1. LA MODERNIDAD se inicia en Francia a
mediados del XIX con dos movimientos: el
parnasianismo y el simbolismo
PARNASIANISMO: Reacciona contra
los excesos del romanticismo, tratando
de crear una poesía objetiva, cerrada a
los sentimientos (foto: Leconte de Lisle)
EL SIMBOLISMO prefiere la intuición a
la razón y frente a la mención directa de
las cosas, prefieren la utilización del
símbolo (foto: Baudelaire)
2. El final del siglo XIX fue una época convulsa para
España (derrota en la guerra de Cuba contra E.E.U.U.
y pérdida de colonias como Filipinas o Puerto Rico)
Empiezan a surgir términos como el de
“FINAL DE SIGLO” (invasión de
procedimientos científicos en la literatura,
decadencia de términos como libertad, poca
importancia de lo religioso) o
“MODERNISMO”.
3. Rubén Darío llega a España en 1899.
Es un movimiento que viene de América para España debido,
tal vez, a la situación de este continente, lo que les obliga a
luchar contra el materialismo, el imperialismo, la burguesía y lo
utilitario
A partir de aquí muchos escritores españoles
escribirán bajo la estela del modernismo (Juan
Ramón Jiménez, Antonio Machado, Valle-Inclán)
Pero luego estos escritores evolucionarán desde
una poesía colorista hacia otra más profunda, más
social (temas como la soledad, la marginación)
4. RUBÉN DARÍO (Nicaragua, 1867-1916)
• Fue poeta, periodista y diplomático
• En su formación fue clave la influencia de la poesía francesa (Víctor Hugo,
T. Gauitier, Paul Verlaine)
Azul, 1888
• Combina prosa y verso, con un estilo musical, ritmos marcados e
imágenes nuevas.
Prosas profanas, 1896
En este libro nos ofrece un variado surtido de cisnes, princesas, arlequines,
ambientes suntuosos, elementos primordiales en el modernismo.
Cantos de vida y esperanza, 1905
• Su obra se orienta hacia temáticas más sociales , después del contacto con autores
españoles.
• Deja traslucir ciertas inquietudes políticas, la angustia ante la existencia o la
pertenencia a la amplia comunidad hispánica
5. Fue una hora divina para el género humano.
El Cisne antes cantaba sólo para morir.
Cuando se oyó el acento del Cisne wagneriano
fue en medio de una aurora, fue para revivir.
Sobre las tempestades del humano océano
se oye el canto del Cisne; no se cesa de oír,
dominando el martillo del viejo Thor germano
o las trompas que cantan la espada de Argantir.
¡Oh Cisne! ¡Oh sacro pájaro! Si antes la blanca
Helena
del huevo azul de Leda brotó de gracia llena,
siendo de la Hermosura la princesa inmortal,
bajo tus alas la nueva Poesía
concibe en una gloria de luz y de harmonía
la Helena eterna y pura que encarna el ideal.
(Prosas Profanas)
El tema de este poema de Prosas Profanas
podría ser “el canto del Cisne y la Poesía como
ideales de belleza”.
El poema se estructura en dos partes con el
contenido sujeto a sus dos mitades: en los dos
primeros cuartetos (en este caso, serventesios),
se describe el divino canto del Cisne; y en los
dos tercetos, la reflexión o conclusión del
poeta, en donde ensalza al Cisne como
engendrador de Helena (primer terceto) pero
también de la “nueva Poesía” (segundo
terceto), que encarna esa misma divina belleza
de Helena.
6. Yo soy aquel que ayer no más decía
el verso azul y la canción profana,
en cuya noche un ruiseñor había
que era alondra de luz por la mañana.
El dueño fuí de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos;
y muy siglo diez y ocho y muy antiguo
y muy moderno; audaz, cosmopolita;
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,
y una sed de ilusiones infinitas.
Yo supe de dolor desde mi infancia,
mi juventud... ¿fue juventud la mía?
Sus rosas aún me dejan la fragancia...
una fragancia de melancolía...
Potro sin freno se lanzó mi instinto,
mi juventud montó potro sin freno;
iba embriagada y con puñal al cinto;
si no cayó, fue porque Dios es bueno.
(fragmento, Cantos de vida y esperanza)
Este poema sirve de prólogo a Cantos de
vida y esperanza y ya desde el primer
verso nos quiere avisar que ya no somos
lo que éramos (con esta obra Rubén Darío
comienza una etapa nueva, una poesía
más social). El autorretrato de Darío es
paradigmático del género dentro de una
estética modernista que subraya la
equiparación vida-obra y el control del
autor sobre su mundo poético.
7. Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo
Botón de pensamiento que busca ser rosa;
Se anuncia con un beso que en mis labios se posa
Al abrazo imposible de la Venus de Milo.
Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
Los astros me han predicho la visión de la Diosa;
Y en mi alma reposa la luz, como reposa
El ave de la luna sobre un lago tranquilo.
Y no hallo sino la palabra que huye,
La iniciación melódica que de la flauta fluye
Y la barca del sueño que en el espacio boga;
Y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
El sollozo continuo del chorro de la fuente
Y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.
En este poema, “El misterio vago”,
encuadrado en Prosas Profanas, el Yo
poético está empeñado en la
búsqueda de la belleza (en el segundo
verso aparece “la rosa” como
elemento supremo de belleza). El
último verso hace referencia a la
imaginación del poeta, que aguarda el
hallazgo.