1. MUNDO DE HADAS
La palabra "hada" procede del latín "fata", derivado a su vez del vocablo "fatum",
que significa el hado o el destino.
En la edad media lo definían como divinidad o fuerza desconocida que según los
gentiles, obraba irresistiblemente sobre las demás divinidades y sobre los
hombres y los sucesos.
El término fée del francés, tiene similar procedencia, y de él derivaron las palabras
inglesas fey y fairie, que con el correr de los tiempos sufrieron variaciones en su
ortografía pasando por: fayerye, fayre, faerie, faery y fair.
En su definición etimológica, se entiende por Hada: ser fantástico con forma de
mujer y a la cual se le atribuyen poderes mágicos.
Para los sajones la palabra "ferie" hace referencia al mundo de las hadas como
entidad, se refiere a un lugar geográfico. En español se convierte en "féerico", que
significa maravilloso o fantástico, aplicándolo a por ejemplo, la música féerica o de
las hadas.
El mundo de la Hadas es una mezcla de misterioso encanto, de cautivadora
belleza, pero también de una enorme fealdad, de insensible superficialidad, de
humor, malicia, júbilo e inspiración, de temor, risa, amor y tragedia. Es mucho más
rico de lo que, por lo general, nos induce a creer la literatura y es, además, un
mundo en el que hay que penetrar con suma cautela, pues no hay nada que más
enoje a las hadas que unos seres humanos que se mueven curiosamente por sus
particulares dominios, como turistas malcriados. Bajo su embrujo puede
desarrollarse el amor y también el abandono y la muerte. Al igual que los humanos
viven en un universo de contradicciones.
2. CARACTERISTICAS
Todas son seres femeninos,(aunque la apariencia de algunas pueda
parecer lo contrario) vinculadas a la naturaleza, sobre todo el mundo
acuático, forestal o telurio.
Todas tienen muy cuidado el cabello, siempre limpio, suave, hermoso, fino
y de una gran belleza.
Tienen un voz suave y muy cautivadora
Sus ojos suelen ser verdes o azules y muy profundos
Algunas de ellas van desnudas, y otras llevan finas túnicas blancas,
azuladas o plateadas como si fueran capas.
Lavan madejas de lana cuyos hilos parecen ser de oro, e hilan dichas
madejas con una rueca de oro.
Suelen reposar en las entradas de alguna cueva, en las orillas de los ríos o
fuentes, y cerca de ellas siempre se pueden encontrar hermosas flores.
Les gusta danzar en coro.
Tienen sustanciosos palacios, posesiones y riquezas.
Roban niños y jóvenes humanos, cambiando a estos por unas réplicas.
Suelen proferir amenazas, lanzar desgracias y/o maldiciones.
En ocasiones se presentan en forma humana, pero con alguna deformidad
que siempre intentan ocultar, por ejemplo largos pechos, pies de cabra o de
oca (lamias), colas de pescado (sirenas) etc.
Tiene todas un tabú especial que no soportan; la sal.
En el día y noche de San Juan (solsticio de verano) es cuando pueden
perder su invisibilidad y transformarse en bellas mujeres perfectas
físicamente.
Les gusta la música suave y melodiosa, molestándoles mucho el ruido
estridente.
3. CLASIFICACIÓN
Damas Blancas: Representan los más elevados ideales y las más altas de las
virtudes.
Visten de blanco, con gran pureza. Son la representación del espíritu bondadoso.
Ejercen la compasión y la caridad, y viven en un constante estado solidario y
comunitario. Dentro de los arbustos, y entre las hojas, viven para ayudar a los
campesinos. Si se las invoca correctamente, hacen crecer el trigo, multiplican las
cosechas y protegen la siembra. También pueden convertir la paja en oro y la
maleza en pan, pero si se las irrita, provocan desgracias terribles y su ira no tiene
comparación
Damas Verdes: Las damas verdes de los bosques son de sorprendente belleza.
De gran estatura, formas voluptuosas y figura atractiva para los hombres, como
son casi invisibles, su paso fugaz deja en la memoria una marca eterna. Hay
hombres que llevan en la retina un retrato que creen que es de una mujer. En
realidad alguna vez se cruzaron en el bosque con una dama verde, y esa visión
los deja imposibilitados para el amor para toda la vida.
Las damas verdes de los prados son de menor estatura que las damas verdes de
los bosques, pero de igual belleza. Viven camufladas entre el verde de la hierba y
el de sus trajes brillantes. Su paso es ligero y grácil. Son burlonas y a veces,
dañina para los hombres. Las damas verdes de los desiertos esconden en las
grandes planicies paraísos de agua y vegetación, bajo la aridez desértica de la
tierra. Las damas verdes de los hielos viven en los espejos que deja la escarcha
sobre la hierba, en los cristales que dibuja la nieve sobre las hojas, en la capa de
hielo que se transforma en camino sobre el río y en trozo de granizo que golpea
las copas de los árboles. Su morada es siempre efímera, como su estado de
ánimo, que cambia cada vez que se derrite su casa. Ayudan a los perdidos en las
tormentas de nieve, y se enfurecen con los que rompen el hielo que se forma
sobre los lagos. Por último las damas verdes de los vientos, son transparentes
4. como ninguna de las hadas conocidas. El viento las lleva y las alimenta, el viento
les da casa y razón de ser sobre el mundo. Ellas son el viento, ayudan a los
pájaros en sus migraciones y a las flores en su reproducción. Se confunden con
mariposas de gran tamaño, en sus momentos de ira calientan de tal manera el aire
que las compone que se incendian bosques y praderas.
Dríadas: Son hermosas y gráciles, se reconocen por sus pasos veloces y sus
palabras certeras. Siempre responden con inmediatez y justeza, y llegan
enseguida a los lugares donde las necesitan. Cuando se aparecen a los hombres,
de sus ojos salen rayos dorados; su mirada es irresistible y hace sentir en las
pupilas el calor del sol. Las dríadas de las miradas de oro pueden bendecir con
riquezas aquel q quien quieran beneficiar, o derretir hasta la muerte a quien
quieran castigar.
Las dríadas de los bosques viven en los pétalos de las flores, o entre las piedras
que abandonan los arroyos en los cauces secos. Cantan con voces claras y
susurrantes, y sus canciones se funden con el zumbido de la brisa entre las hojas.
Por su parte las ninfas viven en los huecos de los árboles y su existencia dura
tanto como el árbol que habitan. Por eso, buscan con detenimiento el tronco
donde quedarse, cuidan con esfuerzo los árboles y el bosque como si cuidaran su
propio cuerpo. Saben mejor que nadie que la naturaleza tiene que ver con su vida.
Mano Blanca: De todos los tipos de hadas es una de las más peligrosas. tiene un
rostro angelical, una mirada de niña inofensiva y una boca amable, capaz de
balbucear las más dulces palabras. Se viste con llamativos trajes transparentes, y
el cuerpo mismo es parte de esa sensación gaseosa y etérea. Sólo sus manos se
muestran humanas, con una blancura extrema que provoca una atracción
inevitable. Nadie puede escapar de la tentación, esos blancos dedos parecen
estar siempre dispuestos a dar la más maravillosa de las caricias. Pero deben
saber los caminantes que con sólo rozar la blancura de esa mano conocerán la
locura o incluso la muerte.
5. Aunque prevenidos, muchos viajeros que emprenden su camino a través del
bosque, sabiendo de la existencia de las hadas de mano blanca, son tentados por
su piel y sus caricias. Ellas los buscan, los envuelven en sus mágicos perfumes y
se acercan con el ofrecimiento de ayudar, para hacer grato el viaje. Son muy
pocos los que pueden escapar. Un solo roce de su blanca mano provoca la muerte
instantánea.
Terrestres: De especto majestuoso, son las más antiguas de las hadas de
Inglaterra. Vivían en los subsuelos, en la época del rey Arturo, y accedían al
mundo mortal por intrincados caminos involucrados a los cursos de agua, arroyos,
ríos y lagos. Al llegar al mundo de los mortales, se han tenido hijas bellísimas.
Otro de los tipos de hadas más pequeñas, viven todavía en los claros de los
bosques, y pasan la mañana contando y bailando. Pero si se las encuentra por la
noche, pierden su hermosura, y su rostro se transforma en la máscara más
horrenda jamás imaginada, con manchas, verrugas y pliegues con vello.
También moran en palacios abandonados o en caserones antiguos. Suelen
convertirse en pájaros multicolores o en mariposas longevas, durante los días de
sol, pero en las tormentas nocturnas su aspecto cambia en el de una fiera
voladora sin identidad conocida y de peligrosa naturaleza.
Enamoradizas: estos tipos de hadas suelen enamorarse de los mortales. Graves
problemas tiene la reina con sus hadas enamoradas, y el hombre que de un hada
se enamora. Cuando adopta forma de mujer y se presenta en el esplendor de su
enamoramiento, hombre y hada entran en un mundo mágico y peligroso, que
acaba en ocasiones con la muerte de ambos.