En la ciudad de Medellín se aprobó un Plan de Ordenamiento Territorial controversial, en la medida que no responde a las necesidades de la ciudadanía en general, sino mas bien, que representa una oportunidad para que las empresas inmobiliarias y extranjeras terminen por sentar sus bases en la ciudad y sacar provecho de la situación.
Boletin 1077 - Tramitación - Ley Integral Contra La Violencia Hacia Las Mujeres
POT de Medellín
1. El POT y sus demonios
Dejo a consideración del lector, una visión frente a un tema de ciudad que he seguido
de fondo, desde las diversas perspectivas que pueden presentarse, está aquí escrito
entonces una serie de elementos que me permiten establecer un punto de vista
contundente frente a la política impositiva que cohabita en los recintos democráticos del
país.
El día 27 de Octubre del presente año, como la mayoría de temas de ciudad, se debatió
en el Concejo de Medellín, un proyecto trascendental en cuanto a la economía,
infraestructura y desarrollo social de la ciudad, me refiero pues al POT, que son las
siglas que denominan puntualmente al Plan de Ordenamiento Territorial que regirá los
próximos 15 años en la ciudad.
En un escenario de inquietud y tensión se desarrolló la jornada en el Concejo, pues
líderes sociales y culturales ocuparon las tribunas del recinto con carteles, pendones y
banderas en las que se manifestaba el rechazo por el POT, a su vez, alzaban la voz en
unísono para denunciar el desarrollo de éste proyecto como una “masacre social” donde
la exclusión y el abuso al parecer, según ellos, eran inherentes a cada una de las
propuestas.
A pesar de las insistentes intervenciones, uno a uno se fueron aprobando los artículos
contemplados dentro del POT, hecho que generó desconcierto entre los asistentes y
propició un ambiente de indignación tanto dentro como fuera del recinto y es aquí en
éste punto donde quiero reconocer que personalmente la situación me pareció
lamentable y reprochable por parte del Concejo de Medellín. ¿Quiénes pueden hablar
de un “hogar para la vida” cuando las mismas personas que habitan estos territorios
están siendo ignoradas de una forma tan irrespetuosa? ¿Cómo hablamos de una ciudad
en paz, cuando consideramos peligroso una acción cultural y le enviamos la fuerza
pública? ¿Acaso el POT se trata de un plan incluyente o quizás un trato entre
empresarios?
Precisamente por ese tipo de situaciones, puedo atreverme a poner en consideración
que lo que la Institución ha manifestado del POT, es decir, un proyecto construido
supuestamente desde las bases sociales, discutido y aprobado en los territorios a partir
de mesas de interlocución, no es más que una fachada, una de tantas de las que ha
aprendido a ponerse ésta ciudad injusta y desigual donde al parecer no se hacen
proyectos para la ciudadanía, sino tratos que convienen al sector empresarial y político
y donde en definitiva no se está pensando una ciudad para sus habitantes.
2. Al parecer se están priorizando las garantías para la inversión inmobiliaria, de
construcción y de turismo, más no se pretende resolver las tremendas falencias
estructurales que existen en muchos de los barrios de la ciudad, lamentablemente y por
más que intento, a éste POT no le veo aspectos positivos, pues se está hablando de
Megaproyectos como el Jardín Circunvalar que aunque se presente desde una
supuesta integralidad, se podría convertir fácilmente en un contundente motor de
desalojo en las periferias y todo bajo la excusa de centralizar el crecimiento de la ciudad,
que por supuesto, ya no es nuestra.
Para finalizar, quiero generar una serie de reflexiones, en primer lugar, no podemos
permitir desde la ciudadanía que unos pocos grupos políticos que asumen la
representación de las comunidades se den el lujo de darles la espalda cuando más les
necesitan, me sorprende sobremanera el amaño en que aprobaron éste proyecto y el
descuido que como medios de comunicación tuvimos frente a un tema tan coyuntural,
manifiesto mi tristeza profunda, no es fácil ni sencillo reconocer el tremendo daño que
se ha causado a la ciudad, la herida que harán en la montaña y el desconcierto en que
hoy por hoy viven las barriadas.