4. EL DAVID DE MIGUEL ANGEL
http://www.aboutflorence.com/florencia/galeri
a-foto-de-Florencia/David-Florencia.html
5. Nicolás Maquiavelo -Niccolo Macchiavelli- nació en Florencia el
3 de mayo de 1469.
• Era hijo de Bernardo dei Niccolo Macchiavelli, jurisconsulto, y de
Bartolommea dei Nelli, una dama muy bella e instruida.
• Fue escritor, jurista, diplomático y político. Consagró su vida a la
teoría y praxis política, la que dedujo de su observación y su
experiencia directa de la confusión política. Su prestigio comenzó
pronto, y a los veinticinco años se le nombró secretario del
gobierno Dei Dieci. Se desempeñó, luego, en distintas legaciones
en algunos estados de Italia y en Alemania, misiones éstas que
hubo de comentar en sus escritos.
• En 1502 contrajo matrimonio con Marietta Corsini, del mismo
nacieron cinco hijos.
MAQUIAVELO Nicolás
6. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF,
Madrid 1984
• Sus actividades como embajador duraron hasta el año de 1512, en
que se le dieron responsabilidades políticas y técnicas incluyendo
la organización de una infantería nacional y de una caballería.
• En el año 1513 es alejado del poder y comienza una época de
persecución contra él. Los Médicis lo encarcelaron y fue sometido al
tormento, acusándosele de conspirador. Ya había publicado para
entonces obras filosóficas y literarias, pero luego de ser
prácticamente desterrado de Florencia, desde su casa de campo,
intensificó sus tareas; y gracias a la atracción que siempre
experimentó el gran Lorenzo de Médicis, uno de los espíritus más
representativos del Renacimiento por las artes y las letras, pudo
Maquiavelo obtener su favor.
7. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF,
Madrid 1984
La obra fundamental del célebre filósofo florentino, la que
ha perdurado a través del tiempo, dando siempre lugar a
las más encontradas opiniones, es "El Príncipe", libro que
encierra, cuanto de filosofía práctica y reglas de gobierno
podría apetecer cualquier jefe de Estado de cualquier
tiempo, dispuesto a no reparar en medio para alcanzar sus
fines. Su índole moral es fundamentalmente recusable.
"El Príncipe" ha tenido apologistas entusiastas, como
Gentile, Alfieri, Wicouefort, Gobineau y Nietzsche; y
detractores implacables, a cuyo frente se hallan, en
diferentes épocas, hombres como Saavedra, Fajardo,
Voltaire, Federico de Prusia, Macaulay, Castelar, Tolstoi,
etcétera.
8. El pueblo se acostumbra a la familia que lo gobierna y
se abstiene a cambiarla, reprochando fácilmente a un
nuevo gobernante ajeno a ésta.
• “Es preciso convenir desde luego en que es mucho menos difícil
mantener los estados hereditarios, acostumbrados a la familia de su
príncipe, que los estados nuevos. En efecto, el príncipe hereditario
no necesita más que una capacidad regular para mantenerse
siempre en sus estados; y no hay duda de que lo conseguirá,
sometiéndose a la imperiosa necesidad de los tiempos en que vive,
y no saliendo voluntariamente del orden y método establecidos por
sus predecesores, a no venir a despojarle una fuerza infinitamente
superior: aún en este último caso podrá volver a recobrarlos a pocos
reveses de fortuna que sufra el que los ocupe después de él.”
(Página 16)
MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
9. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF,
Madrid 1984
Napoleón comentó el libro de Maquiavelo con discrepancia
en algunos puntos, pero siempre con simpatía. En cuanto al
príncipe que hubiera de tomar como modelo, para el diseño
de su obra, se cita a Fernando El Católico y César Borgia.
Maquiavelo vivió algún tiempo en la corte del duque
Valentinois, y en ella pudo ver muchos hechos y actitudes
que aprovechó para la composición de su libro. Sea como
fuere, lo cierto es que "El Príncipe" está considerado, con
justicia, como una manifestación típica del espíritu del
Renacimiento y una de las obras maestras de la literatura
universal.
Murió el 22 de Junio de 1527, a la edad de 58 años, en
Florencia. Sus restos fueron inhumados en Santa Croce.
10. Un gobernador nuevo sufre de complicaciones creadas
producto de la ceguera del pueblo que piensa que la
mudanza traerá bienestar.
• “[...] las dificultades más grandes se encuentran en el
principado nuevo, [...]. Estas mismas nacen de las
variaciones que ocurren naturalmente en los
principados nuevos; porque, si al principio los vasallos
se prestan con gusto a mudar de señores, creyendo
que el cambio es ganancioso, y, llevados de esta
opinión, toman las armas contra aquel que los
gobierna, suelen engañarse, y no tardan luego en
reconocer que su situación empeore cada día, siendo
muchas veces los males que experimentan
consecuencia necesaria de la mudanza.” (Página 18)
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11. Un pueblo rebelde genera una actitud más reforzada y
agresiva en el príncipe que lo conquista.
• “Es cierto también que no se pierde con tanta
facilidad un país rebelde, después de haber sido
reconquistado, porque el príncipe, a pretexto de
la rebelión, no repara tanto en usar de aquellos
medios que pueden asegurarle la conquista; y
así castiga a los culpables, atiende más a
contener los sospechosos y se fortifica hasta en
los lugares de menor peligro.” (Página 19)
MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
12. Es importante que los dominios de un soberano tengan
rasgos comunes, porque de lo contrario, no podrá
poseer a ambos.
• “[...] un soberano quiere reunir a sus antiguos dominios otro estado
nuevamente adquirido. Lo primero que se debe considerar es si este
último confina con los otros, y se habla en ambos la misma lengua o
no. En el primer caso, es muy fácil conservarlo, sobre todo si los
habitantes no están acostumbrados a vivir libres; porque entonces,
para asegurar la posesión, basta haberse extinguido la línea de sus
antiguos príncipes, y por lo demás, conservar sin alteración sus usos
y costumbres. De este modo se mantendrán tranquilos bajo el
dominio de su nuevo señor, a no existir entre ellos y sus vecinos una
antipatía nacional.” (Página 19 - 20)
MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
13. Para mantener los dominios, el soberano de extinguir
al antiguo poder y no modificar la cotidianidad de sus
habitantes.
• “[...] aunque hubiese alguna diferencia en la lengua de
estos pueblos, podían conciliarse entre sí, siendo muy
parecidos en sus usos y costumbres. El soberano que
adquiere esta clase de estados necesita atender a dos
cosas solamente, si quiere conservarlos: la primera es,
como queda dicha, el que se haya extinguido la antigua
dinastía; y la otra, que no altere sus leyes, ni aumente
las contribuciones.” (Página 20)
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14. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“Las mayores dificultades se encuentran cuando en el país nuevamente
adquirido, la lengua, las costumbres y las inclinaciones de los habitantes
son diferentes de las de los súbditos antiguos: entonces, para conservarlo,
se necesita tener tanta fortuna como habilidad y prudencia.
Uno de los arbitrios más eficaces y preferibles con que el nuevo soberano
hará más durable y segura la posesión de semejantes estados, será fijar en
ellos su residencia. ” (Página 20)
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15. Si no se logra ganar la voluntad del hombre, se debe
debilitar para impedir que se vuelva en contra tuya.
• “Y aquí debo advertir que es necesario ganar la
voluntad de los hombres, o deshacerse de ellos;
porque, si se les causa una ofensa ligera,
podrán luego vengarla; pero arruinándolos,
quedan imposibilitados de tomar venganza. La
seguridad del príncipe exige que la persona
agraviada quede reducida al extremo de no
poder inspirar recelos en lo sucesivo.” (Página
21)
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16. El príncipe debe cuidar siempre de ser el más
poderoso de su medio, con lo cual logra impedir que
otro más poderoso que él le arrebate su poder.
• “Debe también el nuevo soberano de un estado distante, y diferente
del suyo, constituirse en defensor y jefe de los príncipes vecinos
más endebles, y estudiar cómo ha de debilitar al estado vecino que
sea más poderoso; impidiendo sobre todo que ponga allí los pies
cualquier extranjero que tenga tanto poder como él; porque
sucederá a las veces que llamen a alguno los mismo descontentos,
o por miedo, o por ambición, [...]. La razón es muy sencilla, pues al
extranjero recién venido se le reúnen siempre los menos fuertes, por
cierto motivo de envidia que los anima contra el más poderoso. De
modo que, sin esfuerzo alguno, logra el invasor atraerlos a su
partido.
• El príncipe que se hallase en este caso, deberá atender únicamente
a que sus nuevos amigos no tomen mucha fuerza, al paso que con
sus tropas procurará debilitar y abatir a los fuertes y poderosos [...].”
(Página 22)
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17. Todo buen soberano debe prevenir los problemas y no
esperar a que sucedan, ya que posiblemente la
solución no tenga efecto.
• “Hicieron, pues, los romanos en esta ocasión lo que
debe hacer todo príncipe prudente; el cual no sólo acude
al remedio de los males presentes, sino que también
precave los que están por venir. Cuando los males se
prevén anticipadamente, admiten remedio con facilidad;
pero, si se espera a que estén encima para curarlos, no
siempre se logra el remedio, haciéndose a veces
incurable la enfermedad.” (Página 23)
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18. No debes compartir tus reinos con alguien tan
poderoso como tú, ya que aumentas la posibilidad de
perder tus posesiones.
• “No contento con haber aumentado el poder de la iglesia, y después
de haber perdido sus aliados naturales con el deseo de
enseñorearse del reino de Nápoles, hizo la locura de partirlo con el
rey de España; y así, siendo él antes árbitro único de Italia, se creó
en ella un rival, un concurrente, a quien pudiesen recurrir los
descontentos y los ambiciosos; y pudiendo haber dejado en este
reino un rey que hubiese sido tributario suyo, le echó de allí, para
poner otro en su lugar con bastante poder para echarle a él mismo.”
(Página 25)
MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
19. Debes ser egoísta y no procurar el engrandecimiento
de otros, porque así, evitas la envidia y por ende tu
ruina.
• “[...] una regla general que nunca o rara vez falla, y es la
siguiente: el príncipe que procura el engrandecimiento
de otro labra su ruina, porque claro está que para ello ha
de emplear sus propias fuerzas o su habilidad, y estos
dos medios que ostenta, siembran celos y sospechas en
el ánimo de aquel que por ellos ha llegado a ser más
poderoso.” (Página 27)
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20. Privar del derecho de libertad a otro, provocará tu
propia destrucción si no te anticipas.
• “Cualquiera, pues, que llegue a hacerse dueño
de una ciudad acostumbrada a gozar de su
libertad, y no la destruya, debe temer que será
destruido por ella.” (Página 33)
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21. El estar acostumbrados a obedecer al mismo príncipe, vuelve al
pueblo ciego a la libertad y a la toma de decisiones, lo que facilita
la fijación de un nuevo soberano.
• “[...] cuando las ciudades o las provincias están
acostumbradas a vivir sujetas a un príncipe, cuya
dinastía se haya extinguido, como ya están
acostumbradas a la obediencia, y por otra parte privadas
de su soberano legítimo, no son capaces de avenirse
para elegir otro nuevo, ni tienen disposición para llegar a
proclamarse libres; siendo, por consiguiente, más lentas
y remisas en tomar las armas, y presentando al príncipe
nuevo más medios de granjearse su amor, al paso que
afianza la posesión del territorio .” (Página 33)
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22. El hombre sabio se caracteriza por imitar los pasos de
los hombres superiores a él, tratando siempre de
igualarlo lo más posible.
• “Casi siempre caminan los hombres por sendas trilladas antes por
otros, y casi no obran por sí, sino por imitación; pero como ésta no
puede ser exacta en un todo, ni suele ser posible llegar a la altura de
aquellos que se toman por modelos, el hombre sabio debe
únicamente seguir los caminos que abrieron otros, tenidos por
superiores, e imitar bien a los que han sobresalido, a fin de que, si
no se consigue igualarles, se le acerque a lo menos en alguna cosa.
Cada uno, pues, deberá portarse como el ballestero prudente, que,
cuando advierte que el blanco a que dirige sus tiros se halla
demasiado distante, considera la fuerza de su arco y apunta más
alto que el blanco, con el objeto de llegar siquiera a tocarlo.” (Página
34)
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23. El factor fortuna siempre es necesario, aunque uno sea
lo suficientemente talentoso deberá tener una ocasión
favorable para desarrollarse.
• “Su vida y sus acciones probarán también que toda su
fortuna consistió en presentárseles una ocasión
favorable para introducir la forma de gobierno que
parecía más conveniente a sus nuevos estados, y en
haberse sabido aprovechar de ella. Hubieran sido
inútiles su valor y talento si no se les hubiese malogrado
por falta de las prendas personales correspondientes.”
(Página 35)
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24. La distinción de la buena crueldad depende tanto de la
efectividad que su utilización posea y del hecho de no abusar
de su uso.
• “[...] proviene del uso bueno o malo que se hace de la
crueldad. Se le puede llamar bien empleada (si es
permitido dar el nombre de bueno a lo que es malo en sí
mismo) cuando se ejerce una sola vez dictándolo la
necesidad de consolidar el poder, y cuando únicamente
por utilidad del pueblo se recurre a un medio violento.
Crueldades mal empleadas son aquellas que, aunque
poco considerables al principio, van luego creciendo en
lugar de acabarse.” (Página 50)
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25. La idea del beneficio es saborearlo lo más posible, al
contrario de la ofensa, que debe durar muy poco.
• “[...] estas ofensas deben hacerse todas de una vez, a fin
de que hieran menos siendo menor el intervalo de
tiempo en que se sientan; y, por el contrario, los
beneficios han de derramarse poco a poco y uno a uno,
para que se les tome mejor el sabor.” (Página 51)
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26. Para dominar a otros, debes esconderte en la imagen de uno de
ellos, protegiéndolo y fortaleciéndolo, para luego canalizar tu
poder a través de él.
• “[...] porque cuando los nobles se ven estrechados por el
pueblo con exceso, suelen encontrar el medio más fácil
de subyugarlo tomando por caudillo a alguno de su
jerarquía y dándole el nombre de príncipe para
satisfacer, bajo la sombra de una autoridad reconocida,
la necesidad que tienen de dominar; y también el pueblo
por su parte, y por no ceder a su enemigo, toma a las
veces el partido de oponerle un plebeyo, en quien
igualmente espera apoyo y protección.” (Página 52 - 53)
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27. El que siempre seas necesario para otros, te garantiza
la fidelidad de éstos.
• “Un príncipe sabio debe, por consiguiente, conducirse de
modo que en todo tiempo y en cualquier trance estén
persuadidos sus súbditos de que le necesitan y no
pueden pasar sin él: ésta será siempre la mejor garantía
del celo y de la fidelidad de los pueblos.” (Página 56)
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28. Un príncipe prudente debe obtener victorias por medio de sus
tropas, al igual que debe preferir ser derrotado usando éstas y no
las ajenas.
• “[...] yo creo que tanto debe temerse el valor de las tropas auxiliares
como la cobardía de las mercenarias; y que un príncipe prudente
más bien querrá exponerse a ser batido con sus propias tropas que
vencer con las extranjeras; además de que no es verdadera victoria
la que se consigue por medio de un socorro extraño.” (Página 70)
• “Habiéndose ofrecido David a salir a pelear contra el temible filisteo
Goliat, el rey Saúl, para encender su ánimo, le armó con su espada,
su morrión y su coraza; pero viendo David que más le servían de
embarazo que de provecho estas armas, declaró que, para vencer a
su enemigo, no necesitaba de otras que su propia honda y el
cuchillo. Rara vez le viene a uno la armadura ajena; lo más común
es que venga demasiado estrecha o demasiado holgada.” (Página
71)
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29. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
• “[...] mas llega a tanto por desgracia la imprudencia de los hombres, que
entran a ciegas en las empresas, prometiéndose ventajas imaginarias y
dejándose llevar de apariencias lisonjeras, sin conocimiento ni previsión
del mal que está oculto, como sucede con la calentura hética de que he
hablado.” (Página 72)
• “[...] como nuestra naturaleza no es capaz de tanta perfección, es
necesario a lo menos que tenga el príncipe bastante prudencia para
preservarse de aquellos vicios y defectos que pudieran perderle.”
(Página 77)
• “No hay virtud que tanto se gaste por sí misma, si puede decirse
así, como la generosidad. El demasiado liberal no lo será largo
tiempo, se quedará pobre y será despreciado, a menos que no
sacrifique a sus súbditos con continuos tributos y demandas; y
entonces se hará odioso.” (Página 80)
30. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“No debe hacerse caso de la nota de crueldad cuando
se trata de contener al pueblo dentro de los límites de
su deber; porque al final se sabe que ha sido uno más
humano haciendo un corto número de castigos
indispensables que aquellos que, por demasiada
indulgencia, provocan el desorden, de que resultan luego
la rapiña y la muerte.” (Página 81)
31. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“No es conveniente tampoco que el príncipe tenga
miedo de su sombra, ni que escuche con demasiada
facilidad las relaciones siniestras que le cuenten;
antes bien debe ser muy circunspecto, tanto para
creer como para obrar, sin desentenderse de los
consejos de la prudencia, pues hay un medio racional
entre la seguridad loca y la desconfianza infundada.
Algunos políticos disputan acerca de si es mejor que
el príncipe sea más amado que temido, y yo
pienso que de lo uno y de lo otro necesita.”
(Página 82)
32. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“Generalmente se hallan los hombres más prontos a
contemplar al que temen que al que se hace amar, lo
cual consiste en que siendo esta amistad una unión
puramente moral o de obligación nacida de un
beneficio recibido, no puede subsistir contra los
cálculos del interés; en lugar de que el temor tiene por
objeto el apartamiento de una pena o castigo, de cuya
idea la impresión que recibe el ánimo es más
profunda.” (Página 82 - 83)
33. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“[...] no debe hacerse temer tanto que deje de
ser amable y merezca que le aborrezcan [...].
Bástale para no ser aborrecido respetar las
propiedades de sus súbditos y el honor de sus
mujeres. Cuando se halle en la necesidad de
imponer la pena de muerte, manifieste los
motivos que tuviere, y sobre todo no toque a
los bienes de los condenados, porque es
preciso confesar que más pronto olvidan los
hombres la muerte de sus parientes que la
pérdida de su patrimonio.” (Página 83)
34. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“[...] como los hombres aman por libertad o por
capricho, y por el contrario, temen según el gusto del
que los gobierna, un príncipe prudente no debe contar
sino con lo que está a su disposición; pero sobre todo
cuide, según ya tengo advertido, de hacerse temer, sin
llegar a ser aborrecible.” (Página 84)
35. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“[...] generalmente los hombres juzgan por lo que ven, y más
bien se dejan llevar de lo que les entra por lo ojos que por los
otros sentidos. Todos pueden ver, y muy pocos saben rectificar los
errores que se cometen por la vista. Se alcanza al instante lo que un
hombre parece ser; pero no lo que es realmente; y el número menor,
que juzga con discernimiento, no se atreve a contradecir a la multitud
ilusa, la cual tiene a su favor el esplendor y la majestad del gobierno
que la protege.” (Página 88)
36. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“Poco, pues, tiene que temer el príncipe las conjuraciones si
su pueblo le quiere; y tampoco le queda ningún recurso
faltándole este apoyo. Por lo cual una de las máximas más
importantes para todo príncipe prudente y entendido es
contentar al pueblo, y contemplar a los grandes sin
exasperarlos con demasías.” (Página 91)
37. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“Hay tres especies de talentos: unos que saben descubrir
cuanto les importa saber; otros que disciernen con facilidad el
bien que se les propone, y, en fin, los hay que no entienden
por sí ni por medio de otro. Los primeros son sobresalientes,
los segundos buenos y los terceros absolutamente inútiles.”
(Página 110)
38. MAQUIAVELO Nicolás, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984
“[...] que los príncipes que fían demasiado en la fortuna, se
arruinan cuando ella los abandona. Aquellos que arreglan su
conducta a las circunstancias, rara vez son desgraciados,
porque la fortuna se muda solamente para los que no saben
acomodarse al tiempo.” (Página 119)