El documento describe el aprendizaje activo como un proceso mental que modifica las actitudes y comportamientos a través de estímulos. Explica que requiere la participación activa del estudiante mediante materiales suficientes, posibilidad de elección y manipulación, e ir de la acción a la reflexión. Además, define la autodirección como la planeación y ejecución de estrategias de aprendizaje basadas en la experiencia, el potencial interno y la interdependencia social y tecnológica.