Este documento presenta una introducción a un análisis institucional de la modernidad. El autor argumenta que la modernidad introdujo discontinuidades sin precedentes en las formas de vida tradicionales a través de cambios rápidos y a gran escala. Estas discontinuidades incluyen el ritmo acelerado del cambio, la interconexión global y la emergencia de nuevas instituciones como el estado-nación y la economía de mercado. El autor sostiene que comprender la naturaleza de estas discontinuidades es clave para analizar la modernidad y sus consec
Concecuencias de la Modernidad (Cerjioo al rescate ¬¬)
1. SECCION 1
Introducción
En las siguientes págin as desarro llaré un análisis institucional de
la modernidad poniendo el énfasis en las alusiones culturales y epis
temológicas. Al hacer esto, discrepo substancialmente de la mayoría
de las actuales discusiones, en [as que el énfasis se pone en lo con
tDrÍo. ¿Qué es la modernid ad? Como prim era aproximación, diga
ml')S que la noción de «modernidad » se refi ere a los modos de vida
u organiL.ación social que surgieron en Europa desde alrededor del
sIgl o XVll en adelante y cuya infl uencia, posteri ormente, los han con
vertido en más o menos mundiales. Esto asocia la modernidad a un
periodo de tiem po y a una in icial localización geográfica pero, por
el .m?mento, deja a resguardo en una caj a negra su s características
mas Importantes.
Bo y, a fina les del siglo xx, muchos mantienen que nos encon
~amos freme al comienzo de una nueva era a la que han de respon
hcr las ciencias sociales, y que trasciende a la misma modernidad . Se
a Sugerido una curiosa variedad de términos para referirse a esa
tr~nsición. algunos de los cuales hacen directa referencia al surgi
mIento de un n uevo tipo de sistema social (como «la soc iedad de la
15
2. 17
16 cons~encias de la modernidad
infor mación" o «la sociedad de consumo »); no obstante, la , debemos pos ar una nueva mirada sobre la naturaleza de la pro
de esos términos sugieren más bien que el anterior estado de las q~t: modernidad, que, por ciertas razones muy co ncretas, ha sido
cosas está llegando a su fin (<< pos tmodernidad », «postcap italismo ,.; h~ta ahora p recariamente comprend ida por las ciencias sociales. En
la sociedad postindustri al, y así sucesivamente). Algunos de los de z de estar entrando en un período de postmode rnidad, nos es ta
bates relacionados con estas cuestiones se concentran principalm :;5 trasladan do a uno en que las consecuencias de la modernidad
sobre las transformaciones institucionales, espec ialmente aquellos q se están radicalizando y universalizando como nunca. Afirmaré que
plantean que nos movemos de un sistema funda mentado en la fa más allá de la modernidad, podemos percibir los contornos de un
cación de bienes de co nsumo a otro cuya preocupación central orden nuevo Y diferente que es "postmoderno»; pero esto es muy
cansa en la información . No obstante, es más corriente que distinto de lo que en este momento algunos han dado en llamar
controversias se centren primordialmente en cuestiones filosóficas y ~ pos[ffiodernidad" .
epistemoló gi cas. Esa es la perspectiva ca racterística de, por ejemplo, La idea que aqu í desarrollaré tiene su puntO de origen en lo que
el autor que ha sido el pri ncipal respons able de la po pularización )'a en otro lugar he llamado una interpretación «discontinuista» del
la noción de postmodernidad, Jean- Fran~ois Lyotard l. Según desarrollo social moderno 3 . Con esto quiero decir que las institu
planteamiento, la postmodern idad hace referencia tanto al desplaza C Iones sociales modernas son , en algunos aspectos, únicas -disti ntas
miento del intento de fundamentar la ep istemología, com o al des en su forma a todos los tipos de orden tradicional. Como discutiré
plazamiento de la fe en el progreso humanamente concebido. má~ adelante, captar la naturaleza de las discontinuidades aquí invo
condición de postmod ernidad se distingue por una espec ie de des luc radas, es un preliminar necesario para analizar lo que verdadera
vanecimiento de "la gran narrativa" -la (, línea de relato» en mente es la modernidad, y también para diagnosticar cuáles son sus
do ra mediante la cu al se nos coloca en la historia cual seres consecuencias para nosotros en la actualidad.
poseen un pasado detenninado y un fut uro predecible. La Mi planteamiento exi ge también una breve discusión crírica d
postmoderna contem pla una pluralidad de heterogéneas pretens algunas de las tendenci.as predominantes en sociología, al ser ésta la
al conocimiento, entre las cu ales la cienci a no posee un lugar pn disciplina más comprometida en el estudi o de la vida socü l moderna.
giado. Dada su orientación cultural y epistemológica, en la mayoría de los
La resp uesta estándar al tipo de jdeas presentadas por casos, los debates sobre modernidad y postmodernidad no han lle
es la de p rOcurar demostrar qu e es posi ble una epistemología gado a confrontar los defectOs de las posiciones sociológicas esta
rente, y que se pu ede lograr un conocimiento ge neralizable de blecidas. Pero, una interpretación cuya principal preocupación es el
vida social y los modelos de desarrollo social 2 . Yo, sin emb análisis institucional, como es mi caso, debe hacerlo.
me propongo tomar un cam ino di ferente. Sostendré que la deso . Utilizando estas observacion es como trampolín, intentaré ofrecer
tación, que se expresa a sí misma en la opi nión de qu e no es pos en este estudio una nueva caracterización, tanto de la naturaleza del
obtener un conocimiento sistem ático de la organización social, ~rden moderno COmo del postmoderno que podría surgir de aq uí al
sulta en primer lugar de la sensación que muchos de nosotros fInal de esta era.
mos de haber sido atrapados en un universo de acontecim ientos
no logramos enten der del tod o y que en gran medida parece n
par a nuestro control. Para analizar cómo hemos llegado a esto, las discontinuidades de la modernidad
basta con in ventar términos como postmodernidad y el resto, s
. La noción de que la histori a de la humani dad es tá Il'larcada por
cIertas,. discontinuidades y carece de un des arrollo sin escollos, es
I Jean -FranIYois Lyo!Jrd, The Post Mod.ern
of Minnesota Press. 1985).
~ J ürgen Ha benn as. T/¡e Philosophical Discourse o[ Mo dernuy (Cambridge,
· Amhon y Giddl'ns, The Natíol! Stat e and ViO /Mee (Camb rid ge, Inglaterra: Po
lIt~' , 1985).
glaterra : Poli ty. 1987).
3. 18 consecuencias de la m odernidad 19
por supuesto conoci da y ha sido acentuada en la mayoria de ados agrícolas , para culminar en el surgimiento de las 50Cle
versiones marxistas. N o o bstan te, la utilización del término que
los es t d
ades occidentales m? eroas. . . "
propongo hacer aquí no tiene particular conex ió n con el materi d suscituir la narrativa evolUCIOnista o deconstrulr su lmea de re-
mo histórico como tampoco va dirigida a la con sideración de I no sólo ayud a a clarificar el cometido de analizar la modernidad
historia como un todo. Indudablem ente exis ten discontin uidades s:~~' que recon.duce parte del debat,e .s,obre la llamada poStr~odero~
varias etapas del desarrollo histórico, por ci rar un ejemplo, en d d La histon a carece de la condlclOn global que le ha Sido atn
momentos de transición entre las socied ades tribales y la aparo ba'da por las concepciones evolucionistas -y el evolucionismo en
de los estados agrícol as. E sto no me preocupa. Desearía, en cam u~ u otra versión ha tenido mucha más importancia en el pensa
acen tuar esa particular discontinuidad o conjunto de discom · ~~ento social del qu e han podido tener las filosofías. teleológicas de
des, asoci adas al período moderno. la historia a las que Lyotard y otros toman como diana de sus ata
Las formas de vida introducidas por la modernidad arrasaron ques. La dec?nstrucción del evo luci ol1is~o social significa a~umir
manera sin p recedentes todas las modalidades tradicionales del que In histor~a. no puede verse .co~~ umdad o refleJ.~ de ciertos
social. Tanto en extensión como en intensid ad, las transf, plincipios umflcadores de organlzaclon y transformaclOn. Esto no
q ue ha acarreado la modern idad son más profundas qu e la quiere decir que todo sea caos o que no se escriba un número infi
de los tipos de cambio caracterís ticos de períodos anteriores. nito de "historias» idiosincrásicas. Por ejemplo, existen dete rmina
sivamente han servido para establecer fo rmas de interconexión s dos casos de transición histórica cuyo ca rácter puede ser identificado
que abarcan el globo terráqueo; intensivamente, ban alterado y sobre los que es p osible generalizar 4 .
de las más ínti mas y privadas caracterís ticas de nuestra cotidianeid ¿Cómo podríamos reconocer las discontinuidades que distinguen
Evidentemente existen continuid ades entre lo tradicional y a las instituciones sociales modernas de los órdenes sociales tradi
moderno, puesto que ninguna pane de ce ro, pero no debe
cionales? Aquí entran en juego varias características. U na es el sim
Ividar cuán engañoso pu ede ser contrastarlas burdamente.
ple ritmo de cam bio que la era de la modernidad pone en movimien
bsrante, los cambios acaecido s d urante los últimos tres o c
to. Las civilizaciones tradicionales pueden haber sido más dinámicas
siglos -un dimi nuto período en términos de ti empo his tóri que Otros sistem as pre-modernos, pero la celeridad del cambio de
han supuesto un impacto tan espectacular y de tal en vergadura q las condiciones de la modernidad es excepcional. Quizás resulta más
hace que nuestro conocimjento sob re anteriores períodos de c'id emL en lo que respecta a la tecnología, pero puede extenderse
sición nos sea de limitada ay uda en el intento de interpre igualmente a otras esferas. La segunda discontinuidad es la del ám
significativamente. bito del cambio. La interconexión qu e ha supuesto la supresión d
U na de las causas por las q ue el carác ter discomui nista de barreras de comunicación entre las diferentes regiones del mundo,
modernidad no ha sido enteramente comp rendido se debe a la ha permitido que las agitaciones de transformación social estallen
gua influencia del eyolucionismo social. Incluso aq uellas teorías pnicticamente en la totalidad de la superficie terrestre. La tercera
subrayan la imporrancia de las transiciones discontinuistas, co mo característica atañe a la nawraleza intrínseca de las instituciones mo
el caso de la de Marx, p resentan la historia de la hum anidad do dernas. Algunas for mas sociales modernas, tales como el sistema
de una dirección de co njunto gobernada por principios de din ' ~olíti~o del Estado-nació n o la dependencia generalizada de la pro
l UCClon a partir de fuentes inanimadas de energía y la completa
general. Las teorías evolucionistas rep resentan «gran des relatos» ,
que no necesariamente de in spiración teleológica. Según el evoluc mercantilización de los productos y del trabajo asalariado, simple
mente 00 se dan en anteriores períodos históricos. Otras sólo poseen
--
n ismo, la «historia " puede ser narrada como una "línea de relato
que impone una representación ordenada sobre el embrollo de Una aparente continuidad con los órdenes sociales anteriores . Un
acontecimientos humanos. La historia comienza COn pequeñas y
ladas culturas de caza y recolecció n, marcha a través del desarrol I<JR:)Jnlhon y Gid d ens, Tlle Constitucion o[ Socieey (Cam bridge, In¡;Jarerra: PoJity,
. Cap. ~
de comunid ades de pastoreo y de culti vo y de ahí a la fo rmación
4. 20 21
, .. e.neias de la modernidad
Co nse....
ejemplo es la ciudad. Los asentamientos urbanos modernos f por poner un ejemplo, los tres autores vieron que el trabajo
temente incorporan los emplazam ientos de las ciudades tradi . d strial moderno tenía consecuencias degradantes al someter a mu
y pueden llegar a dar la impresión de ser meras extensiones de ~ ~ seres humanos a la disciplina de una tarea monótona repetitiva.
mismas, pero de hecho el urbanismo moderno se ordena de p 00 na llegaron a prever que el fomento de las «fuerzas producti
con principios muy diferentes a los que distinguieron a la cr tendría un enorme potencial de destrucción en relación al me
premode rna del campo en períodos anteriores 5. dio ~ambiente. L as preocup.aclOn~s eco l oglcas no fl uy~ n co~ vIgor en
vaS . ' . .
l tradiciones del pensamIento Incorporado a la soclOlogla y no es
~rprendente que, en la actualidad, los sociólogos encuentren difícil
Seguridad y peligro, fiabilidad y riesgo ~esarroJlar una estimación sistemática de ellas.
Vo segundo ejemplo es el uso consolidado del poder político,
Para seguir profundizando en el carácter de la modernidad, particularmente puesto de relieve por los episodios de totalitarismo.
de concentrar gran parte de la discusión sobre los temas de la A los fundadores de la sociología les parecía que el uso arbitrario
ridad frente al peligro y la fiabilidad frente al riesgo. La m del poder político pertenecía esencialmente al pasado (aunque a ve
como puede ver cualquiera que viva en los últimos años del siglo ces, con ecos en el presente, como indicaba el análisis de Marx del
es un fenómeno de doble filo. El desarrollo de las instituciones régimen de Luis Napoleón). El «despotismo» parecía ser una carac
ciales modernas y su expansión mundial han creado terística propia de los estados premodernos, pero en los albores del
enormemente mayores para que los seres humanos disfruten de ascenso del fascismo, el Holocausto, el Estalinismo y otros episodios
existencia más segura y recompensada que cualquier tipo de . de la historia del siglo veinte, podemos comprobar que las posibili
premoderno. Pero la modernidad tiene también un lado sombrío q dades totalitarias están contenidas dentro de los parámetros institu
se ha puesto de manifiesto en el presente siglo. cionales de la modernidad, más bien que excluidas de ellos. El to
En general, el «coste de oportunidad» de la modernidad, talitarismo es diferente del despotismo tradicional j no obstante, el
uenemente subrayado por los fundadores clásicos de la sociolo~liII resultado es igualmente espantoso. El régimen totalitario conecta al
Tanto Marx como Durkheim, vieron la era moderna como una poder político con el militar y el id~ológico, de forma más concen
agitada. Pero ambos pensaron que las beneficiosas posibi trada que la que era posible antes del surgimiento de los estados
abiertas por la era moderna pesarían más que sus características nacionales modernos 6.
gativas. Marx vio la lucha de clases como la fuente de los cis El desarrollo del poder militar como fenómeno general, añade
fundamentales en el orden capitalista, al tiempo que vislumbraba una nueva cuestión. Weber y Durkheim vivieron lo suficiente como
surgimiento de un sistema social más humano. Durkheim creyó para atestiguar los horribles acontecimientos de la primera Guerra
la progresiva expansión del industrialismo establecería una armon'to Mundial, si bien Durkheim murió antes de concluir la contienda. El
sa y satisfactoria vida social formada a través de la combinación c?nflicto hizo añicos la esperanza que había mantenido con anterio
la división del trabajo y el individualismo moral. Max Weber, el ndad al mismo, de que el industrialismo promovería de manera na
pesimista de los tres padres fundadores, vio el mundo moderno ~ural, .un orden ind ustrial, integrado y pacífico al tiempo que hizo
una paradoja en la que el progreso material sólo se obtenía a ~mposlble encajar dicha esperanza en el marco intelectual que había
de la expansión de la burocracia que sistemáticamente aplastaba esarrolJado como base de su sociología. Weber prestó más atención
creatividad y la autonomía individual. Pero ni siquiera él llegó que Marx y D urkheim al papel desempeñado por el poder militar
prever cuán extenso llegaría a resultar el lado oscuro de la en./ a historia; sin embargo, no llegó a elaborar un análisis de lo
---
dad. mI Itar en los tiempos modernos, desplazando el peso de su análisis
$ Anthon y Giddens, A ContemporaY)' Critique 01 H istoricaL MateriaLlsm (L
dres: Macrnilla n, 198 J). " Gidd~ns. Na /ion Sta/e and Vio/enero
5. •
22 23
eneias de la modern idad
Ofl}eG u
hacia la racionalización y bu rocratización. Ninguno de los fund más fd iz y más ~cguro. l a pérdida d e fe en el «progreso»
rn ur,Jo '
res clásicos d e la sociología prestó atención sistemática al tpnr,Tna_ . ' desde luego, uno de los fac ro res que subraya la disolución de la
de la «industriali zación de la guerra » 7. c5 . narrativa de la hi storia, p ero en ello hay much o más en juego
L os p en sadores sociales que escribieron a finales del siglo d' gr3~ la simple conclus ión de q ue "la hisroria no co nd uce a ninguna
nueve o comien20s del veinte, no pudieron prever el invento qU~t t!", Tenemos que desarro llar un análisis institucional del carácter
arm amento nuclear ': . Sin embargo, la conexión entre la innovaci":'
' b;fr onte de l~ modernidad y , al ~acerlo~ de bemos rect!ficar, alg~~a
y organización industrial con el poder militar, es un proceso que de la" IimitaclO n es de las pe rsp ectiv as teo ncas de la soclologla c1asl
remon ta a los mismos orígenes de la indu strialización m oderna. ca. limitaciones que conti núan afectando al pensamiento sociológico
q uedara tan ostensibl emente fu era del análisis so cio lógico , es en
h.1~tJ hoy.
mismo una ind icación de la fuer za d el punto de vista de que
emergente nuevo orden de la modernidad sería esencialmente
fi co, en contras te con el militarismo que había caracterizado ed Sociología Y modernidad
precedentes. No sólo la amena.z a de una confrontación nuclear,
el co nflicto militar real, configura una parte básica de <'el lado a sociología es una disciplina muy amplia y diversa, y cual q uier
curo ,. de la modernidad en es te siglo. El siglo veinte es el siglo ~imple generalización sobre la mjsma co mo un todo es cuestio nable,
la guerra, en el que el núm ero de graves contiendas militares Pero podemos ap untar tr es ideas ampliamente sostenidas, en parte
h an ocasionad o una substancial pérdida de vidas humanas, ha derivadas del persistente impacto de la teOna social clás ica en la
notab lemente mayo r q ue en cualquiera de los dos siglos precPrlpnt... sociología y que impiden el análisis satisfa ctOrio de las insti tuci on es
En lo que va de siglo, más de cien millones de personas han mod¡;rnas. La p rimera de ellas concierne al diagnósti co institucional
la vida en guerras, una proporción de población mund ial más de la modernidad. La segunda tiene que ver con el objeto prim o rdi al
que la registrada en el siglo XIX , incluso teniendo en cuenta el del propio análisis sociológico, <<l a sociedad ,, ; la tercera se relacion a
cremento total de población 8. Si se produjera una contienda con las conexiones q ue existen entre el conocimiento sociológico y
limitada, la pérdida de vidas sería asombrosa, y un conflicto las características de la mode rnidad a las que dicho conocimi ento se
entre las superp o tencias podría erradicar de golpe a la refiere.
entera. . las más destacad as tradicio nes teóri cas en sociología, incluso
E l m undo en qu e vivimos es espan toso y peligroso . Esto nos , quellas que emanan de los escritos de M arx, D urkheim y W eber ,
1
obligado a algo más que suavizar o mati zar la supo sición de que han mostrado una cierta tendencia a interpretar la naturaleza de la
surgim iento de la modernidad nos conduciría a la formación de modernidad fijándose en una única y p redominante dinám ica de
transformación. Para aquellos pensadores influ enciados p or M arx, la
pnnclpal fuerz a transfo rmadora q ue configu ra el mund o mo derno
, Willi.lITI McNe ill, The PIlr;lI it vf f'o wer (O ,fo rd: I1bck<vdl. 1933). C:~ el capitalismo. Con el dec}jve del feudabsmo, la p roducc ión agra
r, No obstan te, H. G. Wells lo prcJij o, escribiendo en 19 14, en vísperas rlJ que tenia su base en el señorío local fue reemplazada por la
estall ido de la Gran Gu erra, infl uenciado po r el fís ico F reder ick Sodd y, uno de
producción dirigida a m ercados , tantO de ámbito nacion al como in
co labo radores de Ernesr Ruth crford. E l lib ro de Wells, The f,Iorld Ser Free, rel.na
historia de una guerra que estalla en E uropa en 1958 y que se extiend e po r todo ternacional, con lo q ue se transformó en mercancía no sólo UJla
mundo. En esa guerra se util iz a un arma terrible hec ha de una sustancia rad' Indefinida variedad de bi enes de consu mo sino tam b ién la m isma
lI.1mada corol in um. C ientos de es as bombas. que Well s denomina . bombas mano de obra. El ord en social que emerge de la mode rnidad es
son arroj adas en ciudades del m undo causando una terrible devastaci ón. A esto capll'1llsta, tanto en su sistem a económico como en lo que respecta
un período de hambre masiva y caos políti co t ras el cual se establ ece una
repú bli ca mundial en la q ue la guerra queda proh ibida para siempre.
~ sus Otras instituciones. E l agitado y camb iante carácter de la mo
• Véanse las estad ísticas que propo rciolJa Ruth Leger Sivard. World Militar)' f'c :n'~ad puede explicarse como resultado del ciclo inversión-bene
Social ExpendÍ/llre5 (Washington, O .e. : World Pri orities. 1983). lelo-inversión, que, combi nad o con la ten dencia decreciente de la
6. 24
~uencias de la modernidad 25
Con s.~
tasa de ganancia, provoca la constante disposición expansionista > éri ca, que a un determinado sistema de relaciones sociales. Sólo
sistema. gt ~ ocupa aq uí la segunda de esas acepciones que, ciertamente, figu
Esta perspectiva fu e criticada tan to por D urkheim como por 01~ de forma básica, en cada uno de los enfoques domi nantes en
ber co n quienes se in ician las interpretaciones rivales que subsecuP" ra'cíolog ía . Mientras que los escritores marxis tas en ocasiones, pue
temente han influido tan poderosamente en el análisis soci d~n preferir la denominación "formació n social,) en lugar de «socie
Continu ando la trad ición es tablecida por Saint-Sirnon, dad », la connotación de «sistema delimi tado » es afín a las dos .
vinculó el ori gen de las instituciones modern as al impacto prod En las perspectivas no-marxistas, particularmente aquellas conec
por la ind ustrialización. Segú n él, la competencia capitalista no es tadas al área de in fluencia de Durkbeim, el concepto de sociedad va
elemento crucial del emergente orden indu strial, y, algunas de ligado a la misma definición de la sociología. La definición conven
caracterís ticas sobre las que in sistía Marx, D urkheim sim cional de sociología con la que prácticamente comienza cada libro
las consi de raba marginales y transitorias. El carácter dé textO, "la sociología es el estudio de las sociedades humanas» o
cambiante de la vida social moderna, no deri va esencialmente "la sociología es el estudio de las sociedades modernas» , proporciona
capitalismo sino del impulso propulsor de la compleja división una dara idea de es te enfoque. Pocos, si es que alguno, de los es
trabajo que engarza la producción a las necesidades humanas a critores contemporáneos siguen a Durkheim al tratar la sociedad de
de la explotación ind ustrial de la naturaleza. N o vivimos en un una manera casi mística, como si fuera una especie de «súper-ente"
den cap italista, sino en un o industrial. ante el cual los miembros individuales de la misma mues tran una
Weber habló oe «capitalismo» y no de la exis tencia de un actitud temerosa. Y sin embargo, la primacía de «sociedad" como
industrial ; no obstan te, en algunos aspectos clave su enfoque noción central a la sociología, está ampliamente aceptada.
m ás cerca del de D urkh eim que del de Marx . El «capitalismo ¿Por qué habríamos de ten er reservas sobre la noción de sociedad
n ah, , tal como es caracterizado por Weber, comprende los tal como comúnmente se utiliza en el pensamiento sociológico? Exis
mos eco nómicos especificados por Marx, incluso la cosificación ten dos razones para ello. Incl uso aunque no lo digan explícitamen
la fu erza del trabaj o, pero «capitalism o» en esta acepción, sim te, ~sos autores que consideran a la sociología como la disc iplina
mente es algo diferente de lo que significa el mismo vocablo dedicada al estudio de «soc iedades», en lo qu e realmente están pen
como aparece en los escrit os de Marx. La idea fu nd amental es sando es en las sociedades asociadas a la mod ern idad y al concep
cionalización» en la m anera en que se expresa en la tecno logía,
lualizarlas, están pensando en unos sistemas perfectamente delimi
la organización de actividades humanas y en la con figuración de
t~d os que poseen una unidad interna propia. A hora bien, si se en
burocracia.
lI~nd e de esta manera, «sociedades» quiere decir estados nacionales.
¿Vivimos en un orden capi talista? ¿Es el in dus trialismo la SIn embargo, y aunque un sociólogo que hable sobre una particular
dominante q ue conf o rma las instituciones de la modernidad? ¿ s~): ied ad podría casualmente emplear en su lugar los términos «na
beríamos quizás fijar la mirada en el control racionalizado de Clon ,. o "país», raramente se hace teoría exp resamente de este con
info rmación como la principal característica a resaltar? Argumen cepto. Al explicar la naturaleza de las so ciedades modernas debemos
aq uí que estas cuestiones no pueden ser contestadas si se pI captar las caracterís ticas específic as del estado nacional, es decir, de
de esta manera, es decir, no debemos con siderarlas co mo caracten< Un tipo de comunidad social que contrasta radicalmente con los es
zaciones mutuamente excluyentes. Lo que yo propongo es que tados premodernos.
modernidad es multidimensional en el plano de las institl~ciones Una segunda razón concierne a ciertas interpretaciones teóricas
q ue cada uno de los elementos especifi cados po r estas distintas d~ e Se h~n . conectado estrecham ente a la noción de sociedad. Una
----
diciones desempeña algún papel. las mas lOflu yentes es la presentada por T alcott Pa rsons 9 . Según
Il. El concepto de «sociedad" ocupa una posición clave en
parte del discurso sociológico. «Sociedad», claro está, es una n
am bigua qu e igual puede refe rirse a la «as oci ación socia l" en fo '. Talco!! P.l1'On, . Tb l' Sacial S.1'S/rm (CI,·n, ,,e, 111. · r nT Prcs<. 1 9~1).
7. 26 27
, _ encia~ de la modernidad
Con,e"ll
Parsons, el o bjetivo preeminente de la sociología es e! de resolver de los intereses de predicción y control. Existen dos destacadas
«problema del o rden ». El problema del orden es crucial para la . pos , nes de este tema. U na es de que la sociología suministra in
terpretación de la dem arcación de Jos sistemas sociales porque "crs lO
f ación sobre la VI a socia1 que pue d e proporcIOn arnos una. lorma
·d · ' L
define como una cu estión de cohesi ón, de lo que hace que un ~r~ otro) sobre las in stituciones sociales similar a la que la física
tema se mantenga unid o frente a la división de in tereses q ue porciona en e1 reIDO de l i S e cree que el conoClnuen to
llC '-0 ' a natura eza. ' ,
a «todos contra todos>,. pr~'ológico va asociado a la relación instrumental del mundo social
No me parece q ue tenga n inguna utilidad e! concebír los al que se refiere ~ que la COnOClm!ento p,ue de ap l'lcarse de m,anera
501. 1 1 · .
sociales de esta manera 10 ; al contrario, pienso que deberíamos _enológica para mterverur en la Vida social. OtrOS auto res, IDclu
formular la cu estjón de! o rden como un problema de cómo es ~codo a Marx (o, al menos, el Marx de ciertas interpretaciones),
los sistemas sociales «co hesionan » el tiempo con el espacio. El ~On1an una postura diferente. Para ellos la clave está en la idea de
blema del orden se ve desde aquí como uno de distanciamiento utilizar la historia para hacer histo ria», es decir, que los resultados
tiempo JI espacio, es decir, de las condiciones bajo las que el ti de la ciencia social nO pueden ser aplicados sobre una materia inerte
y el espacio están organizados de man era que conecten la pr sino que han de filtrarse a través de la autocomprensión de los agen
con la ausencia. Esta cuestión ha de distinguirse conceptualmente [es socIales.
la de «demarcación » o «delimitación » social del sistema. Las Lndudablemente esta última visión es más refinada que la primera
dad es modernas (el estado nacional) en todo caso, tienen a pesar de ser también insuficiente, y a que su noción de la reflexi
definidos sus límites ; pero todas esas sociedades están también vidad es demasiado simple. La relación entre la sociología y su ob
tretej idas con laz os y conexiones que atraviesan el sistema saciaDO jeto - las acciones human as en las condiciones de la modernidad- ,
!ftico del estad o y e! orden cultural de la «nación ». Práctica ha de entenderse a su vez en términos de «doble hermen éutica» 11.
ninguna de las sociedades premodernas estuvo tan delimitada El desarrollo de) conocimiento sociológico es parasitario de los con
los modernos estados nacional es. Las ci vilizacio nes agrarias ten ceptOS aportados por agentes profanos; po r otro lado , las nociones
«fronteras » en el sentido que le es atribuido por los geógrafos, mi lcuJi adas en los metalenguajes de las ciencias sociales, reingresan
tras que las comunidades agrarias más pequeñas y las sociedades ruunariamente en el un iverso de las acciones que fueron inicialm ente
cazadores y recolectores se difuminaban entre grupos circund iomlUladas para descri birlas o dar cuenta de ellas. Pero esto no con
y no eran territoriales en el mismo sentido que lo son las sociedadell duce de manera directa a un mundo social transparente. El conoci
fu ndamentadas en el estado. miento sociológico da v ueltas en espiral dentro y fuera del universo
Bajo las condiciones de mod ernidad, e! nivel de distanciami J~ /<1 ~Jida social reconstruyéndose tan to a sí mism o com o a ese uni
entre e! tiempo y el espacio es mucho mayor que inclu so en •erso como parte integral de ese m ism o proceso,
civilizaciones agrarias más desarrolladas. Pero hay más que una Este es un modelo de reflexión, pero no uno para el cual haya
pie expansió n en la capacidad de Jos sistemas so ciales pa ra ' u~ sendero paralelo entre la ac umulación de conoc imiento socioló
e! tiempo con el espacio. De bemos mirar en profu ndi dad al gico pOr un lado, y el acrecentamiento constante de! conrrol del
en que las instituciones modernas se «si túan » en el tiempo y el tl,esarrollo social por e! otro, La sociología (y las o tras ciencias so
pacio para iden tificar alguna de las características distintivas de (laJ es 9 tratan con seres hu manos vivientes) no desarrolla un co-,
ue
modernidad en su totalid ad. n~clmlento acumulativo del mismo modo en que lo hacen las cien
III. En varias de las -de otra manera divergentes- formas de f~as naturales . Al contrario, la «incorpo ració n» de nociones socio
pensamie nto, se entiende la sociología como generadora de un co oglcas o de pretensiones de conocimiento dentro del mundo social,
nocim iento so bre la vida social modern a que pu ede ser utiliz.ado en no es Un proceso que pueda ser encauzado, ni por quienes lo pro
I
74 ) Antho ny ~jdde.ns, NrtW Rllles 01 SO('Jological MerhoJ (Londres: Hutchi nwn ,
1(
10 He e bb or~do las razones de ell o en Const;wtion 01 Sonet)' , - (onSfIIl4/lOn 01 SociC'ty.
8. 28
cias de 13 modernidad 29
,QnsecueJ1
ponen, ni siquiera por los poderosos grupos de las entidades . ión del tiempo q ue configuraba la base de la vida cotidiana,
namentales. No obstante, el impacto práctico de la ciencia I'sn~fcba siempre, al menos para la may oría de la población , el tiem
de las teorías sociológicas es en orme y los conceptos y hall v JO"~ a el espacio y era normalmente imprecisa y variable. Nadie
socio lógicos están constitutivamente involucrados en lo que es po d~o~aber la hora del día sin hacer referencia a otros indicadores
modernidad. Mas adelante desarrollaré detalladamente la im po.. Ia_espaciales: el «cuando» estaba casi universalmente conectado
cia de este punto.
l .donde» o id ' f' d o por Ios regu lares aconteCImIentos natura-
50,10
enu lea . .
Aquí q uiero discutir que si hemos de captar adecududlllt:nte t. El invento del relo j mecánico y su difusión a todos los miembros
naturaleza de la modernidad, hemos de escapar de las pe J~' la población (un fenómeno que en su primera etapa se remonta
sociológicas existentes en cada uno de los aspectos ya menc inalcs del siglo d ieciocho ), fueron de crucial importancia en la
Hemos de dar cuenta tanto del extremo dinamismo como del .l paració n del tiempo y el espacio. El reloj expresó una dimensión
global de las instituciones modernas y explicar la naturaleza de ~:liforme del tiempo «vacío » cuantificándolo de tal manera que per
discontinuidades con las culturas tradicio nales. Llegaré a una mitió la precisa designación de «zonas » del día (v. g.: "la jornad a
terización de eSas culturas más adelante, planteando antes que laboral..) 12.
una pregu nta: ¿de dónde su rge la natural eza dinámica de la El tiempo es tuvo conectado al espacio (y al lugar) hasta que la
nidad? Varios conjuntos de elementos pueden distinguirse al uniformidad de la medida del tiempo con el reloj llegó a emparejarse
lar una respuesta y cada uno de ellos es relevante tanto a la o;u11 la uniformidad en la organizació n social del tiempo. Este cambio
en sí mism a, como al carácter universalizador de las instit .:oincidió con la expansión de la modernidad y no llegó a comple
modernas. tarse hasta este siglo. Uno de sus aspectos más importantes fue la
El dinam ismo de la modernidad deriva de la separación del homologación mundial de los calendarios . Todos seguimos en la
po y el espacio y de su recombin ación de tal manera que aClualidad un mismo sistema de datación: la proximidad del «año
un a precisa «regionalización » de vida social ; del desanclaje de 2000." por ejemplo, es un acontecimiento mundial. Siguen coexis
sistemas sociales (un fenómeno que conecta estrechamente con liendo distintos "años nuevos», pero han sido subsumidos en una
factores involucrados en la separación del tiempo y el espacio); manera de fechar que para todos los usos y fines se ha hecho uni
del reflexivo ordenamiento y reordenamiento de las relaciones versal. Un segundo aspecto a considerar, es la estandarización del
les, a la luz de las continuas incorporaciones de conocimiento tiempo a través de dist intas regiones. Hasta fin ales del siglo dieci
afectan las acciones de los individuos y los grupos. Anali zaré n~cve , diferentes regiones dentro de un mismo estado solían tener
detalladamente (lo que incl uirá un a primera mirada a la cuestión tlempos» diferentes , mientras que, entre las fronteras de los esta
la confianza o la fiabilidad), comenzan do por la ordenación del dos, la situación era, incl uso, más caótica 13.
po y el espacio. ~I «vaciado temporal » es una p recond ición para el «vaciado es
paCIal ,. y como tal tiene prioridad causal sobre éste po rque, como
~oskndré más adelante, la coordinación a través del tiempo es la base
Modernidad, tiempo y espacio eC Ontrol del espacio. El desarrollo del «espacio vacío » puede en
tenderse en términos de la separación del espacio y e! luga r. E s im
Para comprender la estrecha conexión que existe entre la
nid ad y la transformació n de! tiempo y el espacio, debemos come....
ar por trazar algunos Contrastes en la relación tiempo-espacio en
mund o premoderno .
Todas las culturas premodernas poseyeron modos de cálculo
tiempo. El calendario, por ej emplo, fu e un rasgo tan distintivo
--
ponante recalcar la distinción entre esas dos nociones ya q ue erró
neamente suelen utilizarse como sinónimos. El «lu gar» q ueda mejor
...
rvi.nilr Zerubavel, Hidden Rhythms: Sch eiudes and Calenda rs in SOCIa! LIJe
l¡'j' ,
.ago· U· e .
S· OI V rSlty of Chicago Press, 198 1),
1,
ttld 19~jhen Kern, The e,/hu re 01 Time and Space 1880-191 8 (Londres: Weiden
Jos estados agrari os como lo fuera el invento de la escritu ra. PerO ).
9. 30 encías de la modernjdad 31
consecu
conceptualizado a través d e la noción de <docal,., que se rdiere a b actividad social. Esto queda fácilmente demostrado po r el
asentamientos fisi cos de la actividad social ubicada geográfi recIa ~ del horario. Un horario, tal C Omo el listado d e llegadas y
te 14 . En las sociedades premo dernas casi siempre coinciden el C:1 cnd del tren, pu ed e parecer a pr im era vi sta, un mero listado tem
1p
cio y el lugar p uesto q ue las dimensiones espaciales de la vida "lh l pero en reaI'dad es una estratagema puesta en marc ha para l a
~. 3S I
ora
en muchos aspectos y para la mayoría de la po blación, están r 1 ~ación del tiempo y el espacio, al indicar tanto "donde » como
n el Ido" /lega el tren, y como ta l ' 1 comp1 .a coor d"maClOfI
,permite a eJ ,
nadas por la '< resencia» - p or actividades localizadas. El
p
• (tla r . , d l de
miento de la modernidad p aulatinamenre separa el espacio del los trenes, sus pasajeros y carga, a traves e argos trayectos
Je .
al foment ar las relaciones entre los «ausentes » localizados a di .cmpo-espaclo.
de cualquier si tuación de interacción cara-a-cara. En las cond !I . Por qué es la separación entre tiempo y espacio algo de tanta
de la modernidad, el lugar se hace crecientemente . p~rtancia para el dinamismo extremo de la modernid ad?
1111 Fn primer lugar porque es l pnm era con d' "
a ' IClon para eI proceso
es decir, los aspectos locales son penetrados en profundidad y
figurados por in fluencias sociales q ue se gen eran a gran .. de dt!sanclaje q ue an al iz aré más adelante. La separació n tiempo- es
ell os. Lo que estructura lo local no es simplemente eso que pacio y su fo rmación dentro de estandari zadas y «vacías» dimen sio
escena, sino que la «folm a visibl e» de lo local encubre las
m:S, corta las conexiones q ue existen entre la actividad social y su
relaciones que determ inan su naturalez a.
anclaje» en las particularidad es de los contextos de presenci a. Las
La dislocación entre espacio y lugar no está, como en el caso instituciones " desvinculadas» extien den enormemente el ámbi tO de
tiempo, ligada estrechamente a la aparición de los métodos distanciamiento entre ti empo-espacio y este efectO es dependiente de
mes de medida. Los medios de subdividir adec uadamente el I ~ coordinación conseguida entre ti empo-espacio. Este fenómeno sir
siemp re han resultado de más fácil d isposición que aquellos n: para abrir un abanico de posibilidad es de cambio al liberar de las
al tiempo. El desarrollo del «espacio vacío » va ante todo restricciones impu estas por hábi tos y prácticas lo cales.
d os conj un tos de facto res : aq uellos que permiten la rep resentaci Segundo, produce los mecan ism os d e engranaj e d el rasgo distin
del espacio sin referirse a un lugar privilegiado, 10 qu e aportaría tivo de la vida social moderna: la organización racionali zada. Las
situació n de ventaja, y aquell os que hacen posible la orgmizaciones (incluyen do en ellas los estados modernos) algun as
d e diferentes unidades espaciales. E l «descu brimien to >' hecho veces adolecen de esa cualidad, un tanto estática e inerte que Weber
vi ajeros o por explo radores occid entales de «rem Otas" regiones 3~oci ara a la burocracia, sin embargo, más frecuentemente po seen un
m un do , proporcionó la necesaria base para es tos dos co njuntos dinamismo que co ntrasta fuertemente co n los órdenes premodernos.
fac tores. La progresiva cartografía del globo, que llevó a la Las instituciones mod ernas pueden aunar lo local co n lo global en
de m apas mundiales, en los que la perspectiva no jugaba un fl~rmas que hubieran res ultado impensables en sociedad es más tra
significativo en la representaci ón de las posiciones y formas (hclO nales y al hacerl o así normalmente influyen en las vidas de
fi eas, confi guró el espacio como «independiente» de cualquier muchos millones de seres hum anos .
o región partic ular. J Tercero, la historicidad radical que va asociada a la modernidad,
La separación entre tiempo y espacio no de bería verse como . t pende de modos de " inserció n» dent ro del tiempo y el espacio
desarroll o unilineal en el que no se presentan cam bios d e .. Inalcanzables para las civilizac iones anteriores. La «histOria» como
o q ue abarq ue a la totali dad; al contrario , como todas las ten ~~ ro~~ación sistemática del pasado que ay uda a configurar el futuro,
d e desarrollo, tam bién tiene rasgos dialécticos q ue provocan ~~:blo ~u primer impulso con el tcmpran? s~rgil:úentO de lo s esta
terísticas con trap uestas. A ún más, la separació n del tiempo y el . agncolas, pero el desarro llo de las mstltuclOnes modernas le
pacio proporciona una base para su recombi nac ión en lo que ~r~porcionó un nuevo y fu ndamental ímpetu. El sistema estanclari
e l. O de datar, ahora mundialm ente reconocido , so stiene la ap ropia
.. IÚ~ de un pasado unitario, a pesar de que mucha d e esa «historia»
,SI,, · .
.. Gidden~. The Constitlltion o( Society. ~UJ eta a Interpretaciones contrastantes. Además, dado el mapa
10. 32 encias de la modernidad 33
consecu
global de! mundo que generalmente se acepta, e! pasad o unitario '_ 'cas de los individ uos o grupos que los manejan en una parti
mundial ; e! tiempo y e! espacio han sido recombinados para t~rtl _oyun{Ura , Se pueden disti nguir varios tipos de señales simbó
un genuino marco histórico-mundial para la acción y la exoenpn...l .:,u af ~orno por ejemplo los m.edios de legitimación política, pero me
_'ré - '1'
leas, en la sena1 slm bo Ica d e1 d'
' lQero _
,~ n~a naturaleza del dinero ha sido ampliamente di scutida en so
Desandaje ,: lo"ía y naturalmente cons tituye una preoc upación permanente de
~IO "
I economía, En sus pnmeros escntos, Marx 11 amo
' ' 'al d' ro ,<la
me
Permitaseme abora pasar a considerar el desanclaje de los 3 t:1'll universal» , un medio de intercambio que niega el conteni do
0l
mas soci ales. Por desanclaje entiendo el «despegar » las ~ bienes Y servicios al sustituirlos por un signo impersonal. El di
sociales de sus contextos locales de interacción y reestructurarlas nero permüc el intercam bio de todo por todo sin prestar atenci ón
indefinidos intervalos espacio- temporales. a si los bienes en juego comparten entre sí al guna cualidad substan
Los sociólogos han tratado frecuentemente la transición del tiva, Los comentarios críticos de Marx sobre el dinero prefiguran su
do tradicional al moderno en términos conceptuales de posterior diferencia,ción entre el ~7alo:~ de-uso y el valor-de-cambio.
ción» o de «especialización funcional ,> . Según este enfoque El din erO hace pOSIble la generaliz aclOn del segundo dad o su papel
, 16
el cambio de sistemas de menor escala a civilizaciones agrícolas y Je «mera mercan cla » .
ahí a las so ciedades modernas, puede verse corno un proceso Con todo, la conceptualización más compleja y de mayor alcance
progresiva diversificación interior. Se pueden hacer distintas sobre las conexiones en tre el dinero y la mod ernidad, es la desarro
ciones a este enfoque. Suele vincularse a una perspectiva lI:uia por Simmel 17, Retornaré a ella en breve porque sobre ella
nista; no presta atención al «problema de demarcación » en el trazaré mi argllmentación sobre el dinero como mecanismo de "de
de los sistemas sociales, y muy frecu entemente depende de ~ancl aje •. Entre tantO debe anotarse que, más recientemente, la preo
funcionalistas 1 ~ . Aún más importante para la presente discusión, cupación por el carácrer social del din ero, form a parte tanto de la
m bargo, es el hecho de no dirigirse en forma satisfactoria, obra de Talcott Parsons como de la de NikJas Luhmann. Parsons es
cuestión del distanciamiento entre tiempo y espacio . Las noci mas importante aq uí. Según Parsons, el din ero es uno de los d istin
de diferenciación o especialización funcional, no son apropiadas tos tipos de " medios circu lantes>' en las so ciedades modernas dentro
tratar el fenómeno de la regionalizaci ón del tiempo -espacio que d~ los que también incluye el poder y c1lenguaje. Aunque las apro
cen los sistemas sociales. La imagen que evoca el «desanclaje .., xlm aci ones tanto de Parsons como de Lu hmann, posee n ciertas afi
pacita mejor para captar los cambiantes alineamientos de ti nIdades Con la que me propongo desarrollar más adelante, no acepto
pacio que son de básica importancia para el cambio social en el ~arco principal de sus enfoq ues. N i el poder ni el lenguaje p uede
y para la naturaleza de la modernidad, en particular. c:.qulp a:~se al dinero o a otros elementos de «desand aje». E l pod er
Deseo hacer un a distinción entre dos tipos de mecanismos ~ 1:1 Utl!tzación del lenguaje son rasgos in trínsecos de la acción social
desanclaje q ue están intrínsecamente implicados en el desarrollo ~n un plano muy general, nO fo rm as sociales específicas,
las institucio nes sociales modernas . Al primero de ellos lo ¿Qu¿ es el d inero? Los economistas nun ca se han puesto de
la creación de «señales simbólicas»; al otro lo denom inaré el atucrdo . al respon d er a esta pregun ta, P " es Key nes qUIen
b ero qUlza '
blecimien to de «sistemas expertos ». ~r? ~blemente nos o frece el mejo r punto de partida. Uno de los
Por señales sim bólicas qui ero decir med ios de intercambio c:I ~Clpales rasgos sobre los que hace hjncap ié Keynes es el distintivo
---
pueden ser pasados d e unos a otros sin cons ideración po r las r,l.ter d e1 d'mero, cuyo n,guroso an áli'SI.S, separa su o bra d e esas
cr .
~I O l1 es del pensamiento económico neoclásico en las que, como
I~ Para una crítica del fllnc ionalismo, véase Anrho ny Gi ddens, .F¡meuon- . l. K
apres la lutu. , en su Smdies in SOClal m d Politlcal Theory (Londres: HlIlchin5t 1: e'lrt M~rx, Gmndrissc (Harmo ndswonb : P enguLn, 1973), pp, 14 1, 145, 166-67,
1977). q'rg Simmel, TIJe Phi/Mopln' ni MriTIr'V (Lon dres: Rout1 ed~e. 1978) ,
11. 34 35
COJÚel'tlencias de la modernidad
dice Lean X' alras, «el dinero no existe» l H. Key nes empi eza por . d(!!leÍa, o en otra:. palabras, de auto -movilidad .. .EI poder del din ero
tingu ir entre el dinero-e n-cu enta y dinero-propiam enre-di cho 19. J~p cn unar distancias posibilita que el propi etario )' sus propiedad es estén
esta prim era for ma, dinero se id entifica con deuda. El denom' f,·¡rJ llcJ'ado s que ': 3 da unO pue d a seguu' sus propios preceptos en mucha
3 . ' .
«dinero-mercancía », es el primer p aso en el cam ino de la lJn . r medida que cuando am bos se encontra ban en rel 'lOn mutua d'¡recta,
aC ,
nlJ' o,s cuando eI compromiso econom¡co era tam b"len un o persona 1- 1.
' . " '
mación de la economía de trueq ue en una monetari a. Una trans cs[lJ L
elem ental se inicia cuando los reconocimi enros de deudas
substiruirse por m ercancías en el pago de transacci ones . Ese « , 1 desanclaje propo rcionado por las modernas economías del di
.
táneo reconocimiento de deuda» puede ser em itido por c . ; eS enormemente mayor qu e el existente en cualesquiera de las
banco y representa «dinero bancario». El dine ro bancario es n'1 I' "~3ciones premodernas en las que existía el din ero. H asta en los
.
''~II . ,
conocimiento de una deuda pri vada, hasta que llega a ser , istem as monetanos mas desarrollados de la era premoderna, como
m ente d ifund ido. T al movim iento hacia el dinero p ro piamente lt, fu e el Imperio rom an o , n o se avanzó más aUá de lo que Key nes
implica la intervención del estado ca m a garante del valor. denominaría dinero -de-m ercancía en fo rma de acuñ ami enro mate
estado (que aquÍ quiere decir el moderno estado nacional), es rial . Hoy, el «dinero-propiamente- dich o», es independiente de las
de transfonn ar las tran sacc ion es de deuda privada en medios m,meras en que es r epresentad o al configu rarse en simple informa
darizados de pago; en o tras palabtas, es capaz de co nseguir el riún anotada en cifras sobre un impreso de ord enado r informático.
libri o entre la deuda y el créditO en lo que respecta a un i Por ¡:meo, no es correcta la metáfora qu e uti liza Parsons al decir q ue
número de transaccio nes. es un «medjo que circula,•. El dinero circul a acuñado o al contad o;
E l dinero en su form a desarrollada se defi ne ante todo en pero en el mundo del ord en económ ico moderno, la inmensa ma
nos de crédira y deuda allí dond e ésas se refieren a una plu "uría de las transacciones no asumen esa fo rma . Cemcini hace notar
de intercambios am pliam ente extendidos. Y ésta es la razón que las ideas convencionales de que el di nero «circula." y que puede
cual Key nes relaciona estrechamente el di nero con el tiempo ,cr concebido como u n «flujo », son esencialmeme engaños as 22 . Si
dinero es un medio de prórro ga que provee lo s m edios para el di nero fluyera, digamos como el agu a, su circulac ión se expresaría
el crédito y la deuda en las circunstancias en las q ue el int din:ctamente en té rminos de tiem po y de esto se desprendería que
in mediato de prod uctos es imposible. P odemos decir que el di .1 m:t)'or velocidad, más estrecha habría de ser la co rriente p ara una
es una manera de abrir un paréntes is en el ti empo, liberando de mismJ cantidad de (l uido por cada un idad de riempo . En el caso del
fo nna las tran sacciones de un particular medio de intercambio. di?l'TO esto significa ría q ue la cantidad req uerida para una tranSac
decirlo más exacta mente en los términos ya tnrrod ucid os, el C dada, sería proporcio na l a la velo ci dad de su circ ulación. Pero
lon
es un medio de distanciamiento entre tiempo )' espacio. El ~s una auténtica tontería pensa r que el pago d e 100 libras esterli nas
permite la verificación de transacciones en tre agentes ampli pudría hacerse igu al con 50 O la libras. E l d inero no se relaciona
separados en tiem po y es pacio. Simmel caracterizó bien las' c~n el tiempo (o más exac tamente con el tiempo-espacio) como un
ciones espaciales del d inero al afirma r qu e: JlUJo" , . S10 0 precisamente como un medio de aunar al tiempo con
e l'Spaclo al enlazar instan taneidad y ap lazami ento, presenci a y au
...el papel del dinero va asociado a la distancia entre su posesión )' el ~~nCla . Como diría R. S. Saye rs, "N in gún ac tivo se pone en acción
vid uo ...só lo si el beneficio de una empresa se configura de manera lOmo, medio de intercambio, salvo en el p reciso mo m ento en que es
--
mente transferible a otro lu gar, quedan garantizados, a través de la 5 tran~ferido de una propied ad a Ol ra en pago de alguna transacción » 23.
ción espacial, ta nt O la propiedad corno d propietario, un alto nivel de
~rnmel~ Pbilosophy flf Mane)', pp. 332-33.
I ~ Leon Walras, E/emenl5 flf PureEconomKs (Lond res: Allen and U nwin. 1
k~~Lln¡. MoneJ'. Incame ~" d Time. . . .
19 J. M. Keynes. A Trl'atise on Mon ey (L ondres : Macmillan, 1930).
"~Iitl d' Saycrs, -Monetary 7bougJJI and Monetary f'o/iey /TIEI/g/and. , EnmomlC
la V':ase Alvaro Ccncini, Mem/:)'. In come and Time (Lo nd res : Pi nte r. 1988).
, 'C'emb re, 1960; citldo en Cenein i. Moncy, l ncoml' and Time, p. 71.
12. 36 COl1secuc:ndas de Ja modernidad 37
E l dinero es un ejemplo de los mecanismos de desancll1je que . d ser en sí mismo, un a definitiva conex ión y unidad, una cierta
asociados a la modernidad . No intentaré detallar aqu í la sub ~l'r ~. 'rencia en nues tra concepción sobre ello, una seguridad y la
contribución de la economía desarrollada del dinero al car •'l)nSI~cia de res. ' en l a entrega d I qu e SJ
IstenCIa e ego a su concep to, '
las instituciones modernas; sin embargo, el "dinero-pro piam l~senpuede descansar sobre razones particulares, no llega a explicar
cho», es, desde luego, parte in herente de la vida social moderna, ¡'IC~4 En una palabra, la fia bilidad es un a fo rma de "fe» en la que
como un tipo específico de signo simbólico. Por ejemplo, una de :~"co~fianza pues ta en resultados probab.l~s expre~~ un compromiso
formas más características de des anclaje en el períod o . algo. más q ue una mera comprenslO n cognitiva. Desde luego
la exp ansión de los mercados capitalistas (incluidos los .o~ las formas d e fia bilidad implicadas en las instituciones moder
monetarios), relativamente rec ientes en su extensión in qu como detallaré más adel ante, en lo que respecta a su naturaleza,
nJ~,
El dinero p ropiamente dicho es esencial para las distintas Jescansan sobre vagas y parCIa les comprensIOnes d e 1a « b ase d e su
. .
cio nes que esto implica. T ambién es , com o anotó Simmel, conocimiento».
a la natu raleza de la posesión de propi edad y a la enajenación Miremos ahora hacia la naturaleza d e los sistemas expertos. Al
mi sma, en la actividad económ ica moderna. Jc.:ir sistemas expertos m e refie ro a sistemas de logros técnicos o de
Todos los mecanismos de desan claje, así sean señales ~,pe riencía profes ional que organi zan grand es áreas del entorno ma
o sistemas expertos, descansan sobre la noció n de flabilidad *. taial y social en el que vivimos 25. La mayo ría de las personas p ro
tanto, la fiab ilid ad va im plicada, de manera fundame ntal , en las iJnas, consulta a los «profesionales » -abogados, arq uitectos, médi
tituciones de la modern idad; pero esa fiabilidad no se confieI1 .;os } así sucesivamente-- sólo de fo rma periódica o irregular. Pero
'
individuos sino a capacidades abstractas. Cu alquiera que utilice l o~ sistemas en los cuales el conocimiento de expertos está integrado,
símbolos mon etarios , lo hace asumiendo que los otros, a los infl uyen sobre muchos aspectos d e lo que hacemos de manera «re
nu nca ve, respetarán su valo r. Pero en lo que se deposita la gu lar». Simplemente al sentarme en mi casa, ya estoy implicado en
za, es en el di nero como tal no sólo, ni prin cip alm ente, en las un sistema experto, o en UDa serie de tales sistemas, en los que pongo
sonas con las qu e se verifican las transacciones particulares . mi confianza; no siento particular temOr en subir las escaleras de la
consideraré el carácter general de la fiabilidad, pero limitando Colsa, incluso a sab iendas de que, en princip io , podría colapsarse la
el m omento nuestra atención al caso del dinero y notaremos que estructura. Sé muy poco sobre los códigos de conocim iento utili za
lazos entre dinero y fiabilidad son específicamente anotados y Jo~ por el arquitecto y el constructor en el diseño y construcción
lizados por Si mmel, quien, al igual que Key nes, enlaza la fi JI: la casa, no obs tante, ten go «fe,> en lo que han hecho . Mi "fe,. no
en las transacciones monetar ias con la «confianza>, del pú blico ~~ tamo en ellos, aunq ue tengo que confiar en su comp etencia, sino
misiones gubernamentales. ~ n la autenticidad del conocimiento experto que han aplicado, algo
Simmel distingue la confianza en· el din ero del "débil co qu.: normalmente no p uedo verificar exhaustivamente por mí mismo .
to ind uctivo.,. implicado en la ejecución de muc has Cu alldo salgo de la casa y m e meto en mi coche, entrO en un
Así, si un granjero no confiara en que su p arcela daría c~ccnario que ha sido cuidadosam ente permeado por el conocim ien
próximo año , comO había dado en los años anterio res, sim [o experto, comprendiendo el diseno y construcción de aUTomóviles,
no sembraría . Pero f iabilidad en el din ero imp lica más que un c;¡~rcteras, intersecciones, semáforos y otros muchos detalles. Todos
culo en la confianza de probables aco ntecimientos futuros. ~,¡ c~os que conducir un coche es una actividad peligrosa q ue lleva
dice q ue la confianza existe cuando «creemos en » alguien o en ~~nslgO el riesgo de accid ente. Al aceptar salir en coche, acepto el
princ ipio; «expresa el sentim ientO que existe entre nuestra noci Icsgo, pero me fío del susodicho experto que garantiza que ese
Como se ve rá más adelante, el autor hace una disrinci6n emre los
ingleses mm y confidence. Aq uí se trad ucirán po r fiabilidad y confianlit; y en
------
"'~I
~'¡mmeJ. Phllosophy o[ Mo ney.
}(If I.~~ Freldso n , Pro[l!SSional Pou'ers: A Sru dy in tbe / nstllutionalízarior/ oi For
ocasiones, t ru5t se trad uci rá por ccmf/.a1/za. (N. dt"! 7. )
a ... ~dge (Chicago : Unive rs iry of C hi cago Pres s. 1986).
13. 38 J.lostCuenCi:l5 de la modernidad 39
peligro ha sido minimizado en lo posible. Poseo m uy p oco 1~.1bjlidad
m iento sobre el funcionami ento del coche y si algo dejara de
cio nar, sólo podr ía llevar a cabo reparaciones insignificantes. fl té rmino fiabilidad (fi arse) surge frec uentemente en el lenguaje
mín imo conocim iento sobre la man era en q ue se construye u 'J' nO 26. Algun os sentidos del términ o, si bien tienen amplias
rretera, el mantenim iento de la superficie asfaltada o los orden
(L
, 'dades con otros usos , So n d'Imp 1"IcacJO nes re 1 .
l{1 13
e atIvamente l Igeras.
'
JIO I J'
': persona que OIce «co 10 uf' q ue estes b' ,. q UI.ere d ' norma 1
, len eClr
informáticos que co nt rolan el t ráfi co. C uando aparco el coche
aeropu erto y subo a bordo de un avión , entro en ot ro sistema L nlt~ poco más que lo que dice al fo rmular la amable preocupación
perta en el qu e todo mi conocimiento al respecto se reduce, d' . espero que tenga bue na sal u d ,. - aunqu e }[l C1
Jl1cn . uso aq w' «con f'lan
mejor de los casos, a lo más rudimentario. z:' conlleva una impljcación más fuerte que «espero », y q uiere sig
' fi~lr algo más parecido a «espero y no tengo razón para d udar...
Los sistemas expertos tienen en común con las señales si.
que remu even las relaciones sociales de la inmediatez de sus ~~ acritud de fe o fiabilidad q ue comprende la palabra «confianza»
to s. Los dos t ipos de desanclaje suponen, y tam bién n contextoS más signific ativos está todavía por revelarse. C uando
separa~i ó n entre tiempo y esp acio paralelam ente a las e ,~ dice «me fío de la co nd ucta de X", esta im pl icación es más pro
para la dütanciación tiempo -espacio q ue promueven . Un SIStema. nunciada, aunq ue no m uch o m ás allá del n ivel del «conocimien to
perta desvincula de la m isma manera q ue las señales simbóli,.. inducrivo déb.i l... Aq uí se reco no ce qu e se puede confiar en q ue X se
ofrecer «gar antías» a la s expectativas a través del distanciado wmpo rtará así dadas apropiadas circunstancias. Pero esos usos del
po-espacio. Esta «elasticidad .. d e los sistemas sociales se logra Icm lino no interesan demasi ado para la cuestió n a d il ucidar en la
naturaleza im person al de las p ruebas q ue se aplican p ara eval presentt: discusión, porq ue no remiten a la cuestión de relaciones
conocimient o técnico, y por la crítica públ ica (sobre la q ue d ~(),iales que va incorporada en el té rmino fiabihdad, ya que no se
la produ cción del conocim iento técn ico) utilizada para c rdicren ;] los sistemas que perpet úan la fiabilidad, sino que se refie
forma. ~n a la conducta de otros ; la persona aqui implicada no es llam ada
Repitiendo, diré que para la person a profana, la fi abilidad '~ demostrar la fe q ue impljca la fiabilidad en sus si gnificados m ás
sistemas expertos , no depende de una plena in iciación en esos profundos.
cesos, ni del domi nio del conocim iento que ell os producen. La La principal defi n ició n de fiabilidad (trust) q ue d a el Oxf01'd
bilidad, en parte, es inevitablemente u n anículo de de» . Esta fI¡g/ish D¡ctionary, la describe como «confianza en (o fiabilidad en)
puesta no debe simp lificarse excesivamente. Un elemento de lo ~l[; unas cualidades o atrib utos dr una p ersona o cosa, o en la verdad
Sí mmel llama el «conocimiento inductivo débil» está, sin duda, de una afirmación », y esta definición n Os proporci ona un útil punto
sente m uchas veces en la fia bilidad q ue actores profanos fe partida, ConfIAnza y fiab ilidad están claram ente relacionadas con
en los sistemas experto5. Existe u n elemento pragmático en la ;¡ fe d~ la que ya he ha blado siguiendo a Simmel. L uhmann , aun
que descansa so br~ la experiencia compro?ada de que tale~ sistawl rr.:conociendo que confianza y fiabilidad (confidence y trust) ':- van es
generalmente fu nCIOnan como deben fu nCIOnar. Adem ás, trecu. ~echarnente unidas, hace un a d istinción entre las dos que es la base
mente existen agencias reguladoras que están sob re y por e Un trabajo sobre la fiabilidad :a. Segú n él, fiab ilidad (trust) ha de
las asociaciones ll amadas a proteger a los consumidores de los
mas expertos, cuerpos encargados de em iti r licencias para . Ln l. ~iguitnte d iscusión he tonudo varios m ~tcriales in éd ito s que me ha pro
rQUll;wlI Deirdre Boden, Sus ideas son de importancia esenci31 en el enfoque qut'
ria, vigilar normas de fabricación de material aéreo y así ~rrlJIUre en esta SCCClon, y, verdaderamente, para e 1 conjunto d e eS.1e J'b ro ,
. ', '
• I
11101' .11 Contr3rio q ue ~n castell ano donde fiar y confIa r tienen un a raíz COmún, ~n
mente. N inguno de éstos sin embargo, modifica la
que todos los factores de desan claje im plican una actitud de ti 'n.st
~ . ' • y <confidence, no la tien e.n .. . {N. del T.}.
dad. Permitaseme ahora cons iderar cómo podríamos entender Ifll!i", / "~$ Luhman.n , TrIIst and Power (Chicheslcr: W iley. J 979); L uhmann• • Fa
la noción de fi abi bdad , y cómo la fia bilid ad va conectada, de ltltl! I,r"l.rtnjidencc, Trust: Problems and AllL'T1/ati'1Jl's. en Diego G:I.ID berta, .:oord.,
manera gen eral , al distanciam iento tiempo-espacio. lIlg ,znd Hrakmg Coopera/Iv/' Rel.1tirJYIs (Oxfo rJ: Bla.kwell . 1988).
14. 40 ':as de la modernidad 41
Orl~tCUel1Cl
com prenderse específicamente en relación al «riesgo », un bl dad en otros; en circunstancias de fiabilidad, la persona asu
que sólo aparece en el período moderno ':.. La noción se origina 'LI¡~J t~pa y puede llegar a arrepentirse de haberse f i4do de alguien
la comprensió n de que resultados imprevistos pu eden ser conseCl'" nlt~ ,3. ~go. La distinción entre fia bilidad y confianza depende de si
cia de nuestras p ropias actividades o decisiones, en lugar de ser l' I.k ilidad de frustración está influenciada por la propia conducta
presió n de ocultos significados o de la natural eza de las 1.1 ~~Sl y por tanto por un a correlativa discriminación entre riesgo y
intenciones de la divinidad. El término 1'iesgo reemplaza pr¡.' lao. Dado que la noción de riesgo es rel ativamente reciente, Luh
mente lo que con anterioridad sc pens ó como fort una (fatauuaaL pr tgr sostiene que la posibilidad de separar riesgo y peligro debe
nn
queda separado de las cosmologías. Fiabilidad (<<trust») , p d .- arse de las caraCtenstlcas dea mo derm·dad . E n esen C1.a, 1 no
n13 " 1 ' a
conocimiento de las circunstancias de riesgo, mientras que ("()nt. ~ __ • _.en proviene de la comprensión del hecho de que la may oría de las
(tt confidence») no lo presupone. Tanto fiabilidad como ~lO;ungencias que afectan la actividad humana son humanamente
hacen referencia a expectativas que pued en ser fru Stradas o ,0;3cla5 v no solamente dadas por Dios o la naturaleza.
nuid as. Confianza, tal como la utiliza Luhmann, hace también er l t!~foque de Luhm ann es importante y dirige nuestra atención
rencia a una actitud que da casi por supuesto que las cosas .1 cierto número de distinciones conceptuales que han de h acerse
permanecerán estables: p.1r.l comprender lo que es la fia bilidad . Pero nO creo que debamos
.:úntentarnos con los detalles de su conceptualización. Segu ramente
Lo n o rmal es la confian za. Uno confía en que sus expectativas no q tiene razón al distinguir entre fiabilidad y confianza, y entre riesgo
defra udadas; en q ue los político s inten tarán evitar la guerra; en q ' pel igro, como tamb ién la tiene al afirmar que en algún sentido,
coches no se estropearán ni se sa ld rán re peminament e de la calzada iúdos esos ténninos van entrelazados. Pero no sirve de nada el en
term inar atropellándo nos mi en tras damos el vespcnino paseo dominic
lazar la noción de fiabilidad a las específicas condiciones en las que
es posible vivir sin íormarse ex p ectati vas resp ecto de las contingencias,
1.15 personas contemplan conscientemente cursos alternativos de ac
al gun a medi da, de ben rechazarse las posibili dad es d e qu edar
se rechazan porque sólo representan una remo ta posibilidad, pero ción. Normalmente, mucho más de lo que parece, la fiabilidad es
porq ue no sabemos que más pod emos hacer 28 . La alternativa se ría un estado permanente. Es, y lo sugeriré más adelante, un peculiar
un estado de perman ente incertidumbre y p resci ndir de expectativas lipo de confianza y no algo distinto a ella. Similares observaciones
tener nada con q ue reemplazarlas. pueden aplicarse a riesgo y peligro. No estoy de acu erdo con Luh
manJ1 cuando afirma que «si uno se abstiene de la acción, no corre
Según Lubmann, donde quiera qu e vaya implicada la Jlaou, ningún riesgo» 29 -dicho de otra fo rn1a, si no se aventura a n ada,
la persona, al optar por uoa acción, conscientemente tien e en potencialmente no se perderá nada. La falta de acción frecuentemen
las alternativas. Así, quien compra u n coche de segun da te es a:riesgada y cxisten algunos riesgos que todos nosotros debe
lugar de uno nuevo, se arriesga a adquirir una chatarra; pero mos afrontar nos guste o no , tales corno el riesgo de catástrofe eco
evitar esta incidencia la persona se fía del vendedor de turno o lógIca o de guerra nuclear. Además, no existe una conexión intrin
la reputación de la agenci a. Por tanto, un individuo que no consi eca cntre confianza y p eligro, ni siquiera en la manera en que Luh
las alternativas, entra en una situación de conf ianza, mientras mann las define. E n ci rcunstancias de riesgo existe peligro y éste es
alguien que reconoce esas alternativas e intenta contrarrestar los 'erd~dcramenre relevante para definir lo que es el riesgo- el riesgo
sab id os riesgos. particjpa en una situación de fiabilida d. En la :ue lnlplica cruzar el Atlántico en una pequeña embarcación, por
ción de confianza, la person a defra udada reacciona proyec ~Iernplo, es considerablemente mayor que el que implica hacer ese
talt: en un trasatlántico, dada la variación en el elemento de peli gro
,:. La palabra .ri5k. (, -iesgo) parece haber llegado :ti inglés por vía del eS¡}3nOl(!:O
el siglo xvn, y probablemente a rrav~ s de un [érmlno ná utico que sigmfica
peligro o chocar cont ra un risco.
: < Lu hnunn . - FlIlníliilrtty . , p. 9 • .
--
qUe d lo implica.
" Ibid., p. 100.
15. 42 43
(,'IISCcuenci35 de la modernidad
Prop ongo co ncep tualizar d iferenciadamente la fiabilidad y
n conjun tO dado de resu ltados o acontecimientos , expre
nociones concomitantes. Para facilitar la exposició n,
p~(IJ esa confianza cierta fe en la p ro bid ad o el amo r de o tra
:1 U
elementos impl icados en ello en una serie de d iez p untos en los
"Indo cn en la corrección d e principi os abstractos (conocim iento
o
I'~rsona
se inclu ye una defin ición de fiabilidad, pero en la qu e tam
desarroll a una gama de observaciones relacionadas al res pecto.
.-nICo) En
t~· VI , de las con d ICiO nes d e Ia mo d em!'d ad , Ia f'la b Il' d ad eXIste
' , 'I '
1. La fiabilidad está relacionada co n la ausencia en el .
' el contextO de un conocimiento general de qu e la actividad
el espacio. No habría necesidad de co nfiar en nadie cuyas
..;a .I en 3 _ incluyen do en esta exp resJOn e l Jm pacro d e Ia tecno l o pa
', ' '
humanel mundo maten,al- es crea da sOCIa Jmente y no dad a en 1
I ' a
fueran cOn Stantemente visibles y cuyos procesos mentales
t ransparentes, O fiarse de cualq uier sistema cuyo func ionamiento
o,rcaleza de las cosas o p or in fluencia d ivina; (b) en el ám bito
ra completamente conocido y comprendido. Se ha d icho que la
nJlur rmemente acrecentado de trans fo rmaclOo d e i " ', a aCClOn h umana
bilidad (<< trust») es " un ardid para hacer frente a la libertad a'
. . ~~d ucido por el carácter dinámico de las institucio nes sociales mo
pero la primera condición de los req uisitos de la fiabilidad, no
~cmas, El concepto de nesgo reem plaza al de fo rtuna, pero no por
carencia de poder, si no la carencia de comple ta información.
ue los agentes de tiempos premodernos no sup ieran distinguir en tre
ti. La fiabilidad no está esencialmente ligada al riesgo sino 'l fSg )' peI¡gro, S100 porque representa una a1
' terac " en Ia percep
lon
O
con tingencia, Fiabilidad conlleva la connotación de algo i ción de la detenninación y contingencia, de modo que los lmpera
fren te a resultados contingentes, conciernan éstos a acciones tjl'os morales humanos, las causas naturales y el «az ar» (chance)
d uales o al func ionamiento del sistema, E n el caso de ri~cn en lugar de las cosmo logías religiosas, La noci ó n de «azar", en
agentes hum anos, la presunción de fiabilid ad implica la am su sent ido moderno, surge al m ismo tiempo qu e la idea de riesgo,
d e "p ro bidad» (hon or) o amor. Esta es la razón por la cual VII. Peligro y riesgo van estrecham ente rel acionados, p ero no
bilidad en una persona resulta ser psicológicamente consecuente on IJ misma cosa. La diferencia no depende del becho de si un
el individuo que fía: se le da J la fo n una un rehén mo ral. individuo sopesa o no co nscientemente las alternativas al contem plar
m. Fiabilidad no es lo m ism o que fe en la confianza de II tomar un determinado curso de acción , Lo q ue el riesgo presupon e
person a o un sistema; es lo que deriva de la fe. Fiabilidad 1: el peligro, no necesariamente el conocimi ento del pel igro mismo ,
eslabón entre fe y confianza y es precisamente estO Jo que la 1.;n.l persona que arriesga algo corteja el peligro , ah í donde el p eligro
gue del "conocimiento in d uctivo débil". Este último implica la e, ~tienJe como am enaza al resultado deseado , Q u ien ado pta un
fianza sustentada sobre una especi e de dom inio de las circ -nesgo calculado», es consciente de la amenaza o amenazas q ue en
que justifican esa confianza. i Toda fiabilidad es en cierto tmn en juego en un panicular cu rso de acción. Pero ciertam ente
ciega! 13n1 ~ ién es posible asu mir accion es, o estar sujeto a situ ac io nes q u e
IV, Podemos hablar de fiabilidad tanto al referirnos a las ,n Inherentemente arriesgadas, sin q ue las personas im plicadas en
: las ~t:an conscientes de cuán arri esgad as son. En o tras palabras, no
simbólicas como a los sistemas expertos, pero ten iendo en cuenta
ello descansa sobre la correlación de unos p rincipios q u '
ln CO
nSClentes de Ios pe l'
' ¡gros que co rren,
no sobre la "rectirud moral » (buenas intenciones) de o tros. Vil l. Riesgo y fiabili dad van entretejidos,fiabilidad normalmen
ralmente que el fiarse de las personas es siempre, en alguna me__ te p:estándose a reducir o min imizar los peligros a los que tipos
PJrtlculares de aCtlVlda d estan sUJetos. E xlsten aI gu nas CIrcun stancIas
e l " ' . ' ' '
relevante para la fe en los sistemas, pero concierne más a su
acruación que a su fun cionam ien to como tal. ; a que las pautas de riesgo están insti tucional izad as d entro de un
V, Hemos llegado a la d efinición de fia bilidad. Fiabilidad C3~rcol de [labilidad (invertir en bolsa, deportes peligrosos), En ese
defini rse como confianza en una persona O sistema, por lo que pr~o. a habilidad y el «azar» son los fact ores q ue limitan el riesgo ,
10: 0
normalmente el riesgo es conscientemente calculado. E n todos
.• 0 Di~gu G.ambetta: - Cm WI: T,.u~t Trust? · en G ambetta, T rust. Véase
lt"g:s.ce~arios de fiabilidad, el riesgo acepta bl e cae de ntro de la ca
el impo rtame artículo de John D unn , • Trust ilnd T'ulirical Agl'IIC)'" en el mism ó rl;l el «conocimiento inductivo débil» y en tal sentido, prácti