1. Funciones
La Comunidad Educativa tiene como objetivo funcional el realizar un proyecto educati- vo
de la más alta conveniencia y resultados, nacido de la realidad social y las expectativas de
la gente en sociedad, que garanticen la identidad social como seres de una misma región y
nación; y con los propósitos de ser y gustar hacer democracia, donde se le provea de las
herramientas necesarias para alcanzar sus más altos intereses y calidad de vida, mediante su
propio esfuerzo sostenible, el trabajo, la libertad, el respeto mutuo, la armonía, el tener
acceso e igualdad de oportunidades, la prosperi - dad, la paz social y cívica (8).
También es función de estas comunidades el promover el bienestar de los estudiantes y las
activida des tendientes a mejorar la calidad de la educación (2); así como el de jugar un rol
que vaya más allá de los aspectos económicos y estructurales de la planta física de las
escuelas; y alcanzar niveles de complejidad y responsabilidad al incluir aspectos como el
control en el presupuesto y el control a nivel socio educativo, su inmersión en los proyectos
comunitarios escolares y los proyectos de aprendi zaje (8).
Otras funciones de tales comunidades son (8):
- Ejercer control sobre los servicios educativos y los aportes (financieros o no) que se le
hagan a las
instituciones educativas, sean estas a través de asignaciones del presupuesto nacional o a
través de aportes propios y/o donaciones de terceros.
- Fomentar la cooperación entre los miembros de la comunidad.
- Impulsar y reforzar todas las actividades que se relacionen e integren al ámbito de la
comunidad.
- Ejercer control sobre los servicios educativos y los aportes financieros o de otra índole
que se le hagan a las instituciones educativas
- Colaborar en el logro de los objetivos consagrados en la Ley Orgánica de Educación y su
reglamento.
- Promover y desarrollar conjuntamente con los demás órganos de la comunidad educativa
actividades que ayuden al mejoramiento en cuento al logro de los objetivos de la
Educación.
- Desarrollar ideas y actividades que ayuden al mejoramiento de la calidad y bienestar de
los alumnos.
- Participar en la organización y promoción de actividades, que permitan a los miembros de
la comunidad educativa elevar su nivel de cultura, moral, artístico y deportivo.
2. - Estimular el desarrollo comunal.
- Promover la convivencia social.
Figura 8: Maestro y alumno constituyen la medula de la comunidad educativa
Relación docente-alumno
Esta relación es inevitable en el ámbito Pedagógico. Maestro y alumno constituyen los dos
elementos principa - les en el proceso de enseñanza-aprendizaje; y la comunicación entre
ambos es una necesidad básica en el con -texto de la comunidad educativa. Ambos se
ubican en el corazón de esta comunidad, y, por ende, la relación y grado de afecto que
sostengan influirá en las relaciones generales. Cualquier relación positiva debería de
extenderse fuera del centro educativo (extraescolares).
Cierto es que entre alumno y docente predominan las relaciones de tipo Pedagógico; sin
embargo, el educando ha de sentirse querido para que llegue a buen puerto; y antes que
todo, el Profesor debe tener cariño para emplearlo en sus alumnos; y después de todo,
ambos deben tomar conciencia que el proceso educativo es bidireccional. En todo caso, del
educador debería nacer la iniciativa de estos y otros aspectos.
El alumno espera hallar en el centro un lugar de comodidad y de confianza, donde él pueda
desenvolverse positivamente y así lograr un estado de recepción. Esto acontecerá en el aula,
principalmente, y en sus atrios al momento de los recreos. En esta atmosfera se deberá
involucrar el docente, que de
alguna manera debe de lograrlo, pues su madurez lo señala como el miembro indicado; aquí
el docente es un inductor, un comunicador, un facilitador para la adaptación del educando
al medio escolar.
Se asegura que, más importante que el castigo, que los frenos y las prohibiciones lo es el
esfuerzo positivo que muestra el Profesor hacia sus pupilos; y que la mejor relación que
3. pueden mostrar ambos es cuando se sabe combinar el afecto con el exigir del niño lo mejor
que él pueda dar; y de igual magnitud es el hecho de que el educador sepa emplear su
disciplina, adquirir respeto y moldear una imagen ejemplar hacia sus alumnos (9). El
también deberá emplear la cordialidad, serenidad y brindar seguridad a los pupilos, lo cual
seguramente dejara huellas. Medellín Vargas asegura que "cuando la relación docente-discente
es positiva y auténtica se hace posible la acción educativa, llevándose a cabo una
relación profunda que se orienta a la mejora del mundo personal, intelectual y afectivo del
educando" (10). Muchas veces el educando apático muestra cambios positivos con solo el
hecho de que el educador le otorgue algunos momentos de atención y confianza. Durante o
después de estos momentos, el Profesor descubrirá los elementos apáticos que muestra el
educando hacia el aprendizaje, hacia el educador o hacia el sistema, e incluso hacia la
comunidad en cuestión.
La comunicación positiva que se establece entre Educador y Educando, re presenta la
apertura primaria en la red de comunicaciones que se presentan en el contexto de la
Comunidad Educativa, y tiene como objetivo prioritario la integración del discente en el
grupo social.
Santamaría apunta que "la llamada pedagogía del diálogo, sostiene que dentro del marco de
una so ciedad democrática -y una educación también democrática-, el maestro, mucho más
que despreciar la capacidad del educando, debe aprovechar sus conocimientos, respetarlos
y evaluarlos. Desarrollar
la pedagogía del diálogo implica respetar los principios democráticos en el sistema
educativo y estimular el respeto recíproco entre educando-educador, y elimina el monólogo
y el monopolio de la palabra del educador" (11).
Por otro lado, la relación en cuestión podría deteriorarse a causa aquellos conflictos del
diario vivir
4. que son llevados a nivel del aula; pero aquí es cuando debiese surgir la sabiduría y astucia
del maestro para que esta situación sea salvada, y quizás fortalecida.
En esta relación, el educador debe estimular la actividad y curiosidad del alumno para
maximizar la adquisición de los conocimientos; además, un educador con mentalidad
positiva y que utiliza los conocimientos como herramientas para ayudar a los educandos en
sus proyectos de vida, logra que éstos se motiven y que mantengan una excelente relación
con todos los miembros de la comunidad educativa (11). Entre ambos miembros debe de
promoverse la aceptación, la tolerancia y la autoestima (12).
El profesor debe respetar y hacer valer los derechos observados en la Declaración de los
Derechos del Niño y en la Declaración Universal de los derechos del Hombre de la ONU;
ya el artículo 14 de es -te Código habla acerca de la función social del profesor respecto a la
formación y orientación de los valores universales de la Humanidad, que debe enseñar y
ejemplificar a sus alumnos para que sean buenas personas.
Supuesto esta que los docentes son educadores comprometidos con la buena formación de
sus alumnos, por lo tanto deben tratarlos como personas para que se comporten como
personas; en la medida en que el docente se entregue con amor al desempeño de la
profesión, así recibirán los frutos reflejados en el éxito de sus alumnos.
4. Relación docente-comunidad.
Décadas atrás, la presencia y la labor del docente eran respetadas y llenas de credibilidad;
más aún, el Profesor estaba investido de cierto grado de li- derazgo en su comunidad, pero
mucho de ello se ha perdido a la altura de esta segunda década del siglo XXI.
Figura 10: Una relación con madurez entre docente y comunidad fortalecerá la
transformación deseada en el educando.
Dada la abundancia de habitantes, y por ende de criterios, se estima que cada comunidad
educativa es un caso particular; y cada uno de sus miembros ha alcanzado o necesita
alcanzar una identidad propia, lo cual se logra por medio de un proyecto de vida que se
adquiere, por lo general, en las aulas. De aquí se desprende que el docente debe de
5. establecer una relación con su comunidad en general, en igual manera que lo hace con sus
pupilos. En este punto, es conveniente recordar que las culturas tienen el derecho a ser
transmitidas y renovadas, por lo que deben de estar contempladas en aquellos programas
educativos
nacionales que son desarrollados por los docentes en las aulas.
Al establecer relaciones con su comunidad educativa, el docente fortalece la educación de
sus alum nos y su relación con ellos. Los elementos propios de la familia y la comunidad,
como el económico, social, cultural, religioso, y otros, se reflejan también en la educación
de los alumnos, así como en la relación entre este y el educador; y cuando estos elementos
son tomados en cuenta, entonces estas relaciones se agilizan y llegan a ser significativas
para todos los involucrados en este sistema. En este punto, Santamaría señala que "si existe
madurez en la relación docente – comunidad, la colaboración mutua favorecerá
notablemente la transformación deseada para bien del estudiante (11).
Ciertas comunidades muestran poco interés, y hasta apatía, por los sucesos de los centros
escola - res; en cambio, otras hasta afectan sus respectivos presupuestos brindando becas,
apoyando cam - pañas y otros eventos escolares. Aquí, los docentes son los llamados a
promover los objetivos escola- res en las comunidades, por lo que es necesario mantener
excelentes relaciones entre estas y los centros, específicamente los docentes.