El ciclo vital familiar y las representaciones sociales
1.
2. E
E
El ciclo vital de la familia
y el sistema de
representaciones sociales
ste texto forma parte de una investigación más amplia acerca de la
estructura, organización y desarrollo de
la familia, que se ha venido realizando
en diferentes etapas y bajo diferentes
subtemas desde 2001. El subtema que
se presenta se refiere a la importancia
que tiene el sistema de representaciones
sociales en los procesos de cambio derivados de las diferentes etapas por las que
atraviesa el grupo familiar. Tomando
como categoría de análisis el modelo de
desarrollo denominado ciclo vital de la
familia, propuesto por Duvall en 1957.
PALABRAS CLAVE: grupo familiar, etapas, representaciones sociales, proceso de cambio.
MA. DE LOURDES FEMAT GONZÁLEZ
Introducción
EL GRUPO FAMILIAR, su organización, estructura y procesos de cambio, se
encuentra determinado en gran medida por el sistema sociocultural en el
que se desenvuelve. Por ser un grupo social dinámico se modifica constantemente; se le exige cierta capacidad de movimiento, al mismo tiempo que
mantener una forma de identidad y estructura que le permita adaptarse a los
nuevos requerimientos, como lo menciona Salvador Minuchin: las presiones
externas hacia la familia le exigen “una transformación constante de la posición
de los miembros de la familia en sus relaciones mutuas, para que puedan
crecer mientras el sistema familiar conserva su continuidad” (1992:98). Esta
capacidad de transformación se expresa con mayor fuerza y claridad en el
tránsito por el proceso de cambio que llevan consigo las etapas del ciclo
vital, ya que cada una de ellas implica la necesidad de reorganizar su estructura
y dinámica anterior.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN 2006 • UAM-X • MÉXICO • 2007 • PP. 719-739
3. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Estos procesos de cambio y de continuidad no son azarosos, se encuentran
sustentados en el conjunto de premisas socioculturales, contenidas a su vez
en el sistema de representaciones sociales de la familia, a partir del cual el
grupo familiar se orienta y proyecta su futuro.
En el presente trabajo se muestra la importancia del análisis del sistema
representacional en los procesos de cambio del grupo familiar.
Planteamiento del problema
El grupo familiar se enfrenta durante su desarrollo a diferentes sucesos tanto
de tipo biológico, como histórico y sociocultural, que van determinando
cambios en su estructura y organización. Estos sucesos entran en juego en
las diferentes etapas de la evolución del grupo familiar, dentro de las cuales
destacan aquellas que de manera enfática marcan rupturas y reorganizaciones,
mismas que Duvall (1957) describe como etapas del ciclo vital de la familia,
y que ofrecen situaciones características relacionadas con modificaciones en
la estructura y organización del grupo familiar, con cambios fundamentales
en sus funciones o tareas evolutivas.
En el tránsito por las diferentes etapas que componen este modelo de
análisis, el grupo familiar pone a prueba su capacidad de adaptación a las
nuevas circunstancias, ya sea percibiendo la necesidad de promover cambios
en su interior o en relación con su contexto, o bien evidenciando la necesidad
de cambio en el conjunto de normas y premisas que los ha sostenido como
familia, cuando éste no permite dar respuesta a dichas condiciones o no
permite su adaptación a los procesos de cambio que se generen. En este
proceso, los límites se relajan o se hacen rígidos, las normas y las funciones
se confunden, se alteran, se replantean jerarquías, se reviven conflictos
irresueltos y todos estos procesos afectan al grupo familiar en su conjunto.
Los trastornos surgen en la familia cuando el ciclo vital se ve perturbado
en la secuencia socialmente establecida, cuando ésta se altera o interrumpe,
pero de forma muy especial en las fases de transición de una etapa a otra,
cuando los cambios estructurales y funcionales que le acompañan, dificultan
el desarrollo de las tareas evolutivas.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
720
4. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Este conjunto de circunstancias pueden percibirse como amenazantes
para la estabilidad del grupo, presentándose el riesgo de que la familia se
cierre sobre sí misma para no permitir la entrada de nuevas informaciones o
experiencias que pueden venir del exterior o bien del interior como
consecuencia del desarrollo psicobiológico de sus integrantes, impidiendo a
su vez su propio desarrollo; o bien, empleando lo mejor de sus recursos
tanto familiares como individuales para salir adelante. Cualquiera de los
rumbos que tome la transición por dichas etapas, entraña un riesgo para la
estabilidad del grupo familiar, ya que significan momentos de crisis y ruptura
de esquemas de conocimiento y de interacción ya conocidos, que por otro
lado se presentan como situaciones necesarias para dar entrada a nuevas
informaciones que permitan avanzar a la familia en su desarrollo y evolución.
Como lo describe Mauricio Andolfi: “son fases caracterizadas por la confusión
y la incertidumbre, y por ello mismo señalan el paso hacia nuevos equilibrios
funcionales que se alcanzarán sólo si la familia puede tolerar el acrecentamiento de la diversidad entre sus miembros” (1995:18). ¿De qué depende
que las familias se orienten en los procesos de cambio de las etapas del ciclo
vital, para salir adelante o encerrarse en sí mismas y no avanzar?
Dado que la familia es un grupo social, su estructura y organización se
encuentran atravesadas por las normas, creencias y premisas socioculturales
que constituyen la red de representaciones sociales que orientan los contenidos
y expectativas familiares y sociales, y que se expresan con mayor intensidad
en los procesos de cambio del grupo familiar, como los que ocurren en el
tránsito por las fases señaladas en el modelo de análisis del ciclo vital. Durante
estas rupturas puede llegar a ser tan fuerte la carga emocional que guardan
los mandatos socioculturales, que cuando alguna de las etapas no ocurre u
ocurre fuera de los tiempos asignados, o bien ocurre fuera de la norma social
establecida para esa determinada etapa, se llegan a crear desajustes en su
estructura y organización que, dependiendo del tiempo de duración y el
significado que la familia le otorgue, puede llegar a ocasionar graves conflictos
a sus integrantes y al grupo en general, ya que los contenidos del sistema
representacional de las familias son vividos por los sujetos —singulares,
específicos (sus cuerpos y sus emociones)— como naturales, conforman su
realidad y por tanto tienen consecuencias en la estructura familiar y en la
salud mental de la misma.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
721
5. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Las tensiones aquí descritas se juegan dentro del campo de lo simbólico,
esto es, desde las funciones asignadas socialmente, derivadas de las premisas
socioculturales que se han cristalizado tempranamente en la subjetividad de
sus miembros y constituyen su esquema sociocognitivo, a partir del cual
han establecido vínculos primordiales. En este sentido, es importante diferenciar entre la familia real con la que se establecen los vínculos y la que se
propone como modelo ideal, es decir, la que la cultura define como adecuada.
Lo que se pretende demostrar en esta investigación es que, tanto la
construcción del pensamiento social relacionado con la familia, como su
manifestación en las interacciones dentro y fuera del núcleo familiar, se
encuentran sustentadas en un sistema de representaciones sociales que la
organizan, le dan estructura e identidad; permiten a este grupo social evolucionar y adaptarse a los diferentes momentos de transición que ocurren
como resultado de su evolución, de los procesos internos de sus miembros y
de informaciones que vienen del exterior, o bien obstaculizar dicho proceso,
ya que fungen como estructuradores y ordenadores de los comportamientos
sociales, por lo que la pregunta de investigación que se propuso abordar fue:
¿cuáles son los contenidos del sistema de representaciones sociales de las
familias entrevistadas, que inciden en las diferentes orientaciones que el
grupo familiar toma en el proceso de tránsito por las etapas del ciclo vital?
Ciclo vital de la familia y premisas socioculturales
El concepto de ciclo vital de la familia fue propuesto —de manera sistematizada, en el campo de la sociología de la familia— por Reuben Hill y
Evelyn Duvall, a finales de la década de 1950. Estas autoras observaron que
en el transcurso de la vida de la familia se presentaban ciertas regularidades a
través del tiempo, en donde cada miembro de la generación joven, mediana
y vieja tenía a su vez sus propias tareas de desarrollo y los logros en las tareas
de una persona dependían y contribuían a los logros en las tareas de los otros
miembros, modificando la estructura y funciones del grupo familiar. Este
esquema de análisis del desarrollo de la familia, centra su atención en el
supuesto de que “las familias cambian en su forma y función a lo largo de su
ciclo vital, y lo hacen en una secuencia ordenada de etapas evolutivas” (Falicov,
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
722
6. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
1991:33). La importancia de esta perspectiva radica en que agrega al estudio
del grupo familiar las dimensiones de tiempo, historia de la familia y fases o
etapas de desarrollo. Interpreta a este grupo social como una unidad en
constante transformación a través del tiempo, marcado por etapas o fases
vinculadas con la entrada o salida de sus miembros, los cambios organizativos
y de estructura en las interrelaciones, y donde la historia de las familias de
origen confluyen y forman parte importante del bagaje sociocultural con el
que las parejas emprenden su nueva vida familiar.
Las etapas que constituyen el modelo de Hill y Duvall y que son descritas
por Carter y McGoldrick en 1994, son las siguientes: 1) comienzo de la
familia (nido sin usar); 2) familias con hijos (el hijo mayor hasta 30 meses);
3) familias con hijos preescolares (el hijo mayor entre 30 meses y 6 años); 4)
familias con hijos escolares (hijo mayor entre 6 y 13 años); 5) familias con
adolescentes (hijo mayor entre 13 y 20 años); 6) familias como “plataforma
de colocación” o época de desprendimiento (desde que se va el primer hijo
hasta que lo hace el último); 7) familias maduras o padres nuevamente solos
(desde el nido vacío hasta la jubilación); y 8) familias ancianas (desde la
jubilación hasta el fallecimiento de ambos esposos).
Con el tiempo, estudiosos de los patrones de desarrollo de la familia
empezaron a hacer énfasis en la importancia de las premisas socioculturales
como orientadoras de las expectativas y comportamientos de cada etapa del
ciclo vital, como el caso de Berenice Neugarten, quien en 1976 describe que
“el individuo transita por un ciclo socialmente regulado desde el nacimiento
hasta la muerte de manera tan inexorable como transita por el ciclo biológico:
una sucesión de estatus de edad socialmente delineados, cada uno con sus
derechos, deberes y obligaciones reconocidos” (en Carter y McGoldrick,
1994:2-3).
Para esta autora, la normatividad social que atraviesa el ciclo vital trae
diferentes consecuencias para la familia y sus integrantes, ya que provoca
cambios a nivel individual y grupal, en cuanto al concepto de sí mismo y el
sentido de identidad, así como en “la incorporación de nuevos papeles sociales
y emocionales, y de manera consecuente, precipitan nuevas adaptaciones”
(en Carter y McGoldrick, 1994:8).
El carácter sociocultural que afecta estos procesos, es descrito posteriormente por Salvador Minuchin, quien menciona que ante el paso de estos
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
723
7. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
acontecimientos, la familia se encuentra sometida a una tensión entre fuerzas
internas y externas: “la presión interna se origina por la evolución de sus
propios miembros y subsistemas, y la presión externa obedece a los requerimientos de adaptación de las instituciones sociales significativas que influyen
sobre la familia y sus miembros” (1992:98).
De igual forma, Mauricio Andolfi menciona la relevancia que el sistema
sociocultural tiene en estas etapas de transición. Para este autor, la asunción
de las funciones socialmente asignadas para cada etapa de transición de
la familia y la manera como se asume por cada uno de los miembros y la
familia en conjunto, define de manera determinante las consecuencias que
se deriven de dicha transición, ya que, para él estas funciones “pueden ser
positivas cuando permiten al sistema familiar compartir el espacio personal
sin sentirse constreñido a existir sólo en función de los demás. La función
cobra una connotación negativa cuando su asignación es rígida e irreversible
o cuando entra en contradicción con la función biológica” (1995:25).
Las teoría de las representaciones sociales
El sistema de representaciones sociales tiene como objetivo teórico-metodológico, conocer la formación de diversos conjuntos de conocimientos y/o
explicaciones que individuos y grupos elaboran con la finalidad de facilitar
sus relaciones interpersonales y de grupo. Estos conjuntos son considerados
como teorías el sentido común, que dan explicación al sujeto. De acuerdo
con su autor,1 “son cuerpos explicativos que funcionan como auténticas
ciencias colectivas sui géneris, por las que se interpretan y construyen las
realidades sociales” (Moscovici, 1979:14). Para Denise Jodelet, el sistema de
representaciones sociales orienta nuestro aprendizaje, como sujetos sociales,
acerca de los acontecimientos de la vida cotidiana, del ambiente en el que
nos desenvolvemos, las informaciones que circulan, las nuevas experiencias,
1
Esta propuesta teórico-metodológica es elaborada a finales de la década de 1950 por Serge
Moscovici, quien parte del concepto durkhemiano de “representación colectiva” para proponer, en
su tesis de doctorado titulada El psicoanálisis, su imagen y su público, publicada en 1961, la teoría de
las representaciones sociales, reformulando en términos psicosociales el concepto durkheimniano
de representación colectiva.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
724
8. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
la interacción con las personas y grupos. Lo define como “el conocimiento
espontáneo, ingenuo [...] que habitualmente se denomina conocimiento de
sentido común” (Jodelet, en Moscovici, 1986:473).
Las representaciones sociales sobre la familia generan que sus miembros
estructuren, organicen y lleven a cabo sus tareas familiares de acuerdo con la
función asignada socialmente, logrando su eficacia, ya que no sólo estipulan
la normatividad de la familia, sino de igual forma las funciones que deben
representar sus integrantes. En este proceso entran en juego las construcciones
subjetivas de cada integrante, que forma parte central en las producciones y
reproducciones del universo de significaciones que constituye el campo de
las representaciones sociales de la familia y que forma parte no sólo de los
valores sociales predominantes, sino también de las subjetividades de sus
integrantes. Actúan como un marco de referencia en función del cual los
individuos y los grupos definen los objetos, comprenden las situaciones,
planifican sus acciones. Funcionan como organizadores del pensamiento y
la acción, condicionando las relaciones de los sujetos entre sí y con la tarea
familiar, e influyendo en los procesos de cambio de estas relaciones, ya que
se ocupa del pensamiento del sentido común, que desempeña un papel crucial
en la forma como la gente piensa y organiza su vida cotidiana. Esta teoría,
como menciona Wagner, “trata del conocimiento —en sentido amplio, es
decir, incluyendo contenidos cognitivos afectivos y simbólicos—, que juega
no sólo un papel significativo para las personas en su vida privada, sino
también para la vida y la organización de los grupos en los que viven” (en
Morales, 1994:816).
Definición del concepto de cambio
El concepto de cambio en el grupo familiar, que aquí se propone, es un
concepto dinámico que incluye tanto cambios de tipo exógeno propiciados
por situaciones sociales, políticas, económicas, entre otras, o endógenos,
como los ciclos biológicos y reorganizaciones al interior del grupo familiar
dentro de los que destacan los referentes su ciclo vital. Se considera que en
estos procesos de transición, también se conservan elementos de continuidad
cuya función es la de mantener el equilibrio en el grupo familiar. Todos
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
725
9. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
estos elementos nos permiten observar que el cambio no es estático ni lineal
sino un proceso dinámico, complejo, temporal, que atiende a un conjunto
de sucesos y puede tomar diferentes vertientes.
Bajo estas consideraciones y para los fines de esta investigación, se definió
el concepto de cambio como: un conjunto de factores, internos o externos,
que afectan al grupo familiar en su conjunto, dentro de los que destacan las
etapas del ciclo vital; dichos factores propician un efecto de transición de la
familia que puede tomar diferentes direcciones, ya sea hacia una acomodación
o hacia una reorganización, un movimiento hacia la continuidad o hacia la
transformación; en cada proceso de cambio existen elementos del conjunto
que permanecen, mientras otros son transformados.
Estrategia metodológica
Con la finalidad de adentrarnos en el análisis de la relación entre el sistema
de representaciones sociales y el ciclo de vida de la familia, se llevó a cabo
una serie de entrevistas con 15 familias, derechohabientes del Centro Integral
de Salud Mental, (Cisame), perteneciente a la Secretaría de Salud, en el
Distrito Federal.
Sujetos
Las familias entrevistadas estuvieron compuestas de la siguiente manera: 2
madres solteras, 3 familias reestructuradas, 1 pareja sin hijos y 9 familias de
primera unión compuestas por padre, madre, hijos e hijas, bajo el mismo
techo.
Características socioeconómicas de las familias entrevistadas:
Ingreso familiar mensual
No ingreso 1 - 4.5
1
6
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
4.6 - 8.5
5
Variable
8.6 - más (menos de 3)
2
1
726
10. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Edad de los hombres
(parejas, esposos, padres)
31 a 40
41 a 50
51 y más
6
6
1
Edad de las mujeres
(parejas, esposas, madres)
20 a 30
31 a 40
41 a 50
51 y más
2
7
5
1
Edad de los hijos
0a5
11 a 15
16 a 20
2
1
Mujeres
Hombres
6 a 10
3
4
10
3
3
4
Escolaridad de la familia
Padres
No escolaridad
Kinder
Primaria
Secundaria
Preparatoria
Superior
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
3
6
0
6
Hijos
Hijas
1
2
4
3
6
Madres
1
1
3
10
3
4
3
3
1
727
11. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Ocupación de hombres y mujeres
(parejas, esposos, esposas, padres, madres
Mujeres
Hombres
Desempleado
Comerciante
Chofer
Oficios
Empleado público
Agente de seguros
Empleado particular
Músico militar
Piscador
1
3
1
2
2
1
1
1
1
Hogar
Hogar-empleada doméstica
Empleada familiar
Empleada pública
Empleada particular
Maestra primaria
Comerciante
Agente de seguros
7
1
1
1
1
1
2
1
Materiales
Para la realización de las entrevistas se utilizó una guía de entrevista compuesta
por preguntas-tema, correspondientes a cada etapa del ciclo vital, una
grabadora, un lápiz y un cuaderno.
Instrumento
Bajo la lógica de la coherencia epistemológica del método cualitativo, se
eligió como instrumento la entrevista grupal que José Bleger describe como:
“una técnica de investigación científica de la psicología, en la que entrevistador
y entrevistado constituyen un grupo, es decir un conjunto o una totalidad
en el cual sus integrantes están interrelacionados y en el que la conducta de
ambos es interdependiente” (1972:15).
Procedimiento
La aplicación de las entrevistas grupales se llevó a cabo en un consultorio
dentro de las instalaciones del Centro Integral de Salud Mental (Cisame).
Cada sesión tuvo una duración de una hora y media y se desarrolló de
acuerdo con la guía de entrevista, previamente elaborada.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
728
12. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Utilizando el modelo de ciclo vital de la familia como categoría de análisis,
las entrevistas grupales se llevaron a cabo mediante preguntas-tema
contenidas en la guía de entrevista, solicitándole a la familia en su conjunto,
abordarlas ampliamente. La importancia de la utilización de este tipo de
entrevistas es que permitieron que mientras el discurso grupal se fuera
elaborando, era posible abundar en aquellos aspectos que desde el punto de
vista de la investigación pudieran aportar mayor conocimiento sobre el objeto
de estudio. De las 15 familias analizadas, en nueve acudieron a la cita todos
los integrantes, en cuatro faltó el padre y en dos, alguno de los hijos.
Análisis de los datos
El discurso grupal obtenido fue analizado mediante la técnica de categorización y análisis del discurso, que propone Roberto Castro (1999:70-74), y
que consiste en los siguientes pasos:
a) Transcribir el contenido de cada entrevista.
b) Reorganizar el material original en categorías procurando conservar su
naturaleza textual.
c) Encontrar las relaciones entre ellas y el tema de investigación.
d ) Interpretar los resultados a la luz del marco teórico.
Las categorías de análisis se organizaron de acuerdo con cada una de las
etapas del ciclo vital de la familia establecidas por su autora y descritas
anteriormente, con una modificación de las etapas correspondientes a hijos
en edad preescolar e hijos en edad escolar, que se integraron en la categoría
crianza de los hijos, que abarca las etapas adaptativas correspondientes a la
primera etapa escolar de los hijos hasta el inicio de la adolescencia.
Se consideró asimismo utilizar subcategorías para considerar aquellos
contenidos correspondientes a rasgos del sistema representacional expresados
en la producción del discurso grupal por cada una de las etapas, para su
análisis conjunto en el apartado sobre análisis de los resultados.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
729
13. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Resultados
En este apartado se presentan los principales resultados encontrados en la
aplicación de las entrevistas. Cabe destacar que no se encontraron casos
correspondientes a las etapas de Familias como plataforma de colocación,
Familias maduras o padres nuevamente solos y Familias ancianas.
1. Comienzo de la familia (nido sin usar). En esta etapa se pudo observar
que las subcategorías principales fueron las de Matrimonio y Funciones
Tradicionales de género, alrededor de las cuales se expresaron las representaciones sociales de las familias, de la siguiente forma:
a) Cinco casos donde la pareja quería vivir en unión libre, pero cedió
ante la presión de la familia de origen para que cumplieran con la
norma social del matrimonio, más allá de los deseos de la propia
pareja.
b) Siete casos donde las parejas establecieron la norma formal del
matrimonio.
c) En los dos casos de madres solteras el no cumplimiento de la norma
del matrimonio fue sancionado fuertemente por la familia de origen.
Estos dos casos representan la forma de disrupción más evidente hacia
la norma del matrimonio, ya que tampoco se cumple con la norma
social de tener un hombre a través del cual obtener reconocimiento
social.
2. Familias con hijos (el hijo mayor hasta 30 meses). En esta etapa se encontró
que las subcategorías de género aprendidas previamente, se activan y
emergen con fuerza, fundamentalmente las de autoridad masculina,
maternidad y pautas de crianza masculina y femenina.
a) En los casos de las dos madres solteras ellas siguieron viviendo en el
hogar paterno. La familia de origen continuó con la función de
autoridad. Los hijos fueron aceptados por ésta, pero las madres se
encontraron sujetas a las normas de la familia de origen. Las madres
entrevistadas asignaron un papel de mayor relevancia a los hombres
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
730
14. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
de la casa, en cuanto a la asignación de tareas y ejercicio de la autoridad
para con sus hijos.
b) En dos de las familias compuestas por el padre, la madre y los hijos e
hijas, las mujeres no siguieron las normas sociales de crianza que, de
manera muy relevante, se asignan socialmente a la mujer.
c) En diez de los casos, a partir del nacimiento del primer hijo, se activaron
las funciones sociales asignadas a cada género en relación a la maternidad y a la paternidad, de manera predominantemente estereotipada.
d)En ocho de éstos, el padre depositó desde el nacimiento del primer hijo
toda la responsabilidad de las tareas domésticas y de crianza en la esposa.
A partir de entonces, inició un distanciamiento físico hacia la familia,
lo que propició que se abriera una brecha emocional entre la pareja.
3. Crianza de los hijos. La etapa de la crianza de los hijos sigue, para todos los
casos analizados, las pautas de interacción establecidas como normas, en
cuanto a las funciones que cada integrante de la familia asumió desde el
nacimiento del primer hijo y que en esta etapa incluye salud, alimentación,
escuela y quehaceres de la casa. Las subcategorías encontradas principalmente vuelven a ser las premisas sociales estereotipadas de género, así
como las de maternidad y paternidad, cuestionándose esta última
mediante quejas y reclamos entre los cónyuges, tanto de las mujeres
hacia los hombres, cuando ellas han asumido la crianza sin apoyo o con
muy poco apoyo de ellos; como de ellos hacia ellas, en los casos donde el
hombre ha asumido el cuidado y la crianza de los hijos.
a) En cuatro de los matrimonio, donde las mujeres originalmente se
dedicaban sólo al trabajo doméstico, en esta etapa decidieron salir a
trabajar, lo que provocó conflictos intrafamiliares y reclamos de padres
e hijos que lo interpretaron como un descuido a la familia, a sus
deberes, la casa y los hijos, como lo describe uno de los esposos
entrevistados: “hubo cambios en su conducta muy importantes, más
egocéntrica, ya no es tanto funcionar en base a la familia sino en base
[...] personal”.
b) En cinco de las familias entrevistadas las mamás se hicieron cargo de
los hijos apoyándose en su familia de origen, mientras que los padres
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
731
15. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
se mantuvieron distanciados de la crianza y la educación de los hijos,
asumiendo sólo el papel de proveedor. En esta etapa surgen reclamos
de ellas por la falta de apoyo en las tareas de la casa y la educación de
los hijos. Las madres, trabajaran fuera de casa o no, asumieron la
mayor responsabilidad en la crianza de los hijos.
c) En uno de los casos de madre soltera, ésta ha asumido la crianza de su
hijo y la autoridad del padre y el hermano buscando incluso su apoyo
económico y emocional.
d)El otro caso de madre soltera, actualmente vive aparte de su familia
de origen, tiene su propio departamento, trabaja y se hace cargo de la
crianza de los hijos.
e) En tres de los casos, las familias han estructurado esta etapa, de acuerdo
con las premisas tradicionales, sin que mencionaran que les causara
conflicto a ninguno de sus integrantes.
f ) La pareja sin hijos se encuentra en esta etapa en trámites para adopción.
4. Familias con adolescentes. En esta etapa se encontraron diez familias. Las
subcategorías principales fueron las de autoridad y dependencia emocional
a la familia de origen. En la etapa de la adolescencia se rompe la norma
de obediencia y sumisión de los hijos e hijas hacia los padres y se expresan
conflictos familiares gestados con anterioridad. La entrada de las familias
a esta etapa, provocó la necesidad de cambiar las pautas de transacción
del grupo familiar, anteriormente basadas en la obediencia y en la dependencia de los hijos hacia los padres, pero también de los padres hacia los
hijos, lo cual en todos los casos se transformó en un conflicto familiar de
diversos alcances.
a) En siete de los casos el conflicto fue coyuntural y se reflejó en una baja
en el rendimiento escolar del o la adolescente, así como en enfrentamientos con sus padres, abriéndose al mismo tiempo una distancia
emocional entre ambos, que se fue mitigando con el tiempo, como lo
menciona una de las adolescentes entrevistadas: “pues él (el padre) se
fue alejando, no me dejaba de hablar pero así como que no, nada más
me acuerdo que desde secundaria fue cuando empezamos así, no sé por
qué, a la mejor es porque me volví más rebelde, más contestona, no sé”.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
732
16. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
b) En los otros tres casos, el paso por la adolescencia de los hijos, evidenció
una crisis de conflictos constitutivos de la familia, que desde un
principio formaron parte de la estructura y organización familiar y de
su forma de relacionarse. Estos conflictos no resueltos propiciaron
relaciones triangulares, donde los adolescentes se convertían en uno
de los ángulos del conflicto.
En el caso de una de las madres solteras, según mencionó, depositó
todas sus expectativas de vida en la hija, pero ahora que su hija tiene
14 años le reclama que se haya alejado de ella: “pero pues ya ella ya
tiene sus amigos, ya tiene su novio y ya tiene otros proyectos, hay
ocasiones en que sí tengo que irme sola pues a donde me interesa”.
En el segundo de estos casos, el padre describe que los problemas que
manifiesta la hija adolescente se deben a que la madre no se ocupa
mucho de ella por dedicarle demasiado tiempo a su familia de origen,
como él mismo lo menciona: “mi hija está en la adolescencia y eso,
tiene ciertos cambios y manifiestan inquietudes y demás, y por eso
son difíciles de entender y hay otro gran problema o sea, que ellos casi
nunca están en casa, ellos siempre, en la primera oportunidad, siempre
están con mis suegros todo el tiempo”.
El tercer caso se refiere al conflicto entre los padres que se originó
desde el nacimiento del primer hijo, cuando las funciones sociales de
la maternidad no se dieron en la esposa, incumpliéndose las expectativas que el padre tenía al respecto, lo cual ocasionó desde entonces
un conflicto de pareja y el establecimiento de una relación triangular
con el hijo, que durante el paso de su adolescencia ha repercutido en un
severo distanciamiento emocional que el adolescente expresa de la
siguiente manera: “es que ni nos llevamos, nada más, es que no sé cómo
decirlo, no estamos cerca no? pero las personas dirían —ah pobrecito,
no tiene a su papá, y a mí eso ya no me importa, ya me acostumbré”.
DIMENSIONES DE LA GRUPALIDAD
733
17. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
Análisis de resultados
El análisis realizado a los resultados destaca las siguientes afirmaciones:
a) En esta muestra de familias, las normas socialmente asignadas para cada
etapa del ciclo vital se encuentran fuertemente enraizadas en un sentido
tradicional, estereotipado de familia. Las normas familiares están fincadas
en las normas sociales que se han aprendido como normas de funcionamiento bajo un modelo familiar dominante, y se expresan en los comportamientos e interacciones cotidianas entre sus integrantes.
b) El establecimiento formal de la nueva pareja mediante el matrimonio,
continúa siendo un factor importante; sin embargo, si no se cumple no
es tan fuertemente demandado, ni social ni familiarmente, y no crea
grandes conflictos en el desarrollo de la familia.
c) Los nacimientos fuera de matrimonio resultan mucho más provocadores
al sentido tradicional de familia. Para estas familias, el sentido tradicional
de familia conformada por el padre, la madre y los hijos bajo el mismo
techo y asumiendo las funciones sociales de género asignadas, sigue
estando vigente.
d ) Para la mujer, la importancia de la presencia del hombre continúa siendo
un factor determinante en la confirmación de su identidad como mujer
y en el reconocimiento social. El no cumplimiento de esta norma social
pesa más, tanto para la mujer como para la familia de origen, con lo que
se puede apreciar el alto significado que se asigna al hombre y al cumplimiento de sus funciones de género en la constitución de la familia.
e) Las funciones sociales en las que las familias entrevistadas expresan su
representación social de familia, se encuentran centradas en consideraciones sociales y culturales sobre una división sexual del trabajo tradicional.
Las mujeres continúan realizando centralmente las funciones de nutrición
y crianza, mientras que los hombres la de proveedor.
De acuerdo con Mabel Burin, las funciones femeninas son, básicamente
familiares, reproductivas, pertinentes a los lazos personales y afectivos, y
se encuentran centradas en la función materna que caracteriza como
aquella que debe satisfacer las capacidades nutricias, contención emo-
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18. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
cional, cuidados personales, lo que Winnicott describe como “una madre
suficientemente buena” (en Burin, 2001:80-81). Las funciones sociales
masculinas son fundamentalmente no-familiares. Se basan centralmente
en proveer económicamente a la familia, por lo que “la representación
social de la masculinidad no se asienta en los roles familiares sino extrafamiliares, especialmente laborales, en la organización de la producción”
(Burin, 2001:81).
Para los hombres entrevistados, la función central de proveedor lo define
en su relación con la mujer y con los hijos dentro del núcleo de la familia
y con el estatus de “jefe de familia” hacia el exterior. Por tal motivo, tanto
el ejercicio de las funciones de cónyuge como el de la paternidad, se
realizan bajo una perspectiva económica de autoridad, manutención y
seguridad económica.
Existen otras funciones del significado de la paternidad que se encuentran
en proceso de reconstrucción, que no están aún instauradas en la
subjetividad de ambos, por lo que se realizan más por acuerdos entre la
pareja o por demanda de la mujer. Por ejemplo, la función de apoyo en
la educación y crianza por parte del hombre, puede o no llevarse a cabo,
puede o no haber acuerdo entre la pareja, o bien puede o no ser un tema
familiar, pero el hecho de que no se realicen, afecta menos a la estructura
familiar, siempre y cuando se cumpla con la función de proveedor. Cuando
los hombres entrevistados realizan algún trabajo del quehacer doméstico
o cuidado de los hijos, lo hacen a instancias de la cónyuge, quien sigue
conservando la principal responsabilidad sobre estas funciones.
En el caso de las mujeres entrevistadas, las funciones sociales centrales a
partir de las cuales se relacionan con el resto de la familia y con el exterior,
la maternidad y las funciones nutricias, aunadas a las del trabajo doméstico,
las ubica en el ámbito de la reproducción, lo que les otorga un estatus
menor al del cónyuge. Para estas mujeres, la maternidad, como menciona
Nancy Chodorow, “aún se ejerce dentro de la familia y el rol maternal de
las mujeres ha ganado una significación psicológica e ideológica y se ha
convertido en poco menos que el principal definidor de la vida de las
mujeres” (1984:14-15).
f ) En cuanto a las normas que atraviesan las relaciones entre padres e hijos,
se pudo observar que éstas se encuentran basadas en las normas sociales
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19. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
dominantes de autoridad, disciplina y control sobre los hijos. Cuando
esa norma se rompe ante la fuerza de la demanda de los cambios biológicos
y comportamentales del adolescente, los procesos de cambio pueden
adquirir una dimensión de inestabilidad pasajera propia y necesaria para
asumirlos, o bien activar los conflictos no resueltos, involucrando ahora
a los hijos adolescentes.
g) La dependencia emocional hacia la familia de origen, que se manifestó a
través del discurso grupal de estas familias, se pudo observar en diferentes
grados. Las familias con una mayor dependencia emocional hacia la familia
de origen presentaron mayores conflictos tanto de pareja como al interior
de la estructura familiar, límites poco claros, mayor presencia de comportamientos intolerantes hacia los cambios del ciclo vital y un mayor desapego
emocional hacia su propia familia. Las necesidades individuales se privilegiaron respecto de la pareja y/o la familia, y se observó mayor propensión
a establecer relaciones triangulares. Manifestaron poca comunicación
verbal. Las necesidades y expectativas de sus integrantes fueron incompatibles y con un marcado comportamiento de descalificaciones mutuas,
así como ausencia de objetivos comunes.
Conclusiones
Para estas familias, las premisas sociales de género, sustentadas en su sistema
de representaciones sociales sobre la familia, se visualizan como un hecho
universal, natural y en varios de los casos analizados, inmodificable. Cuando
éstas no se llevan a cabo ya sea por parte del hombre o de la mujer, crean
conflictos en su estructura y organización debido en gran medida a que se
encuentra de por medio la propia identidad de género, la cual se confirma a
través de su cumplimiento ya que, como lo describe Sánchez Bringas, son
“géneros distintos que definen identidades culturales y prescriben conductas”
(2003:14). Al momento de formar la nueva familia, tales premisas devienen
en las funciones sociales que se han de ejercer y las que se esperan del otro u
otra. La confirmación de la identidad de género que se obtiene en esta
relación, otorga mayor seguridad emocional en ambas partes. El no cumplimento de las funciones asignadas por sexo, propicia en la pareja diferencias,
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20. EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA Y EL SISTEMA DE REPRESENTACIONES SOCIALES
dificultades y conflictos, no solamente por el hecho de las expectativas creadas
en cuanto a tal cumplimiento —que cada integrante de la pareja deposita
en el otro—, sino porque el no cumplimento atenta contra la propia identidad
sexual, ya que la identidad sexual de uno, se confirma en el otro y viceversa,
por lo que cuando se forma la familia no sólo cada integrante debe asumir
su función social, aprendida tempranamente, sino que espera que el otro
asuma las funciones que las representaciones sociales les marcan sobre ser
hombre y ser mujer y que atienden a una forma excluyente de dependencia
recíproca.
La función doméstica recae de manera fundamental en las mujeres
entrevistadas, ya que aun cuando realicen trabajo extradoméstico, conservan
la responsabilidad y la toma de decisiones respecto de la alimentación,
quehacer de la casa y todo lo que se refiera a este ámbito. Las representaciones
sociales sobre la función materna legitiman lo instituido y ponen a la mujer
en un plano desigual, ya que se dejan de lado sus demás posibilidades y
capacidades. El binomio mujer = madre, destaca el papel de la maternidad
como realización de la mujer, como valor universal que estas familias en su
gran mayoría hacen suyo al hacerse cargo de los hijos, otorgándole seguridad
a ella y convirtiéndose en el centro de las demandas de esposos e hijos. Las
funciones sociales asignadas a cada género se encuentran en el campo de lo
simbólico y forman parte de la constitución de su subjetividad, por tanto de
la identidad sexual y social. A partir de la representación social que se ha
construido acerca de ser hombre y de ser mujer, se ejercen las funciones
asignadas y se busca el reconocimiento social y la seguridad de pertenencia
al género correspondiente. Tanto el hombre como la mujer aprenden e
incorporan a su subjetividad los contenidos de las premisas socioculturales
correspondientes a ser hombre y ser mujer, desde las primeras formas de
socialización. Son funciones que se introyectan tempranamente en su
desarrollo como sujetos.
La entrada de la familia a la etapa de la adolescencia, provoca la necesidad
de cambiar las pautas de transacción entre padres e hijos. En nuestra sociedad,
donde la estructura familiar se encuentra sustentada en una noción tradicional
de familia que incluye de manera central el control sobre la vida de los hijos
e hijas, el conflicto de dependencia emocional se transmite por generaciones
y se sustenta en premisas sociales enraizadas en representaciones sociales
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dominantes iniciales, que se van construyendo y reconstruyendo a lo largo
de la historia de la familia, cuyos contenidos primordiales son la obediencia
a los padres, el control sobre los hijos, particularmente sobre su sexualidad,
y el papel central del hombre en la familia. Estos contenidos forman una
parte muy significativa de los valores familiares, que permite y fomenta la
dependencia emocional recíproca, constituyendo la trama de relaciones
padres-hijos del sistema de representaciones sociales sobre la familia.
Los comportamientos más descriptivos de la dependencia emocional
hacia la familia, se manifestaron como distanciamiento emocional, demanda
afectiva hacia su cónyuge y diversos grados de conflicto de pareja que en dos
de los casos, derivaron en violencia física.
Por último, cabe destacar que la importancia de que las representaciones
sociales se reconstruyan en el plano sociocultural, se centra en que los sujetos,
hombres y mujeres, interiorizan estas disposiciones y a su vez las reconstruyen
en su propio contexto. De esta manera es como la sociedad va determinando
las funciones psicosociales que deben desempeñar tanto hombres como
mujeres, en sus funciones de esposos, padres, madres, esposas, hijos e hijas
dentro del grupo familiar, así como sus prácticas sociales tanto a su interior,
como frente a los demás grupos e instituciones. Las representaciones sociales
actúan como un marco de referencia en función del cual los individuos y los
grupos definen los objetos, comprenden las situaciones y planifican sus
acciones, ya que, como menciona Moscovici,“el sistema se apoya, no en los
individuos, sino en las funciones que cada uno representa y que están
sostenidas por representaciones sociales” (1986:507).
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