Ondargáin, ignacio himmler, un aleman en montserrat
1. Ignacio Ondargáin
HEINRICH HIMMLER, UN ALEMÁN EN MONTSERRAT
HEINRICH HIMMLER, UN ALEMÁN EN MONTSERRAT
“En el cielo hay un castillo y su nombre es Montsalvat”
Es el día 21 de octubre del año 1940. Heinrich Himmler, Reichsführer y jefe de
la SS viaja a Madrid para organizar y coordinar el encuentro entre el Führer y
Franco que tendrá lugar el día 23 en la localidad fronteriza vascofrancesa de
Hendaia.
Al llegar a la Estación del Norte de la capital de España es recibido por Serrano
Suñer, ministro español de Asuntos Exteriores. Acorde al protocolo, la estación
ferroviaria se halla adecuadamente engalanada con banderas y símbolos de
España y Alemania. Justo al descender del tren, en una entrañable e
impecable ceremonia, dos niños le entregan unos hermosos ramos de flores
mientras cientos de personas le muestran su simpatía y alegría.
Tras las pertinentes reuniones para organizar el encuentro de Hendaia entre
Hitler y Franco y tras diversos encuentros de protocolo, Himmler, dejando a un
lado los asuntos políticos más inmediatos, decide visitar Barcelona.
El 23 de octubre Hitler se reune con Franco. Mientras tanto, ese mismo día, la
ciudad de Barcelona se halla engalanada para recibir a Himmler. La mañana de
ese día, en el aeropuerto del Prat se ven por todas partes unidas la esvástica y
la bandera de España. Cuando llega el avión del dirigente alemán destaca la
marcialidad de las tropas que le esperan. La comitiva, una vez descendido
Himmler del avión, se dirige en caravana a Barcelona. En el Prat de Llobregat
el pueblo ha levantado un arco de laurel para dar la bienvenida al dirigente
alemán.
La Jefatura del Movimiento organiza en el recinto del Pueblo Español de
Montjuich una enorme fiesta con cantos y bailes regionales para el
Reichsführer. Decenas y decenas de jóvenes bailan y muestran lo más
auténtico del carácter español en honor del visitante alemán.
Después de la demostración nacional, Himmler se dirige al hotel Ritz, en el
centro de Barcelona. Toda la ciudad está adornada de banderas NS y de
banderas de España. Frente al hotel Ritz hay congregada una multitud que
2. aguarda la llegada del jefe de la SS. Es tanto el entusiasmo que despierta la
llegada de Himmler que tras entrar en el hotel, habrá de salir a saludar desde el
balcón. Lo hace acompañado del general Luis Orgaz, Capitán General de
Cataluña.
Este mismo día 23, tras comer en el Ritz, a las 15,30 los jefes alemanes se
dirigen hacia la montaña de Montserrat. El general Karl Wolf y Günter d’Alquen,
el periodista NS que dirige “Das Schwartze Korps”, órgano de la SS, así como
otros oficiales, forman parte del séquito de Himmler. También le acompañan
autoridades españolas: el alcalde de Barcelona, Miquel Mateu Pla, miembros
de Falange y destacados militares, entre ellos Luis Orgaz.
Montserrat se encuentra a cuarenta kilómetros de la ciudad de Barcelona. Sus
poderosas formaciones verticales destacan y sobresalen sobre la suave y
gastada orografía de la provincia.
Ciertos “estudiosos” de la vertiente esotérica del nazismo han pretendido
transmitir la imagen de que Himmler acudió a Montserrat a buscar el Grial
alocadamente como si fuera un buscador de oro. En un programa de televisión
reciente se decía que “Himmler, habiendo subido a lo alto de la montaña, al
descender del funicular, se puso a buscar entre los arbustos a ver si
encontraba el Grial...”. El proceder de la SS en este tipo de cuestiones fue
siempre preciso y medido, por lo que esta “versión” de los hechos sólo
desacredita a quien la realiza. Es evidentemente que, la imagen proyectada
sobre las mentes de los televidentes pretende hacer creer a la que Himmler era
un chiflado loco.
El Tercer Reich y especialmente la SS, organizó numerosas expediciones en el
máximo secreto, muy bien pertrechadas, documentadas y con plena disciplina
y eficacia alemana que consiguieron hallar todo tipo de objetos mágicos.
Sabemos también que anduvieron tras las “calaveras de cristal” de
Centroamérica así como en busca del mismo Grial que fue buscado por la SS
en el sur de Francia y en otros lugares.
Himmler, como Reichführer, cuando visitó Montserrat lo hizo como “turista” que
visitaba respetuosamente un lugar especialmente mágico, tratando tal vez de
conectar con la energía aghártica que emana a través de la naturaleza de la
montaña. Mostró interés por la leyenda del Grial y por las magníficas
formaciones naturales, proyecciones de Fuerza y plasma cósmico
materializadas en roca. Con su mirada acostumbrada al mundo mágico, Himler,
un hombre alemán de cuarenta años, se aproximó al misterio y la vibración de
la montaña catalana...
Al día siguiente, el día 24 de octubre de 1940, Himmler, un visitante alemán,
retorna a Berlín en un avión militar. En el viaje, en medio de las mágicas
imágenes de la montaña de Montserrat, piensa en los ecos inmortales de una
ópera wagneriana: “En el cielo hay un castillo y su nombre es Montsalvat”.