El consumo de alcohol, drogas y cigarrillos en la adolescencia puede alterar las relaciones personales al causar discusiones y pérdida de confianza, también puede afectar el rendimiento laboral al disminuir la productividad y calidad del trabajo. Asimismo, puede generar problemas económicos al destinar el dinero a estas sustancias y trastornos psicológicos como estados de ánimo negativos, alucinaciones y daño neuronal.