2. El ser humano es el único ser de la Tierra que puede
establecer una relación personal con Dios. El modo en que se
relacionan los hombres con Dios se llama culto.
Es un deber de la persona humana dar culto a Dios. Cumplimos
este deber con actos de adoración, agradecimientos,
satisfaccion por las culpas y petición de nuevas gracias.
Como el hombre esta compuesto por alma y cuerpo, el culto
puede ser interno y externo:
*Culto Interno: es el acto intimo con el que manifestamos
nuestro amor y adoración a Dios, por ejemplo, una oración
en silencio, un pensamiento de acción de gracias, etc.
* Culto Externo: es el que tributamos a Dios con palabras y
gestos, por ejemplo, la participación e la Santa Misa, el canto
litúrgico, etc.
3. El fin principal del culto cristiano y de la liturgia es
dar culto a Dios, por medio de Jesucristo. El culto a
Dios es un culto de adoración. Pero los católicos
damos culto también a la Virgen María y a los
santos, aunque en este caso el culto es de
veneración, que es distinto del tributado a Dios. En
ocasiones emerge con renovada fuerza un
laicismo militante, que niega a los creyentes la
posibilidad de manifestarse públicamente según
sus convicciones de fe. Este tipo de laicismo, es un
atentado contra la libertad religiosa de las
personas.
4. En el Antiguo Testamento, el día del Señor es el sábado, pues
Dios había declarado santo ese día para conmemorar el
descanso de Dios en el Séptimo día de su creación.
Para los cristianos , el sábado ha sido sustituido por el
domingo, porque este es el día de la resurrección de Cristo.
El domingo como primer día de la semana recuerda la
primera Creación; el sábado como octavo día, significa la
nueva creación.
El domingo es considerado así por los cristianos como el
primero de todos los días y de todas las fiestas: EL DIA DEL
SEÑOR.
En este día (domingo), los fieles se deben reunirse en la Santa
Misa a fin de recordar la pasión, muerte y gloria de Cristo.
5. La iglesia enseña que “Los fieles están obligados a
participar en la Eucaristía los días de precepto, a no
ser de que estén excusados por una razón seria. Los
que deliberadamente faltan a esta obligación
cometen pecado grave” (CEC, n°. 2.181).
La Iglesia impuso este precepto, inspirada en Dios,
porque no hallo medio mas digno para tributar a Dios
que el honor que le es debido y el culto publico de
adoración que se merece. La misa es el acto mas
excelente y sublime que podemos ofrecer Dios,
porque es el mismo sacrificio ofrecido por Jesús en el
calvario, sacrificio de valor infinito, que renueva sin
cesar los altares del mundo entero Nuestro Señor
Jesucristo por medio del sacerdote celebrante.
6. Para cumplir con esta obligación se requiere:
• Estar unidos en la fe de la Iglesia.
• Estar presente físicamente en el lugar donde
se celebra la Santa Misa.
• Prestar atención.
• Asistir a la misa entera.
“Quienes participan de la comunión
eucarística, comen el pan que Cristo nos da
para la vida del mundo” (Jn 6, 51).
7. La acción de Dios en la Creación del mundo es el
modelo de la acción humana.
Si Dios tomo respiro el día séptimo (Gn 2, 1-3) también el
hombre debe “descansar”. El día del Señor es para
disfrutar del tiempo de descanso que les permita
cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa.
“El domingo y las demás fiestas de preceptos, los fieles
absténganse de aquellos trabajos que le impidan dar
culto a Dios, gozar de la alegría propia del Señor o
disfrutar del debido descanso de la mente y del
cuerpo” (CEC, n°. 1,2470).
El descanso dominical es necesario para el hombre.
8. • La Gloria a Dios.
• El bien de la propia alma y la salud del
cuerpo.
• La vida de Familia.
• El bien de la sociedad.
9. Éxodo 20, 8-11
Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis
días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el
día séptimo es día de descanso para el Señor, tu
Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu
hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el
forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días
hizo Dios el cielo y la tierra, el mar y cuanto
contiene, y el séptimo descansó, por eso bendijo
Yahvé el día sábado y lo hizo sagrado.
Así como Dios “cesó el día séptimo de toda la
tarea que había hecho” (Gn 2, 2)
10. Deuteronomio 5, 12-15
Guardarás el día sábado para santificarlo,
como te lo ha mandado el Señor tu Dios... No
harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija,
ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno,
ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que
vive en tus ciudades; de modo que puedan
descansar...