El documento habla sobre el proceso de conversión y crecimiento espiritual descrito en Efesios 4:17-24. Explica que al recibir la salvación de Cristo se produce un cambio instantáneo, pero volverse como Él requiere un proceso continuo de dejar atrás hábitos pecaminosos y adoptar nuevos hábitos piadosos, a veces de manera dolorosa pero siempre valiosa.

1. Piel De Dragón Lectura: Efesios 4:17-24 "Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad." — Efesios 4:24

2. En la quinta crónica de Narnia, The Voyage of the Dawn Treader (La travesía del explorador del amanecer), Edmundo, Lucía y su engreído primo, Eustaquio, son llamados a ayudar en una búsqueda en el Mar del Este. A lo largo del camino, Eustaquio se ve tentado por un tesoro encantado y queda convertido en un dragón. El desesperado dragón acepta la ayuda del gran león Aslan, rey de Narnia. Pero Eustaquio sólo puede ser liberado permitiendo que las garras de Aslan desgarren dolorosamente la carne del dragón. Agradecido por su liberación, Eustaquio elige llegar a ser un mejor muchacho. Recibir el don de Dios de la salvación por medio de Cristo es un evento que sucede una sola vez, pero llegar a ser como Él a menudo requiere sufrimiento y lucha. Involucra despojarnos de hábitos pecaminosos y reemplazarlos con nuevos hábitos piadosos. Pablo escribió: «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado . . . [y] vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Efesios 4:22-24). ¿Qué te está atribulando hoy? Puede que Dios esté usando la suave reprimenda de un amigo o una dolorosa prueba para instarte a que te deshagas de algún hábito pecaminoso y lo reemplaces con un carácter piadoso (Romanos 8:29; 1 P. 4:1-2). Algunas veces, el proceso de llegar a ser como Cristo es doloroso, pero siempre vale la pena.

3. La conversión de un alma es el milagro de un momento; el crecimiento de un santo es la obra de toda una vida.

4. Lectura Bíblica: Efesios 4 La nueva vida en Cristo  17  Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,  18  teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;  19  los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.  20  Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,  21  si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.  22  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,  que está viciado conforme a los deseos engañosos,  23  y renovaos en el espíritu de vuestra mente,  24  y vestíos del nuevo hombre,   creado según Dios  en la justicia y santidad de la verdad. Reina Valera Revisada (1960). 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami

5.  Biblia del diario vivir .  4.17–24  La gente debiera poder ver una diferencia entre los cristianos y los que no lo son por la forma de vivir de los primeros. Ahora vivimos como hijos de luz (  5.8  ). Pablo dice a los efesios que deben dejar la vida pasada de pecado, ahora que son seguidores de Cristo. La vida cristiana es un proceso. Aunque tenemos una nueva naturaleza, no adquirimos automáticamente todos los pensamientos y las actitudes buenas cuando nos convertimos en nuevas personas en Cristo. Pero si nos mantenemos atentos a Dios, siempre estaremos cambiando. ¿Nota un proceso de cambio para mejorar pensamientos, actitudes y acciones en comparación con los años pasados? A pesar de que el cambio puede ser lento, ocurrirá de todas maneras si confía en que Dios le cambiará. Si desea más información acerca de nuestra nueva naturaleza como creyentes, véanse  Romanos 6.6  ;  8.9  ;  Gálatas 5.16–26  ;  Colosenses 3.3–8  .  4.22–24  Nuestra vieja manera de vivir, la que teníamos antes de que creyéramos en Cristo, es cosa del pasado. Debemos dejarla atrás como ropa vieja que necesita desecharse. Esto es tanto una decisión que hacemos para toda la vida cuando decidimos aceptar el regalo de salvación que Cristo nos da (  2.8–10  ), como un compromiso consciente diario. No andamos por impulsos ni deseos. Debemos ubicarnos en nuestro nuevo papel, apuntar en la nueva dirección y apropiarnos de la nueva línea de pensamiento que el Espíritu Santo nos da.