2. Podemos decir que los valores son una especie de entes de razón pues
su existencia se encuentra dentro de los límites del pensamiento
humano. Por ello ningún ser no intelectual posee valores como es el
caso de los animales. Es por ello que “los valores” son algo
inequívocamente humanos los cuales tiñen nuestra existencia de una
manera considerable. Ahora bien, entendemos que los valores existen
dentro del pensamiento humano pero requieren de dos condimentos
adicionales para transformarse esencialmente en ellos.
Los valores no son algo completamente subjetivo en el sentido de que
son un “invento” de nuestra mente sino que requieren del correlato o
vinculación a alguna realidad exterior o ente real del cual, de alguna
manera, dependen. Si nos referimos a valores más profundos o
espirituales como “lo bueno” de educar a nuestros hijos en el bien y la
verdad, nos encontramos con una referencia a una realidad fuera del
pensamiento la cual debe ser buena o verdadera.
3. La importancia de su práctica
Generalmente podemos ver a nuestro alrededor y
nos damos cuenta que los valores no son
utilizados en nuestra vida diaria, dándonos a
determinar que actualmente los valores se están
perdiendo. En la actualidad podemos ver que la
pérdida de valores es un problema social muy
serio ante la juventud, ya que estos piensan que
tener valores es cosas de aburridos o simplemente
tenerlos y practicarlos es pasado de moda.
4.
Los valores como la honradez, la sinceridad y
la solidaridad que se veían como valores que
guiaban el comportamiento de la personas en
tiempos no muy lejanos, ahora se tornan en:
deshonestidad, hipocresía y egoísmo. Por lo
que podemos concluir que también se trata de
una crisis de valores como complemento a la
explicación del deterioro social, que ha venido
sufriendo nuestro país desde hace poco más de
cincuenta años.
5. La práctica de los valores es su
decisión
Aunque los valores comienzan a formarse desde
temprana edad y cada quien le da un sentido propio, la
puesta en práctica de los valores es una decisión
personal.
Cada quien determina cómo actuar frente a las
distintas situaciones de su vida.
Unas veces más consciente que otras, eres tú quien
decide la actitud y la manera de comportarte frente a
las demás personas y frente a las oportunidades, las
dificultades o las responsabilidades. Decides asumirlas
o eludirlas.
Cuando nos interesa relacionarnos satisfactoriamente
con otras personas o ser parte de una organización,
decidimos aceptar los valores que requiere esa
relación.
6. La práctica de valores es
importante para alcanzar el éxito
Se puede pensar que los valores son influyentes
y determinantes en el alcance exitoso de lo que
deseamos alcanzar porque son principios que
practicamos de forma muy original y varían de
acuerdo a los paradigmas, percepciones y
convicciones de cada persona en su vida
personal para interactuar con sus congéneres, y
en su vida profesional para funcionar y
desenvolverse en un ambiente empresarial
convirtiéndose estos en factores en moldeadores
de las actitudes que ponemos de manifiesto
frente a la ruta que nos conducirá al éxito.
7. La pérdida de valores
Nos lleva a una crisis moral, pero esto que estamos
inmersos en una crisis de valores morales que lleva a
actitudes sumamente negativas no sólo para los
individuos que las practican, sino para el conjunto de
la sociedad. No se trata de imponer una moral basada
en creencias religiosas que no tienen por que ser
compartidas por todos, incluso aunque sean
mayoritarias en una sociedad. Se trata de aplicar
principios que tienen que ver con la dignidad humana,
con el respeto a la Ley, con la convivencia democrática
y con los valores de la libertad, la justicia y la
solidaridad que fundamentan nuestra civilización.
8.
La no práctica de los valores incluyen muchos problemas, ya
sean sociales, políticos y más. Ya que la aplicación de estos,
deben ser evaluadas desde nuestros gobernantes, hasta
nuestros familiares y de cierta manera deben ser enseñadas a
otros quienes no las conozcan.
Una de las causas de que las cosas anden tan mal tiene su
origen en la familia, en forma similar le ocurre a una célula
del cuerpo cuando es atacada por un virus o una bacteria, se
enferma y padece hasta morir. Las familias hoy en día están
más expuestas a amenazas contra su supervivencia, como la
violencia familiar, la pobreza y el desempleo; por lo que el
Estado debe ser garante y defensor de la familia, pero
requiere también el compromiso decidido de cada persona,
ya que es a partir de la familia como se puede dar una
respuesta integral a los desafíos del presente y a los riesgos
del futuro.
9. Crisis en la práctica de valores
humanos
El progreso económico desequilibrado, las formas de
producción irracionales, la implementación de políticas
alienantes; originaron la crisis en la práctica de valores en el
sistema de vida asumido por la humanidad, cuya realidad
desagrada el futuro del vivir bien.
Los valores se forman en el proceso de socialización bajo la
influencia de diversos factores sociales, razones y afectos de
la propia vida humana. Pues el valor es una cualidad de cada
persona sujeto de carácter positivo y humano.
La crisis es un momento grave, en el que existen cambios,
problemas o mala situación económica, política social y
cultural. Mientras la crisis de la práctica de valores, es un
fenómeno de acción distorsionada de valores; la ausencia
cualitativa de determinadas normas morales y humanas
orientadas a aseverar conductas individuales y/o colectivas
contrarias en relación al bienestar social de la humanidad.
10.
La crisis en la práctica de valores humanos se
torna en uno de los mayores problemas que
aquejan en la sociedad global: la exclusión de las
mayorías poblacionales sometidas a
características vivenciales en circunstancias
precarias, la desatención a las demandas
generados por los sectores sociales y de los
indígenas, el tipo de características del trato al
prójimo, etc. generan entre sus víctimas
sentimientos de impotencia, deshumanización,
frustración e incluso ira que se transforman en
crimen y violencia, angustia a vivir en situaciones
de incertidumbre, sobrevivencia arriesgada,
periodo de grave decadencia del valor humano.