Este documento presenta una serie de consejos y recomendaciones para la escritura de microrrelatos. Incluye 12 microrrelatos escritos por estudiantes para un certamen literario, así como información sobre los ganadores de dicho certamen.
4. 1- Cuando un microcuento
está vivo el lector no
respira.
2- El cuento brevísimo
restituye a la existencia su
estirpe paradojal y
transforma sinónimos en
antónimos: es la
consagración de la síntesis y
la abolición del resumen.
5. 3- Buscar el oro de la
creatividad en el barro de
internet supone una riesgosa
exploración: si caes en la
tentación del plagio te
condenarás a la mediocridad
eterna.
6. 4- El ahorro de palabras es la base
de la fortuna del lector, si el autor
invirtió bien los silencios. Aquí cada
texto es música: vive de las pausas.
5- Corrige largamente tu
microcuento, en lo posible antes de
escribirlo. Verás que el final
precede a la primera frase, y a veces
ésta es aquél.
7. 6- Angustia del microficcionista:
quiere meter la eternidad en un
frasquito, pero no le cierra.
9. 8- Según el poeta Vicente
Huidobro, si un adjetivo no salva
a un sustantivo, lo mata. En
microficción debe secuestrarlo
para obtener un jugoso rescate.
10. 9-Para cautivar al lector alcanza con tres
líneas, para aburrirlo bastan dos y para
confundirlo sobra con una.
11. 10- No explique, muestre; no
muestre, sugiera; no
sugiera, oculte; no oculte, siembre.
Y sobre todo: evite conductas
negativas.
12. 11. La elocuencia del
microcuento se mide por
las palabras que no tiene.
13. 12- Sin vueltas: La imaginación
y la memoria del mundo se
pronuncian en un destello que
atraviesa a un hombre que lo
sintetiza en una ocurrencia que
narra en tres renglones que
pronuncian en un destello , la
imaginación y la memoria del
mundo.
15. Primer año A
El escape
Toda la gente aplaudiendo y
mirando mi vestido. Lo miro a los
ojos, me quedo parada, empiezo a
retroceder, doy media vuelta, y me
voy lejos de ese lugar.
Chiara Pinieri
16. Candy crush
Me faltan destruir gelatinas, no
tengo casi movimientos. Mi dedo
no llega a tocar el mouse, y caigo
desplomado al piso.
Matías Gómez Badía
17. El cuerpo equivocado
Y la rutina comenzaba como cada día.
Rellenando, rellenando… Faltaban
muñecas para armar. Hervían los
cuerpos en la gran olla, cuando vio un
pelo de mujer que lo perturbó.
Abril Méndez Cuellas
18. Primer Año B
La cucaracha
¿Era mi mascota? No lo sé, pero
cuando la pisé, juro que lloró.
de Gianluca Pinieri
19. La tijera
La abrí y la cerré , pero la sangre
goteaba de ella.
de Aaron Chung
21. 2do A
La enseñanza
Es mejor dar que recibir, dijo el
boxeador.
Victoria Coscia
Ojos
Abrió los ojos y no pudo ver
claramente. Los cerró y fue mágico.
Franco Ripacolli
22. Yo iba caminando por Beiró, ella
también. La vi y ella a mí.
Estábamos prácticamente juntos.
Me di cuenta de que era la persona
más cercana desconocida de mi
vida. Siguió de largo y yo también.
Autor desconocido, sin firma.
23. 2do B
Josefina Gómez
Tan desperdiciado resultó el día
que hasta los peces lloraron.
Persichini
Descubre la fuente de la
juventud, se ahoga en ella.
24. Tercer año A
Puente
Flotando
Ya nada importa. Todo es
superficial. Y tan pequeño. Todo quedó
atrás. Y yo, yo, estoy flotando.
25. Del Pozo Farouk
La biblioteca
Mi compañero estaba perdido. Ya
no había nadie a quién satisfacer con
nuestras palabras. Tirado estaba
yo, rodeado de muchos otros iguales a
mí, en mi misma situación. Creo que
fue porque ya había dicho mi última
palabra. Me dejaron en el geriátrico.
26. El camino
¿Por qué tan superficial el
mundo? Por qué hasta eso es
importante, la forma de
hablarnos, cómo nos vestimos, cuánto
cuesta. Abrís la heladera más de veinte
veces y seguís sin encontrar qué
comer. Nunca pensaste que lo podías
perder todo hasta que pasa. Perdés el
control.
27. Cuando el agua te llega a los pies y
va subiendo, hasta que te ahogás.
Te perdés entre la multitud.
Pensás que se acabó el camino
pero apenas empiezas a caminar la
verdad…
Morando
29. Barbero
Hacía mucho calor. El sol contra el
pavimento. Terminé de abrir mi
paraguas y sentí el agua de lluvia
salpicando contra mis piernas.
§
30. El sueño eterno
Somnolienta, contando ovejas para
dormir, 1, 2, 3, 4… siguen pasando. Ve una
luz, ya viene el sueño.
Muerta fue encontrada, ahogada. Fue
cruelmente asesinada. Lana en su garganta fue
hallada.
Nadie sabe qué le pasó a la cuenta ovejas
desesperada por dormir.
Pérez Fernández
32. Carolina Figueroa
De repente, un cardumen de
mariposas le salió de la boca. No
sabía qué estaba ocurriendo.
Nunca se había sentido de esa
manera. Lo único que sabía era que
la fuerza más poderosa del
mundo, lo había atacado.
33. Cuarto año B
Huyo de ese horrible animal. Es una bestia
feroz y agresiva. Las piernas me duelen de tanto
correr. Puedo sentir la tierra húmeda entre mis
dedos de los pies. Mis lágrimas rozan mis cachetes
suaves y sucios. Desde lejos puedo ver una casa.
¡No lo puedo creer! Casi llego. Ya llego… Me falta
muy poco. ¡Aaaaaaah…!
Nicole Chung
34. Quinto año A
La noche
No mucha gente sale a caminar por la
noche.
Puede ser por el frío, la inseguridad.
Uno puede hacer lo que
quiere, muchas veces, nadie te ve.
Lucas Librizzi
35. Día 1.
Salgo de mi casa. Saludo a un hombre. Voy al trabajo.
Día 4.
Salgo de mi casa. Saludo a un hombre. Voy al trabajo.
Día 7.
Salgo de mi casa. Saludo a un hombre. Voy al trabajo.
Día 38.
Salgo de mi casa. No saludo a nadie. Me asusto. Entro
de nuevo. Lloro.
Lucas Librizzi
36. El culpable
Sólo sé que yo no hice lo que dicen
que hice.
Autor desconocido, sin firma.
37. Quinto año B
En su piel
Había colores invisibles y etéreos que
bailoteaban entre las sombras y se
disolvían en el abismo, oscuro. Copos
de nieve ardiendo en el intento de
eternizar lo efímero, fuego inmortal
desvanecido en el tiempo y la piel de
un hombre cansado.
38. Y el filo de esa arma aniquiladora
de fantasías. Y el subir y bajar de
esa arma aniquiladora de fantasías.
Y el penetrar de esa arma
aniquiladora de fantasías. Y el
congelar la fantasía.
Y el asesinar la fantasía.
de Evelyn Wolff
39. Comunismo
de Lucía Basso
Apunta. Lo mira a los ojos y ve cómo
sus lágrimas comienzan a caer. Baja el
arma, se acerca y los dos colores se
mezclan formando uno solo.
40. Uno
de Martina Ripoll
La agarraron y lágrimas salían por su
cara. Gritos de agonía y desconcierto.
La apoyaron sobre mis brazos y pude
ver el parecido. De repente, el llanto y
los gritos se colmaron como si supiera
quién soy, como si nunca hubiese
salido de mí.
43. Lourdes Calderón – 4to. A
El otro día iba caminando a mi casa y
me pregunté ¿En quién debo confiar?
¿Qué me hace creer que esa anciana
que avanza débilmente -parece lenta e
inofensiva- no sacará un arma de su
bolso y disparará descontroladamente
a causa de una emoción violenta?
44. ¿Por qué doy por sentado que el
hombre que va por detrás del volante
del auto azul no se va a arrojar
acelerando y arriesgando la vida de los
demás?¿qué me asegura que el
muchacho que está cruzando el puente
no saltará repentinamente? La
decisión no está a nuestro alcance. No
queda más remedio que confiar en
todo.