Texturas de la imaginación de familias y terapias 082014
Mediología. Revista de Occidente, enero de 2015
1. N.o
LO AUTÉNTICO NO ES ÚNICO
JORGE LOZANO GÉRALD MAZZALOVO
CHIARA CASARIN
OMNISCÓPICA
DESDE EL ORIGEN
A NUESTROS DÍAS Y MÁS ALLÁ
PEDRO R. GARCÍA BARRENO
ENTREVISTA A RICHARD FORD
ALFONSO ARMADA
Viñeta: Santiago Ydáñez
Enero 2015 N.o
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ARTE Y CULTURA
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Enero2015
2. Lo auténtico no es único, pero aún así... Jorge Lozano 5
Autenticidades de las marcas. Gérald Mazzalovo 15
La consabida duda sobre la autenticidad. Chiara Casarin 37
José Janés, editor de Camilo José Cela.
Adolfo Sotelo Vázquez 57
La gran ilusión de Victoria Ocampo: nuestra efímera belle
époque. Consuelo Triviño Anzola 73
Omniscópica. Desde el origen a nuestros días y más allá.
Pedro R. García Barreno 87
ENTREVISTA
Richard Ford: «Como Graham Green, yo también tengo una
aguja de hielo en el corazón». Alfonso Armada 103
NOTAS
Factores determinantes de la exclusión social.
Maite Blázquez Cuesta 123
Los flashes y las manchas que nos hacen humanos. Sobre
Emmanuel Carrère. Jorge Carrión 127
CREACIÓN LITERARIA
Silencios desde la Guerra Civil Española. Jane Duran 135
LIBROS
El canon de la Mediología. Pablo Francescutti 143
La ambigüedad del mago astuto. Juan Ángel Juristo 146
Una historia personal de la literatura. Eduardo Moga 151
SUMARIO
3. El canon de la Mediología
MARIO PIREDDU y MARCELLO SERRA (Eds.): Mediología. Cultura, tecnología y
comunicación. Barcelona: Gedisa, 2014, 240 pp.
¿Existe realmente la disciplina denominada «ciencias de la comu-
nicación»? En el ámbito institucional español parecería que
sí, a tenor de la cantidad de facultades que ostentan tal marchamo. En
el plano estrictamente epistemológico las cosas no parecen tan claras.
Sus detractores la tachan de mera amalgama de trocitos de psicología
social, retazos de sociología, un poquito de análisis del discurso, algo de
etnografía y un toque de cibernética vagamente articulada en torno a
los procesos y fenómenos de la comunicación de masas. En contra, sus
avalistas insisten en que su solvencia está más que fundamentada, y una
de las pruebas que esgrimen a su favor es la existencia de un cuerpo de
textos teóricos y pesquisas empíricas que constituyen un canon.
Ese conjunto de textos señeros –léase: que aparecen una y otra vez en
las bibliografías de la especialidad– no es otro que el legado por la Mass
Communication Research. Generado a partir de los años cuarenta en Esta-
dos Unidos por las contribuciones conjuntas de la Escuela de Columbia
LIBROS
[143]
4. 144 LIBROS
(Harold Laswell, Paul Lazarsfeld, Robert Merton et alii) y de la Escuela
de Chicago (Walter Rothenbuhler, el matrimonio Lang, Elihu Katz...),
dicho canon –ejemplarmente recogido por Katz y Daniel Dayan en su
Canonic Texts in Media Research– tomó forma en respuesta a problemáticas
muy específicas de su contexto social y geográfico enmarcado en paradig-
mas teóricos autóctonos (el conductismo, principalmente); sin embargo,
sea por su productividad empírica, su adecuación a los requisitos de
las revistas de alto impacto o por simple imperialismo intelectual, se ha
convertido en la referencia dominante en las casas de estudios donde se
forman nuestros comunicadores y comunicólogos.
Fuera de ese corpus ha quedado un conjunto de textos originados
en países cuyos mejores cerebros reflexionaron con clarividencia so-
bre los mismos asuntos. Y no nos referimos únicamente a la Escuela
de Frankfurt, pues en esa cartografía intelectual hay mucha más vida
aparte de Theodor Adorno y los suyos –dicho esto sin negar ni un ápice
de su inmenso mérito–; y de una enjundia tal que ningún estudioso o es-
tudiante de la comunicación puede darse el lujo de ignorar.
De ahí lo oportuno de la edición española del volumen publicado en
Italia por Mario Pireddu y Marcello Serra. Con el título Mediología pro-
ponen una relectura de textos fundacionales de una «disciplina que elige
los medios como territorio de observación privilegiado para el estudio de
la sociedad y de sus mutaciones». Para más señas, el subtítulo Cultura,
tecnología y comunicación precisa que dicho territorio se ubica en la inter-
sección de estas tres vastas esferas.
A Pireddu, docente de la Universidad Roma Tre, y Serra, profesor de
la Universidad Carlos III de Madrid y miembro del Grupo de Estudios
de Semiótica de la Cultura (GESC), la idea organizadora de este libro se
les ocurrió mientras coordinaban la sección de críticas de una publicación
especializada; en concreto: ¿por qué no reseñar clásicos de la mediología
«como si se publicasen hoy», a la luz de su influencia en las problemá-
ticas actuales? Dicho y hecho: tras consultar a un grupo integrado por
estudiosos adscritos a la universidad italiana, con las excepciones del
francés Michel Maffesoli y del primer espada de la semiótica hispana,
Jorge Lozano, escogieron diecinueve obras que jalonan el recorrido del
pensamiento mediológico.
5. LIBROS 145
Inevitablemente, con esa decisión los coeditores se expusieron a la
acusación que persigue a los antólogos: ¿por qué incluyeron a tales au-
tores y excluyeron a los demás? No sorprenderá, por ende, que alguien
cuestione su arranque con un texto de Georg Simmel sobre la vida urbana
en vez de hacerlo con el precursor trabajo de Gabriel Tarde acerca de la
opinión de masas; ni que otros duden del encaje de la teoría de la novela de
György Lukács en los escenarios de la comunicación masiva; ni faltarán
los que lamenten la conspicua ausencia de Umberto Eco y Stuart Hall.
En cambio, nadie reprochará el rescate del fascinante texto de Rudolf
Arnheim sobre la radio y el arte de la escucha; ni la inclusión de la his-
toria de la opinión pública de Jürgen Habermas y del ineludible análisis
de Raymond Williams sobre la televisión. Totalmente justificada es la
presencia de La Dialéctica de la Ilustración, de Max Horkheimer y Theodor
Adorno, junto con La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica y El
Libro de los Pasajes, de Walter Benjamin. Otro tanto vale para la escuela
de Toronto, representada por obras de Marshall McLuhan (La Galaxia
Gutenberg y Comprender los medios de comunicación), Eric Havelock (Prefacio
a Platón) y Harold Innis (Empire and Communication), que, al decir de su
discípulo Derrick de Kerckhove, comparten un enfoque centrado en la
«primacía de la comunicación en la estructuración de la mente humana».
La aportación francesa se concretiza en dos piezas clave en el desve-
lamiento ideológico de la cultura de masas y el consumismo: Mitologías,
de Roland Barthes, y El Sistema de los Objetos, de Jean Baudrillard. De la
Escuela de Columbia los comentaristas escogieron La Influencia Personal,
de Katz y Lazarsfeld, un estudio imprescindible para entender las redes
sociales. Y acertaron de pleno al elegir Mnemosyne, del historiador del arte
Aby Warburg, cuyo Atlas de las imágenes ilumina el funcionamiento de
la iconosfera de nuestros días. La selección finaliza con No sense of Place,
de Joshua Meyrowitz, un texto de reciente publicación (1985) que se ha
ganado el rango de clásico al describir cómo la televisión ha trastocado
los espacios de la interacción social.
En el conjunto predominan las contribuciones procedentes de Francia,
Reino Unido y Alemania, configurando una réplica europea a las sagradas
escrituras de la Mass Communication Research; una réplica que desborda el
limitado perímetro socio-psicológico en que aquella corriente se encerró,
6. 146 LIBROS
a la vez que supera su obsesión por los efectos de la comunicación masiva
adoptando una visión abarcadora de sus imbricaciones culturales, sociales
y antropológicas. El lector agradecerá que cada reseña venga precedida
de una ficha del correspondiente libro confeccionada por los coeditores,
lo que deja a los comentaristas las manos libres para centrarse en la lec-
tura crítica hecha desde hoy. Las interpretaciones son, por lo general, de
un alto nivel, y hacen gala de un conocimiento riguroso de las obras, de las
circunstancias de su génesis y de su impacto en el tiempo transcurrido.
En breve: Pireddu y Serra han reunido un canon original y provo-
cativo que abre el abanico de las opciones teóricas disponibles, digno de
figurar en las bibliografías universitarias y en las bibliotecas de los inte-
resados en la larga revolución cultural que los medios han propiciado.—
PABLO FRANCESCUTTI
La ambigüedad del mago astuto
GIORGIO MANGANELLI: La literatura como mentira. Traducción de Mariagio-
vanna Lauretta. Madrid: Editorial Dioptrías, 2014, 283 pp.
En un artículo, hasta entonces inédito en español, que publicó La Van-
guardia el 3 de mayo de 2002, Giorgio Manganelli se interroga sobre
su oficio: «¿Por qué escribo? Confieso no saberlo, confieso no tener la más
remota idea y confieso también que la pregunta es graciosa y aterradora
a la vez. En calidad de pregunta graciosa, sin duda tendrá respuestas
graciosas: como por ejemplo, que escribo porque no sé hacer otra cosa;
o porque soy demasiado deshonesto como para ponerme a trabajar. Me
viene a la memoria George Bernard Shaw: «Demasiado cansado como
para trabajar, escribía libros». Escribir es sin duda una manera astuta para
evitar tener que «hacer»; a mi alrededor la gente se preocupa por vivir,
tiene familia, cobra nóminas, enferma y muere. Oh, yo también cobro una
nómina pero ¿se puede llamar «nómina» lo que se obtiene a cambio de