2. La Biblia es una fuente para la oración. Orar con la
Palabra de Dios es aprovechar las palabras y los
acontecimientos de la Biblia para la propia oración.
3. “Que yo experimente tu amor por la mañana, porque confío en ti;
indícame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma”.
Salmo 143, 8
4. “Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la esperanza. Sólo
él es mi Roca salvadora, él es mi baluarte: nunca vacilaré. Mi
salvación y mi gloria están en Dios: él es mi Roca firme, en Dios
está mi refugio”.
Salmo 62 6-8
5. Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su
victoria.
Salmo 96, 1-2
6. En el culto divino de la Iglesia… se pronuncian comunitariamente
oraciones que proceden de la Sagrada Escritura... Unen a cada
uno con la comunión orante de la Iglesia.
7. La oración personal se purifica, se amplía y se refuerza cuando
entra regularmente en la oración de toda la Iglesia. Es un signo
grande y hermoso cuando en todas las partes del mundo personas
creyentes están unidas a la vez en las mismas oraciones
entonando así un único canto de alabanza a Dios.
9. El Espíritu Santo ayuda a nuestro espíritu a orar.
Por eso debemos repetir continuamente: «Ven,
Espíritu Santo, ven y ayúdame a orar».
10. Alrededor de los grandes santos se han formado escuelas
particulares de devoción. Hablamos de “espiritualidad”: un modo
de seguir a Jesús a partir un carisma particular.
11. “A la tarde te examinarán en el amor;
aprende a amar como Dios quiere
ser amado y deja tu condición”.
12. Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí
Después que muero de amor,
Porque vivo en el Señor
Que me quiso para Sí.
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero:
Que muero porque no muero.
13. "Es necesario que seamos siempre
nuevos, sin dejar que lo viejo se
introduzca en nosotros furtivamente,
creciendo, adelantando y renovándose
nuestro hombre interior de día en día;
no adelantemos envejeciendo, sino
haciendo que la novedad misma crezca
siempre en nosotros".
14. Mantén tu alma
en paz. Deja que Dios
actúe en ti. Acoge los
pensamientos que eleven
tu alma hacia Dios. Abre
las ventanas del alma de
par en par.
15. «Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi
vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y
este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón
de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo
seré todo, y mi deseo se verá colmado».
16. El fruto del silencio es la oración
El fruto de la oración es la fe
El fruto de la fe es el amor
El fruto del amor es el servicio
El fruto del servicio es la paz
17. “Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas” .