, mi abogado de confianza en
Venezuela. El asunto habría seguido su curso jurídico y yo hubiera
continuado con las tantas tareas que implica el ser abuela, en primer
lugar, y estar dedicada al terco empeño de unir a mi pueblo en torno a la
bandera de la paz.
Por eso es que me doy a la tarea de hacer pública sus mentiras, señor
diputado. No por la falsedad en sí, que no deja de ser grosera y obvia, sino
por aquello de lo que viene untada.
Mas allá de si aquellos empresarios cometieron los actos que usted les
adjudica, su finalidad no era denunciarlos, su finalidad era atentar en
contra de mi participación humanitaria como negociadora del conflicto y
de paso dividir nuestras naciones que son amigas y hermanas,
fomentando la intolerancia, incentivando con embustes el bulling
mediático, al que se ve expuesto el ideal de una nación solidaria y
pluralista.
Y no me venga con los plañidos de oveja con los que acostumbran
defenderse los de su ralea. A mí no me vaya a salir con que es que no lo
dejan hacer oposición, por que usted diputado andaba chorreando el
tetero cuando yo estaba liderando movimientos estudiantiles, que a la
2. postre se convertirían las colectividades políticas que siempre han obrado
en sana oposición democrática, comprometidas con las necesidades de un
pueblo que aún sufre los desmanes de la voracidad mercantilista, de esta
economía antropófaga que ha venido deshumanizando a la sociedad.
Mi vida entera se la he entregado a la oposición, a la oposición regida por
principios éticos, a la oposición fundamentada en la verdad y no en los
altavoces mediáticos y faranduleros, con los que usted pretende llenar el
bolsillo sin fondo de su ego insaciable.
Míreme de frente señor diputado que le está hablando una mujer decente
y respetable. Una mujer que ha sufrido las penurias de una guerra
inclemente. Que caminó un secuestro paramilitar, dejando en el monte
regados miles de sus pasos cansados. Que vivió en el exilio alejada de sus
hijos y sus amigos. Una mujer que quisiera dedicarse a descansar y a
malcriar a sus nietos, pero que se ve en la obligación de gastar el tiempo
en defenderse de sus afirmaciones calumniosas.
Escuche mi voz aireada, mi grito enérgico: Usted es un farsante enredador
y falaz. Yo no conozco ni a Salvador Lairet, ni a Francisco Mendoza, ni
jamás he oído hablar de Gerkat Corporation, pero sobre todo no soy ni tía,
ni prima, ni cuñada ni suegra, ni siquiera pariente lejana de ningún Álvaro
Pulido, y por esta razón, usted señor diputado de la Unidad Sucre, Robert
Alcalá, va tener que responder por haber usurpado de mi vida el tiempo
que se comieron estas letras y que le pertenece a mi familia y a mi pueblo.
Piedad Cordoba