S.3 El debate Impacto de la Inteligencia Artificial en la Sociedad Moderna
Hora santa en tiempos de epidemia convertido
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HORA SANTA EN TIEMPOS DE EPIDEMIA
CANTO: Cantemos al amor de los amores…
ESTAMOS ENFRENTANDO UNA TERRIBLE PANDEMIA. LA ENFERMDAD DE COVID 19 SE HA
EXTENDIDO A TODO EL MUNDO. EN ESTOS MOMENTOS DE ANGUSTIA, NOSOTROS CONTAMOS CON
UN EXTRAORDINARIO AUXILIO: POR ESO ACUDIMOS A TI PADRE CELESTIAL, A TI SEÑOR
JESUCRISTO Y A TI ESPIRITU SANTO PARA IMPLORAR DE RODILLAS TU CLEMENCIA ANTE EL
PELIGRO QUE AZOTA A LA HUMANIDAD. SALVANOS SEÑOR TE LO PEDIMOS HUMILDEMENTE. MARIA
SANTISIMA, MADRE DEL DIVINO AMOR. ESCUCHANOS Y ATIENDE NUESTRA SUPLICA.
SEÑOR PERDONA LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD. TE HEMOS DADO LA ESPALDA. NOS HEMOS
CREIDO LAS MENTIRAS DEL MUNDO. Y AUNQUE TU NO NOS HAS ENVIADO ESE MAL, SIN EMBARGO
HAS PERMITIDO QUE NOS TOQUE PARA VOLVAMOS LA MIRADA A TI Y RECONOZCAMOS NUESTRA
MALDAD.
SEÑOR TÚ NOS QUIERES DECIR ALGO A TRAVÉS DE ESTA PLAGA. TE ROGAMOS PARA QUE LA
SANGRE DE CRISTO NOS PROTEJA COMO PROTEGISTE LAS CASAS DE LOS HEBREOS BAÑADA CON
LA SANGRE DEL CORDERO PASCUAL. PERMITENOS SACAR LO MEJOR DE NOSOTROS EN ESTA
SITAUCION Y QUE MAS HUMANOS VOLVAMOS NUESTRO ROSTRO A TI Y AL HEMANO QUE NOS
NECESITA.
ORACIÓN INICIAL
Señor, Dios nuestro,
que a través de este gran sacramento
llegamos a la presencia de Jesucristo, tu Hijo,
nacido de la Virgen María
y crucificado para nuestra salvación.
Que nosotros, quienes declaramos nuestra fe
en esta fuente de amor y misericordia,
bebamos del agua de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
Se hace un momento de silencio. Sigue la liturgia de la Palabra.
INSTRUMENTAL (2 MINUTOS)
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LITURGIA DE LA PALABRA
MONICION: Escucharemos con atención un pasaje del Antiguo Testamento y la
intervención de dios antes las plagas que asolaban al pueblo de Israel.
Lectura del libro de los Números: Num 21,4-9.
"Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que
mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel. El pueblo fue a decirle a
Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti.
Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés
intercedió por el pueblo. Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y
ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.»
.Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una
serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba
con vida." Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: Salmo 91
CANTOR: El señor es mi amparo y mi refugio.
Salmista:
El Señor es mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza.
Él te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con
sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. R/ El Señor es mi amparo y
mi refugio.
No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste
que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. R/ El Señor es
mi amparo y mi refugio.
Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha, tú estarás
fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura. Basta que mires con
tus ojos y verás cómo se le paga al impío. R/ El Señor es mi amparo y mi
refugio.
Pero tú dices: "Mi amparo es el Señor", tú has hecho del Altísimo tu asilo. La
desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda: pues a los
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ángeles les ha ordenado que te escolten en todos tus caminos. R/ El Señor es
mi amparo y mi refugio.
En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna
piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. R/ El
Señor es mi amparo y mi refugio.
"Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. Si me
invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le
rendiré honores. Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi
salvación"." R/ El Señor es mi amparo y mi refugio.
ALELUYA
Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43
Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha
gente; él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado
Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está
a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se
fue con él.
Le seguía un gran gentío que le oprimía.
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que
había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin
provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús,
se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar
aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de
sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús,
dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y
decía: « ¿Quién me ha tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás
viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"». Pero él
miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer,
viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró
ante él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz
y queda curada de tu enfermedad».
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo:
«Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» Jesús que oyó lo que habían
dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que
nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
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Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y
otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y
lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de él. Pero él después
de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos,
y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá
kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se
levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí,
llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le
dieran a ella de comer. Palabra del Señor.
Homilía.
Canto eucarístico
Plegaria Universal
Oremos al Señor por la Iglesia y la humanidad que sufre el flagelo de la peste para que la
angustia no nos haga olvidar del Señor. Te rogamos Señor.
Por nuestros gobernantes y las autoridades sanitarias, iluminadas por el espíritu Santo,
den la mejor respuesta ante la crisis sanitaria que vivimos. Te rogamos Señor.
Por el descanso eterno de quienes han muerto a causa del coronavirus y de otras
enfermedades para que encuentren el descanso eterno. Te rogamos Señor.
Por las trabajadores de los sistemas sanitarios en el mundo que hacen frente a la
pandemia para que el Señor les conceda la fuerza necesaria. Te rogamos señor.
Para que el Señor nos proteja de los peligros de la peste. Humille nuestra soberbia y
podamos juntos cantar pronto las alegrías del Señor. Te rogamos Señor.
Para que la humanidad vuelva sus ojos al Señor y se aparte del mal, aprovechando este
tiempo de gracia y nos conceda su paz. Te rogamos Señor.
Por los países en guerra, que a diario sufren el flagelo de la muerte y del dolor, para que el
Señor les conceda el don de la paz. Te rogamos Señor.
Concédenos Señor reconocer en esta pandemia que sólo Tú eres necesario, eres nuestro
refugio y nuestro amparo. Te rogamos Señor.
PADRE NUESTRO…
AVE MARIA.
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ORACION DEL PAPA FRANCISO ANTE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS
Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de
esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al
dolor de Jesús, manteniendo firme su fe.
Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que
proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de
este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Amor Divino, a conformarnos al amor del Padre y a hacer lo que nos
dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado con nuestros
dolores para conducirnos, a través de la cruz a la alegría de la resurrección.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de dios. No desprecies nuestras súplicas
que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado. Oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
BENDITO BENDITO SEA DIOS
BENDICION
Sagrado Corazón de Jesús…
CANTO DE SALIDA.