1. Es vivir de Cristo y como Cristo
La Vida que da Cristo no es sólo perdón de los pecados y victoria sobre
los males del mundo. Es algo totalmente positivo. Es una luz y una fuerza
especial (Jn 8,12; 12,46), que hace posible esta “Vida Nueva” (Rom 6,4),
que comienza ya en la tierra y llega a su perfección después de la muerte.
Jesús comunica su propia manera de ser. Nos hace parecidos a él en su
fe, su entrega y su generosidad. La Vida que viene de él vence a la muerte y
permanece para siempre.
Gracias a Cristo, ya es posible comenzar a “vivir para Dios” (Rom
6,11), participar de la Vida de Dios, a través del conocimiento de Cristo y
del amor mutuo. Dijo Jesús:
Ser de Cristo (2 Cor 10,7), pertenecer a Cristo (Gál 3,29), vivir en él,
como Pablo (Flp 1,21). Dejar que Cristo viva en nosotros (Gál 2,20). Dejar
que su Amor se manifiesta en nosotros. Ser como otro Cristo en la tierra.
Formar en comunidad“un solo cuerpo en Cristo” (Rom 12,5; Gál 3,28).
Tener “el pensamiento de Cristo” (2 Cor 2,16). Ser “una criatura nueva en
2. Cristo” (2 Cor 5,17). “Revestirse de Cristo” (Gál 3,27). Dejar “que Cristo
se forme en nosotros” (Gál 4,19). “Que Cristo habite en nuestros
corazones por la fe” (Ef 3,17). Seguir “el camino del amor, a ejemplo de
Cristo” (Ef 5,2). Sentir que lo podemos “todo, en Aquel que nos
fortalece” (Flp 4,13). Ver a “Cristo en todo y en todos” (Col 3,11). Ésta es
la Vida que él nos trajo; el tesoro escondido, por el que vale la pena
perderlo todo, con tal de adquirirlo.
No se trata de nuevas leyes morales, ni de creer en una serie de dogmas
nuevos, ni de practicar ritos religiosos especiales, sino de una nueva actitud
ante Dios y los hombre. Es la Vida que hace vivir a los hombres en
comunidad de fe y de amor, abiertos a todos, teniendo a Jesucristo por
Cabeza.
Es Vida eterna
Jesucristo adelanta la Vida del cielo a esta vida terrena. La Vida eterna
ya ha empezado. Ya tenemos el sello del Espíritu, como garantía de la Vida
Nueva que hemos de recibir después de una forma completa (2 Cor 5,4-5;
1,22). En medio del dolor y del sufrimiento es posible ya comenzar a gozar
de la vida de Dios a través de esa paz, que sólo sabe dar Cristo (Jn 14,27).
Es más, justamente a través de todo dolor humano sufrido junto con Cristo,
alcanzamos la Vida. A través de todo lo que sea compromiso por los
hermanos llegaremos a la Vida. A través de todo lo que sea compromiso
por los hermanos llegaremos a la Vida. Cristo es el Camino (Jn 14,6), la
Fuerza para recorrer el camino de la vida (2 Tim 4,17) y el premio para
todo el que sale vencedor (Ap 21,7). La Vida que da Jesús llena el corazón
3. del hombre como no puede llenarlo nada, ni nadie, pues nuestro corazón
está hecho para él, y no descansará hasta llegar a él.
Yo soy el pan de Vida.
El que viene a mí nunca tendrá hambre.
(Jn 6,35)
El que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed.
Porque el agua que yo le daré se hará en él un manantial
que saltará hasta la Vida Eterna.