1. Introducción
Los textos que a continuación se presentan constituyen un ejercicio de reflexión sobre el
fenómeno de las autodefensas surgidas en el Estado de Michoacán. La producción de dichos
textos tiene como objeto el explorar el hecho social desde diversas disciplinas y puntos de
vista, con el objetivo de generar un dialogo entre las diversas visiones expresadas.
La idea de escribir sobre fenómenos sociales surgió de diversas charlas entre un grupo de
amigos de diversa formación académica, sobre diversos temas, a las que decidimos sumar
otras voces, por lo que lanzamos una invitación a cualquier persona interesada en la
manifestar su opinión, con el afán de ampliar nuestra visión sobre el hecho social.
La idea es proponer un tema de intereses social y que cada quien escriba su visión sobre el
mismo, en no más de dos o tres cuartillas, para fijar su postura en cuento al tema. El primer
tema de análisis fueron las autodefensas michoacanas, del cual surgieron tres textos con
visiones muy distintas del fenómeno.
1
2. El ficticio estado de derecho en Michoacán y las autodefensas
Julio Córdova
Sociología Unam
En la década de los noventa la Ciudad de México ostentaba el monopolio de la violencia y la
inseguridad. La concepción de provincia hacia la ciudad, era la del rechazo y prejuicio de
parte de un sector amplio de la sociedad civil a lo largo del interior de la república. Pero fue
durante el sexenio de Felipe Calderón que todo cambio; el clima de paz y tranquilidad que
se percibía y respiraba fuera del Distrito Federal fue remplazado por una guerra cruenta y
cruda, llenando los encabezados periodísticos de sangre y violencia. La guerra contra el narco
fue una política estatal demagógica que puso fin al clima de tranquilidad al poner al ejército
en las calles.
Es así como el estado de Michoacán se convirtió en territorio bélico. El cartel del Golfo y los
caballeros templarios disputaban la plaza del Estado. Cobrando renta por el uso de suelo a
agricultores y pequeños comerciantes. La población civil en general percibía el vacío de
Estado dejado por el gobierno y su administración corrupta en Michoacán. El estado se sumió
en un clima de inestabilidad y violencia, donde la sociedad civil era la más afectada por la
extorción.
Así fue como surgieron las autodefensas. Pequeños grupos conformados por ciudadanos
comunes empezaron a armarse y hacer frente a la delincuencia organizada en el estado.
Estamos frente a un fenómeno de gran envergadura, la población michoacana dejo de tener
confianza en las instituciones. Testimonios recopilados en documentales y entrevistas
periodísticas muestra la realidad social de un estado en desesperación. La desigualdad, la
miseria, la pobreza, la discriminación, y la corrupción son los componentes de un caldo de
cultivo que genera las pautas de un fenómeno social que da cuenta de la incapacidad del
gobierno mexicano por ejercer el estado de derecho.
La situación michoacana muestra de que forma conglomerados sociales conformados,
regidos y circunscriptos por una constitución dentro de un estado nación rompe con la
simbiosis estatal por la poca eficiencia de la misma. La desconfianza del pueblo hacia el
gobierno es un fenómeno que viene arrastrado desde la independencia. El gobierno en más
2
3. de doscientos años ha mantenido las pautas de la desconfianza y no ha logrado ganarse al
pueblo más que en discutidos sexenios y en momentos particulares. La constante ha sido
siempre la desconfianza y el recelo hacia las instituciones. Testimonios civiles ubican al
gobierno dentro de los enemigos criminales del estado. En este panorama se puede ver la
situación de la población michoacana como entre la espada y la pared: por un lado el crimen
organizado conformado por elementos desertores del mismo ejército mexicano extorsiona y
somete a comunidades enteras, por el otro un gobierno con poca incidencia en asuntos de
seguridad estatal, que al mismo tiempo se conforma por elementos coludidos y sobornados
por el crimen organizado.
Es así como la poca presencia del gobierno y su fallido estado de derecho mermado por la
corrupción, orilla a la población civil a buscar otras vías de restablecer la seguridad en el
estado. Las autodefensas son un fenómeno que tiene su base en la desconfianza en las
instituciones y el gobierno. Las autodefensas dan resultados a la población y llenan los vacíos
de estado que el narcotráfico había ocupado. Así mismo, la delincuencia organizada es un
fenómeno que está cimentado dentro de un cuadro de miseria, corrupción, y discriminación.
Para hacer frente al crimen organizado y al narcotráfico hace falta un estado de derecho solido
que este respaldado por un gobierno legítimo que al mismo tiempo que combate al crimen,
combata igualmente la desigualdad y la pobreza. Si estos dos problemas no son resueltos, no
se podrá resolver el primero. De nada sirve mal gastar los recursos en material bélico si no
se llena la boca de los niños en miseria para que no engrosen las filas del crimen organizado.
De la misma manera, la narco cultura es un fenómeno que genera identidad dentro de un
sector de la población compuesto en su mayoría por jóvenes, genera pautas de identidad y
trasciende culturalmente. Es un problema que ataca a la sociedad civil y tiene su origen en la
necesidad y falta de educación entre muchos otros problemas que son la consecuencia de la
futilidad de las instituciones. Las autodefensas son un hecho social que hace frente a los
problemas que el gobierno debería resolver. Su desarme tendría que ser en un ambiente de
paz social, con base en un estado de derecho previamente solidificado y libre de corrupción.
De la misma manera, el clasismo y la discriminación son tan agobiantes que cualquier medio
que conduzca a la emancipación de dicha condición resulta valido. Las condiciones del
estado de Michoacán dan cuenta de este fenómeno, y las autodefensas es la respuesta a un
3
4. momento social que requiere de madurez conceptual y una compleja revisión esquemática
de todos los factores sociales involucrados.
4
5. Las auto-defensas y la recuperación del Estado mexicano
Dr. Mario Alberto Velázquez García
El Colegio del Estado de Hidalgo
El Estado mexicano, en el año 2015 ha iniciado una campaña para terminar con las auto-
defensas de Michoacán. ¿Está es la mejor estrategia que el Estado podía tener dado el clima
de violencia que continua en la población? Me parece que desde el punto de vista del Estado,
de la consolidación de su poder, sin duda la respuesta es positiva. Incluso más allá, no existía
otra respuesta, por más costos que esta tenga en el mediano y corto plazo, si quería el Estado
mexicano recuperar el control sobre el territorio Michoacano.
El Estado (mexicano) tiene el monopolio en el uso de la violencia, esta fue una prerrogativa
perdida paulatinamente por los grupos que encabezaron al gobierno mexicano durante los
dos periodos presidenciales encabezados por miembros del partido Acción Nacional: Vicente
Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006- 2012). La pérdida de esta prerrogativa fue
principalmente un acto inconsciente, ante la falta de capacidades y conocimiento de dichas
autoridades respecto a los mecanismos políticos, militares y policiales que permitían
mantener un control y negociación del estado mexicano frente a los grupos criminales. La
inoperancia gubernamental generó un hueco de poder que poco a poco fue ocupado por
grupos de narcotraficantes.
Esto generó diferentes respuestas públicas y privadas. Algunos Estados de la republica
fueron cooptados, algunos otros decidieron unirse a las bandas delincuenciales y algunos
intentaron resistir. Los mismos mecanismos fueron reproducidos por algunas empresas o
grupos civiles. Sin embargo comenzó una estrategia distinta, principalmente en estados o
zonas con tradición de organización social relacionada a la guerrilla: las llamadas auto
defensas.
Estos grupos iniciaron como micro-respuestas locales ante el crecimiento y la extensión del
poder y control que grupos de narcotráficos ejercían sobre localidades y municipios. Poco a
poco, fueron extendiéndose cómo forma de organización y de respuesta más o menos exitosa
ante la pasividad de la autoridad y el crecimiento de la agresividad de los grupos de
narcotraficantes.
5
6. En el momento en que se produce un cambio en el control político del Estado mexicano, las
nuevas autoridades deciden iniciar una estrategia más coordinada que le permita recuperar
paulatinamente los distintos territorios perdidos por las anteriores administraciones. En este
primero momento un paso lógico es buscar aliados locales que le permitan lograr este
objetivo. Con este objetivo, las autoridades federales generan un marco legal que permita
temporalmente dar cabida a los grupos de auto-defensa con el objetivo de que formen parte
en las operaciones presentes, pero con el propósito de largo plazo de que estos grupos sean
absorbidos por las instituciones mexicanas, lo que representa, en los hechos su desaparición.
Sin embargo una serie de situaciones comienzan a complejizar y dificultar la relación entre
las autoridades federales y las auto-defensas. Primero, la existencia de una mutua
desconfianza que no sólo no se terminó sino que se agrandó y en algunos casos se convirtió
en infranqueable. Un segundo elemento es el tiempo, la estrategia de cada parte tenía un
distinto margen de tolerancia y de concepción sobre los objetivos que se conseguirían con el
tiempo, lo que generó un creciente mal entendido y división. Tercero, el monopolio en el uso
de la fuerza. Al recobrar el Estado mexicano, aunque sea de forma parcial, el control sobre
extensiones de territorio antes perdidas frente al narcotráfico, la existencia de grupos
armados,- por más que fueran aliados temporales del gobierno,- se convierten en un problema
a resolver. El Estado mexicano no puede permitir la existencia y fortalecimiento de grupo
armados sobre los que no tiene control.
Todo lo anterior nos ayuda a comprender la actual política estatal de criminalizar el
funcionamiento de los grupos de auto defensa que no aceptan su integración a las
instituciones formalmente constituidas o el abandono de las armas. Un Estado moderno no
puede permitir la existencia de estos grupos sino quiere enfrentar el riesgo de que se creen
grupos como los paramilitares colombianos que fueron armados por actores privados y se
convirtieron en la autoridad y el azote de grande extensiones del territorio de Colombia, con
una severo costo en vidas humanas.
El Estado mexicano está reclamando de regreso su territorio y con ello, los grupos armados
civiles serán absorbidos o eliminados.
6
7. Las autodefensas y el restablecimiento de la soberanía
Mario Aníbal Bravo
Hace un par de años surgieron en la región de tierra caliente en el Estado de Michoacán un
grupo de ciudadanos organizados en torno a las armas a los que se les llamo autodefensas. El
objetivo de estos grupo fue defender a su familia, patrimonio, tierras, integridad física, que
se veía constantemente amenazada por los caballeros templarios, un grupo de
narcotraficantes de la zona, quienes en la última década extendieron sus actividades a muchos
otros renglones: el secuestro, la extorsión generalizada a comercios y servicios, el control de
la piratería, la extracción clandestina de ductos petroleros, hasta el rapto y violación de las
jovencitas de la zona.
Las grandes sumas de dinero provenientes del narcotráfico otorgaron al crimen organizado
una fuerza excesiva para corromper a los cuerpos policiacos y castrenses, al aparato de
justicia, a las autoridades civiles. La descomposición social llego a tal extremo que los
delincuentes financiaban campañas electorales para colocar en el poder a autoridades que
respondieran a sus intereses.
A este fenómeno se le trato de justificar de distintas maneras, desde la legítima defensa, el
Estado fallido, el inalienable derecho del pueblo a modificar su forma de gobierno
consagrado en el artículo 39 constitucional entre otras, todas la cuales tiene un poco de razón,
pero lo que me interesa explorar aquí es como se construye la legitimidad de las instituciones
y si esta legitimidad solo es susceptible de estar representada por el Estado, como afirman
quienes tacharon de revoltosos e ilegítimos a las autodefensas.
Pues hubo quien pedía el desarme de las autodefensas, esgrimiendo en su contra el concepto
clásico de soberanía, el cual señala que el Estado es el único actor autorizado para sancionar,
e imponer un sistema normativo con eficacia, este es el supuesto primordial de toda la
filosofía política occidental del siglo XVIII en adelante. Pero existe un presupuesto básico
para poder constituir un poder Estatal soberano, pues se requiere de un elemento que no
estaba presente en la forma de ejercer el poder de quienes gobernaron en complicidad (ya sea
7
8. por omisión o contubernio) con los templarios, que es la legitimidad y el respeto a los
derechos humanos.
El mismo Max Weber en su tipo ideal definió al Estado como la comunidad humana que,
dentro de un determinado territorio (el “territorio” es elemento distintivo), reclama (con
éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima. Pues la legitimidad de la ley y las
autoridades en la teoría de la soberanía se sustenta en la idea de que el ciudadano, ceden sus
derechos mediante un contrato, para convertirse luego en súbditos de un poder representado
por las reglas que ellos mismos ayudaron a construir en base a sus intereses, deseos y
aspiraciones, cuando ese derecho se ejerce sin atender a esos intereses generados por
consenso, el poder se ejerce de forma ilegítima.
Pero la sociedad no es homogénea, pues en toda sociedad hay diferentes grupos que compiten
entre sí para imponer orden. Es decir, para imponer cada uno su visión del orden. El Estado
no es nunca el único actor capaz de generar normas. Al contrario, es siempre uno entre varios,
muchos actores, más o menos institucionalizados, más o menos formales: iglesias, familias
clientelas, redes, corporaciones, comunidades…Y el Estado no es obvia, natural e
inmediatamente superior a todos los demás actores, aunque aspire a serlo.
En algunas ocasiones se pueden imponer las reglas estatales por encima de otras cualquiera,
en algunos campos pueden cumplirse la ley con perfecta regularidad, pero no podemos dar
por descontado que vaya a ser así. Cuando el Estado logra someter a los demás poderes, es
consecuencia de una larga lucha, y cuyo resultado nunca es definitivo (Migdal, 2011).
Según Foucault el poder, es el poder concreto que todo individuo posee y que, al parecer,
cede, total o parcialmente para constituir una soberanía política, este poder no se da, ni se
intercambia, ni se retoma, sino que se ejerce y solo existe en acto. El poder no es prorroga ni
mantenimiento de las relaciones económicas, sino primeramente una relación de fuerza en si
misma (Foucault, 1975).
8
9. Si bien es cierto, comparto la idea de Migdal cuando señala que en la sociedad existen
distingos grupos en competencia por imponer sus versiones del orden, y que en esta lucha no
necesariamente triunfa el Estado, como sucedió en Michoacán con la imposición de un
régimen de terror de los caballeros templarios. El fenómeno de las autodefensas michoacanas
constituye una reconstrucción de la soberanía en donde la voluntad ciudadana organizada en
torno a un interés legítimo que aglutina a todos los sectores de la sociedad civil (agricultores,
médicos, amas de casa, obreros, campesinos, empresarios…) en un nuevo pacto social
construido en torno a las autodefensas para brindar seguridad a los habitantes de tierra
caliente.
9