El documento es un resumen autobiográfico de una estudiante puertorriqueña de 14 años llamada Leslie M. Torres Famanía. Describe que nació en Ponce, Puerto Rico, asiste al octavo grado con un promedio de 4.0, y disfruta de leer y escribir sobre problemas sociales con la meta de promover una sociedad más justa. Incluye un cuento sobre la violencia doméstica que inspira a reflexionar sobre el respeto a la vida y la mujer.
1. Algo sobre mí…
Mi nombre es Leslie M. Torres Famanía y tengo 14 años. Nací en
Ponce, Puerto Rico el 3 de marzo de 1998. Soy estudiante de octavo
grado de la Escuela S.U. Pedro Meléndez Santiago y tengo un promedio
de 4.00. Mis clases favoritas son Español, Matemáticas y Estudios
Sociales. Me gusta leer y reflexionar sobre lo que leo, especialmente de
lo que pasa en mi ambiente social. Me gusta escribir poemas,
reflexiones, cuentos y análisis. Mi inspiración siempre han sido los
problemas sociales. Mi meta es que a través de las palabras podamos
entender a la sociedad y que las nuevas generaciones respondamos al
llamado de nuestra patria aportando positivamente para el desarrollo de
una sociedad más justa y con menos violencia.
2. “Este cuento es inspirado en uno de los problemas sociales que afectan a nuestro
país. El respeto a la vida es importante, por eso escribo este cuento, para hacer
reflexionar a las personas sobre una de nuestras crisis de vida: la violencia
doméstica. Es necesario que reflexionemos sobre el respeto a la mujer. Si
queremos resaltar los valores tenemos que comenzar por crear un mejor país.
Luchemos para que el nuestro, Puerto Rico, sea el mejor.”
El día que cambió mi vida
¡Noooo, mami! …
Recuerdo ese día, el día que cambió mi vida para siempre. Llegaba a casa a eso de
las tres y treinta de la tarde. Cuando llegaba mami siempre estaba con moretones.
Todo comenzó cuando papi se inició con el vicio del alcohol, yo estaba como en
segundo grado. Mis padres discutían todos los días.
- ¡Maldita sea, yo te he dado todo! ¿Por qué me pagas con esto?
- Por favor, no al frente de Eduardito. Vamos para el cuarto.
- Ahora lo vas a negar. A mí nadie me miente, ¿oíste? ¡A mí tú me respetas!
- ¡Ah, Ah!
La golpeaba hasta dejarla toda hinchada. Todo era por los celos. Esos malditos
celos eran todo un infierno para mí y para mami. Siempre que le preguntaba a
mami sobre los moretones, me decía que no era nada. Tantas discusiones y peleas
me enfurecían tanto que enfrenté un día a papi. Cuando lo enfrenté y vi su cara
supe que no debí hacer eso. Lo último que recuerdo es que me levanté llorando, en
mi cuarto y con marcas de la correa en la espalda. Nunca había sentido tanta furia.
Cuando mami me vio me dijo que no dijera nada, así que cuando la maestra me
preguntó le dije que me caí. - ¿Por qué mami lo permitía?- ¿Por qué lo seguía
aguantando? Son preguntas sin respuestas que me atormentarán por siempre.
3. Las lágrimas y la pena eran la única cosa que tenía. Mami siempre llorando, papi
siempre bebiendo y yo solo en un pasillo oscuro y sin final…
Pasaron los meses y ya era verano. Mami empezó a trabajar en una compañía de
contrataciones. Su jefe iba mucho a casa, casi todos los viernes. Al ver esto los
vecinos pensaron que mami tenía un amante y se lo dijeron a papi. El último
viernes de junio llegó temprano de trabajar a casa y vio a mami con su jefe. Mi
casa parecía una caravana de tantos gritos. Corrí a mi cuarto para alejarme de esa
controversia. Hubo golpes, jarrones rotos, gritos. Parecía una guerra en oriente.
Entre discusiones papi sacó un arma de fuego. El jefe de mami llamó a la policía.
Patrullas y muchos policías llegaron a mi casa. Todos los vecinos estaban allí
viendo todo lo que pasaba y sobre todo murmurando. Mami salió y trató de
explicarlo, pero su jefe lo contó todo a los cuatro vientos. La policía se llevó a
papi para la estación de policía. Él se mantuvo detenido.
Pasadas unas semanas se celebró el juicio. Ese día fue uno de mucho ajetreo,
discusiones y lágrimas. Yo no quería entender nada, él sabía por qué. Mami para
no asustarme me dejó con titi Alexia, su hermana menor. En la tarde de ese mismo
día el jurado determinó dos años de cárcel y tres de probatoria. Mami se lo contó a
titi Alexia llorando. Por mi parte me sentí feliz de que aquel hombre se fuera y no
golpeara más a mami, pero triste porque era mi padre.
Al día siguiente, mami y yo fuimos a la cárcel a ver a papi, así lo había implorado
por medio de su abogado. No quería ir, pero mami me obligó. Cuando papi salió a
la sala no se veía muy contento.
Se acercó detenidamente, nos miró fijamente. En ese momento traté de ver en mi
padre a ese hombre, pero me fue imposible. De repente, se acercó a uno de los
guardias y le quitó con fuerza el arma. De inmediato le disparó a mami.
- ¡Noooo, mami! …
El mundo se me vino encima. Mi corazón se detuvo y mi mente se quedó en
blanco. Recuerdo ese día, el día que cambió mi vida para siempre.