Clifford, Geertz. la interpretación de las culturas pdf . Gratis.
Editorial
1. Editorial.
"Enfermo llegué, y para componerme ando de vago"
The Mars Volta, Asilos Magdalena
Como entiendo que es inútil hacer una editorial que probablemente nadie lea, pues todos se
van directamente a los artículos. Por eso considérese esta editorial como un articulo más.
Cuando en tertulias etílicas (mejor conocidas como discusiones de borrachos) se alegan
cuestiones para algunos sin importancia, se les suele descalificar llamándolas vaguedades,
ninguneando al interlocutor al creerlo ignorante, o en este caso, incapacitado para poder formular
una idea respetable. Al hablar de vaguedades, pensamos en lo que no tiene un camino
determinado; y por lo tanto, que carece de un rumbo fijo. En los hilos del pensamiento -incluso
en las tertulias etìlicas- el divagar es un vicio imperdonable que nos lleva por ideas discordantes
que terminarían con la saliva de nuestro emisor y la paciencia del receptorE es pues, en sentido
estricto, pura 'chaqueta mental'.
La vaguedad es el 'crímen intelectual' por excelencia, por que destruye los esquemas
establecidos para el orden de un discurso, es 'labor de locos', aunque dicha labor tenga en el
imaginario algo de misticismo, de premonición, de oposición, por carecer de sentido, o al menos
de orden, por ser llanamente, una vaguedad.
Hasta ahora sólo hemos hablado de la definición de los intelectuales al servicio de intereses de
una clase, o internados en ella; para ellos, una vaguedad sería toda obra popular, pues carece
de un trabajo 'intelectual', por ser una vil labor mecánica. la artesanía es un trabajo carente de
espiritu. En cambio, la labor escribir, esculpir, componer musica y diseñar edificios, esta rodeada
de un halo de virtudes liberadoras, que la hacen más digna, y por lo tanto más pura.
Así como para la cultura dominante son vaguedades las expresiones de la 'plebe', para la cultura
popular es una vanidad cualquier expresión hecha por los 'estirados'. La propia condición de
elitismo que la primera ha impuesto sobre la segunda provocó un desagrado que desembocó en
una cultura popular disidente.
El más claro ejemplo de esta premisa cultural es la musica. La 'musica clásica' se escucha con
todo un ritual de por medio, con protocolo y con toda la pompa requerida para el libre ejercicio de
contemplarla. Pero no siempre ha sido asi. Sabemos que en la época de Vivaldi, la música de
cámara (incluida la opera) era un lugar social para todas las clases; incluso contaba con palcos
acondicionados como cuartos privados por si se les antojaba descansar o desahogar sus
pasiones carnales. Sabemos que gran parte de la obra de Beethoven está inspirada en la música
popular germana, y adaptada para instrumentos de orquesta.
Y sin embargo en esta disputa cultural-clasista ignoramos este movimiento de la cultura en las
clases. Por ejemplo, el huapango o el blues, que surgieron en la clase popular y tomaron
consciencia como movimientos minoritarios, valga la distancia histórica para hacer más
comprensible el ejemplo, como movimientos contraculturales que con el tiempo fueron
asimilados por aquellos que incluso en otros tiempos los prohibieron y ahora hasta enaltecen.
Otro ejemplo de este ciclo es el que tiene que ver con ritmo de 'jarabe', que estuvo prohibido
durante la Nueva España y ahora es parte del orgullo nacional. Asi es la dialectica de la cultura.
La vaguedad es entonces una necesidad de primer tipo en la sociedad. El analisis científico ha
descartado todo aquello que que no esté ordenado, lo no comprobable, todo indicio de 'locura';
pero dentro de ese conocimiento 'segregado' se hayan los antecesores del estudio analítico. ¿No
fue acaso gracias a una vaguedad que se obtuvieron las tres leyes de newton?
Las vaguedades son un puente imaginario entre las ciencias, el conocimiento artificial, esa
invención de los hombres para separar todo lo que saben en pequeños fragmentos que nos
2. hacen cada vez más ignorantes
Vaguedades es una revista con una visión anticlasista. Está dedicada, por obvias razones, a la
vaguedad, a la locura, a la violencia y a la soledad; pues recordemos que uno de los personajes
célebres de la literatura en nuestra lengua fue un viejo, vago y loco que se buscaba a sí mismo.
También a esos personajes literarios dedicamos nuestra revista, a aquellos que nos enseñaron
sin moralizarnos.