El gobierno vasco declara su apoyo a la Conferencia de París sobre el Clima de 2015 y se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 40% para 2030 y un 80% para 2050 con respecto a los niveles de 2005. También promueve la colaboración internacional, el transporte sostenible, las energías renovables y una economía baja en carbono como parte de un nuevo modelo de desarrollo sostenible.