1. Tras la huella de Andrés
Segovia en Pórtugos
Resumen
Cuando se conoció su muerte, los telediarios y radios de todo el
mundo interrumpieron la emisión para dar la triste noticia. Andrés
Segovia Torres, primer Marqués de Salobreña, fue sin duda el más
famoso concertista de guitarra del siglo XX. Pasó en nuestro pueblo un
día de Agosto de 1970 cuando tenía 77 años. Aquí recibió en donación
un castaño, árbol muy apreciado en la Alpujarra. ¿Cómo es que vino a
Pórtugos un músico tan famoso a pasar el día? ¿Quién lo invitó?
¿Quién le donó el castaño? ¿Dónde está realmente el castaño? ¿Por
qué obtuvo el título del Marquesado de Salobreña y no el de otras
ciudades que tanto le quisieron, si no era vecino de esa localidad, ni lo
propuso su corporación municipal?
Abstract
When they heard of his death, television programs and radio
stations all over the world interrupted their broadcasts to give the sad
news. Andrés Segovia Torres, the first Marquess of Salobreña, was
without a doubt the most famous concert guitarist of the twentieth
century. He visited our town one day in August of 1970 when he was
77 years old. Here he received a chestnut tree as a gift, a tree highly
valued in the Alpujarras. How is it that a musician so famous came
to Pórtugos to spend the day? Who invited him? Who donated the
chestnut tree? Where, exactly, is the tree? Why was he given the title
Marquess of Salobreña instead of another city, if he was not from this
region nor suggested by its city council?
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2. Introducción
No eran aún las ocho de la
mañana de un día de Julio, cuando
me encontraba en esta solitaria y
recoleta era de Ferreirola, camino de
la escarihuela de Panjuila, situada
al otro lado del río de Trevélez, para
tratar de entrevistar a Carlos Estévez
Rodríguez de nuevo, a raíz de la
fotografía y documento que nos
había mandado su hijo Carlos
Estévez Perea, vía correo electrónico, a Juan Cecilio Iglesias y a este
servidor, sobre la estancia de Andrés Segovia en Pórtugos. Y
enterándonos por casualidad que directivos del museo Andrés Segovia de
Linares estaban interesados en conocer el castaño que poseía D Andrés en
Pórtugos, nos pusimos a trabajar de inmediato. Queríamos hacer un artículo
original y fresco para la revista “El Chavillo”, ya que teníamos en nuestro
poder documentos inéditos para la mayoría de la gente del pueblo. Era el
momento de escribir e investigar nuestra propia historia, antes de que
nos la escriban, contada por nosotros mismos, pues para eso tenemos
nuestra propia revista cultural.
Era mi propósito no escribir, no obstante, hasta que no me empapase
de su biografía y de su música para sentirme solidariamente unido de algún
modo, con este formidable artista. De esta manera, me veré un poco más
legitimado para escribir sobre él y, a pesar de no haber aprobado una sola
asignatura de periodismo, me propuse indagar como Sherlock Holmes,
preguntando a los mayores del lugar, analizando y comparando rostros,
difíciles de asegurar porque han pasado ya cuarenta años, pero… tirando
del hilo se saca el ovillo.
Teníamos serias dudas acerca de dónde estaría el castaño y quién
había escrito ese precioso texto acreditativo de donación, a pesar de que
habíamos estudiado las fotografías detenidamente, y el documento
grafológicamente, analizándolo letra por letra, sacando conjeturas sobre si
había sido escrito espontáneamente, porque había tecnicismos en latín,
propios de abogado, que nos animaban a seguir averiguando o rebuscando,
en la memoria ya perdida….
Como ven, mis pensamientos iban dando eses, igual que la vereda
por donde caminaba y, les aseguro, que solamente había bebido un café en
el hotel de Mecina y un trago de agua agria a borbotones en la fuente del
“gas”, saliendo ya de Ferreirola. Pero iba “in crescendo” mi embriaguez,
igual que la vereda, debido a la belleza que contemplaba. Este sorprendente
2
3. valle es un trozo de paraíso, abierto para todos, entre la nieve y el río.
Desde este increíble mirador de Panjuila (¡qué bonito nombre!) divisaba
todos nuestros pueblos, que de blancos, azulean, entre bancales verdes,
como la bandera andaluza: Busquistar, Pórtugos, Pitres, Atalbeitar,
Ferreirola, Mecina, Mecinilla, Mecina Fondales. Apenas me acordaba de la
poesía, pero la recité: En Pitres se vende el paño / en Pórtugos los
sombreros / en Busquistar los chamuscaos y...
Algunos datos biográficos de Andrés Segovia
Leer la biografía de D. Andrés es muy agradable, pero escribirla en
este pequeño artículo es algo engorroso, por extensa, ya que vivió 94 años.
Así que es mi intención escribir sólo algunas pinceladas. Confieso
públicamente que mi cultura en música clásica es manifiestamente
mejorable, así que pido perdón de antemano, con lo que me redimo, por si
no estoy a la altura de las circunstancias. Me conformaría, mientras leen
este torpe e incompleto apartado, que escuchasen música de Andrés
Segovia, a modo de homenaje. Así sería más enriquecedor para todos, ¿de
acuerdo?
Tiene el guitarrista numerosos biógrafos repartidos por el mundo.
Uno de los que más sabe de su vida es don Alberto López Poveda, que
según dijo textualmente el propio D. Andrés: sabe de mi vida más., que yo
mismo. Este amabilísimo señor de 95 años, estuvo en Pórtugos
recientemente, junto a otros, a la búsqueda del famoso castaño. Si queréis
saber más: leed su biografía de D. Andrés, en dos volúmenes (1260
páginas), o también la podéis buscar vía Internet.
Nace en Linares el 21 de noviembre de 1893. Pasa su primera
infancia en Villacarrillo y cuando tiene 9 años, se traslada a Granada. A
los dieciséis, da su primer recital en el Centro Artístico de esta ciudad,
donde empezó a despuntar... En su adolescencia se familiarizó con obras de
Bach, Mozart, Beethoven, Chopin, Tárrega, Sor…Muy pronto incrementa
su repertorio escribiendo sus propias transcripciones, como “La Suite
española” de Isaac Albeniz, compuesta para piano. Las obras de la “Suite
española” transcritas por Segovia han sido: Granada (serenata) Op. 47 nº1;
Cádiz (saeta) Op 47 nº4; Sevilla (sevillanas) Op 47 nº3; Asturias (leyenda)
Op. 47 nº5. En 1913 ofrece su primer concierto en Madrid que tiene lugar
en el Ateneo y efectúa su primera “tournée” por Andalucía. En 1916 triunfa
en Barcelona en el Palacio de la Música Catalana. Durante los años 1917
al 1919 realiza diversas “tournée” por Andalucía, Cataluña y Norte de
España. En 1920 viaja por primera vez al extranjero ofreciendo conciertos
en Buenos Aires y en diversas poblaciones argentinas. En 1921 vuelve a
Buenos Aires. En 1923 alcanza grandes éxitos en Cuba y en México. En
3
4. 1924 triunfa en Paris cuyo concierto tuvo lugar en la Sala del
Conservatorio, asistiendo al recital Unamuno, Albert Roussel, Madame
Debussy, su esposa Adelaida, y D. Manuel de Falla que le escribiría su
única pieza para la guitarra “Homenaje por le Tombeau de Debussy”. Este
estreno tuvo tal éxito, que se irradia por toda Europa y ya no para de viajar
por todo el mundo. Los compositores se disputan su guitarra, porque su
técnica y virtuosismo era casi irreal. Tenía magia y carisma, porque su
guitarra hablaba. Su guitarra dicen, es como una orquesta, distante y
misteriosa.
Se puede decir que llevó su música a todas las partes del mundo. No
hubo una sala de conciertos digna del mundo, donde no hubiera actuado
Andrés Segovia. Pensad por favor, en cualquier ciudad o país del mundo,
por muy raro que parezca y decid un nombre. ¿Han pensado en Zimbabue o
en Macassar, ciudad de Indonesia?, Pues ahí actuó D. Andrés. Visitó 723
ciudades distintas, contándolas una sola vez, dio 5420 conciertos y grabó
200 discos. En las Republicas Soviéticas, Asia, África. En América del
Norte y del Sur, Australia, Oceanía, Nueva York. (Se cuenta que en Nueva
York, donde triunfó en 1928, cobró por seis actuaciones seguidas, más de
treinta mil duros; y que perdió en la crisis mundial del 1929 cien mil
dólares, inmensa fortuna en aquel tiempo.) Tuvo casa en Barcelona,
Ginebra, Nueva York, Montevideo y en Madrid… Su currículum en
distinciones es enorme: Premios Nacionales, Placas, Medallas, Calles, Hijo
ilustre de ciudades, Doctor “Honoris Causa” por numerosas universidades
etc., etc... Ya en 1929 hizo su primera visita a Japón, donde fue el precursor
de miles de estudiantes de guitarra que hoy existen en ese país. Hoy los
japoneses van en peregrinación a su museo de Linares. Su actividad
docente fue muy importante, pues tuvo alumnos muy afamados.
Se casó tres veces: Adelaida, Paquita y Emilita fueron sus
compañeras. Tuvo cuatro hijos: Entre Andrés el primero, y Carlos Andrés,
el último, transcurrieron 50 años. Este nació en Londres, unos meses antes
de que visitara Pórtugos, en abril de 1970. Y un mes antes de que estuviera
en nuestro pueblo, el 6 de Julio, tuvo lugar el solemne acto académico,
presidido por los Príncipes D. Juan Carlos y Dª Sofía, en el Paraninfo de la
Universidad de Granada, por su nombramiento como Académico de
Número de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de Las
Angustias.
Trabajaba cinco horas diarias divididas en cuatro sesiones alternadas
con caminar, leer o cartearse con sus amigos o pintar, ya que hizo algunos
retratos y autorretratos. Tuvo amistad con músicos que escriben para él,
como Turina (“Fandanguillo”), Joaquín Rodrigo (“Fantasía para un
Gentilhombre”), Villa-lobos (“Concierto para Guitarra y Orquesta”),
Manuel Ponce “Concierto del Sur”. En 1932 conoce a Mario Castelnuovo,
uno de los más famosos compositores italianos que le dedicó “Concierto
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5. para guitarra en Re, Op.99”. Y así con los mejores compositores
americanos y europeos. Andrés Segovia hizo de la guitarra un instrumento
universal, con la misma reputación que un piano o violín. Su música de
guitarra es más dulce, más blanda que la del piano y menos penetrante que
la del violín.
Se carteaba frecuentemente con Salvador de Madariaga, ministro de
la II República y fue amigo de Fernando de los Ríos, diputado socialista
por Granada y ministro de Instrucción Pública de la misma República. No
terminó el bachillerato, pero leyó mucho en sus largos viajes, formándose
en historia, literatura, arte, filosofía o en libros de ensayo. Tuvo unas
formidables bibliotecas, como la que tuvo en su amada casa de Ginebra
(durante la guerra civil, en Barcelona, le saquearon las milicias comunistas
una con más de seis mil libros). Le tocó vivir pues, la dictadura de Primo
de Rivera, la II República, el Alzamiento Nacional etc. Se exilió durante la
Guerra civil y volvió a España en el año 1957. En cuanto a sus ideas
políticas: se podría decir que era un liberal. Republicano al principio, para
aceptar más tarde la Monarquía. Su hijo Carlos Andrés lo define mejor: “lo
que nunca fue mi padre es marxista, ni socialista, ni un republicano
radical, ni un intelectual militante (un activista), puesto que el principal de
sus intereses, ya que no el único, era entonces y siempre la música. Pero si
sus ideas hubieran sido similares al franquismo, se hubiese instalado en
España al término de la contienda. Mi padre logró rehacer su vida,
primero en Montevideo, luego en Nueva York, ciudad en la que fijará su
residencia a mediados de los años cuarenta…”
En 1981 fue nombrado primer Marqués de Salobreña por el rey D.
Juan Carlos. En noviembre de 1985 le dio un breve concierto”alegretto de
Haendel” al Papa Juan Pablo II a las siete de la mañana, con 92 años.
A esta inmensa labor se entregó durante toda su vida. Murió en
Madrid el 3 de Junio de 1987. Era católico y una vez dijo: Siento
satisfacción de tocar en los templos, ante mis muchos años, deseo
encontrarme cerca de Dios. Sus restos se trasladaron a Linares, donde
reposa aquel que nunca reposó en 94 años. Recibió mucho, pero el dio más.
Andrés Segovia en Pórtugos
Corría ya la mañana del miércoles, día diecinueve de agosto de 1970,
cuando don Antonio Marcos Nieto, alcalde de Pórtugos, tocaba a la puerta
de Consuelo Estévez con cierto desasosiego: Consolico, Consolico,
hágame un favor: ¡Mire usted como ha puesto la calle el mulo que hay
atado en la reja de Trinica! Va a pasar por aquí D. Andrés Segovia. Haga
usted el favor de limpiarlo y que Dios se lo pague. Mi suegra limpió la
calle de cajones ( heces fecales del mulo) y quizás también al mulo, porque
5
6. así de educado y meticuloso era este querido alcalde, que metió el agua
potable en las casas, arregló las calles y el saneamiento del pueblo y quitó
los animales, sobre todo las gallinas, de vivir en las calles principales.
Habían pasado tres días de las fiestas del patrón de Pitres, San Roque, el
dueño del perro que no tiene rabo, como decían en trabalenguas los niños
del campamento de verano de los Hermanos Maristas.
Campamento que estaba en la Rotura, precioso paraje, cercano a la
Fuente Agria y a la Ermita, lindando con la acequia de Busquístar y de la
casa del herrador, donde pasaba todo el verano alquilado con su familia, D.
Justo Pastor Asensio Mochales, magistrado y diputado de las Cortes,
persona muy culta, de muchas influencias y amistades notables; le
encantaba el pueblo y sus gentes, haciendo buenas migas, como se dice,
con el citado alcalde y veterinario don Antonio, con don Rodrigo Torres,
jefe del Parque móvil militar de Granada, nacido en Pórtugos, con don José
Alcalá, farmacéutico del pueblo, con el maestro don Jesús Quirantes y por
supuesto con su vecino Carlos Estévez Quirantes, con el que dialogaba
todas las tardes de verano.
La Rotura, en parte, era propiedad de Carlos Estévez Quirantes;
personaje especial, dueño de una pequeñita empresa de un solo camión,
amigo de todos y para todos. Culto, inteligente y generoso, cantaba y
tocaba la guitarra o la bandurria. A su lado nadie tenía penas, ni le faltaba
para comer. Este hombre le donó un castaño a D. Andrés Segovia, para que
se sintiera un portugueño más, el día 19/08/1970 después de almorzar,
cuando paseaban por este precioso paraje.
Comieron patatas a lo pobre con pimientos y huevos fritos cerca de
treinta personas (el grupo citado con sus respectivas esposas, la suegra de
D, Andrés, el pintor don Manuel Rivera, acompañantes y otros vecinos
del pueblo), cobijándose bajo la sombra de tres hermosos castaños, que hoy
están secos, los llamados castaños de Amalica, aprovechando la cercanía y
las infraestructuras de las cocinas del campamento citado. Las papas fritas
con el aceite de los pimientos y con huevos frescos de Pórtugos, regadas
con vinos de la comarca y guisadas además por Carmen Mata no son una
tontería gastronómica y les aseguro, que no es cosa fácil de olvidar. Los
entremeses estaban compuestos por jamón de curación natural del pueblo
(a D. Andrés le encantaba el jamón serrano) y productos de la huerta. De
postre tomaron sandia, melón y café. El café fue de puchero, como era
natural en la zona, siendo molido minutos antes por doña Manolita, esposa
del alcalde. La sobremesa se alargó hasta avanzada ya la tarde amenizada
con charlas sobre anécdotas locales y paseo sobre la finca, y además, como
agradecimiento a los alumnos que les habían servido la mesa, D. Andrés les
pasó “revista” en su campamento. La comitiva, pasadas ya las ocho, se
marchó en varios coches, (el coche de D. Andrés era conducido por su
6
7. chofer particular José Luís) contenta y feliz un miércoles, pero que parecía
domingo…
Los castaños son muy apreciados en toda la Alpujarra. Viven a su
aire, pues poco se cultivan, poco se riegan (ni en tiempo de sequía), menos
se abonan y pocos se podan ya. Pero que viven siglos y siglos en Pórtugos,
a veces de tamaño enorme; Son ya los verdaderos iconos de la Fuente
Agria y de la Ermita. Da tristeza ver el esqueleto de castaños muertos o
envejecidos a causa de enfermedades producidas por hongos, como la
enfermedad de la tinta o por larvas y gusanos. Los castaños, como la tierra,
se heredan, siendo a veces difícil para un juez dilucidar quién tiene derecho
Los castaños de Amalica, hoy secos, donde comió la comitiva
cuando hay litigio, porque unos heredan la tierra y otros los castaños.
Aquellos que desean construirse una casa, son los primeros en pedírselo a
sus padres: madera de castaño para vigas o alfajías, o para ventanas,
puertas, arcas, arados, mesas, alacenas etc., y por supuesto, como alimento
para las personas o para los cerdos, porque para leña no es recomendable el
7
8. castaño, En definitiva, un castaño es cultura de esta tierra, en forma de
árbol.
Siempre se ha creído en el pueblo que el segundo castaño, camino de la
Rotura, donde comieron, era el de D. Andrés Segovia, pero la revista “El
Chavillo” está en condiciones de demostrar que no fue ese, sino uno más
interior, pasando unas antiguas hondonadas o minas, hoy tapadas, cerca del
antiguo camino o vereda de Atalbeitar y de los castaños de Pepíca, vecina
recordada en el pueblo. El castaño de D. Andrés está seco y cortado,
próximo a otros frondosos, causando cierto desconsuelo su vista, como
podrán comprobar en las imágenes siguientes.
El camino que nos conduce al castaño está hoy en
día comido por la maleza y en propiedad particular,
por lo que su acceso requiere permiso del dueño.
D. Andrés fue invitado a Pórtugos por el acalde a
instancias de D. Justo Pastor que actuó de guía,
sobre las una de la tarde, por las calles del pueblo,
así como en la fuente Churriana, Fuente Agria y la
Ermita. El documento de donación fue redactado
por D. Antonio Marcos de manera improvisada;
(La letra del documento ha sido contrastada por sus
hijos D. Luis Miguel Marcos y Dª Laura Marcos).
Se redactaron dos idénticos, uno para el donante y otro para el donatario.
En ese momento ambos se dieron un abrazo. El autor de una de las dos
fotografías para el recuerdo, fue un Hno. Marista y la otra, posiblemente, el
añorado maestro del pueblo, D. Jesús Quirantes.
El castaño de D.Andrés Segovia
El genial artista se
reservaba unos pocos días en
agosto para descansar en su
residencia “Los Olivos” situada
en la punta de la Mona en la
Herradura, pero a pesar de ello, le
dedicó un día a Pórtugos. Se
presentó en el pueblo con 77
años, con su boina negra, tabaco
de pipa en su pecho y con cara de
buena persona, porque lo era.
Llevaba las gafas de toda la vida y era raro verlo en camisa corta, sin
chaqueta y chalina, con reloj de bolsillo atado a la correa, que le apretaba
8
9. un poquitin por encima de su ancha cintura. Le daba un cierto parecido a
Charles Laugthon, sujetando el bastón de caña, que tanto le gustaba. Sus
manos fuertes, gruesas, y sus dedos también, con las uñas crecidas unos
milímetros por encima de las yemas de los dedos, (las de la mano derecha),
cuidadas para hacer vibrar las cuerdas de nylon de su guitarra y sacar todos
sus timbres musicales. Así se le ve conversando con los Hnos. maristas en
pantalones cortos (el del silbato en el pecho), o atento y feliz de estampar
una botella de vino en su castaño de Pórtugos, como si de apadrinar un
barco se tratara… Así, sin más protocolo que la espontaneidad natural de la
gente y de los frailes, quedó confirmado que D. Andrés ya era un
portugueño más,
porque tenia su
propio castaño. De
testigos, los ya
indicados, con
expectación y
admiración. Con
respeto.
En esta
primera imagen
para el recuerdo,
podemos apreciar:
en el primer plano,
el Hno. Marista
José Pérez; D.
Antonio Marcos Nieto; D. Andrés Segovia; D. Manuel Rivera, fumando en
pipa, prestigioso pintor granadino, de proyección mundial, académico y
medalla de oro al Mérito de Bellas Artes, muy amigo de D. Andrés, que le
acompañó muchos veranos en su residencia de la Herradura y era muy
dado a estas excursiones por la Alpujarra, y el Hno. Mariano Medina,
también en pantalones cortos.
En esta segunda
imagen para el
recuerdo, vemos como
D. Andrés estampa
una botella de vino,
atada con cuerda,
sobre el que se adivina
su castaño. El escrito
indica que se utilizó
9
10. vino de la comarca, pero analizando la fotografía, lo vemos embotellado y
por eso pensamos que sería de la Alpujarra baja, ya que por esta zona no
había vino precintado. (Como anécdota diremos que la rotura de la botella
tuvo lugar en el tercer intento. En el primero, la botella fue a parar al
barranco y ya en el tercero, se tuvo que romper a mano). A continuación su
chofer José Luis (no confirmado), don José Alcalá en el centro, seguido por
el alcalde don Antonio Marcos Nieto y al lado, Carlos Estévez Quirantes
donante del castaño. Atrás los acompañantes, entre los que estaba Luis
(Pistolo) difícil de ver y doña Manolita.
Este documento escrito por don Antonio Marcos Nieto, es una
anotación precisa y preciosa del hecho, en este día tan singular. Pienso que
es un documento jurídicamente correcto, pues se notan las dos firmas
claramente: la del donante y la del donatario. Se redactaron dos idénticos.
La firma de D. Andrés es particularmente propia de un artista, porque
parece que con la rúbrica dibuja la mitad de la caja de una guitarra con su
10
11. cintura, cambiando sus cuerdas por letras, insinuando su nombre Andrés,
siendo la letra d, la que se pierde y envuelve a su primer apellido Segovia,
que lo destaca, sobre todo la letra a, escribiéndola en mayúscula.
Ratificando todo con un trazo horizontal.
Conclusión
D. Andrés Segovia consiguió en su larga vida, numerosos honores:
galardones y trofeos, nominaciones de calles, placas, grandes cruces y
condecoraciones, doctorados honoris causa, titulo nobiliario, todo lo que un
artista puede aspirar pero ¡ojo! también tuvo un castaño que se lo dio en
Pórtugos. D. Carlos Estévez Quirantes, el día 19 de Agosto de 1970,
para que se sintiera un portugueño más. Ha sido una idea muy bonita, y
me parece muy sensato por lo que he leído en el periódico Ideal de Granada
(28/09/10), que el Ayuntamiento de Pórtugos le ponga (o pondrá) una placa
a un castaño publico, para que así conste en la ruta Segoviana. Ahora la
memoria ya ha sido encontrada y el silencio se ha cambiado por el
recuerdo. Y este recuerdo, lejano en el tiempo pero cercano en los
sentimientos, se quedará para siempre en Pórtugos. Un castaño, que aunque
se secó el primitivo, como otros tantos, rebrota de nuevo. Así Pórtugos se
hace más grande, más sensible.
Pórtugos 14 diciembre 2010.
Antonio Torres Martos
Colaboradores: Carlos Márquez Mata, Juan Cecilio Iglesias
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