1. No. 208 Fecha: 7 / marzo /2011 e-mail: mamtrabajndo@yahoo.com.mx
AÑO 4
Rechazó que sea difícil quitarles el poder a los potentados, porque si la gente se organiza y participa, se
lograrán los cambios que requiere el país, “los caciques duran hasta que el pueblo quiere”, recordó.
Mencionó que el movimiento que encabeza le está apostado a que va a haber un despertar ciudadano y va
a haber una insurgencia cívica y pacífica para lograr el renacimiento de México.
Andrés Manuel López Obrador se reunió el lunes pasado con empresarios e integrantes de la asociación civil Encuentro
A.C., en el University Club México, para exponer los 10 puntos principales que abarca el Proyecto Alternativo de Nación
que presentará el 20 de marzo en el Auditorio Nacional. Tomás López Rocha, empresario y desarrollador inmobiliario,
aseguró ante el grupo ahí reunido que si aspiramos a que haya un mejor futuro para cada mexicano, si queremos que el
combate a la violencia incluya más empleo y mejor remunerado, si estamos convencidos de que el mercado interno puede
darnos estabilidad, si buscamos diversificar nuestras exportaciones, si queremos que nuestro gobierno se enmarque en la
honestidad, transparencia y estado de derecho, entonces estamos en el lugar adecuado y con la persona correcta,
refiriéndose a Andrés Manuel López Obrador. El empresario Fernando Turner expresó que la ANEI (Asociación Nacional
de Empresarios Independientes) ve en Andrés Manuel a un líder que busca el bien común. Más tarde y acompañado por
José María Pérez Gay, Octavio Rodríguez Araujo, Héctor Díaz Polanco y Rolando Cordera, López Obrador visitó la
Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, llena a reventar, donde planteó que su política hacia los jóvenes es
sustancialmente de “cero rechazo”, que ninguno se quede sin estudiar, y que es posible lograrlo.
De gira por su tierra natal y en un ambiente de unidad del perredismo local, Andrés Manuel López Obrador aseguró que
se van a quedar con las ganas todos aquellos que le apuestan a una división en las filas del PRD de Tabasco.
En Tuxtla Gutiérrez lo mismo que en Oaxaca, López Obrador demandó respeto absoluto a la soberanía de México, en el
encuentro del presidente Felipe Calderón y su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama. “No aceptamos
intervencionismo, no queremos protectorados, sí a la cooperación pero hacia el desarrollo. La cooperación
militar no va a resolver los problemas de inseguridad y violencia, estos deben combatir con la cooperación para
el empleo y el desarrollo. El país transita por la ruta del saqueo de los bienes nacionales y de los recursos
naturales. Empresas extranjeras se llevan nuestras riquezas, de ahí que el Movimiento de Regeneración
Nacional (MORENA) busque con el apoyo popular recuperar lo que han entregado la actual clase política y la
mafia en el poder". Mientras se publica una encuesta que coloca a López Obrador con – 20 puntos de aceptación,
la gente que abarrota los sitios donde se presenta sigue confiando en él y gritando: ¡Obrador, Obrador, Obrador!
DONDE MANDA CAPITÁN NO GOBIERNA MARINERO. En respuesta al malestar
expresado a The Washington Post por el titular del Ejecutivo federal, Felipe
Calderón Hinojosa, en torno al desempeño del embajador de Estados Unidos en
Siguiente► México, Carlos Pascual – responsable del contenido de los cables diplomáticos
difundidos por Wikileaks –, el Departamento de Estado de ese país señaló que no
tiene planes de remover a su representante diplomático en el nuestro, e incluso
señaló que éste está haciendo un tremendo trabajo en nombre de Estados Unidos
operaciones de la Comisión Federal de Electricidadbilaterales, entiéndase a favor es el s
para las relaciones (CFE) hasta abril de 2007, de ellos.

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En los usos diplomáticos internacionales se establece el derecho de los
países anfitriones a exigir contención y respeto a representantes
acreditados en su territorio, y a pedir su retiro a los gobiernos respectivos,
incluso sin necesidad de presentar argumentos. Esos ejercicios de
soberanía, realizados en tiempos recientes por naciones latinoamericanas
tradicionalmente denostadas por la administración calderonista, como
Venezuela y Bolivia, constituyen la manera correcta de enfrentar el
irrefrenable intervencionismo de Estados Unidos en los países de la región.
Cabría esperar que las autoridades mexicanas comprendieran y
compartieran, ahora, las razones de ésos países y de otros gobiernos
latinoamericanos para manifestar en voz alta, y de manera pública, sus
quejas contra Washington.
El conocimiento público de los cables de Wikileaks entregados a La
Jornada, no induce una crisis en la relación bilateral, sino que permite a la
ciudadanía observar la crisis ya existente y ubicar sus factores: el
injerencismo de Estados Unidos en México, la alarmante debilidad de las
autoridades nacionales y su obsecuencia para con las pretensiones de
Washington de modular aspectos de la vida institucional que debieran
reservarse al ejercicio de la soberanía.
La patética entrevista de Felipe Calderón con Barack Obama en la Casa Blanca confirma el viraje radical que
ha ocurrido en las relaciones de México con Estados Unidos durante los gobiernos de la ultraderecha, que
están teniendo un nuevo momento de quiebre tras dos acontecimientos: la publicación de los cables de
Wikileaks por La Jornada, desde el 10 de febrero, y lo acontecido en la carretera federal 57, el 15 de febrero,
que como lo subrayan los medios estadunidenses, fueron los dos factores que llevaron a Washington a citar
con urgencia a Calderón.
México se halla cada vez más en una encrucijada, pero ni las fuerzas políticas y sociales ni los medios
masivos de comunicación parecen darse cuenta de la gravedad de lo que está aconteciendo en nuestro país
al entregar ya los panistas sin reservas a Estados Unidos no nada más nuestras riquezas estratégicas – en
particular el petróleo –, sino el control absoluto de áreas importantes del aparato estatal y funciones de
gobierno. La agresiva política imperial con la que Estados Unidos busca salir de la grave crisis financiera,
económica, política y moral en la que se hunde – que ha sido la misma en la administración del demócrata
Barack Obama que en la de su predecesor republicano George W. Bush –, hubiera requerido tener en México
al frente del Estado a funcionarios patriotas, con una visión nacional de largo alcance y una concepción del
Estado y de la legalidad y no, como está aconteciendo, a un puñado de yuppies conservadores vinculados a
las multinacionales, que de manera impune han hecho del país su botín personal para librarse a todo género
de negocios sin importarles entregarlo a Washington y al capital trasnacional a fin de sobrevivir como gobierno,
como está aconteciendo.
El significado del fraude de 2006 es ahora más evidente que nunca al conocerse mejor y en detalle el tenor
de las relaciones de México con Washington, pues lo que acordó entonces Estados Unidos con Calderón fue
respaldarlo para que se instalase en la silla presidencial, por muy descomunal que hubiese sido el fraude, a
cambio de que el nuevo gobierno panista por un lado les entregara sin reservas el control de los recursos
básicos del país, y de manera explícita el petróleo, y por el otro les permitiese una gestión más directa de
las políticas internas de México para acelerar el desmantelamiento del Estado surgido de la Revolución
Mexicana – aunque ambas cosas estuviesen de manera tajante impedidas por la Constitución de 1917 –, por
lo que los halcones washingtonianos impusieron a Calderón la estrategia de la seudo guerra “contra el narco”,
a fin de alcanzar sus objetivos. (editado, Luis Javier Garrido)
La pésima actuación de los gobiernos panistas no significa que tenemos que poner los ojos de nuevo
en los priístas, de ninguna manera, ellos son los maestros y responsables de la catástrofe a la que nos
llevaron sus malos gobiernos. NI UN VOTO AL PRI NI AL PAN. VAMOS POR EL CAMBIO REAL.