2. MONICIÓN DE ENTRADA
El Evangelio es para nosotros la Palabra de
Dios que nos anuncia lo que debemos hacer
para seguirle con lealtad.
Esta Palabra, muchas veces nos puede
resultar molesta.
El Evangelio es duro y exigente, nos
arranca de nuestra comodidad y nos saca
de nuestras costumbres.
Por eso, corremos el riesgo de rechazar la
Palabra de Dios e, incluso, de despreciar y
3. Madre Teresa de Calcuta
perseguir al que la anuncia: a los Profetas.
Pero el Profeta es un hombre sin miedo,
lleno de Dios, que dice verdades como
puños. Sus palabras escandalizan a los
“chaqueteros” y a los comodones, a los que
sólo quieren defender “su pleito” personal,
incluso apoyados en la Palabra de Dios
entendida a su manera.
En el Evangelio de hoy, vemos a Jesús
predicando en su pueblo y rechazado por
sus vecinos: ¿Qué puede enseñarnos el hijo
de un carpintero?
4. En esta Celebración vamos a escuchar y
acoger el Mensaje de Jesús, aunque nos
resulte incómodo y exigente.
5. CANTO DE ENTRADA
Vienen con alegría, Señor, cantando
vienen con alegría, Señor, los que
caminan por la vida, Señor,
sembrando tu paz y amor. (Bis)
Vienen trayendo la esperanza a un
mundo cargado de ansiedad; a un
mundo que busca y que no alcanza
caminos de amor y de amistad.
6. SALUDO DEL CELEBRANTE:
Que el Dios de la Verdad, su Hijo Jesús, el
Profeta, y el Espíritu de Amor estén con todos
vosotros...
Pedimos perdón
Reconocemos nuestros pecados.
SEÑOR, TEN PIEDAD...
Eres nuestro Salvador.
CRISTO, TEN PIEDAD...
Nos quieres y nos perdonas.
SEÑOR, TEN PIEDAD...
8. Lectura del libro de Jeremías 1, 4-5. 17-19
En los días de Josías, recibí esta palabra del
Señor:
«Antes de formarte en el vientre, te escogí;
antes de que salieras del seno materno, te
consagré: te nombré profeta de los
gentiles.
Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo
que yo te mando.
No les tengas miedo, que si no, yo te meteré
miedo de ellos.
Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte,
9. en columna de hierro, en muralla de
bronce, frente a todo el país: frente a los
reyes y príncipes de Judá, frente a los
sacerdotes y la gente del campo.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte.»
Oráculo del Señor.
Palabra de Dios.
10. Salmo responsorial. Sal 70,
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
Sé tu mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú,
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
11. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
12. 0 bien más breve:
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios 13, 4-13
Hermanos:
El amor es paciente, afable; no tiene envidia;
no presume ni se engríe; no es mal educado
ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del
mal; no se alegra de la injusticia, sino que
goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera
sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.
13. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de
lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se
acabará.
Porque limitado es nuestro saber y limitada
es nuestra profecía; pero, cuando venga lo
perfecto, lo limitado se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño,
sentía como un niño, razonaba como un
niño. Cuando me hice un hombre acabé
con las cosas de niño.
14. Ahora vemos confusamente en un espejo;
entonces veremos cara a cara. Mi
conocer es por ahora limitado; entonces
podré conocer como Dios me conoce.
En una palabra: quedan la fe, la esperanza,
el amor: estas tres. La más grande es el
amor.
Palabra de Dios.
16. Lectura del santo evangelio según san Lucas
4, 21-30
En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la
sinagoga:
- «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis
de oír-»
Y todos le expresaban su aprobación y se
admiraban de las palabras
de gracia que salían de sus labios.
Y decían: - «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: - «Sin duda me recitaréis
aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo";
17. haz también aquí en tu tierra lo que hemos
oído que has hecho en Cafarnaún.» Y
añadió: «Os aseguro ningún profeta es bien
mirado en su tierra. Os garantizo que en
Israel habla muchas viudas en tiempos de
Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres
años y seis meses, y hubo una gran hambre
en todo el país; sin embargo, a ninguna de
ellas fue enviado Elías, a una viuda de
Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos
leprosos habla en Israel en tiempos del
profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de
18. ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron
furiosos y, levantándose, lo empujaron
fuera del pueblo hasta un barranco del
monte en donde se alzaba su pueblo, con
intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se
alejaba.
Palabra del Señor.
19.
20. ORACIÓN DE LOS FIELES:
Te presentamos nuestros mejores deseos y
nuestras más grandes esperanzas.
Todos: Danos tu paz, Señor.
Que no se haga de piedra el corazón.
R. Danos tu paz, Señor.
Que el diálogo sea nuestra gran arma de
guerra.
R. Danos tu paz, Señor.
Que cada hombre y cada mujer descubra su
camino de paz. R. Danos tu paz, Señor.
21. Que no se nos olviden las palabras de perdón.
R. Danos tu paz, Señor.
Que podamos respirar aires de concordia.
R. Danos tu paz, Señor.
Que de lo alto nos venga la paz.
R. Danos tu paz, Señor.
Que en la tierra trabajemos todos por la paz.
R. Danos tu paz, Señor.
Bendícenos, Señor, con tu paz. Haz de nosotros
instrumentos de tu paz. Y bendice a todos,
especialmente a los que más sufren. Por JNS...
22. OFERTORIO.
En este mundo que Cristo que nos
da, hacemos la ofrenda del pan.
El pan de nuestro trabajo sin fin y el
vino de nuestro cantar.
Traigo ante Ti nuestra justa inquietud:
Amar la justicia y la paz.
Saber que vendrás, saber que
estarás, partiendo a los pobres tu
pan. (Bis)
23.
24. CANTO DE COMUNION
Un mandamiento nuevo nos dio el Señor,
que nos amáramos todos como Él nos amó;
que nos amáramos todos como Él nos amó.
Acercaos, hermanos todos,
que es Dios mismo quien invita.
Dios perdona nuestras culpas,
y a su mesa nos invita.
Donde hay caridad y amor,
Cristo está, y está la Iglesia.
El que no ame a sus hermanos,
no se acerque a este convite.
25. La señal de los cristianos
es amarse como hermanos.
Perdonemos al hermano
como Cristo nos perdona.
Cristo, luz, verdad y vida,
al perdón y amor invita.
Quien no ama a sus hermanos
miente si a Dios dice que ama.
Lo que hacemos al hermano,
a Dios mismo se lo hacemos.
Si al enfermo visitamos
a Dios mismo consolamos.
26. Oración DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como Jeremías me siento llamado
Siento que me has elegido, Señor,
que desde el seno materno pensaste en mí,
que tienes para mí grandes sueños,
que me susurras al oído quién eres,
para que yo lo anuncie a los hermanos.
Tú, Señor, conoces mis dudas y miedos,
sabes bien cuándo me siento inseguro,
sabes cuándo confío sólo en mis fuerzas
27. y haces que en ti mi valor aumente,
sacando de mí lo mejor,
sugiriéndome las palabras adecuadas
y los gestos oportunos para anunciarte.
Muchas veces me siento como un pobre
muchacho, inmaduro, inseguro, dudoso y
lleno de miedos, pero, como sé muy bien de
quién me he fiado, enseguida recupero la
seguridad y la fuerza,
porque tú, Señor, vas conmigo todos los
días de mi vida.
28. Tú eres mi seguridad y mi pasión,
tú llenas de alegría mi corazón,
tú eres mi mensaje para el mundo,
tú eres quien me impulsa al amor,
quien despierta en mí la ternura,
quien me hace desbordar misericordia.
Y no puedo parar de contárselo a la gente,
con la autoridad que me da el sentirte,
con la seguridad que me da el saberme
amado por ti, con la confianza que me
29. demuestras cada segundo, con tu presencia
que invade mis días y mis noches,
con tu fuerza que me vuelve grande,
valiente y osado,
con la fe que casi me hace atravesar
montañas y me lleva a vivir una vida
entregada a ti ya los hermanos.
30. CANTO FINAL
Sois la semilla que ha de crecer,
sois la estrella que ha de brillar,
sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.
Id, amigos, por el mundo,
anunciando el amor,
mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
32. Bendición
Hermanos: Los nuestros nos esperan. El
mundo nos espera. Tal vez quieran que les
demostremos que participar en la misa es
algo más que cumplir con un precepto… Es
escuchar a Dios y dejar que nuestro corazón
cambie. De seguro que el mejor testimonio
que podamos darles es el que se sientan
amados por nosotros…
Pues a ello… Que la bendición…