Este cuento narra la historia de Frutillita, una mujer que se había alejado de la iglesia y creía en Dios. Conoce a Eureka, un hombre sencillo cuya inteligencia le permite lograr grandes avances científicos. Frutillita se enamora de él. A pesar de las críticas de la gente, ellos viven felices juntos y tienen una hija. Cuando su hija muere, Eureka cae en una depresión hasta que descubre algo sobre la aerodinámica de las moscas que le permite
2. Frutillita
Estaba teñida de rubia. Sentada ella en el banco de la plaza. Mirando al piso. Llamaba la
atención con su pelo oro con trenzas. Era un semáforo de mujer. Alguno pensaría que
frutillita era puta. Pero no.
-¿Creés en dios?, me preguntó.
-Sí, fue mi respuesta
-¿Cuánto hace que lo conocés a dios?
-De toda la vida-dije
La charla siguió y me empezó a hablar de milagros y de su iglesia y de su fe. A
Frutillita uno se la quería comer. Se notaba que había pasado por situaciones duras. Pero
había algo de Frutillita que hay en muchas mujeres y es que creen que dios las va a
salvar de buscar el placer en lugar de tener un marido e hijos. Quizá porque el ejército
de la naturaleza le advierte que no, que se detenga y que procree. Que demuestre en ello
que es capaz de amar.
Hay una fórmula vigente de la modalidad del ¨ ayudar a otros ¨. Una especie de gualicho
de sentir que se tiene demasiado y siempre va a haber alguien que ¨ tenga menos ¨. Una
idea del vértigo para ayudar al débil que al final también cree que lo es. En suma creer
en humildad de reconocer que se es poca cosa ante dios para después gobernar sobre los
que ¨ no se dieron cuenta ¨.
Frutillita sentía odio. Odio por expresar sus sentimientos y dejarse amar por tantos
hombres. Ahora la disciplina le hacia enseñarles y dar el ejemplo a la luz del señor. Era
una mujer que obedecía a dios y su voluntad para que no fuese a parar su alegría al
abandono y deseo de buscar una felicidad más relajada. Había un escalafón en la iglesia
en donde con obedecer y recibir instrucciones a las que no querían llamar órdenes se
conseguía suprimir la voluntad.
La mujer está muy preparada en sus instintos y sentimientos para estos procedimientos
orientados a la procreación. El hombre cree que todo lo que le ahorre trabajo en cambio
es bienvenido y por eso siempre usará la inteligencia. Solucionar e inventar lo que lo
lleve a la contemplación y al darse cuenta en lugar de ser burro o burro de carga. Sí, el
hombre había vencido a la ley de la gravedad. Todo consistía en evitar levantar peso. En
mecanismos que le dieran trabajo a la máquina. El ser administradores y no usar la
fuerza sino en lo intelectual. En la inteligencia de resolver. En adelantarse a los
problemas siendo estos lo que inflija esfuerzo innecesario. Conseguir bienes materiales
sin uso de la atención sino en dirección a procesos mientras la máquina se encarga. El
hombre atento y vigilando. Las razones y explicaciones para luego sí pensar en el
cosmos y en el existencialismo de su ser. Preguntarse para qué vino y para que está y
porqué la trascendencia mientras todo ocurre y se modifica en torno a su capacidad. La
estática manera de gobernar sobre todo y ser el rey y dueño de la creación.
Frutillita rezaba. Y él pensaba cómo conseguir el alimento y los bienes. Los que más
habían estudiado tenían el conocimiento que beneficiaba a todos. El conocimiento era
un don preciado y precioso a la sociedad entera que veía cómo los más capaces
solucionaban lo que la comunidad necesitaba. El conocimiento daba importancia a la
sociedad para no ser dominada. Hacía que los que conseguían que el esfuerzo fuese
menor fueran aplaudidos y se hablase bien de ellos. El conocimiento era tan necesario.
3. Eureka era un hombre muy sencillo. El había encontrado en el erotismo la manera en
que el hombre podía llegar a potenciar su inteligencia. El deseo y la satisfacción para
poder controlar su mundo. Las maneras de tomar lo que hormonalmente ocurría en el
cuerpo para entender que eso producía en la inteligencia la gran revolución de entender.
Frutillita lo conoció a Eureka y se enamoró. A la manera en que se enamoran las
mujeres. Frutillita le hablaba al Eurito de Eureka. Se tomaba muy en serio las
conversaciones que ella decía que eran oraciones al señor.
-Eurito mirá que te chupo todo ehhhh. Ahhhh te guuuuusta. Mirá como te me pones
durito cuando te hablo bieeeen.
Y sus rizos dorados teñidos caían entra la bolas de Eureka.
Eureka llegaba al cielo de Frutillita y una vez alcanzada la cima caía derrumbado y
agotado.
La gente rumoreaba cosas. Que Frutillita no creía más en dios. Que se había dejado
tentar. Lo cierto es que Eureka hacía cosas a la velocidad de la luz y conseguía bienes a
la del sonido. Vencía las gravedades y estaba de buen humor. Hasta tenía tiempo para
pintar y de vez en cuando escribía poesías para Frutillita que ella le agradecía a su
manera. Hizo un análisis de la teoría de los Cuántos y aceleró los electrones en una
máquina para relajarse luego hacia la vagancia física. Dedujo un libro sobre el ser y el
tiempo y se dejó abandonado a disfrutar del suyo plácidamente. Encontró la razón
genética para estirar la vida en cuarenta años más. Escribió un libro de cuentos pícaros
inspirado en Frutillita y viajó por el mundo.
Hubo un momento en que sus ideas escaseaban. Todos ya rumoreaban que era el fin de
Eureka y de su Frutillita. Que debía ponerse a trabajar y sacrificarse y ella volver a la
iglesia y arrepentirse. Nada tenía solución. La hija de Eureka y Frutillita murió de
hambre. El funeral fue muy festejado. Se hacían chistes y se reían todos del ¨ horrendo
perfume barato que usaba Frutillita ¨. Se hablaba de divorcio. Se veía al conocimiento
caer de pie arrodillado. Se comentaba de la soberbia frente al poder de dios. Las miradas
eran de desaprobación.
Un día una mosca fue la iluminación de Eureka. Encontró el modo en que se suspendía
en el aire y la aerodinámica de sus movimientos. La observó y observó y sus
conclusiones recorrieron el mundo. Nuevos modelos de aviones podían ahora recorrer
espacios en la mitad del tiempo.
Frutillita volvió a hablarle a Eurito y la felicidad entró por la ventana del nuevo día. Los
comensales festejaron el bautismo de una nueva niña que se llamó Cerecita. Vivieron
felices y comieron perdiz en escabeche. Dios volvió a reinar sobre la tierra. Pero dios no
reina sobre todas las especies de la tierra. Al menos sobre la mujer no. Que cuando se
enoja reza. ¡Dios salve a la reina! ¡Aaaaaaaaaaaaaalamaddoooooonnnnna!
The end