1. "Bendeciré a Jehová en todo tiempo" Salmo 34:1.
"Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores... este pobre clamó y le
oYó Jehová. y lo libró de todas sus angustias... el ángel de Jehová acampa alrededor de
los que le temen, y los defiende. Gustad y ved que es bueno Jehová, DICHOSO EL
HOMBRE QUE CONFÍA EN ÉL" (Salmo 34:4-8).
Esperé a tener los resultados de patología a la vesícula y al "cuerpo extraño" pegado a
ella, pero sólo fué para confirmar lo que ya sabíamos: Que Dios, quien siempre tiene la
última palabra, había cambiado el diagnóstica de los médicos.
Me operaron el miércoles 11 de agosto (después de haberse pospuesto 1 día la
cirugía).
Los médicos ya me habían advertido de todos los riesgos: que seccionarían el hígado, si
fuera necesario, para quitar todo lo que estuviera dañado. Además, mi tiempo de
coagulación estaba muy bajo y eso aumentaba el riesgo de hemorragia. Lo que más
me admiraba era el hecho de que los médicos parecían estar seguros de que
encontrarían un cáncer (me habían hablado de todos los síntomas que presenté, como
bajar de peso (7 kgs) en tres meses, que en mayo tenía 14 puntos de hemoglobina y
ahora andaba en 10.5, así mismo me mencionaban que veían ramificaciones del
tumor infiltradas en el hígado, etc.
Pues bueno, llegó el miércoles 11. Entré a quirófano a las 10.30 am. Antes de iniciar la
operación me rodearon un grupo de 6 o 7 personas, entre médicos cirujanos,
anestesistas y enfermeras. El cirujano y la anestesióloga, se presentaron por nombre, así
mismo la enfermera principal, diciéndome que estarían todo el tiempo al pendiente de
mí, que todos eran expertos en lo que hacían, y me volvieron a recordar todos los
riesgos de la operación. Me preguntaron que si estaba conciente de todo, les dije que
sí y me dieron para firmar el consentimiento. Mientras firmaba sonreí mientras les decía
a todos ellos: "Sé que estoy en las mejores manos...", estoy seguro que pensaron que
me refería a todos ellos ya que mi médico me había asegurado que me intervendrían
los mejores cirujanos y que tendría atención "VIP", "... en las manos de Dios" terminé
diciéndoles mientras les devolvía la pluma que me facilitaron para firmar.
En ese momento recordaba dos experiencias: La primera, un día después de que me
dan la noticia diciéndome que había muchas probabilidades de que fuera un cáncer. Yo
me bañaba en las regaderas en el hospital cuando empecé a reir y a llorar al mismo
tiempo sintiendo la agradable sensación del agua sobre cabeza y cuerpo. Le dije al
Señor, tocando mi costado derecho, "y cuando me operen, no van a encontrar nada
papá". Pero, ante un pensamiento, cerré de súbito las regaderas para decir "y si hay un
cáncer... qué más dá Señor, si te pertenezco". Mas llanto, mas risas y mucha agua
cayendo agradablemente sobre mí. El otro momento fué el día previo a la cirugía,
cuando el cirujano, subdirector del Hospital, fue a visitarme a la cama para explicarme
por qué se había pospuesto la operación. Él dijo: "Pero mañana es seguro, va a ser el
primero, y a ver qué encontramos". No bien terminaba la frase cuando mi esposa le
2. dijo riendo: "No van a encontrar nada doctor". Él, desconcertado por un
momento, contestó riendo también: "Bueno, la vesícula por lo menos".
Efectivamente, me quitaron la vesícula, piedras en su interior y un extraño
engrosamiento pegado a ella, que según palabras de la doctora que me informó sobre
los resultados de patología, son casos muy raros, "pero nada que ver con cáncer", dijo.
Hoy bendigo a Dios por su GRACIA. Sé que me dá nuevas oportunidades. Conciente
estoy que su veredicto favorable sobre mí sólo es obra de su bondad y misericordia
para conmigo.
Y bendigo a Dios por todos mis hermanos y amigos. Y Bendigo sus Vidas en el nombre
de Jesús por acompañarme en esta experiencia.
"Bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de contínuo en mi boca. En
Jehová se gloriará mi alma..." Salmo 34:1-2.
¡¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS A TODOS!!!!!!!!!
HUGO TOTO CAJAL