La leucemia aguda y crónica se diferencian por la velocidad de progresión de la enfermedad, siendo la aguda más rápida y grave. El estudio del cariotipo es importante para el diagnóstico y tratamiento de la leucemia aguda, identificando anormalidades cromosómicas. El diagnóstico de la leucemia aguda se realiza mediante análisis de sangre y médula ósea, y su tratamiento depende del tipo pero generalmente implica quimioterapia y trasplante de médula ósea.