El documento habla sobre la fe del centurión romano y su humildad ante Jesús cuando le pide que cure a su siervo enfermo. Muestra cómo la fe y la humildad son necesarias para que Dios conceda sus gracias. También reflexiona sobre la necesidad de reconocer el pecado propio y pedir perdón para acercarse dignamente a recibir la Eucaristía.