El documento analiza los últimos cinco reyes de Judá desde Josías hasta Sedequías, mostrando cómo sus malos gobiernos llevaron a la nación cada vez peor e idolátrica hasta su destrucción por Babilonia en 587 a.C. Sin embargo, Dios prometió misericordia al remanente fiel y esperanza para el futuro a través de promesas a Joaquín y otros exiliados.