El documento habla sobre la Iglesia Católica en América Latina a las puertas del nuevo milenio. Resalta la necesidad de que la Iglesia construya puentes humanos y tecnológicos para unir a la sociedad dividida por la brecha digital, y que use las redes para promover la comunión y el progreso. También enfatiza la importancia de expandir el uso del correo electrónico entre los más necesitados para animar la comunicación a nivel diocesano.