Este pasaje bíblico advierte sobre los peligros del mal uso de la lengua. Explica que aunque la lengua es pequeña, puede causar grandes daños al contaminar todo el cuerpo e inflamar la creación con su veneno mortal. A pesar de que los seres humanos pueden domar a las bestias, la lengua es difícil de controlar y con frecuencia es usada para bendecir a Dios y maldecir a los seres humanos, hechos a su imagen.